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Críticas de Er_Séneca
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
4
24 de septiembre de 2024
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Yo creo que es legítimo preguntarse qué interés tiene, o para quién puede resultar interesante, una obra en la que el protagonista, un tal Jimmy (Fernando Guillén), se pasa prácticamente los cien minutos de duración de la misma insultando al prójimo, vejándole, humillándole, y para redondear el delito (tal como puede esperarse de esa especie de individuos) cuando el prójimo, que resulta ser Alison (Amparo Pamplona), su mujer, es una persona más débil e indefensa y claramente víctima de una relación abusiva.

En realidad, los agujeros de la obra son muchos y de buen tamaño, de tal modo que la hacen poco menos que inaguantable. Para empezar, el espectador tiene que tragarse la inagotable verborrea rebosante de agresividad de Jimmy, un fracasado con título universitario que lleva un puesto de caramelos en el mercado, supuestamente porque, de manera intencionada, no quiere ascender en la escala social (¡já!) para no hacerle el juego a la burguesía que tanto odia, y que en su infinita inteligencia proyecta en su propia mujer, hija ella misma de una familia burguesa. Ante lo cual uno se pregunta porqué se casó precisamente con esa mujer.

Las crueles diatribas de Jimmy van también contra todo lo que rodee a Alison, incluyendo sus amistades, entre ellas su amiga Helena (María Silva). Pues bien, después de ver Helena todo lo que está pasando, incluso de vivirlo en sus propias carnes, hasta el punto de aconsejar encarecidamente a Alison que abandone esa casa, cosa que ésta termina haciendo, va Helena y aprovecha para... liarse con Jimmy. Por favor, un poco de seriedad.

Por su parte, Cliff (Eusebio Poncela), el compañero de piso de la pareja, que no sabemos porqué está ahí, se nos presenta como un contrapunto más prudente y equilibrado, cuando sin embargo apenas mueve un dedo para acabar con el continuado atropello, por ejemplo, partiéndole la boca a Jimmy. Y tiene gracia que el personaje realmente más sensato que llegamos a ver sea precisamente el padre de Alison (Gabriel Llopart), o sea, uno de los seres más detestados por Jimmy.

Por desgracia, es tanto el lastre negativo de la obra, que arrastra consigo a todo el equipo que ha participado en su representación, que en mi caso es el que impide que le otorgue la nota mínima. Sí, la realización es muy buena por parte de un Alfredo Castellón para quien, a esas alturas, el medio televisivo no tenía secretos. Sí, el reparto es excelente y cada uno de sus integrantes está estupendo en su papel, pero para transmitirnos un discurso vacuo y trasnochado.

Además, aunque esto sea algo de importancia menor, se supone que Jimmy tiene 25 años, y Fernando Guillén en aquellos momentos tenía ya 43, y se nota; aunque la verdad es que no importa mucho, porque el espectador, desde los primeros minutos de la función, va perdiendo rápidamente el interés en lo que en resumidas cuentas no es más que una continuada pataleta desabrida, estridente, desagradable, de un sujeto poco recomendable. Como la propia obra.
Er_Séneca
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7
23 de septiembre de 2024
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Alemania, 1885. Con motivo del festival musical que se ha organizado en su capital del mismo nombre, el pequeño principado de Imlingen ha invitado a una famosa cantante y voz residente de la Metropolitan de Nueva York, Maddalena Dall'Orto, que no sólo cantará en el palacio de la Ópera local, sino que también intervendrá en la representación de la Pasión según San Mateo de Bach en su catedral de Santa María. La dama es recibida por un entusiasta comité de bienvenida encabezado por el propio príncipe, pero al poco se descubre que no es una desconocida, sino la mismísima Magda von Schwartze, una mujer natural del lugar que se vio obligada a abandonarlo ocho años antes para evitar la humillación y el oprobio ocasionado por un desliz de juventud...

