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3
29 de marzo de 2011
29 de marzo de 2011
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi afán de ver completa la saga de Hellraiser he ido pasando de película en película encontrándome con unas cosas u otras, mejores o peores.
La primera película de la saga estaba bien, resultó tener una estética muy original e inquietante y en su género de, digamos "terror ochentero", cumplía perfectamente su papel.
A esta le siguieron otras tres películas que, con altibajos, iban más o menos en la misma línea, aunque, a juicio de servidor, desvirtuando el concepto original poco a poco.
Entonces llega Hellraiser V en el año 2.000, dando una vuelta de tuerca a la saga y reconvirtiendo lo que ya empezaba a ser una cuchufleta en una clase de films distinta, con un terror mucho más psicológico, con muy pocas "apariciones del monstruo" por así decirlo, y, en general, tomando un nuevo cauce que parecía increíblemente prometedor. Incluso podría considerarse una película fuera de la saga, en ese aspecto, ya que en sí misma contenía una historia autoconcluyente muy bien llevada que explicaba del mismo modo lo necesario y suficiente sobre el "mundo" de Hellraiser.
Entonces llega Hellraiser VI, la que verdaderamente nos ocupa ahora. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que seguiría con la misma tónica de la quinta entrega... pero cayendo en picado o como se decía antes: de culo y contra el viento.
Básicamente lo que este film propone es coger el soplo de aire fresco que le dio la precedente y volver a hacer exactamente lo mismo, eso sí, dándole un nexo con el inicio de la saga que no tiene ningún sentido (y que solo puede servir para desorientar (aún más) al espectador que no conozca dicho inicio), llevando fatal el desarrollo de la misma, aunque se esfuercen en imitar a la quinta, con unas actuaciones muy por debajo de la anterior entrega.
Resulta una engañifla, en ese sentido. Coge lo bueno de la quinta película y lo convierte en malo, haciendo que el espectador, de tanta "desorientación", pierda el interés rápidamente en el desarrollo de la película, y desde el minuto diez esté esperando "a ver qué tontada de explicación tiene todo esto al final".
Y no defrauda, porque, desvirtuando así absolutamente el gran final de la quinta, hacen básicamente un corta-pega de aquél a esta película, eso sí, añadiendo toda la metralla posible para tratar de venderte una continuidad en una saga que ni siquiera la necesita, y resultando acabar en la ya esperada tontada.
Casi que prefiero ver un slasher de toda la vida que este churro de "terror psicológico". Si es eso lo que buscas, mejor vete la quinta de Hellraiser, y esta déjala sólo para "pseudofans" que, como yo, tengan curiosidad por verse todas.
La primera película de la saga estaba bien, resultó tener una estética muy original e inquietante y en su género de, digamos "terror ochentero", cumplía perfectamente su papel.
A esta le siguieron otras tres películas que, con altibajos, iban más o menos en la misma línea, aunque, a juicio de servidor, desvirtuando el concepto original poco a poco.
Entonces llega Hellraiser V en el año 2.000, dando una vuelta de tuerca a la saga y reconvirtiendo lo que ya empezaba a ser una cuchufleta en una clase de films distinta, con un terror mucho más psicológico, con muy pocas "apariciones del monstruo" por así decirlo, y, en general, tomando un nuevo cauce que parecía increíblemente prometedor. Incluso podría considerarse una película fuera de la saga, en ese aspecto, ya que en sí misma contenía una historia autoconcluyente muy bien llevada que explicaba del mismo modo lo necesario y suficiente sobre el "mundo" de Hellraiser.
Entonces llega Hellraiser VI, la que verdaderamente nos ocupa ahora. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que seguiría con la misma tónica de la quinta entrega... pero cayendo en picado o como se decía antes: de culo y contra el viento.
Básicamente lo que este film propone es coger el soplo de aire fresco que le dio la precedente y volver a hacer exactamente lo mismo, eso sí, dándole un nexo con el inicio de la saga que no tiene ningún sentido (y que solo puede servir para desorientar (aún más) al espectador que no conozca dicho inicio), llevando fatal el desarrollo de la misma, aunque se esfuercen en imitar a la quinta, con unas actuaciones muy por debajo de la anterior entrega.
