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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
10
25 de noviembre de 2016
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que alguien me ha preguntado sobre qué trata la serie, no he sabido exactamente qué responder. Porque una definición al uso de "la vida diaria de una madre joven y su hija" me ha parecido muy simplista. Es difícil explicar lo que Gilmore Girls aporta. Si tuviese que escoger una palabra sería MAGIA.
Sí, utilizan un filtro mágico para presentarnos la vida en Stars Hollow, con conversaciones mágicamente inteligentes y personajes mágicamente excéntricos.
Y eso, lo he echado mucho de menos. Y eso, es lo que me ha devuelto este "A Year In The Life".
Han cambiado las circunstancias, han cambiado los personajes con el tiempo, pero no ha cambiado la forma de hacer partícipe al espectador de sus vidas.
Honestamente no esperaba nada de esta secuela, no me importaba quién acabase con quién o el éxito de cada cual. Sólo necesitaba estar ahí, otra vez, e impregnarme de ellas, de todo.
GRACIAS
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
He echado tremendamente de menos a Richard. Ha sido la parte más emotiva de este revival. Todo está lleno de su ausencia.
28 de mayo de 2018
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Mozart compuso Réquiem dijo “me temo que estoy escribiendo un réquiem para mí mismo”, quizá por eso nos acompaña durante “Matar al padre”, como presagio de lo inevitable, de que lo que tememos es justamente lo que recibimos como respuesta a ese temor.

Esto es precisamente lo que le pasa a Jacobo Vidal (Gonzalo de Castro), protagonista de esta miniserie de cuatro capítulos, dirigida por Mar Coll, producida por Escándalo Films y distribuida por Movistar+. Cada capítulo corresponde a una época concreta de la historia reciente española, empezando con el boom económico de 1996 y acabando con la crisis en 2012,sirviendo para contextualizar la historia y utilizarlo de manera casi metafórica en la evolución del protagonista.

Lo primero que sabemos de Jacobo es que tiene una relación complicada con su padre, que se halla en estado terminal y al que considera responsable del mayor trauma sufrido en su vida, el asesinato por parte de su progenitor de su perro, un pastor alemán que éste mismo le regaló. A partir de aquí nos muestran a un hombre extremadamente neurótico, con trastorno obsesivo, controlador compulsivo, tóxico,que enrarece todo el ambiente que le rodea.

A medio camino entre la comedia y el drama conocemos a su familia. Tomás, un muchacho apocado, enfermizo e infantil, con el que Jacobo tiene una relación de acoso y dependencia. Valeria, el ojito derecho de papá, independiente y directa. E Isabel (Paulina García), su mujer, terapeuta incapaz de controlar los problemas internos familiares, siendo el contrapunto justo a su marido.

Y aún así, casi comprendemos a Jacobo, a pesar de ser muy irritante. Donde creció, el ambiente donde se crió lo moldeó tal cual, llegando él mismo a creerse que es un buen padre y que no hay otra manera de educar que la suya.Y es eso lo que puede redimir en cierto modo a este padre imperfecto de manual, que vive con la convicción de que sólo intenta proteger a su familia de este mundo tan hostil como él mismo lo califica.

Convirtiendo su herencia familiar en la piedra que Sísifo empuja, presenciamos aterrados como Tomás hereda su miedo y Valeria su agresividad.

La serie es un esbozo bastante realista del clima creado por herencia familiar de agresividad y opresión. No es explícita ni morbosa, pero la atmósfera nos muestra que la violencia está presente en cada plano, sino es con un collarín, lo es con un embarazo de riesgo o un ojo morado.

Y es esa precisamente la gran pega que le encuentro, parecer un boceto en lugar de la obra terminada. Me hubiese gustado profundizar más en los traumas creados, en no pasar tan de puntillas con algunas cosas, el que la comedia no le gane tanto terreno al drama en algunos aspectos. Reconozco que es un tema muy delicado y que el humor puede ayudar a manejar la tensión en el espectador, pero personalmente hubiese incidido más en esto. Y esa tendencia al determinismo a lo largo de la historia es realmente triste.

Los episodios se desarrollan a un ritmo más que adecuado, tomándose el tiempo justo para que podamos conocer y comprender a los Vidal.

Fenomenal ambientación de la historia en Barcelona, intercalando diálogos en catalán y en castellano, no resultando ridícula como en otras tantas series que lo del idioma es tratado de manera tan poco rigurosa que es insultante para el espectador.

Recomendable como acercamiento al tema de traumas paternos-filiales, en la forma es muy divertida y en el fondo es una tragedia. Una narrativa bastante interesante la de esta directora.

www.cineredux.com
15 de octubre de 2017
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
1939. Ocho personas son invitadas de manera extremadamente misteriosa a pasar unos días en la isla de Soldier. Cuando llegan, los anfitriones, los señores Owen, están ausentes. En su lugar los reciben unos desconcertantes y recién contratados sirvientes.

¿Qué tienen en común estos extraños? Están acusados cada uno de ellos de haber cometido un asesinato, como así se encarga de hacerles saber el gramófono que suena durante la primera cena en esta casa. Eso, y que pronto empezarán a aparecer asesinados ellos mismos al ritmo de una vieja canción infantil.

