Una periodista está investigando la desaparición del inspector Clouseau, con entrevistas a las personas que lo conocieron, entre ellos David Niven. El argumento es en realidad una excusa para homenajear al protagonista absoluto de la serie, Peter Sellers, que había fallecido dos años antes, permitiendo al público volver a reirse con los mejores momentos de Clouseau y ver escenas inéditas de las anteriores películas.

Como hacían sus coetaneos europeos Tolkien y C.S. Lewis, Robert E. Howard escribía sobre una época ficticia de la historia que podría denominarse pseudo-medieval. Mientras que las adaptaciones cinematográficas de Tolkien (El Señor de los Anillos) y Lewis (Las Crónicas de Narnia) se han estrenado recientemente, Conan fue llevado al cine con gran éxito a comienzos de los 80, y si bien carece de los efectos especiales de hoy día, recrea a la perfección las aventuras del bárbaro, destancando muy especialmente la impresionante banda sonora.

Oliver Stone fue el encargado del guión, y demostró ser un gran conocedor de "Las Crónicas Nemedias".

Como curiosidad, la presencia al inicio de la película de Jorge Sanz como Conan de pequeño y Nadiuska en el papel de su madre.

Una auténtica locura, desde los traumas del "Ichi" del título (que no es el personaje que sale en la carátula) hasta cada una de las situaciones de la película, marcadas por una violencia extrema, por la obscenidad y por un macabro sentido del humor. Una película que vale la pena ver, pero aviso: hay escenas muy desagradables para los que no estamos acostumbrados al cine gore.

Si la primera tenía la originalidad del argumento y la segunda unos efectos especiales nunca vistos, esta tercera película tan sólo aporta un final inecesario que, pese a hacer que la historia cuadre, carece de la espectacularidad de las películas anteriores y llega de forma demasiado tardía.

Con el Señor de los Anillos, Peter Jackson hizo lo que muchos directores antes habían intentado pero ninguno había conseguido: hacer de un muy buen libro una muy buena película. Esta vez ha afrontado el reto de hacer un remake, y lo ha vuelto a lograr: emociona y fascina como la primera, es realmente magnífica.