Resulta una engañifla, en ese sentido. Coge lo bueno de la quinta película y lo convierte en malo, haciendo que el espectador, de tanta "desorientación", pierda el interés rápidamente en el desarrollo de la película, y desde el minuto diez esté esperando "a ver qué tontada de explicación tiene todo esto al final".
Y no defrauda, porque, desvirtuando así absolutamente el gran final de la quinta, hacen básicamente un corta-pega de aquél a esta película, eso sí, añadiendo toda la metralla posible para tratar de venderte una continuidad en una saga que ni siquiera la necesita, y resultando acabar en la ya esperada tontada.
Casi que prefiero ver un slasher de toda la vida que este churro de "terror psicológico". Si es eso lo que buscas, mejor vete la quinta de Hellraiser, y esta déjala sólo para "pseudofans" que, como yo, tengan curiosidad por verse todas.
Cortometraje

6,7
1.335
9
21 de mayo de 2013
21 de mayo de 2013
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya está. Empecé con Martin McDonagh casi casi por casualidad cuando vi Escondidos en Brujas. Poco más tarde salió Siete Psicópatas, y entonces me rendí al estupendo "buen-hacer" de este tipo, pues poco más se puede hacer con un tipo que juega a hacerse el Tarantino y resulta mejor que Tarantino, al menos mejor que el Tarantino de Inglorious o Django; un tipo que juega a hacerse el Guy Ritchie y resulta mejor que Guy Ritchie; un tipo que juega a plantear dilemas éticos y/o morales y lo hace infinitamente mejor que muchísimos gafapastas...
Un tio, en definitivas cuentas, que bebe de tantas fuentes y a las que incluso mejora con su propio "savoir-faire", como para considerarlo original, chispeante, fresco y entretenido: razones de peso para hacer algo bueno en esto del cine, que encima se engrandecen al pasar por esa imagen, a medio camino entre sobriedad europea y "ruido" yanki.
Y todo ello siempre aderezado con un humor negro genialmente llevado. Cualquiera de sus tres películas (quizá en ese sentido Siete Psicópatas sea más irreverente) es capaz de llevarte, cual montaña rusa, del ataque de risa a la pena y/o lástima sólo para volver a tirarte por la cuesta de la risa. Puede estar reflexionando sobre un tema de gran trascendencia y meterte un par de chistes escatológicos sin desvirtuar ni el chiste ni el tema. Te lleva de la mano, por la emoción, el asco, la risa, la reflexión, la pena, más risa, más emoción...
Aquí, en este corto, ya se aprecian los temas que han sido el centro de sus posteriores películas: planteamientos corales con varios co-protagonistas, el psicópata (como sujeto social), el sentimiento de culpa, el suicidio (o quizá la muerte en general) y la violencia derivada de todo ello. 27 minutos de conversaciones irreverentes para contar una historia de enorme trascendencia... con mucho humor (negro).
Vamos, que Martin McDonagh me parece un genio de hoy en día. Un tipo al que habremos de seguir la pista, para comprobar si en efecto sigue haciendo "Locks & Stocks" o "Pulp Fictions" o si, como los creadores de las dos citadas, acaba viniéndose abajo y diluyéndose en sí mismo.
Por lo pronto, servidor recomienda encarecidamente la actual filmografía de este tio a todo aquél a quién le guste el género de pelis mencionado. Y a los que no también. Martin McDonagh es lo suficientemente auténtico como para, aún identificando sus fuentes, poder verlo desde una perspectiva completamente distinta. Lo dicho, un gran cineasta de nuestro días.
Un tio, en definitivas cuentas, que bebe de tantas fuentes y a las que incluso mejora con su propio "savoir-faire", como para considerarlo original, chispeante, fresco y entretenido: razones de peso para hacer algo bueno en esto del cine, que encima se engrandecen al pasar por esa imagen, a medio camino entre sobriedad europea y "ruido" yanki.