Éste es el punto de partida de “Diez negritos” (And Then There Were None), miniserie producida por la BBC en 2015 con motivo del 125 aniversario del nacimiento de una de las autoras que más ha aportado al universo detectivesco y del thriller, Agatha Christie.

La responsable de la adaptación de este clásico es Sarah Phelps, conocida por sus también adaptaciones para televisión de Oliver Twist y Grandes esperanzas.

La historia, dirigida por Craig Viveiros, consta de tres episodios de 60 minutos cada uno y nos ofrece unas magistrales interpretaciones de algunos actores ya sumamente conocidos como Charles Dance (Juego de Tronos), Toby Stephens (Black Sails) o Sam Neill entre otros.

¿Por qué considero necesario hablar de esta miniserie? Dos motivos de peso me conducen a ello.

El primero es que en esta época dorada de series, en las que algunas de muy dudosa calidad triunfan, me parece una injusticia que pequeñas joyas como ésta pasen desapercibidas.

El segundo, que también en estos tiempos donde parece que las únicas aportaciones al género de suspense sean, en ocasiones, giros de guión inesperados y absurdos, donde los trailers mienten o destripan, una vuelta al misterio clásico puede resultar refrescante e incluso algo innovador. Y así resulta en este caso. Con una premisa tan sencilla se construye una historia de intriga tan brillante.

Aprovechando el macabro juego de eliminación de los invitados, entramos en la paranoia de los protagonistas, sentimos su pánico, sus temores. Y es que es realmente abrumador el resultado de este pulcro rompecabezas, convirtiéndose en ensayo sobre la justicia y la culpabilidad. Una puesta en escena y una trama muy teatral, que hace que los amantes del misterio mantengan el interés hasta el minuto final.

Una serie muy compacta, adornada con un maravilloso lazo de ambiente triste y gris inglés, que no roba mucho tiempo y asegura un grato entretenimiento.
19 de noviembre de 2017
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pasado 5 de septiembre se pre-estrenó la séptima temporada de la serie original de Ryan Murphy y Brad Falchuk American Horror Story: Cult, que ha contado en esta ocasión con 11 capítulos.

Como pasaba con anteriores temporadas, nos encontramos ante una propuesta perturbadora, morbosa e irreverente. Ya estamos acostumbrados a la acidez que nos provoca cada episodio, cada temporada. Es por eso mismo por lo que se ha convertido en una serie a la que se ama o se odia. Es tan extrema en su puesta en escena y sus intenciones que hace que muchos vean sobrepasados sus límites de tolerancia audiovisual.

Pero es innegable el valor de AHS. Es una reinterpretación del terror más clásico, una vueltas a los temores infinitamente mostrados ya en el cine, pero de una manera totalmente exagerada y con una ingeniosa ironía. Y si además le añades una fotografía impecable, a cargo de Gavin Kelly y unas actuaciones sobresalientes obtenemos un resultado más que notable.

Esta séptima entrega comienza con el triunfo de Trump en la elecciones presidenciales estadounidenses, la euforia desatada por sus seguidores y el pánico de sus detractores. Éste es el punto de partida utilizado para mostrarnos la que hasta ahora ha sido la temporada con más crítica social y más comprometida.

Esta polarización ideológica la vemos encarnada en una parte por Kai Anderson (Evan Peters), un oportunista con importante liderazgo y suficiente inteligencia como para embaucar a toda una horda de seres profundamente descontentos con el sistema. Cambiando su discurso conforme le interesa y utilizando como ejemplos a Charles Manson entre otros, Kai es con seguridad uno de los mejores personajes que nos ha brindado la serie. Es tan esperpéntico que resulta muy real.

La otra parte la encarna Ally (Sarah Paulson), una madre de familia con numerosas fobias, que intenta, a su manera,recuperar el control de su vida, que se tambalea desde la victoria de Trump.

A ellos dos los acompañan numerosos habituales de esta serie (Cheyenne Jackson, Emma Roberts, Frances Conroy, etc), que nos encanta ver, y que hacen papeles tan extravagantes como se puede esperar de ellos.

Lo fantástico de esta temporada es que ha conseguido hacer terror de la realidad. Ha expuesto muy claramente cómo de fácil resulta manipular si tienes de tu lado el descontento social y el miedo. Y nos ha mostrado que realmente lo que asusta es eso, el miedo. Nos pregunta cuanto estamos dispuestos a ceder de nuestra libertad en favor de seguridad. Y lo realmente terrorífico es descubrir, que los verdaderos monstruos somos todos y cada uno de nosotros si las circunstancias nos llevan a ello.

Se trata, de manera muy explícita y sin ningún tipo de complejo el feminismo. Nos habla del control del patriarcado a lo largo de la historia, de cómo la búsqueda de igualdad feminista puede evocar los más profundos demonios que habitan en cada machista.

Y es que no hay nada que resulte tan peligroso como una persona que vea peligrar sus privilegios, ya sean de raza, de clase o de género. Bravo por exponerlo con tanta crudeza y tanta verdad.

Mención especial al capítulo sobre Valerie Solanas, interpretada por Lena Dunham, y que nos dejó a todos con ganas de saber más.
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