Así de claro la mejor serie de este género con diferencia. Vic es un policia corrupto y se salta todas las normas con tal de hacer valer la ley como la entiende él. Y ahí esta el encanto de esta serie todos son angeles y demonios, buenos y malos...

Durante las 3 primeras temporadas que yo he visto la intensidad no decae, las nuevas incorporaciones son muy interesantes y mantiene un nivel muy homogeneo.

Estamos ante un documental "artístico" donde a lo largo de hora y media podremos escuchar a Kurt Cobain hablar acerca de su infancia, de su utilización de las drogas como solución a sus dolores físicos y espirituales, sus relaciones personales y casi en segundo plano de su banda. Mientras la voz va por un lado, las imagenes van por otro: vagan por paisajes, rostros anónimos de la ciudad de su infancia.

No se si debido a la falta de derechos, que va a ser esto, o por el supuesto toque artístico se obvia la utilización de imágenes o canciones de la banda lo que es un error. Otro de los fallos es el lento ritmo de la narración, con lo que te queda la sensación de que no hacía falta hora y media para este viaje.

Sin ningún preámbulo, el protagonista se ve dentro del infierno que representa una carcel. La sensación de ser novato, de no entender porque te ocurre esto a tí está conseguida en este primer tramo de película.

En el siguiente tramo viene la adaptación al medio, que es lo que puedes hacer, la jerarquía... aquí la película pierde algo de interés al no profundizar en los compañeros de celda.

Y en la parte final tenemos la transformación, acompañada de un buen desenlace aunque a mí me hubiera gustado saber más de las consecuencias de sus actuaciones.

En resumen, película por encima de la media que se deja ver del tirón.

Cuando acabé de ver la película pensé, vaya chorrada de argumento: un niño bien que vive con un halcón en su piso , acaba trabajando en el corazón de la CIA donde tiene acceso a información vital que vende a los rusos con la ayuda de su amigo narcotraficante.

Pues fijate tú que tras leer un poco resulta que la historia real es aún más rocambolesca, pero eso lo dejaré para el spoiler.

Como película prometía más de lo que realmente es, dos horas de poca intriga y espionaje chapucero. Las actuaciones no están mal sobre todo Sean Penn con su ridículo bigote, intentando convencer a los rusos de que es un gran espía. Para pasar el rato.

Se trata de un documental muy duro, muy triste, de esos que ponen la vida en perspectiva y que te hacen pararte a relativizar las cosas un poco.

No es para menos pues se trata de un drama tremendo, más incluso que la muerte, pues, además de esta, el paciente de ELA pierde sin remisión el movimiento de todo su cuerpo. En palabras de un doctor en el documental, los diagnosticados de ELA acaban prefiriendo que les hubieran diagnosticado cáncer, alzheimer o cualquier otra cosa.

Si a esto le sumamos que eres un virtuoso de la guitarra y que estas empezando a triunfar, tenemos los ingrediente para el máximo drama.

Pero aún así, el documental esta contado de tal manera y la actitud de Jason, ante lo que se le viene encima, tan valiente, que hay un hueco para la esperanza.