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Críticas ordenadas por utilidad
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6,4
12.525
7
6 de diciembre de 2011
6 de diciembre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una peli bastante inusual en lo que a cine francés se refiere. De hecho, bien podía haber sido rodada por directores como Park Chan-wook (“Thirst” o “Three… Extremes”) o Kim Ji-woon (“I saw the devil” o “El bueno, el feo y el raro” que de hecho compitió ese año también en Sitges), ya que por así decirlo, es una ida de olla de las que estamos acostumbrados a ver en el cine oriental, pero con una coherencia y occidentalización notables.
En el inicio se nos cuenta la historia de una niña que escapa de un matadero donde ha sido torturada hasta la saciedad y después internada en un orfanato. Como es normal, la niña ha quedado un poco tocada de la cabeza, y los médicos junto con la policía realizarán esfuerzos vanos por descubrir a los culpables de tal atrocidad. La niña en un principio no se relaciona con nadie pero con el tiempo entablará una amistad con otra misma niña del orfanato. Ahí empieza el meollo.
Después de esta introducción presenciaremos una de las escenas mas crudas e impactantes que recuerdo de la historia del cine, pero lo jodido es que es solo el comienzo. A partir de ahí la película no para de ascender en su pirámide de violencia, llegando a su primera cúspide a la media hora de película, en la que el director y guionista Pasqal, nos sorprende con un giro de guión de los que pocas veces presenciamos en el cine (de hecho sólamente lo he visto en una película con anterioridad, y era del genio Hitchcock).
En ese momento en el que te quedas picueto (para los de la LOGSE, boquiabierto), el guión cambia completamente y la violencia y el terror que parecían que te iban a sobrepasar, vuelven al nivel base. Pero no por mucho tiempo. En pocos minutos de “tranquilidad”, vuelve el terror un poco aguado (si veis la peli entedereis la chanza) que significa la introducción al postre con el que van a deleitarnos.
Por supuesto, las interpretaciones de las protagonistas Myléne Jampanoi y Morjana Alaoui están muy muy logradas, así como la labor del director en cuanto a tensión y terror se refiere. Pero lo que no la eleva a obra maestra precisamente es la tediosa labor por la que el director quiere endosarnos litros y litros de sangre. Con la mitad hubieran sido suficientes, así como muchas escenas en las que podía haber aprovechado mucho más otro tipo de planos (véase las escenas del ultimo tercio de película, en las que unos planos secuencia podrían haberla hecho maravillosa).
En fin, en fan, en fun. Que si teneis los estómagos no muy allá o pavor a la sangre, o no os gusta el cine de terror, olvidaos de esta peli. Si por el contrario quereis pasar un mal rato de calidad (no con americanadas de “miedo” que siguen siempre el mismo esquema) esta es vuestra peli.
En el inicio se nos cuenta la historia de una niña que escapa de un matadero donde ha sido torturada hasta la saciedad y después internada en un orfanato. Como es normal, la niña ha quedado un poco tocada de la cabeza, y los médicos junto con la policía realizarán esfuerzos vanos por descubrir a los culpables de tal atrocidad. La niña en un principio no se relaciona con nadie pero con el tiempo entablará una amistad con otra misma niña del orfanato. Ahí empieza el meollo.
Después de esta introducción presenciaremos una de las escenas mas crudas e impactantes que recuerdo de la historia del cine, pero lo jodido es que es solo el comienzo. A partir de ahí la película no para de ascender en su pirámide de violencia, llegando a su primera cúspide a la media hora de película, en la que el director y guionista Pasqal, nos sorprende con un giro de guión de los que pocas veces presenciamos en el cine (de hecho sólamente lo he visto en una película con anterioridad, y era del genio Hitchcock).
En ese momento en el que te quedas picueto (para los de la LOGSE, boquiabierto), el guión cambia completamente y la violencia y el terror que parecían que te iban a sobrepasar, vuelven al nivel base. Pero no por mucho tiempo. En pocos minutos de “tranquilidad”, vuelve el terror un poco aguado (si veis la peli entedereis la chanza) que significa la introducción al postre con el que van a deleitarnos.
