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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
1 de abril de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película goza de un plantel de actores bastante acertado; Carme Elías, en particular, está pletórica en su papel de madre religiosa, convence tanto que aterra. Nerea Camacho hace de Camino en un papel complicado, está a la altura, no desentona. Por lo demás, aunque ciertos personajes están dibujados con un perfil rayando lo tópico, Fesser consigue un reparto por encima del aprobado. Lo peor: abusa bastante del melodrama y de la “lágrima fácil” y, quizá, las escenas fantásticas de los sueños de Camino en ciertas situaciones resultan irrelevantes y prescindibles. El film concluye con un entramado complejo, bien construido, una carambola dificil pero acertada. Así las cosas, nos encontramos ante una película notable cuyos defectos no desvirtuan sus puntos fuertes: su contundencia y su fuerza.

Lo jugoso del film es la radiografía que hace Fesser del Opus Dei, sin meterse en camisa de once varas, consigue una visión neutral, convincente y veraz. Deja a un lado la interpretación personal lo que permite que la sinrazón de la “Obra” caiga por su propio peso. En la película, la secta manipula e interpreta a su manera la vida de una niña con el fin de conseguir sus objetivos. Lejos de cuestionar la religión en sí, asunto que aborda por la tangente, Fesser denuncia el fanatismo de la secta de Escrivá de Balaguer y su modo de entender la religión de una forma radical, carente de lógica y que desvirtua al individuo.

El Opus Dei se caracteriza por llevar al extremo el mensaje de una Iglesia, ya de por si extrema, ejerciendo un proselitismo agresivo y un sectarismo enfermo. Reduce a lo insignificante el valor de la vida humana subyugandola a Dios. Resulta inhumano el insulto a la vida que hace el sector que ahora la defiende a golpe de pancarta. Decir que viven anclados en la sociedad del medievo sería un error, una falta de respeto para sociedad de aquella época, despliegan tal desprecio por lo humano y lo mundano que no parecen de este planeta. Fesser consigue hacer un retrato del Opus Dei que ilustra y horroriza a partes iguales.

En resumen, un film para la reflexión, para el análisis, para darnos cuenta que el integrismo no se esconde “en remotas montañas”. El Opus Dei es una lacra social para todo aquel individuo que ama al ser humano, persigue el progreso y disfruta la vida.
1 de abril de 2009 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Históricamente el séptimo arte ha sido, quizá, algo rácano con una figura tan trascendental en nuestra era. Dejando a un lado el lamentable film Che! de Richard Fleischer, cuyo guión es un panfleto anticomunista, hemos tenido que esperar hasta el 2008 para que el tándem Steven Soderbergh - Benicio del Toro realice algo digno alrededor de la figura de Ernesto Guevara. El director norteamericano Steven Soderbergh ha realizado un biopic de Guevara algo ambiguo pero acertado, nos relata la historia del Che desde que conoce a Fidel Castro y se lanza con él hacia la revolución en Cuba hasta su muerte en Bolivia.

Originalmente la película constaba de una sola parte y así se proyectó en el festival de Cannes pero, dada la extensión de la cinta, por motivos comerciales se dividió en dos partes: Che: el argentino y Che: guerrilla. Guevara es un personaje complejo y polémico por eso una película sobre él se esperaba con escepticismo, la línea que separa lo objetivo de lo parcial es casi imperceptible en esta ocasión y más aún cuando se trata de un director norteamericano. Pero, un inteligente Soderbergh, que se basa en los diarios del propio Che para dar verosimilitud, guarda la distancia suficiente y obligada para conseguir darle credibilidad y objetividad al film llegando incluso a pecar de documental y didáctica. Esto aplica a la película un matiz un tanto frío, distante y deshumanizado, circunstancia que salva el propio Guevara con sus discursos solidarios, revolucionarios, empáticos, didácticos y éticos. Si hay algo irrefutable en Che: el argentino y Che: guerrilla es la idoneidad de que Ernesto Guevara sea encarnado por Benicio del Toro. Clava su personaje con una eficiencia proporcional a la dificultad del papel. Mickey Rourke y Sean Penn empequeñecen al lado del enorme del Toro. Está soberbio, le pone tal entrega y corazón a las palabras del Che que adquiere una magnitud épica, a la altura del mito.

Pese a la notable adaptación del personaje que ha hecho Soderbergh, es pretencioso pensar que podemos resumir el mito en cuatro horas de película. El Che fue un personaje de tal magnitud que haría falta un estudio profundo y delicado para llevar a la praxis el que seguramente fue el personaje mas apasionante e ilusionante del siglo XX. Una figura valiente, insobornable, invencible ideológicamente, indomable, implacable, impactante, admirable, una de esas personas que hacen más perfecta la raza humana.

