You must be a loged user to know your affinity with Travis Bickle
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

7,2
34.323
3
2 de febrero de 2024
2 de febrero de 2024
44 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos nosotros habremos dicho o escuchado alguna vez aquello de “el mundo se va a la mierda”. Pues, bienvenidos, hace años que el mundo reside entre excrementos. Los antivalores que imperan en nuestra sociedad no son más que el afán generalizado de alcanzar la cima de la mediocridad. Hoy en día eres alguien si simplemente eres uno más. Un simple lerdo que llena su tiempo de distracciones vacuas para, quizá, no darse cuenta de su miserable vida. Para no calentarme demasiado con temas que me encienden, paso directamente a decir por qué Pobre criaturas me resulta una soberana gilipollez con unos mensajes a la altura de quienes, con su autoridad moral, han dividido al mundo en dos bandos: los fachas y los buenos.
Cinematográficamente hablando, la película es fea, desagradable, irritante, larguísima, espantosa, obscena y profusamente estúpida. Esa especie de mundo extraño creado es dantesco y sumamente ridículo. Esa obsesión de, cada dos por tres, hacernos sentir que estamos tras la jodida mirilla de nuestra puerta no veo que tenga ningún sentido, salvo que la intención sea que no veamos una mierda y echemos mano a una Biodramina. Jerskin Fendrix se habrá quedado a gusto con semejante composición musical. Te encierran en una habitación a escuchar esta banda sonora y sales de ella con una sed de venganza mayor que la del protagonista de Oldboy. La duración de la película, que de por sí ya es larga, pero se antoja peor que un tutorial de cualquier sudamericano de YouTube que para decirte que vayas al botón de inicio emplea 25 minutos. Si a dicho vídeo le añadimos un hilo musical de fondo de algún gran artista del Benidorm Fest, te queda una sensación muy similar de suplicio hasta que llegan los ansiados títulos de crédito finales. En general, todo mal. Cierto que Emma Stone es lo mejor de la película, pero tampoco me hace vibrar su actuación. Con los premios Óscar en el horizonte, el galardón debería recaer sobre Sandra Hüller o Carey Mulligan. Pero no olvidemos que estamos hablando de unos premios de cine, por tanto, el cine queda en un segundo plano. La cuestión estará en si en esta edición pesará más el aspecto feminista (Emma Stone) o el racial (Lily Gladstone).
Si nos ceñimos ahora al apartado de historia, guion y mensaje, esto es incluso peor que lo anterior. La película podría resumirse en dos palabras: follar y comer. Sin duda, dos actividades ciertamente atractivas y muy placenteras si las realiza un servidor, porque eso mismo reflejado de la forma en que está en la película, no es que me importe una reverenda mierda, es que es insultante. Tenemos, literalmente, el cuerpo de una mujer con el cerebro de una niña. Una niña moderna, de las de hoy, es decir, “joia por culo”. En un momento dado, empieza a descubrir la sexualidad metiéndose media frutería por la entrepierna. De hecho, desde ese instante, el sexo es el verdadero compañero de viaje de Bella Baxter. No para de follar en toda la película hasta convertirse en prostituta. Pero lo malo no es que se haga meretriz, es lanzar el mensaje que hacerse puta, no parar de hacer el capullo en todo momento, no tener modales ni educación, eso sea empoderamiento. Por supuesto, ante una panda de varones pintados, en mayor o menor medida, como unos auténticos papanatas, manipuladores, egocéntricos, controladores, idiotas y, por supuesto, puteros. Amén del arrebato de igualdad social con el intento de hacernos sentir mal por disfrutar de nuestras comodidades ante quienes no las tienen (episodio de los pobres y el dinero ganado en el casino). Otra burla barata más.