Y todo ello siempre aderezado con un humor negro genialmente llevado. Cualquiera de sus tres películas (quizá en ese sentido Siete Psicópatas sea más irreverente) es capaz de llevarte, cual montaña rusa, del ataque de risa a la pena y/o lástima sólo para volver a tirarte por la cuesta de la risa. Puede estar reflexionando sobre un tema de gran trascendencia y meterte un par de chistes escatológicos sin desvirtuar ni el chiste ni el tema. Te lleva de la mano, por la emoción, el asco, la risa, la reflexión, la pena, más risa, más emoción...
Aquí, en este corto, ya se aprecian los temas que han sido el centro de sus posteriores películas: planteamientos corales con varios co-protagonistas, el psicópata (como sujeto social), el sentimiento de culpa, el suicidio (o quizá la muerte en general) y la violencia derivada de todo ello. 27 minutos de conversaciones irreverentes para contar una historia de enorme trascendencia... con mucho humor (negro).
Vamos, que Martin McDonagh me parece un genio de hoy en día. Un tipo al que habremos de seguir la pista, para comprobar si en efecto sigue haciendo "Locks & Stocks" o "Pulp Fictions" o si, como los creadores de las dos citadas, acaba viniéndose abajo y diluyéndose en sí mismo.
Por lo pronto, servidor recomienda encarecidamente la actual filmografía de este tio a todo aquél a quién le guste el género de pelis mencionado. Y a los que no también. Martin McDonagh es lo suficientemente auténtico como para, aún identificando sus fuentes, poder verlo desde una perspectiva completamente distinta. Lo dicho, un gran cineasta de nuestro días.
10
15 de febrero de 2012
15 de febrero de 2012
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chomet consigue que el "espíritu" de Jacques Tati vuelva al cine aportando una música y una animación geniales a un guión del autor de "Mi tio". El tema viene a ser, como tantas veces en Tati, una mezcla melancólica, tierna y en ocasiones divertida, de vida misma.
Nos cuenta la historia del mago Tatischeff, hombre ya de cierta edad, que trabaja en un mundo donde cada vez se presta menos atención a los viejos espectáculos, sustituidos por la modernidad. Un mundo que está cambiando a pasos agigantados. Tatischeff trata de hacer lo que sabe, magia, aunque deba pluriemplearse para conseguirlo, aunque sea perfectamente consciente del poco éxito que tiene su, por otro lado, maravilloso espectáculo. El hilo conductor de la trama es una muchacha de pueblo que, maravillada por el mago después de que este haga una actuación, decide seguirle a la ciudad. Así, Tatischeff deberá cuidar de la niña, de la que por otro lado adora que todavía sea capaz de maravillarse con la magia... sin embargo, esta pronto se verá tambien atraida por la modernidad...
Tierna y sin caer en ningún momento en sensiblerías empalagosas, está sustentada por un dibujo extremadamente dinámico y muy apropiado, muy bien hecho, que por sí solo merecería una gran nota. Una historia de magos, trapecistas, ventrílocuos, ilusión, modernidad, pobreza, aceptación y ¿por qué no? una media sonrisa en la cara por feas que nos resulten las cosas.
Nos cuenta la historia del mago Tatischeff, hombre ya de cierta edad, que trabaja en un mundo donde cada vez se presta menos atención a los viejos espectáculos, sustituidos por la modernidad. Un mundo que está cambiando a pasos agigantados. Tatischeff trata de hacer lo que sabe, magia, aunque deba pluriemplearse para conseguirlo, aunque sea perfectamente consciente del poco éxito que tiene su, por otro lado, maravilloso espectáculo. El hilo conductor de la trama es una muchacha de pueblo que, maravillada por el mago después de que este haga una actuación, decide seguirle a la ciudad. Así, Tatischeff deberá cuidar de la niña, de la que por otro lado adora que todavía sea capaz de maravillarse con la magia... sin embargo, esta pronto se verá tambien atraida por la modernidad...
