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8,0
12.111
10
18 de febrero de 2007
18 de febrero de 2007
69 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas que hasta el momento había visto de Yimou me habían mostrado a un director bienintencionado, que se recreaba en el candor y la nobleza de sus personajes, y muy preocupado por lo ornamental. Tras ver “Semilla de Crisantemo” y “La Linterna Roja” se ha evaporado esa idea. Ahora veo a Yimou como un dirtector de miras y dotes más amplias, un realizador todoterreno en cuanto a trasfondos y contenidos, y eso que aún me falta por ver gran parte de su filmografía.
En estas dos películas sigue siendo un aspecto crucial el visual, sensual, pero la dimensión dramática y la profundidad de sus personajes está amplificada, es más honda y comprometida. Yimou pone en entredicho los convencionalismos y la situación social de su país desde el retrato de épocas pasadas. Mete la idea en la cabeza del compatriota sin echar nada en cara; el análisis y la extrapolación a la situación actual son labores del espectador.
El retrato que Yimou ofrece de cada uno de los personajes es fabuloso.
Visualmente “La Linterna Roja” es todo un puntilloso trabajo. Yimou recrea y pinta el micromundo que se ha sacado de la manga hasta el más mínimo detalle, cosa que podríamos decir asimismo en el plano psicológico y social. Aparte de que encuadres y perspectivas sean magníficas; aparte de lo espléndido y elaborado de los decorados, a mí me ha gustado especialmente el contraste entre el “mundo de arriba” y el “mundo de abajo”. Me refiero a esas escenas en los tejados de la casa. Tale escenas son increíblemente
bellas.
En estas dos películas sigue siendo un aspecto crucial el visual, sensual, pero la dimensión dramática y la profundidad de sus personajes está amplificada, es más honda y comprometida. Yimou pone en entredicho los convencionalismos y la situación social de su país desde el retrato de épocas pasadas. Mete la idea en la cabeza del compatriota sin echar nada en cara; el análisis y la extrapolación a la situación actual son labores del espectador.
El retrato que Yimou ofrece de cada uno de los personajes es fabuloso.
Visualmente “La Linterna Roja” es todo un puntilloso trabajo. Yimou recrea y pinta el micromundo que se ha sacado de la manga hasta el más mínimo detalle, cosa que podríamos decir asimismo en el plano psicológico y social. Aparte de que encuadres y perspectivas sean magníficas; aparte de lo espléndido y elaborado de los decorados, a mí me ha gustado especialmente el contraste entre el “mundo de arriba” y el “mundo de abajo”. Me refiero a esas escenas en los tejados de la casa. Tale escenas son increíblemente
bellas.
8
23 de diciembre de 2006
23 de diciembre de 2006
51 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta primera película Miyazaki recoge ya elementos que serán habituales, o toda una constante, en su producción, mientras que están ausentes otros que irá poco a poco incorporando, enriqueciendo su cine. Por supuesto, aun no tenemos la magnificencia visual de sus últimos trabajos, pero el diseño no desmerece, y no está muy alejado de “El Castillo en el Cielo” o “Porco Rosso”, quizá aquellas con las que esta cinta guarde más similitud, junto con la serie “Sherlock Holmes”. Tampoco está presente aún el discurso total en valores humanos, ecológicos, y si me aprietan, espirituales; ni el componente folclórico-mitológico, o la exuberancia simbólica que llegará a la culminación con “... Chihiro”.
Tenemos acción, mucha comedia, y la fantasía de lo estrambótico. Nos encontramos ya con la obsesión de Hayao por los extraños artefactos voladores (y otras aparatosas extravagancias “tecnológicas”); por los plácidos rincones apartados del mundanal ruido a modo de refugio para sus personajes; por las fantasiosas escenas de acción y estrafalarias persecuciones de lo más inverosímiles, etc.