Cinematográficamente hablando, la película es fea, desagradable, irritante, larguísima, espantosa, obscena y profusamente estúpida. Esa especie de mundo extraño creado es dantesco y sumamente ridículo. Esa obsesión de, cada dos por tres, hacernos sentir que estamos tras la jodida mirilla de nuestra puerta no veo que tenga ningún sentido, salvo que la intención sea que no veamos una mierda y echemos mano a una Biodramina. Jerskin Fendrix se habrá quedado a gusto con semejante composición musical. Te encierran en una habitación a escuchar esta banda sonora y sales de ella con una sed de venganza mayor que la del protagonista de Oldboy. La duración de la película, que de por sí ya es larga, pero se antoja peor que un tutorial de cualquier sudamericano de YouTube que para decirte que vayas al botón de inicio emplea 25 minutos. Si a dicho vídeo le añadimos un hilo musical de fondo de algún gran artista del Benidorm Fest, te queda una sensación muy similar de suplicio hasta que llegan los ansiados títulos de crédito finales. En general, todo mal. Cierto que Emma Stone es lo mejor de la película, pero tampoco me hace vibrar su actuación. Con los premios Óscar en el horizonte, el galardón debería recaer sobre Sandra Hüller o Carey Mulligan. Pero no olvidemos que estamos hablando de unos premios de cine, por tanto, el cine queda en un segundo plano. La cuestión estará en si en esta edición pesará más el aspecto feminista (Emma Stone) o el racial (Lily Gladstone).
Si nos ceñimos ahora al apartado de historia, guion y mensaje, esto es incluso peor que lo anterior. La película podría resumirse en dos palabras: follar y comer. Sin duda, dos actividades ciertamente atractivas y muy placenteras si las realiza un servidor, porque eso mismo reflejado de la forma en que está en la película, no es que me importe una reverenda mierda, es que es insultante. Tenemos, literalmente, el cuerpo de una mujer con el cerebro de una niña. Una niña moderna, de las de hoy, es decir, “joia por culo”. En un momento dado, empieza a descubrir la sexualidad metiéndose media frutería por la entrepierna. De hecho, desde ese instante, el sexo es el verdadero compañero de viaje de Bella Baxter. No para de follar en toda la película hasta convertirse en prostituta. Pero lo malo no es que se haga meretriz, es lanzar el mensaje que hacerse puta, no parar de hacer el capullo en todo momento, no tener modales ni educación, eso sea empoderamiento. Por supuesto, ante una panda de varones pintados, en mayor o menor medida, como unos auténticos papanatas, manipuladores, egocéntricos, controladores, idiotas y, por supuesto, puteros. Amén del arrebato de igualdad social con el intento de hacernos sentir mal por disfrutar de nuestras comodidades ante quienes no las tienen (episodio de los pobres y el dinero ganado en el casino). Otra burla barata más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No voto películas que suspendo, pero debo valorarla para poder hacer la crítica.

6,6
830
7
8 de septiembre de 2014
8 de septiembre de 2014
32 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cordura brilla por su ausencia en esta comedia disparatada en la que el descontrol y la idiotez se dan la mano para generar una película muy fácil y agradable de ver del oscarizado Milos Forman.
La historia es sencillísima: celebrarle una fiesta de despedida al presidente del cuerpo de bomberos voluntarios que se jubila con 86 años. Pero llevar a cabo esa fiesta va a ser imposible pues todo se desarrolla de mal en peor. El grupito de bomberos barrigudos y calvorotas son todo un despropósito y esto sólo puede acabar en desastre. La idea estrella es la de organizar un concurso de belleza entre las mujeres presentes en el baile y que la ganadora sea la que le otorgue al presidente su regalo. Pero eso ni es un concurso y la belleza digamos que estará en el interior porque lo que es por fuera... Eso sí, es la parte de la película que me ha hecho más gracia porque está muy bien conseguida y es auténtica de verdad.
Llena de diálogos con doble sentido y contenido pero no por ello exenta de situaciones absurdas y surrealistas (como la del abuelo que para no enfriarse lo acercan a su casa que está en llamas y así entre en calor), Hori, má Panenko es una película amena y divertida en donde el caos es el rey de la fiesta aunque el presidente jubilado parezca no enterarse de nada.
La historia es sencillísima: celebrarle una fiesta de despedida al presidente del cuerpo de bomberos voluntarios que se jubila con 86 años. Pero llevar a cabo esa fiesta va a ser imposible pues todo se desarrolla de mal en peor. El grupito de bomberos barrigudos y calvorotas son todo un despropósito y esto sólo puede acabar en desastre. La idea estrella es la de organizar un concurso de belleza entre las mujeres presentes en el baile y que la ganadora sea la que le otorgue al presidente su regalo. Pero eso ni es un concurso y la belleza digamos que estará en el interior porque lo que es por fuera... Eso sí, es la parte de la película que me ha hecho más gracia porque está muy bien conseguida y es auténtica de verdad.