Por supuesto, las interpretaciones de las protagonistas Myléne Jampanoi y Morjana Alaoui están muy muy logradas, así como la labor del director en cuanto a tensión y terror se refiere. Pero lo que no la eleva a obra maestra precisamente es la tediosa labor por la que el director quiere endosarnos litros y litros de sangre. Con la mitad hubieran sido suficientes, así como muchas escenas en las que podía haber aprovechado mucho más otro tipo de planos (véase las escenas del ultimo tercio de película, en las que unos planos secuencia podrían haberla hecho maravillosa).
En fin, en fan, en fun. Que si teneis los estómagos no muy allá o pavor a la sangre, o no os gusta el cine de terror, olvidaos de esta peli. Si por el contrario quereis pasar un mal rato de calidad (no con americanadas de “miedo” que siguen siempre el mismo esquema) esta es vuestra peli.

6,5
12.148
4
6 de diciembre de 2011
6 de diciembre de 2011
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy bastante excéptico en la creencia de que un corto pueda suponer una base para un buen largometraje posterior, aunque siempre estoy abierto a comprobar que me equivoco, y salvo sorpresas excepcionales, por lo general, sigo en mi hábito de tener razón.
Nos encontramos ante el típico guión de chica y chico rompen, chico entra en depresión, lo cual le hace no poder conciliar el sueño y ello le lleva a gastar su tiempo trabajando en el turno de noche de un supermercado. Hasta ahí todo normal, una estética bastante currada, y una voz en off que empieza siendo agradable y a la que conforme pasa la película te dan ganas de ahogar.
Ahora bien, lo que hace diferente a esta obra del amigo Sean Ellis, es que resulta que nuestro protagonista, es capaz de mantenerse un mes sin pegar ojo (si eso ocurriera en la realidad, mas de un trastorno mental o incluso la muerte, podrían haber afectado a nuestro afortunado prota) y también de congelar el tiempo, y aquí viene lo curioso (o lo pervertido según se mire) se aprovecha de ello para desnudar a las mujeres que hacen la compra en el supermercado (que casualmente son todas unas cachondas de toma pan y moja) con el único fin de dibujarlas en su block debido al amor que siente hacia las curvas femeninas.
NO señor Ellis, NO. No nos intente mostrar una imagen romántica del protagonista (interpretado por Sean Biggerstaff, el actor con menos tablas y talento que he visto en mi corta vida) cuando en realidad es un pervertido sin más. No nos intente embaucar con cámaras lentas, preciosas frases de la voz en off y demás chorradas adornativas porque no nos la cuela.
Se nos presentan unos personajes que intentan ser diferentes u originales y al final no son más que meras ridiculeces más planas que el encefalograma de la Pataky, y que para colmo, actúan peor que ella (si es posible). Véase la copia fallida de Barney Stinson, los retarders sin cerebro que INTENTAN ser graciosos y el típico jefe cabrón.
La película no es tan profunda como quiere aparentar: tanto juego de cámaras lentas, reflexiones filosóficas sobre el tiempo, flashbacks sobre el amor del protagonista… al fin y al cabo se puede resumir en lo que cualquier film de amor de estos días nos ofrece.
Lo único que merece la pena de la película (a mayores de la cantidad de pechos y demás que se muestran durante la película de los que no hablaré), son las dos alusiones a otras películas, en tono de humor que se hacen en ella. Esas dos películas son Gladiator y Heat.
En resumen, que si quieres ver una peli con tu chica que se salga un poco (muy poco) de lo común (como Un paseo para recordar o ese tipo de pasteladas), o quieres ver pechotes porque ya estas cansado siempre del mismo porno, vee esta peli. Si eres una persona como yo, con otro tipo de intereses un poco mayores, óbviala.