Tierna y sin caer en ningún momento en sensiblerías empalagosas, está sustentada por un dibujo extremadamente dinámico y muy apropiado, muy bien hecho, que por sí solo merecería una gran nota. Una historia de magos, trapecistas, ventrílocuos, ilusión, modernidad, pobreza, aceptación y ¿por qué no? una media sonrisa en la cara por feas que nos resulten las cosas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El mensaje, mal mirado, es ciertamente devastador: la niña desagradecida que "roba" un regalo para ella, el jefe del mecánico que roba la cartera de nuestro protagonista; el payaso que se intenta suicidar, el ventrílocuo que vende su muñeco (por el que nadie da nada) y aparece borracho en un bar, el conejo finalmente puesto en libertad, como símbolo de que nuestro mago ha decidido renunciar a la magia para siempre; la ligeramente vengativa carta en la que fríamente escribe, con faltas de ortografía: "LA MAGIA NO EXISTE", a modo de despedida de una muchacha que al final le ha cambiado por un noviete moderno y, como colofón, esa escena final en el vagón de tren: hace un truco de magia para esa niña que ha perdido un lápiz muy desgastado, va a impresionarla dándole el cambiazo con un lápiz más largo, pero algo falla y la niña se queda con su lápiz original. ¿Sirve acaso para algo la magia? ¿Se extinguirá finalmente la ilusión, sepultada por la luz eléctrica, la publicidad, la música ruidosa y viejos con prostitutas?
Sin embargo, por otro lado tenemos a esa muchacha que por puro azar salva al payaso del suicidio subiéndole un plato de comida, esos trapecistas amables y divertidos, el escocés borrachín que es un solplo de aire fresco siempre que aparece...
No, no es un mensaje tan devastador. Es simple vida, con sus miserias y sus magnificiencias. Vida pura, genialmente condensada en 70 minutos.
Sin embargo, por otro lado tenemos a esa muchacha que por puro azar salva al payaso del suicidio subiéndole un plato de comida, esos trapecistas amables y divertidos, el escocés borrachín que es un solplo de aire fresco siempre que aparece...
No, no es un mensaje tan devastador. Es simple vida, con sus miserias y sus magnificiencias. Vida pura, genialmente condensada en 70 minutos.
10 de febrero de 2011
10 de febrero de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según el alma que se ponga en ellas. Death Race es una película de "0", bueno, quizá de "1" si tenemos en cuenta ciertos apartados técnicos.
Porque es una mierda, una full, una sandez, una macarrada y una mamarrachada. ¿Entonces, -quizá se pregunte alguno- qué hace este tio poniéndole un 10?
Pues el caso es que este tio disfrutó como un enano con esta película. Porque tengo por seguro que todos los que participaron en ella eran más que conscientes de la mamarrachada, macarrada, sandez, full y mierda que estaban perpetrando.
Así, desde el primer momento de la peli queda bastante claro que no hay que tomársela demasiado en serio, que va a ser un absurdo sin pies ni sentido. Y así, durante toda la peli, se irán viendo escenas completamente gilipollescas, diálogos escritos por un mono con retraso mental y un desarrollo estúpido. ¡Pardiez!, ¡si hasta salen trampas al estilo Coyote y Correcaminos! Lo peor de la peli es que al final traten de darle una moralina. No era necesario dar un contrapunto de "seriedad" a esta parida de película, pero bueno, no la desvirtúa tampoco.
Así pues, sólo puedo darle un 10 a esta valiente mierda x´D
Porque es una mierda, una full, una sandez, una macarrada y una mamarrachada. ¿Entonces, -quizá se pregunte alguno- qué hace este tio poniéndole un 10?
Pues el caso es que este tio disfrutó como un enano con esta película. Porque tengo por seguro que todos los que participaron en ella eran más que conscientes de la mamarrachada, macarrada, sandez, full y mierda que estaban perpetrando.
Así, desde el primer momento de la peli queda bastante claro que no hay que tomársela demasiado en serio, que va a ser un absurdo sin pies ni sentido. Y así, durante toda la peli, se irán viendo escenas completamente gilipollescas, diálogos escritos por un mono con retraso mental y un desarrollo estúpido. ¡Pardiez!, ¡si hasta salen trampas al estilo Coyote y Correcaminos! Lo peor de la peli es que al final traten de darle una moralina. No era necesario dar un contrapunto de "seriedad" a esta parida de película, pero bueno, no la desvirtúa tampoco.