Llena de diálogos con doble sentido y contenido pero no por ello exenta de situaciones absurdas y surrealistas (como la del abuelo que para no enfriarse lo acercan a su casa que está en llamas y así entre en calor), Hori, má Panenko es una película amena y divertida en donde el caos es el rey de la fiesta aunque el presidente jubilado parezca no enterarse de nada.

6,4
26.756
8
15 de septiembre de 2014
15 de septiembre de 2014
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1976, Sylvester Stallone creó y mostró al mundo uno de los personajes más peculiares de la historia del cine que ha recibido golpes tanto de derecha como golpes bajos a partes iguales por parte de crítica y público. Pero siempre encajándolos de la misma manera: con resignación y humildad. Esta primera parte de una larga saga dirigida por el director de “dar cera, pulir cera” (John G. Avildsen) se alzó con las estatuillas de mejor película, director y montaje y propició el salto definitivo de Stallone a la fama internacional en el mundo del celuloide.
Esta segunda entrega significó la primera película de Rocky dirigida por Stallone y la segunda en su carrera como director. En ella vemos al mismo tipo sencillo que en la primera intentando luchar de la mejor manera que puede en la vida. Se encontrará con que encima del ring no es el único lugar donde se reciben golpes como la enfermedad de su mujer Adrian (Talia Shire), no encontrar trabajo y las dificultades familiares que ello conlleva, sus propios problemas personales, ver que a tu alrededor hay más gente que estorba de la necesaria, etc. El problema es que Rocky no sabe hacer frente a ellos aunque esto no le impide seguir siendo fiel a su naturaleza tranquila y entusiasta (quizás un poco de mala hostia tampoco le vendría mal) pero dentro del ring es otra cosa. Golpe que recibe, golpe que devuelve. Y así, después de una boda, una casa, un coche, un hijo y un entrenamiento bajo la imperecedera melodía de Bill Conti le llega la oportunidad al gran Potro Italiano de Philadelphia de convertirse en Campeón del mundo de los pesos pesados ante el incombustible y bocazas (futuro amigo de Rocky) Apollo Creed.
Le sucederían cuatro películas más en las que veremos la vida y obra (combates) de Rocky Balboa en los que se sucederán sus habituales acompañantes de viaje, rivales de ring, fanáticos del boxeo y apasionados del cine. El propio Sly ha manifestado que es el personaje que más le ha gustado interpretar y al que más cariño le tiene. Y yo estoy de acuerdo con él.
P.D: No llego a entender el menosprecio por un gran sector de la crítica y el público hacia la saga Rocky basándose mayormente en el argumento de que salvando la primera parte, ninguna aporta nada nuevo. Pero… ¿qué esperáis? ¿Qué Rocky se suba al ring y cuando suene la campana se ponga a bailar una sardana en tanga? No lo entiendo. Me gustaría saber qué opina esa misma crítica y público de otras sagas como El Padrino, El Señor de los Anillos, Alien, Matrix, Star Wars, Batman, etc. ¿Qué muestran las segundas y terceras partes de estas sagas diferentes a la primera entrega? Podrán gustar más o menos según la temática de cada persona, pero como argumento principal para devaluar una serie de películas me parece patético.
Esta segunda entrega significó la primera película de Rocky dirigida por Stallone y la segunda en su carrera como director. En ella vemos al mismo tipo sencillo que en la primera intentando luchar de la mejor manera que puede en la vida. Se encontrará con que encima del ring no es el único lugar donde se reciben golpes como la enfermedad de su mujer Adrian (Talia Shire), no encontrar trabajo y las dificultades familiares que ello conlleva, sus propios problemas personales, ver que a tu alrededor hay más gente que estorba de la necesaria, etc. El problema es que Rocky no sabe hacer frente a ellos aunque esto no le impide seguir siendo fiel a su naturaleza tranquila y entusiasta (quizás un poco de mala hostia tampoco le vendría mal) pero dentro del ring es otra cosa. Golpe que recibe, golpe que devuelve. Y así, después de una boda, una casa, un coche, un hijo y un entrenamiento bajo la imperecedera melodía de Bill Conti le llega la oportunidad al gran Potro Italiano de Philadelphia de convertirse en Campeón del mundo de los pesos pesados ante el incombustible y bocazas (futuro amigo de Rocky) Apollo Creed.