Estrenada en España con el título que encabeza esta crítica, y en yanquilandia como "Magda" (tiene su gracia, porque luego los vencedores prohibieron de manera absurda durante muchos años su ulterior exhibición, en un acto que dice bastante de su nivel intelectual), es éste uno de esos sólidos melodramas que tan bien sabían tejer los alemanes tanto en su país como fuera de él, y si no que se lo pregunten a Douglas Sirk. A lo largo de la cinta vemos desfilar los componentes más característicos de este maravilloso género, como la protagonista víctima de su pasado pero a la vez deseosa de recuperar sus raíces, su desdén y enfrentamiento hacia el corsé de los convencionalismos sociales que asfixian sus íntimas ansias de libertad, las sorpresas argumentales que buscaban provocar ese "¡oh!" en el espectador, la pasión, la decepción, la tragedia, en definitiva, el exceso emocional, todo ello acompañado por una muy apropiada banda sonora.

Por supuesto, no puede pasarse por alto la estupenda interpretación (dentro de un trabajo solvente por parte de todo el reparto) de Zarah Leander dando vida, literalmente, a la protagonista, alternando entre la diva de éxito con los tics propios del estrellato, y la hija pródiga que busca desesperadamente la reconciliación; destacan muy especialmente las piezas que canta al principio y en los metros finales de la cinta, que ayudan no poco a establecer las diferentes atmósferas argumentales: nada que envidiar a la Dietrich o a la Garbo en glamur y embeleso.

Es una lástima que una película tan interesante, y que le valió a Carl Froelich el premio al mejor director en la Mostra de Venecia de 1938, esté hoy día, no sólo olvidada, sino abandonada: no se la ha restaurado como merece, a la Criterion, y las copias existentes son de mala calidad, mutiladas y con defectos tales como mínimos pero muy frecuentes saltos de imagen, aunque aún con todo permiten un aceptable visionado; esperemos que algún dia se haga justicia y el buen aficionado pueda disfrutar de este producto en condiciones. Recomendada, por supuesto.
Er_Séneca
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7
21 de septiembre de 2024
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Interesante muestra de lo que se podría llamar cine neo-noir, o cine negro sin más, de nuestros días, por supuesto con muchos aderezos propios de la cultura y el tiempo en que fue creada, pero conservando algunos de los ingredientes esenciales del género: el antihéroe (Viktor) atrapado en una situación peliaguda y obligado a tomar decisiones desesperadas en su búsqueda de una salida que se va alejando cada vez más; un entorno urbano de ambiente deteriorado y decadente, como en este caso los muelles de la ciudad, con el contrapunto de las viviendas modernas situadas en otras zonas de la ciudad; o la femme fatale (Nika), bella y seductora, aparentemente ingenua, que parece la solución a las angustias del protagonista pero que puede ser capaz de asestarle una puñalada trapera en el momento menos pensado.

Sin embargo, a todo ello la cinta en cuestión le aporta matices originales muy particulares, uno de los cuales consistente precisamente en situar la acción en la ciudad que le da nombre, de la cual se destacan sus extensos espacios abiertos al mar más que las propias calles, a la vez que el día es un factor más utilizado que la noche. Por supuesto, al igual que en las noir clásicas el teléfono solía jugar un rol de importancia, aquí el móvil se muestra decisivo en todos los momentos clave de la acción, siendo el vehículo que nos da a conocer el revés sorpresa de los minutos finales. Y por no alargarme más, el papel crucial que juega en el desarrollo de los hechos el demencial cierre de fronteras que se dio en el mundo en el segundo trimestre de 2020, el cual afecta directamente a los planes de Viktor y en definitiva a la resolución de la historia.