(Sigo en Spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La complejidad de Ernesto Guevara hace indispensable un conocimiento previo sobre su figura y su pensamiento antes de ver el film, para lo cual es recomendable ver Diarios de motocicleta de Walter Salles (basado de nuevo en diarios del propio Guevara). Dónde se narra la odisea que vivió Ernesto Guevara, cuando era un joven estudiante de medicina de 23 años, y que le llevó a recorrerse con un amigo el continente latinoamericano en motocicleta. Viendo esta película se puede comprender un poco mejor los motivos que llevaron al Che a dedicar su vida a luchar al lado de los oprimidos, a velar por la justicia y a perseguir una patria global que aflore lo mejor cada individuo. Él, más que nadie, creía en el amor y creía en el ser humano. El propio Guevara lo resume excepcionalmente cuando dijo aquello de que “el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor: amor a la humanidad, amor a la justicia y amor a la verdad”.
1 de abril de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Milk (Mi nombre es Harvey Milk en España, por eso de que las distribuidoras españolas le ponen a las películas el título que nos da la gana) de Gus Van Sant (Elephant) es la última película que protagoniza Sean Penn y por la que ganó el Oscar a mejor actor, por encima de su “hermano” Mickey Rourke, en la pasada edición. Es un film biográfico sobre la figura de Harvey Milk, el primer político abiertamente homosexual que en 1977 consiguió un cargo público en EEUU.

Gus Van Sant nos narra el film de una forma dinámica, cambiante, dónde mezcla la ficción y el documental de forma eficaz; para lo que se vale de un guión bastante notable (Oscar a mejor guión original) en los cuales los personajes están construidos a la perfección. Nos cuenta la historia política de Milk, desde que se muda a San Francisco hasta que es asesinado un año después de obtener un cargo público. Muestra, además, la transformación que vive San Francisco en esa época y la serie de acontecimientos sociales que desencadena el debate sobre la homosexualidad en la sociedad americana.
El éxito de la película puede entenderse gracias al llamado efecto Obama, un hombre carismático que trae la esperanza y el cambio, política americana en estado puro. Milk lucha por la defensa de los derechos civiles gays, por un reconocimiento lógico y merecido que, sin embargo, supone un profundo cambio en la sociedad de la época. Abrió, a trancas y a barrancas, las puertas hacia la consecución de los derechos homosexuales (derechos que en muchos países aún quedan muy lejos). Fue un brillante activista político y un autentico líder. Hecho indudable al ver como Milk se abre paso en una sociedad muy cerrada para “reclutar” adeptos a su causa, como promueve la movilización de un colectivo fantasma y como activa la lucha callejera y las manifestaciones gays.

Harvey Milk es uno de esos personajes que marca a las generaciones posteriores. Una historia esperanzadora dentro de la política, un puñetazo sobre la mesa contra las injusticias sociales, una figura para seguir creyendo en la lucha política y en la defensa de los ideales. Un hombre comprometido con su causa, en la que volcó cuerpo y alma, como refleja bien la película: “si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios”.
Cómicos
Documental
España2009
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Documental, Intervenciones de: Manuel Andrés, Aurora González, Amparo Pacheco, Luis Gaona
6
17 de abril de 2010 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se plantea una road movie sobre la última compañía de teatro ambulante, uno puede pensar que será un viaje de resistencia y comicidad por las carreteras del país. El documental dista un poco de esta idea, y aunque comienza planteando la cotidianidad de la compañía, rápidamente se centra en la vida de varios actores que en las rectas finales de su vida sobreviven con distinta suerte echando la vista a un pasado más activo.

De esta forma se nos presenta un montaje en el que se combinan imágenes de archivo, de filmotecas, NO-DO o televisión, junto con imágenes propias. Narrado todo por la voz de los protagonistas. Un planteamiento que nos construye una idea a grandes trazos del modo de vida de la compañía y que contrasta con las historias personales de los actores con un marcado tono emotivo.

En resumen, un documental agridulce, que si bien deja en la retina imágenes suficientes como para hacernos una idea a grandes rasgos del ambulante oficio; abusa de lo emotivo y lo personal dejando un sabor amargo de una perspectiva aciaga sobre una manera de entender el teatro sentenciada.
1 de abril de 2009 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lost in La Mancha es el que podríamos considerar el primer “unmaking off” del cine, un documental acerca de una película que nunca existió. Llevar a Don Quijote al cine era el sueño de Terry Gilliam, director de películas como Brazil o Doce monos y antiguo miembro de los Monty Python. Trabajó diez años en el proyecto de la película “The man who killed Don Quixote”, un ambicioso film que contaba en el reparto con Johnny Depp. Desde el principio, su película fue una odisea, Hollywood le cerró las puertas y buscó financiación en Europa por lo que su presupuesto se vio mermado drásticamente; lo que supuso recortes y cambios en el guión. A partir de ahí, la cascada de desgracias fue en aumento, la preproducción fue surrealista y a la hora de rodar la Ley de Murphy aplastó las esperanzas de Gilliam. Empezaron rodando en Navarra, en lugar de en La Mancha, justo al lado de una base militar de la OTAN, el ruido de los aviones y las lluvias hicieron imposible el rodaje. El actor que debía interpretar a Don Quijote, el francés Jean Rochefort, que había estado preparándose el papel siete meses y aprendiendo inglés otros tantos, sufrió una doble hernia discal al poco de comenzar y tras semanas de dudas finalmente tuvo que abandonar el proyecto. El sueño de Gilliam se esfumaba.

Lost in La Mancha es un documental bastante recomendable, muestra la dificultad de hacer una película y los esfuerzos de un director para llevar a la gran pantalla la película de su vida. Recientemente se ha sabido que Terry Gilliam ha retomado el proyecto, espero que de su fracaso aprendiera que si quieres rodar un film de Don Quijote debes hacerlo en La Mancha y no entre montañas navarras.
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