Le sucederían cuatro películas más en las que veremos la vida y obra (combates) de Rocky Balboa en los que se sucederán sus habituales acompañantes de viaje, rivales de ring, fanáticos del boxeo y apasionados del cine. El propio Sly ha manifestado que es el personaje que más le ha gustado interpretar y al que más cariño le tiene. Y yo estoy de acuerdo con él.
P.D: No llego a entender el menosprecio por un gran sector de la crítica y el público hacia la saga Rocky basándose mayormente en el argumento de que salvando la primera parte, ninguna aporta nada nuevo. Pero… ¿qué esperáis? ¿Qué Rocky se suba al ring y cuando suene la campana se ponga a bailar una sardana en tanga? No lo entiendo. Me gustaría saber qué opina esa misma crítica y público de otras sagas como El Padrino, El Señor de los Anillos, Alien, Matrix, Star Wars, Batman, etc. ¿Qué muestran las segundas y terceras partes de estas sagas diferentes a la primera entrega? Podrán gustar más o menos según la temática de cada persona, pero como argumento principal para devaluar una serie de películas me parece patético.

5,5
5.936
7
26 de mayo de 2014
26 de mayo de 2014
30 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film realizado por John Turturro pero con un toque bastante sutil made in Woody Allen. La película promete una cosa la mar de suculenta y seductora y no miente, pero de forma yuxtapuesta aborda una trama mucho más intimista y comedida que supone la parte melodramática de la historia.
Cinco son los personajes principales que sostienen el peso de la película:
John Turturro / Fioravante. Todo en él es especial: su actitud ante las diversas situaciones de la vida, sus reacciones vitales, su trabajo temporal de “fontanero”, su pasividad personal y… su “chulo” amigo con gafas de pasta.
Vanessa Paradis / Avigal. Todo en ella es contenido: sus ideales impuestos con sus creencias y tradiciones, su interacción con los demás, sus emociones, su vestimenta… su vida a fin de cuentas.
Woody Allen / Murray. Todo en él es caótico: su familia, sus explicaciones interminables y desesperantes, su relación con todo lo judío, su sentido liante y desparpajo ante la vida. Definitivamente, no puedo imaginarme un Woody Allen en su vida íntima diferente a la de cualquiera de sus personajes.
Sofía Vergara / Selima. Todo en ella es grande: sus tacones, su pareja (Sharon Stone), sus dotes de bailoteo, su ímpetu femenino e irradiación sensual y… sus pechos indudablemente.
Sharon Sotne / Dra. Parker. Todo en ella es elegante: su estilizado porte, su pareja (Sofía Vergara), su saber estar, sus vestidos, su presencia ante la cámara y… sus pechos también, total, ya puestos.
La sensación es que podría haber dado para algo más pero se queda en el intento. A pesar de ello resulta ser recomendable y agradable de ver para quien guste de un cine tímidamente personal pero para todo el mundo. Eso sí, gran vestuario el elegido para las exuberantes clientas doña Sofía y doña Sharon.
Cinco son los personajes principales que sostienen el peso de la película:
John Turturro / Fioravante. Todo en él es especial: su actitud ante las diversas situaciones de la vida, sus reacciones vitales, su trabajo temporal de “fontanero”, su pasividad personal y… su “chulo” amigo con gafas de pasta.
Vanessa Paradis / Avigal. Todo en ella es contenido: sus ideales impuestos con sus creencias y tradiciones, su interacción con los demás, sus emociones, su vestimenta… su vida a fin de cuentas.
Woody Allen / Murray. Todo en él es caótico: su familia, sus explicaciones interminables y desesperantes, su relación con todo lo judío, su sentido liante y desparpajo ante la vida. Definitivamente, no puedo imaginarme un Woody Allen en su vida íntima diferente a la de cualquiera de sus personajes.
Sofía Vergara / Selima. Todo en ella es grande: sus tacones, su pareja (Sharon Stone), sus dotes de bailoteo, su ímpetu femenino e irradiación sensual y… sus pechos indudablemente.
Sharon Sotne / Dra. Parker. Todo en ella es elegante: su estilizado porte, su pareja (Sofía Vergara), su saber estar, sus vestidos, su presencia ante la cámara y… sus pechos también, total, ya puestos.