Sólidamente realizada, dignamente interpretada, y con un guion de mucho oficio que sabe mantener la atención del espectador (no en vano interviene en el mismo el veterano de mil batallas Karen Shakhnazarov), amén de una banda sonora que, sin ser especialmente brillante, no es intrusiva y acompaña la acción con acierto, es éste un producto de calidad que le planta cara perfectamente, y en muchos casos con ventaja, a las producciones yanquis contemporáneas del mismo corte. Recomendada.
Er_Séneca
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6
19 de septiembre de 2024
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Adaptación muy libre de las infames correrías criminales del famoso asesino en serie Landrú, de quien se tiene la seguridad que asesinó a diez mujeres y al hijo de uno de ellas, aunque probablemente ese número sea muy superior. La película en sus 90 minutos apenas da para cubrir algunas de esas muertes (no las diez que se implican en el título original), se inventa algunas cosas (como la típica relación romántico-monetaria que provoca en el protagonista el comienzo de su carrera delictiva) y se deja fuera muchísimo (como el matrimonio con hijos del propio Landrú) presentándonos a un sujeto bastante más atractivo y encantador de lo que aparentaba ser el original.

Por supuesto, el aficionado tanto al cine negro como a la crónica negra hubiese preferido una trama que se ciñese con más fidelidad a los hechos verídicos, o al menos tal como aquellos quedaron contenidos en la sentencia que condenó a Landrú en 1921. Con todo, la cinta está bien estructurada y dirigida con oficio por el hermano mayor del mismísimo Billy Wilder, William Lee Wilder (más dado a la ciencia ficción de bajo presupuesto), mientras que el guión, convencional pero ameno, es obra del hijo de éste, Myles Wilder.

El gran George Sanders por su parte borda su papel, en el cual hace en buena medida de sí mismo en el sentido de dotar al personaje del temperamento y las maneras que caracterizaban su propia imagen pública: elegancia, distinción y buenos modales, excepto, por supuesto, cuando llega el momento de hacer caja y despacha a la acaudalada fémina de turno, empleando para ello una gran variedad de métodos; entre las occisas se encuentra la propia corista por la cual el Landrú de esta versión empezó su carrera delictiva, al descubrir que la misma le ponía los cuernos de manera reiterada.

En pocas palabras, la peli no tiene aspectos especialmente destacables, pero tampoco tiene fallos de importancia (salvo tal vez un final un tanto flojo y previsible), resultando lo suficientemente entretenida, e incluso intrigante, como para merecer un visionado.
Er_Séneca
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6
18 de septiembre de 2024
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Sólido poliziottesco localizado en Brescia, capital de la Lombardía italiana, con varios, aunque no todos, los ingredientes del género, como una cierta dosis de violencia (aunque menor que en muchos otros productos de similar factura), una frenética y bastante conseguida persecución por las calles de la ciudad, y la habitual corrupción en las altas esferas a la que se enfrenta, entre dudas y sinsabores, el íntegro y cabal comisario Cardone, recién incorporado al puesto, a quien encarna un sobrio Enrico Maria Salerno en una sólida interpretación.

La cinta no es lineal en el sentido de que tiene más o menos una primera parte en la que se va acumulando silenciosamente la intriga derivada de las investigaciones de Cardone en relación a una plaga de secuestros que están asolando la ciudad, su frustración y sus confrontaciones con todos aquellos que mantienen viva la calamidad a fuerza de pagar los rescates, y una segunda parte en que esa tensión acumulada va estallando progresivamente en un crescendo de acción y peripecias diversas, coronadas por un inesperado giro argumental.

No hay subtramas ni romances que distraigan al espectador del desarrollo de los acontecimientos (salvo un par de charlinas de naturaleza pretendidamente política, también propias de todo poliziottesco que se precie), pero no por ello, o quizá gracias a ello, la peli no flojea y mantiene el interés hasta el final. Jean Sorel está bastante desperdiciado en un papel de muy pocos minutos, así como Lee J. Cobb en el suyo, en el que claramente está como gancho de audiencia. Mención muy especial merece la estupenda banda sonora de Stelvio Cipriani, con un auténtico temazo acompañando los créditos iniciales, tan bueno que lo repetiría posteriormente al menos en otra película, "Tentáculos". En resumen, recomendada para los amantes del género, y lo bastante entretenida como para no defraudar al resto si se deciden a un visionado.
Er_Séneca
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