Nos encontramos ante el típico guión de chica y chico rompen, chico entra en depresión, lo cual le hace no poder conciliar el sueño y ello le lleva a gastar su tiempo trabajando en el turno de noche de un supermercado. Hasta ahí todo normal, una estética bastante currada, y una voz en off que empieza siendo agradable y a la que conforme pasa la película te dan ganas de ahogar.
Ahora bien, lo que hace diferente a esta obra del amigo Sean Ellis, es que resulta que nuestro protagonista, es capaz de mantenerse un mes sin pegar ojo (si eso ocurriera en la realidad, mas de un trastorno mental o incluso la muerte, podrían haber afectado a nuestro afortunado prota) y también de congelar el tiempo, y aquí viene lo curioso (o lo pervertido según se mire) se aprovecha de ello para desnudar a las mujeres que hacen la compra en el supermercado (que casualmente son todas unas cachondas de toma pan y moja) con el único fin de dibujarlas en su block debido al amor que siente hacia las curvas femeninas.
NO señor Ellis, NO. No nos intente mostrar una imagen romántica del protagonista (interpretado por Sean Biggerstaff, el actor con menos tablas y talento que he visto en mi corta vida) cuando en realidad es un pervertido sin más. No nos intente embaucar con cámaras lentas, preciosas frases de la voz en off y demás chorradas adornativas porque no nos la cuela.
Se nos presentan unos personajes que intentan ser diferentes u originales y al final no son más que meras ridiculeces más planas que el encefalograma de la Pataky, y que para colmo, actúan peor que ella (si es posible). Véase la copia fallida de Barney Stinson, los retarders sin cerebro que INTENTAN ser graciosos y el típico jefe cabrón.
La película no es tan profunda como quiere aparentar: tanto juego de cámaras lentas, reflexiones filosóficas sobre el tiempo, flashbacks sobre el amor del protagonista… al fin y al cabo se puede resumir en lo que cualquier film de amor de estos días nos ofrece.
Lo único que merece la pena de la película (a mayores de la cantidad de pechos y demás que se muestran durante la película de los que no hablaré), son las dos alusiones a otras películas, en tono de humor que se hacen en ella. Esas dos películas son Gladiator y Heat.
En resumen, que si quieres ver una peli con tu chica que se salga un poco (muy poco) de lo común (como Un paseo para recordar o ese tipo de pasteladas), o quieres ver pechotes porque ya estas cansado siempre del mismo porno, vee esta peli. Si eres una persona como yo, con otro tipo de intereses un poco mayores, óbviala.

5,9
3.878
7
28 de noviembre de 2011
28 de noviembre de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen día del año 2008, Quentin Dupieux se levantó en su casa francesa y se hizo el desayuno. Leyó el periódico, se fumó un cigarro, hizo las tareas de la casa, y así transcurrió otro día más de su vida, hasta que justo despues de acostarse, y quién sabe, a lo mejor despues de practicar el coito, se hizo una pregunta: “¿Por qué me he levantado hoy de la cama?” (y otras preguntas existencialistas a las que sólamente pudo contestar de una manera: Por ninguna razón).
En ese momento, la cabeza de Dupieux hizo “CLICK!”, se levantó rápidamente de la cama y comenzó a escribir un guión. Sería un guión al que se la sudara todo. Para empezar, a ver… un protagonista… ¡Una rueda! Pero así siendo solo negra y rodando no es muy carismático… le falta algo… ¡Ya sé! ¡Que tenga poderes telequinéticos y vaya reventando la cabeza de la gente que se encuentre a su paso!
- Pero cariño, eso no tiene ni pies ni cabeza -le dijo su amante-.
- ¡Nada tiene pies ni cabeza! ¡Es una rueda! (todo esto fue en francés, a lo mejor se ha perdido algún detalle en la trascripción).