También hay que destacar algo poco habitual en la obra de Miyazaki, pero que si se da en esta película, y es la polarización de sus personajes; es decir, lo normal en Miyazaki, y aun más en sus últimos trabajos, es construir personajes duales, ni muy malos ni muy buenos, y que además sufren súbitas e inexplicables transformaciones de actitud y comportamiento a lo largo de la narración, convirtiéndose en arquetipos solo en el universo Miyazaki. Pero en “El Castillo de Cagliostro” tenemos una historia y unos personajes que se adaptan al esquema “héroe noble–desdichada heroína–cruel tirano” típico del goticismo europeo –del que además extrae otro motivos: el castillo, sus misterios, ...- y del romanticismo –me recuerda algo al romanticismo tardío de Leroux por ejemplo-; después Miyazaki seguirá dando muestras de su gusto por la historia, la cultura y la literatura europeas de los últimos siglos. El caso es que tenemos a un malo malísimo del que no podemos esperar nada bueno, alejado de la indefinición o ambigüedad de muchos de los personajes de “El Castillo Ambulante”, “... Mononoke”, “... Chihiro”, o “Porco Rosso”; una desdichada damisela, no tan cándida como pudiera parecer; y un noble héroe (Lupin), aunque sea un poco sinvergüenza. Por cierto que me encanta como estan construidos los personajes, no llegan a ser todo lo entrañables que son otras figuras de este director, pero... ¿quién no se enamora de la princesa?
En definitiva, la peculiar y bizarra visión de Miyazaki del cuento gótico y romántico europeo; bien narrada, interesante, y muy divertida; otra obra de Miyazaki que se disfruta del tirón.
Tenemos acción, mucha comedia, y la fantasía de lo estrambótico. Nos encontramos ya con la obsesión de Hayao por los extraños artefactos voladores (y otras aparatosas extravagancias “tecnológicas”); por los plácidos rincones apartados del mundanal ruido a modo de refugio para sus personajes; por las fantasiosas escenas de acción y estrafalarias persecuciones de lo más inverosímiles, etc.
También hay que destacar algo poco habitual en la obra de Miyazaki, pero que si se da en esta película, y es la polarización de sus personajes; es decir, lo normal en Miyazaki, y aun más en sus últimos trabajos, es construir personajes duales, ni muy malos ni muy buenos, y que además sufren súbitas e inexplicables transformaciones de actitud y comportamiento a lo largo de la narración, convirtiéndose en arquetipos solo en el universo Miyazaki. Pero en “El Castillo de Cagliostro” tenemos una historia y unos personajes que se adaptan al esquema “héroe noble–desdichada heroína–cruel tirano” típico del goticismo europeo –del que además extrae otro motivos: el castillo, sus misterios, ...- y del romanticismo –me recuerda algo al romanticismo tardío de Leroux por ejemplo-; después Miyazaki seguirá dando muestras de su gusto por la historia, la cultura y la literatura europeas de los últimos siglos. El caso es que tenemos a un malo malísimo del que no podemos esperar nada bueno, alejado de la indefinición o ambigüedad de muchos de los personajes de “El Castillo Ambulante”, “... Mononoke”, “... Chihiro”, o “Porco Rosso”; una desdichada damisela, no tan cándida como pudiera parecer; y un noble héroe (Lupin), aunque sea un poco sinvergüenza. Por cierto que me encanta como estan construidos los personajes, no llegan a ser todo lo entrañables que son otras figuras de este director, pero... ¿quién no se enamora de la princesa?
En definitiva, la peculiar y bizarra visión de Miyazaki del cuento gótico y romántico europeo; bien narrada, interesante, y muy divertida; otra obra de Miyazaki que se disfruta del tirón.

6,8
5.085
10
20 de abril de 2007
20 de abril de 2007
62 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mi es, por antonomasia, la película cumbre del llamado cine de misterio. Un sofisticado universo de irrealidad que destila arcanos e incógnitas a través del más mínimo de sus elementos.
Esta película es por lo general encuadrada dentro del género de misterio; también lo es en el fantástico, el policiaco, el drama, el horror. Tiene elementos de todos ellos y más, y dentro de todos ellos supone un aporte de originalidad que la aparta de los derroteros habituales de cada uno. Yo prefiero verla como un drama de misterio, o si me aprietan, como un drama de horror (que no terror). Misterio por la inquietud subyugante que me atenaza desde el primer momento, y la atmósfera creada, donde sin pasar nada, sin que se recurra a treta alguna, lo más inverosímil crees que puede ocurrir, y quizá por ello se la enmarque también dentro del género fantástico, pese a la casi total ausencia de elementos fantásticos explícitos. Y me gusta verla como un drama, y también he dicho horror, porque uno de los puntales de esta película es como el hecho central que nos presenta, la desaparición de las chicas, viene a afectar y vapulear el micromundo en que os hemos visto involucrados, avivando las ascuas de tensiones latentes, existentes tiempo ha.