La sensación es que podría haber dado para algo más pero se queda en el intento. A pesar de ello resulta ser recomendable y agradable de ver para quien guste de un cine tímidamente personal pero para todo el mundo. Eso sí, gran vestuario el elegido para las exuberantes clientas doña Sofía y doña Sharon.

8,4
111.381
10
28 de enero de 2015
28 de enero de 2015
29 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué hay que ver Psicosis de Alfred Hitchcock?
- Porque sin esta película la historia del cine necesitaría muletas para lograr mantenerse en pie.
- Porque el señor Hitchcock luchó contra viento y marea para poder realizar Psicosis a su imagen y semejanza, es decir, tal y como le salió de la mismísima… barriga.
- Porque a los incrédulos, censores, productores y demás personas que no creyeron ni en el proyecto ni en el bueno de Alfred, fue él mismo el que terminó poniéndoles el cojín en las rodillas para que no se las pelaran cuando las hincaron en el suelo.
- Porque hay que verla obligatoriamente y varias veces antes de que te planten el pijama de pino.
- Porque si te encuentras a alguien que no la ha visto le podrás decir sin miedo a ofender: “Pishhh… pavo”.
- Porque Anthony Perkins no hizo un papel así en su puta vida.
- Porque la banda sonora de Bernard Herrmann es una proeza musical que todo lo que aparentemente tiene de simple lo tiene de inquietante y genial.
- Porque es tremenda, brutal, loca, fría, calculadora, psicológica, desequilibrada, atrevida, provocadora, innovadora, enfermiza y cien mil cosas más en la misma línea.
- Porque la escena de la ducha y todo lo que se sucede en los siguientes 10 minutos es perfección cinematográfica. Hitchcock, entre picoteo y picoteo, sabía que aquí se la jugaba y que ésta era “la escena”. “Su” escena. Y la bordó el muy cabrón.
- Porque su predecesora es Con la muerte en los talones y su sucesora Los pájaros. Morralla de la buena, vaya. Esto sin duda le da un valor añadido.
- Porque la historia que se nos cuenta podría ser retorcidamente posible y si Hitch sabía que esto podía llegar a penetrar en los miedos de los espectadores, sin duda jugaría con ellos sin ningún tipo de miramientos.
- Porque sí, cojones. Media hora aquí dando razones innecesarias para que luego haya alguien al que todo esto se la sople. Porque sí… punto.
- Porque sin esta película la historia del cine necesitaría muletas para lograr mantenerse en pie.
- Porque el señor Hitchcock luchó contra viento y marea para poder realizar Psicosis a su imagen y semejanza, es decir, tal y como le salió de la mismísima… barriga.
- Porque a los incrédulos, censores, productores y demás personas que no creyeron ni en el proyecto ni en el bueno de Alfred, fue él mismo el que terminó poniéndoles el cojín en las rodillas para que no se las pelaran cuando las hincaron en el suelo.
- Porque hay que verla obligatoriamente y varias veces antes de que te planten el pijama de pino.
- Porque si te encuentras a alguien que no la ha visto le podrás decir sin miedo a ofender: “Pishhh… pavo”.
- Porque Anthony Perkins no hizo un papel así en su puta vida.
- Porque la banda sonora de Bernard Herrmann es una proeza musical que todo lo que aparentemente tiene de simple lo tiene de inquietante y genial.
- Porque es tremenda, brutal, loca, fría, calculadora, psicológica, desequilibrada, atrevida, provocadora, innovadora, enfermiza y cien mil cosas más en la misma línea.
- Porque la escena de la ducha y todo lo que se sucede en los siguientes 10 minutos es perfección cinematográfica. Hitchcock, entre picoteo y picoteo, sabía que aquí se la jugaba y que ésta era “la escena”. “Su” escena. Y la bordó el muy cabrón.
- Porque su predecesora es Con la muerte en los talones y su sucesora Los pájaros. Morralla de la buena, vaya. Esto sin duda le da un valor añadido.
- Porque la historia que se nos cuenta podría ser retorcidamente posible y si Hitch sabía que esto podía llegar a penetrar en los miedos de los espectadores, sin duda jugaría con ellos sin ningún tipo de miramientos.
- Porque sí, cojones. Media hora aquí dando razones innecesarias para que luego haya alguien al que todo esto se la sople. Porque sí… punto.
Más sobre Travis Bickle
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here