El hecho es que cuando leí el argumento de la película en mi tour por Sitges, no pude reprimirme el verla, y sorprendentemente es una delicia, aunque muy pocas personas sabrán valorarla. Vamos a analizarla más a fondo:
A modo de introducción, una escena inicial nos introduce de una manera bastante contundente en el mundo en el que vamos a adentrarnos: La sin razón. Todo en la vida tiene un porcentaje de sin razón bastante grande, y es lo que se nos mostrará durante 78 minutos.
A partir de este momento hemos de dejar a un lado todo pensamiento, limitarnos a observar (que es muy distinto a ver) e intentar disfrutar de la profundidad de la película, mucho mayor de la que podemos pensar en un primer momento. Es cierto que en muchos momentos puede resultar un coñazo de dimensiones astronómicas el ver a la rueda caminar y caminar, no lo niego, pero el mérito reside en hacer que 78 minutos que nos cuentan la historia de una rueda que mata gente no se hagan largos para nada, aprovechando muy bien las bazas de las que dispone (y que no quiero analizar para no desvelaros las sorpresas que esconde).
Es una peli que camina en la línea del surrealismo, por lo que no gustará a la mayor parte de las personas (hay símiles en la película que merecen aplausos en cuanto a este tema), pero a los que quieran ver a un neumático reventando cabezas por sus superpoderes, enamorado de una tía que la verdad está bastante bien para él, esta es su película.
En cuanto a las interpretaciones, correctas sin más. Una dirección la del amigo Dupieux que consigue hacer interesantes y preciosos los planos del neumático a la vez que personalizarlo o humanizarlo por así decirlo.
En resumen, yo la recomiendo encarecidamente, porque estoy convencido de que con el tiempo se convertirá en obra de culto, ya lo veréis.
En ese momento, la cabeza de Dupieux hizo “CLICK!”, se levantó rápidamente de la cama y comenzó a escribir un guión. Sería un guión al que se la sudara todo. Para empezar, a ver… un protagonista… ¡Una rueda! Pero así siendo solo negra y rodando no es muy carismático… le falta algo… ¡Ya sé! ¡Que tenga poderes telequinéticos y vaya reventando la cabeza de la gente que se encuentre a su paso!
- Pero cariño, eso no tiene ni pies ni cabeza -le dijo su amante-.
- ¡Nada tiene pies ni cabeza! ¡Es una rueda! (todo esto fue en francés, a lo mejor se ha perdido algún detalle en la trascripción).
El hecho es que cuando leí el argumento de la película en mi tour por Sitges, no pude reprimirme el verla, y sorprendentemente es una delicia, aunque muy pocas personas sabrán valorarla. Vamos a analizarla más a fondo:
A modo de introducción, una escena inicial nos introduce de una manera bastante contundente en el mundo en el que vamos a adentrarnos: La sin razón. Todo en la vida tiene un porcentaje de sin razón bastante grande, y es lo que se nos mostrará durante 78 minutos.
A partir de este momento hemos de dejar a un lado todo pensamiento, limitarnos a observar (que es muy distinto a ver) e intentar disfrutar de la profundidad de la película, mucho mayor de la que podemos pensar en un primer momento. Es cierto que en muchos momentos puede resultar un coñazo de dimensiones astronómicas el ver a la rueda caminar y caminar, no lo niego, pero el mérito reside en hacer que 78 minutos que nos cuentan la historia de una rueda que mata gente no se hagan largos para nada, aprovechando muy bien las bazas de las que dispone (y que no quiero analizar para no desvelaros las sorpresas que esconde).
Es una peli que camina en la línea del surrealismo, por lo que no gustará a la mayor parte de las personas (hay símiles en la película que merecen aplausos en cuanto a este tema), pero a los que quieran ver a un neumático reventando cabezas por sus superpoderes, enamorado de una tía que la verdad está bastante bien para él, esta es su película.
En cuanto a las interpretaciones, correctas sin más. Una dirección la del amigo Dupieux que consigue hacer interesantes y preciosos los planos del neumático a la vez que personalizarlo o humanizarlo por así decirlo.
En resumen, yo la recomiendo encarecidamente, porque estoy convencido de que con el tiempo se convertirá en obra de culto, ya lo veréis.