“Todo lo que vemos y lo que parecemos no es más que un sueño dentro de un sueño”; con esta cita de Poe, lanzada nada más empezar la película, nos ponen sobre aviso de lo que se avecina. La inclusión de dicha cita me remite a otras similares en otros films (“Alice” de Svankmajer, “Black Moon” de Malle, o “La Bella y la Bestia” de Cocteau) donde se solicita del espectador cierta predisposición a dejarse llevar, cierta relajación o suspensión de algunas inclinaciones prospectivas, para poder gozar de la película, para disfrutar del tono onírico del que se ha intentado dotarla.
Creo que “Picnic en Hanging Rock” es una de las muestras mas totales del logro de esa indefinición e irrealidad, de la consecución del ambiente etéreo que logra la tregua con nuestra vigilancia y alerta.
Para ser una película de misterio Weir recurre a una puesta en escena luminosa y naturalista alejada del tenebrismo típico del género, y pese a ello, logra ciertos pasajes que se podrían vincular con el gótico emocional y lúgubre más conseguido. Las últimas escenas con la directora o la figura de Sara son escalofriantes e impactantes a más no poder.
Esta película es por lo general encuadrada dentro del género de misterio; también lo es en el fantástico, el policiaco, el drama, el horror. Tiene elementos de todos ellos y más, y dentro de todos ellos supone un aporte de originalidad que la aparta de los derroteros habituales de cada uno. Yo prefiero verla como un drama de misterio, o si me aprietan, como un drama de horror (que no terror). Misterio por la inquietud subyugante que me atenaza desde el primer momento, y la atmósfera creada, donde sin pasar nada, sin que se recurra a treta alguna, lo más inverosímil crees que puede ocurrir, y quizá por ello se la enmarque también dentro del género fantástico, pese a la casi total ausencia de elementos fantásticos explícitos. Y me gusta verla como un drama, y también he dicho horror, porque uno de los puntales de esta película es como el hecho central que nos presenta, la desaparición de las chicas, viene a afectar y vapulear el micromundo en que os hemos visto involucrados, avivando las ascuas de tensiones latentes, existentes tiempo ha.
“Todo lo que vemos y lo que parecemos no es más que un sueño dentro de un sueño”; con esta cita de Poe, lanzada nada más empezar la película, nos ponen sobre aviso de lo que se avecina. La inclusión de dicha cita me remite a otras similares en otros films (“Alice” de Svankmajer, “Black Moon” de Malle, o “La Bella y la Bestia” de Cocteau) donde se solicita del espectador cierta predisposición a dejarse llevar, cierta relajación o suspensión de algunas inclinaciones prospectivas, para poder gozar de la película, para disfrutar del tono onírico del que se ha intentado dotarla.
Creo que “Picnic en Hanging Rock” es una de las muestras mas totales del logro de esa indefinición e irrealidad, de la consecución del ambiente etéreo que logra la tregua con nuestra vigilancia y alerta.
Para ser una película de misterio Weir recurre a una puesta en escena luminosa y naturalista alejada del tenebrismo típico del género, y pese a ello, logra ciertos pasajes que se podrían vincular con el gótico emocional y lúgubre más conseguido. Las últimas escenas con la directora o la figura de Sara son escalofriantes e impactantes a más no poder.

6,8
45.392
8
16 de agosto de 2007
16 de agosto de 2007
44 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Una de las pocas con zombies que realmente me encanta. La carátula de una de sus ediciones reza: “Una comedia romántica, con zombies”. Lo de “romántica” quizá está un poco de más, será una forma de publicitar una película de género de forma distinta, intentándola alejar de la mayoría de las comedias gore. Pero no lo necesita; tiene carácter propio. También en algún lugar se la compara con “Braindead”, pero no se acerca a la voluptuosa carnicería del clásico de Jackson, y su humor me atrae más que el de esta última.
* “Shaun of the Dead” es una comedia inglesa a la inglesa, de “terror”, con zombies, algo de gore, y muy alejada de sus congéneres.
Su director y su reparto son los de la magnífica serie británica “Spaced”, que al español se traduciría como “dispersos”, y por supuesto ambas producciones tienen mucho en común, salvo la casquería. Quienes hayáis visto esta película disfrutareis de dicha serie, y viceversa.
