En lo personal es mi película favorita, por lo que tal vez afecte mi crítica objetiva.
Pero va mucho mas allá de ser objetivo o subjetivo decir que es una obra maestra del cine en general y de las películas de mafia en particular.
El comienzo es arrollador, con esa música inolvidable del gran Giorgio Moroder. Cuando aparece Pacino se come la película, interpretando magistralmente al legendario mafioso cubano Tony Montana, con movimientos expresivos y posturas dignas de un gángster. Como si hubiera nacido para ese papel. Que no lo tuviera en cuenta la Academia para los Oscars es un absurdo. Pero no importa, porque la interpretación de Al trascendió a la indiferencia de la Academia.
Que decir de su coprotagonista Steven Bauer, en la piel de Manolo, el mejor amigo de Tony. Impecable actuación, nunca se sale de su papel e irradia empatía.
El elenco es impecable en general, con actores de gran talla como Robert Loggia y F. Murray Abraham (quien dos años después ganaría un Oscar por su papel en Amadeus), y muy buenas actrices como Pfeiffer en el rol de Elvira, el amor platónico de Tony, y una joven Mary Elizabeth Mastrantonio haciendo de hermana de nuestro Montana.
El film es apabullante de principio a fin, nunca llega a cansar o aburrir, siempre sigue un hilo conductor que lleva al espectador a vivir la historia y ponerse en la piel de Tony casi como si fuera aquel.
Es por lejos la obra maestra de De Palma, y una de las 5 mejores películas de mafia de todos los tiempos.

Realmente me sorprendí al ver esta película por primera vez. Con esa maravillosa banda sonora desde su comienzo ya arranca uno a verla con empatía, con un Jon Voight en estado de gracia presumiendo de su atractivo masculino y vestido de cowboy para conquistar la gran ciudad. Y entonces uno se compenetra y se mete en el film acompañando al protagonista en sus aventuras y desventuras, y lógicamente uno percibe esa hermosa amistad con el personaje de Dustin Hoffman a prueba de todo. Genial actuación de Dustin también.
La película es dramática, brillante y emotiva a la vez, cruda como la vida misma, pero realista a más no poder.
Ganó merecidamente el Oscar a mejor película en 1970, y no fue por nada. Muy recomendable.

Y es así, en lo personal es la mejor película del maestro Martin.
Con un Robert De Niro soberbio (haciendo el papel de su vida) en la piel del boxeador Jake La Motta, la película empieza con una música sublime, un intermezzo de la Cavallería Rusticana de Mascagni. Ahí uno presiente que va a ser una joya del cine.
La actuación de Joe Pesci es impresionante, no tan excelsa como la de Buenos Muchachos, pero actúa a la par de De Niro, con quien hizo una de las mejores duplas de la historia del cine. Carácter, personalidad, brillantez, expresividad, lo tenía todo Joe.
La bella Cathy Moriarty no deja nada que desear, bordando su papel de esposa de Jake, combinando su belleza particular con un talento nato para actuar.
Lo mismo con Frank Vincent, quien acompañó a De Niro y Pesci en Buenos Muchachos y Casino.
En fin, la película tiene una excelente y refinada banda sonora, escenas y ambientación de ensueño, y actuaciones memorables. Muy notable que Scorsese haya decidido hacerla en blanco y negro, la hace más mítica a la película.
La masterpiece definitiva de Scorsese.