5,2
10.528
7
29 de noviembre de 2011
29 de noviembre de 2011
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Al empezar a ver esta película hay que tener en cuenta una cosa: NO ES LA TÍPICA PELÍCULA DE EXTRATERRESTRES en las que los yankis se lían a tiros y al final salvan a su amada América.
Partiendo de esa base, este film supone el debut en largometrajes del director briánico Gareth Edwards, director amante de la ciencia ficción y del pulso nervioso en cada plano.
La historia podría considerarse una mezcla entre District 9 (muy recomendable) o Coverfield, pero con el ritmo de una road movie.
El planteamiento es muy muy interesante, y la forma en la que los dos protagonistas van evolucionando a lo largo de los 90 minutos es notable.
Adentrándonos en los entresijos del largometraje, el inicio no muestra para nada lo que nos esperará después. Unos títulos de crédito trepidantes que nos atrapan por completo dejándonos el corazón en un puño que poco a poco se irá abriendo con el paso de los minutos para dejar paso a lo que esconde, o en lo que se resume la historia: básicamente una historia de amor entre un chico y una chica que no empiezan con buen pie dentro de un terreno hostil que les hará unirse poco a poco.
Si esta frase resumiera TODA la película, simplemente ni me molestaría en malgastar mi tiempo escribiendo sobre ella, porque la verdad, pocas películas de historias amorosas como principal tema me han llegado realmente al corazón (este es el punto en el que me llamáis insensible, como poco).
Los puntos fuertes que hacen que esta película sea grande entre las pelis menores es el frenético inicio y un final NUNCA visto y que puede suponer la guinda en dos sentidos:
- Que opines que es la gota que colma el vaso, maldigas al director y a las pelis británicas de extraterrestres y eches unas cuantas pestes mas sobre ella.
- O que sirva para que, como yo, la consideres una joyita chiquitita de las que siempre guardas un grato recuerdo por su originalidad.
En resumen, una peli con una dirección notable para ser un debut, muy recomendable para una tarde sensiblera, y un par de escenas (como la última) que se quedan grabadas en la retina. En una palabra: Única.
Partiendo de esa base, este film supone el debut en largometrajes del director briánico Gareth Edwards, director amante de la ciencia ficción y del pulso nervioso en cada plano.
La historia podría considerarse una mezcla entre District 9 (muy recomendable) o Coverfield, pero con el ritmo de una road movie.
El planteamiento es muy muy interesante, y la forma en la que los dos protagonistas van evolucionando a lo largo de los 90 minutos es notable.
Adentrándonos en los entresijos del largometraje, el inicio no muestra para nada lo que nos esperará después. Unos títulos de crédito trepidantes que nos atrapan por completo dejándonos el corazón en un puño que poco a poco se irá abriendo con el paso de los minutos para dejar paso a lo que esconde, o en lo que se resume la historia: básicamente una historia de amor entre un chico y una chica que no empiezan con buen pie dentro de un terreno hostil que les hará unirse poco a poco.
Si esta frase resumiera TODA la película, simplemente ni me molestaría en malgastar mi tiempo escribiendo sobre ella, porque la verdad, pocas películas de historias amorosas como principal tema me han llegado realmente al corazón (este es el punto en el que me llamáis insensible, como poco).
Los puntos fuertes que hacen que esta película sea grande entre las pelis menores es el frenético inicio y un final NUNCA visto y que puede suponer la guinda en dos sentidos:
- Que opines que es la gota que colma el vaso, maldigas al director y a las pelis británicas de extraterrestres y eches unas cuantas pestes mas sobre ella.
- O que sirva para que, como yo, la consideres una joyita chiquitita de las que siempre guardas un grato recuerdo por su originalidad.
En resumen, una peli con una dirección notable para ser un debut, muy recomendable para una tarde sensiblera, y un par de escenas (como la última) que se quedan grabadas en la retina. En una palabra: Única.
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