En “Shaun of the Dead” se recurre al humor absurdo y aparatoso, muy inglés, propiciado por los métodos poco ortodoxos y la forma insensata en que los protagonistas hacen frente a la amenaza, por la poca importancia que a veces parecen dar al hecho de que la humanidad se desmorone, y por permitir que sus circunstancias personales se inmiscuyan en su lucha por la supervivencia. Todo el inicio me parece genial, con el protagonista tan enfrascado en su rutina y sus preocupaciones, que no se da cuenta de que el mundo se está viniendo abajo por momentos: es el fin del mundo, pero parece que todos tengan cosas mas importantes de las que preocuparse, de forma que el ser devorado por unos zombies para a un segundo plano, e incluso nos olvidamos de que están al acecho. Es otro acierto de la película, el tratar a los personajes con prioridad sobre la situación.
* El film de Wright es cosa aparte. Integra los toques de terror y gore en su peculiar estilo de humor, y consigue una película que, aparte de desternillante, tiene mucha personalidad, de la que van sobrados también sus personajes, que dan el salto de una cotidianeidad plasmada con soltura, a un inminente y fiero Apocalipsis para hacernos pasar un muy, muy buen rato.
* “Shaun of the Dead” es una comedia inglesa a la inglesa, de “terror”, con zombies, algo de gore, y muy alejada de sus congéneres.
Su director y su reparto son los de la magnífica serie británica “Spaced”, que al español se traduciría como “dispersos”, y por supuesto ambas producciones tienen mucho en común, salvo la casquería. Quienes hayáis visto esta película disfrutareis de dicha serie, y viceversa.
En “Shaun of the Dead” se recurre al humor absurdo y aparatoso, muy inglés, propiciado por los métodos poco ortodoxos y la forma insensata en que los protagonistas hacen frente a la amenaza, por la poca importancia que a veces parecen dar al hecho de que la humanidad se desmorone, y por permitir que sus circunstancias personales se inmiscuyan en su lucha por la supervivencia. Todo el inicio me parece genial, con el protagonista tan enfrascado en su rutina y sus preocupaciones, que no se da cuenta de que el mundo se está viniendo abajo por momentos: es el fin del mundo, pero parece que todos tengan cosas mas importantes de las que preocuparse, de forma que el ser devorado por unos zombies para a un segundo plano, e incluso nos olvidamos de que están al acecho. Es otro acierto de la película, el tratar a los personajes con prioridad sobre la situación.
* El film de Wright es cosa aparte. Integra los toques de terror y gore en su peculiar estilo de humor, y consigue una película que, aparte de desternillante, tiene mucha personalidad, de la que van sobrados también sus personajes, que dan el salto de una cotidianeidad plasmada con soltura, a un inminente y fiero Apocalipsis para hacernos pasar un muy, muy buen rato.

7,5
14.887
9
1 de diciembre de 2006
1 de diciembre de 2006
50 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos historias que, aunque estilísticamente diferentes, tratan el sempiterno tema de Wong Kar-Wai del desamor y el amor imposible. Quizá sea la película más “ligerita” de este director, alejada de la exuberancia sensual, densa y a veces artificiosa de otras de sus películas. Esto no quiere decir que no haya que tomársela en serio, o que sea un paréntesis de ligereza que se tomó el director entre obra y obra de mayor profundidad, porque “Chunking Express” es otra lección de este señor de cómo hacer cine con estilo, personalidad e inventiva.
De la primera parte de la película diría que esencialmente me gusta lo atrevido del ritmo y la narración, aportando una frescura no muy común en este director (y no es un reproche).
Pero es la segunda historia la que me hizo rendirme ante esta película. Nos expone el tema de los obstáculos a la atracción personal y al acercamiento amoroso de forma más amable, y también cómica, de lo que suele hacerlo este maestro del cine; con un romanticismo rocambolesco y absurdo, pero también artrebatador.
Una de las películas que más veces he visto, y junto con “Deseando Amar” mi favorita de Wong Kar-Wai. De las que siempre recomendaré.
De la primera parte de la película diría que esencialmente me gusta lo atrevido del ritmo y la narración, aportando una frescura no muy común en este director (y no es un reproche).
Pero es la segunda historia la que me hizo rendirme ante esta película. Nos expone el tema de los obstáculos a la atracción personal y al acercamiento amoroso de forma más amable, y también cómica, de lo que suele hacerlo este maestro del cine; con un romanticismo rocambolesco y absurdo, pero también artrebatador.
Una de las películas que más veces he visto, y junto con “Deseando Amar” mi favorita de Wong Kar-Wai. De las que siempre recomendaré.
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