Una enfermera absolutamente inexpresiva de un psiquiátrico conoce en un accidente a un ex-militar por el que se obsesiona de un modo que recuerda a Ameliè, pero sin la magia ni el detallismo bien cuidado. Habría que aplaudir (plas plas) al que haya elegido la música al piano, ya que es lo único que se podría destacar del filme y aún se podría decir que es de lo más monótono. En general es bastante incongruente y pretenciosa, sólo la recomendaría a alguien que realmente no tenga un listado propio de películas pendientes de ver y dos horas que poder desperdiciar.

Sorprende pensar que ya en la segunda película dirigida por el neurótico más conocido del cine, pueda definir tanto el trabajo de un genio.
Es fundamental verla para discernir entre las diferentes formas de humor (que han servido de inspiración para humoristas de lo más actuales en la parrilla televisiva española ). Una comedia en la que ya se ven algunos pilares básicos del cine de W.Allen (convivencia conyugal, situaciones surrealistas.. ) donde se puede apreciar un formato de hora y veinte minutos que pasa tan rápido proporcionando al espectador un estado de euforia que incrementa en el cerebro los impulsos que activan el sistema de recompensa y de agradecimiento al comprobar que no han perdido el tiempo sino que han ganado una sonrisa.

Enmarañado asunto romántico en el que se ven involucrada una familia, hasta ahí propio de Allen, pero no tiene la esencia que lo hace ser desternillante ni el genio del que usualmente hace gala.
Es predecible hasta límites insospechados, lenta y no es capaz de conmover.
La moda de utilizar actrices "de moda" que llamarán la atención del público de cerebro blando y que se sube al carro de las celebritys tiene la culpa de que directores de prestigio y gran talento como él acaben dirigiendo a muchachas como Penélope Cruz en una lamentable Vicky Cristina Barcelona y ahora a Freida Pinto, insulsa como nadie (lo habría hecho con mayor pasión un besugo degollado). Por el resto, es una lástima desperdiciar el talento de Anthony Hopkins en un abuelete verdoso, pero un gozo ver a Naomi Watts.

La película es una versión muy azucarada del libro de Boris Vian, hasta ahí nada que destacar. El problema es cuando te ha gustado el libro y tienes curiosidad por saber cómo lo han enfocado, pues bien, han utilizado los nombres y un leve velo de racismo que rezuma a borbotones en el libro. Es bastante lenta, sobretodo si se tiene en cuenta que el libro es bastante ligero y fácil de leer. La música parece que fue reciclada de una de misterio de serie B y bueno, al menos los negros lo eran de verdad y no actores pintados con betún. Recomiendo verla en original y sin haberse leído el libro

Película que desmitifica Brasil tomando como protagonista el tema de las favelas, la "vida" o más bien supervivencia de la gente que vive en ellas. No sé si es que personalmente he leído bastante sobre el asunto, o ya he visto documentales, reportajes suficientes sobre el tema pero la película a mí no me ha aportado nada nuevo. Creo que llega un momento en el que resulta cargante, aunque he de reconocer, en cuanto a tecnicismos se refiere, la fotografía es excelente. Tiene la capacidad de impactar sin que sea por la sangre, eso hay que reconocérselo.