Así pues, sólo puedo darle un 10 a esta valiente mierda x´D

6,5
1.315
8
24 de diciembre de 2014
24 de diciembre de 2014
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cobra Verde no es la mejor película del tándem Herzog-Kinski, pero es que joder, con sus mellizas Fitzcarraldo y Aguirre compitiendo por ese puesto, es bastante complicado.
El cine de Herzog tiene algo del modelado del tiempo de Tarkovski: en Cobra Verde la película empieza con toda una declaración de intenciones con ese plano inicial de 360º que resume perfectamente el origen depauperado y miserable de Francisco Manuel. Ese barril que ha sido abandonado en la plaza del pueblo a la llegada del bandido; ese diálogo con el tabernero...
Como en las citadas películas, Cobra Verde sigue el mismo tema tan recurrente en Herzog: personajes despreciables y megalómanos cuyas idas de pinza están condenadas al fracaso from the very begining. Aquí el leitmotiv de la película comenzará cuando cobra verde descubra que tiene auténticas aptitudes para la trata y el comercio de esclavos.
Si Aguirre resulta más "intimismta" por así decirlo, y Fitzcarraldo tiene más de epopeya, Cobra Verde navega un poco a la deriva en ese sentido, de modo que se puede hablar de dos tramos completamente distintos: el inicio e introducción de Cobra Verde y de cómo entra al negocio del esclavismo y posteriormente su periplo africano.
Y en esta segunda parte radica lo más importante y mejor de la película. Recurriendo a secuencias que rallan la irrealidad Herzog retrata una cultura y costumbres africanas de manera que mantiene al espectador siempre desubicado sin saber realmente si toda esa gente está sencillamente entregándose a sus peculiares ritos que resultan harto exóticos, o si es que están tremenda y jodidamente locos. Y es que Bossa Ahadee, el rey del territorio africano donde Cobra Verde se instala, ya es presentado previamente en la película como un rey "siniestro y demente". Y, como podría corroborar el rey arbusto, esto es totalmente cierto.
Kinski está soberbio, como siempre, en su papel; al borde de la locura llegado un determinado punto, al espectador le es transmitida con una fuerza colosal esa desesperación resignada que aún así no puede consumir su tremenda fuerza de voluntad. El final es de un lirismo ciertamente bello.
Como tema que trasciende a la película está siempre, de manera omnipresente, la esclavitud, mostrada aquí de una manera bastante cruda, sin recurrir a sentimentalismos Spielbergianos sino más bien todo lo contrario: asusta la manera en que los negros son tratados con total y absoluto desdén, como meras mercancías. En este punto está muy logrado el mensaje, pero hace aguas cuando por medio de los personajes trata de verbalizar una suerte de moraleja al respecto, que resulta demasiado "pegoste".
Con todo, una película valiente, cruda, que por momentos podría pertenecer al universo de David Lynch; Cobra Verde resulta una película infravalorada de Herzog-Kinski; pero esto sólo es así por el tremendo peso específico de sus hermanas Fitzcarraldo y Aguirre, la cólera de Dios. Estoy convencido de que si no existieran esas (odiosas =D ) comparaciones, Cobra Verde sería una película mucho más celebrada.
Muy interesante.
El cine de Herzog tiene algo del modelado del tiempo de Tarkovski: en Cobra Verde la película empieza con toda una declaración de intenciones con ese plano inicial de 360º que resume perfectamente el origen depauperado y miserable de Francisco Manuel. Ese barril que ha sido abandonado en la plaza del pueblo a la llegada del bandido; ese diálogo con el tabernero...
Como en las citadas películas, Cobra Verde sigue el mismo tema tan recurrente en Herzog: personajes despreciables y megalómanos cuyas idas de pinza están condenadas al fracaso from the very begining. Aquí el leitmotiv de la película comenzará cuando cobra verde descubra que tiene auténticas aptitudes para la trata y el comercio de esclavos.
Si Aguirre resulta más "intimismta" por así decirlo, y Fitzcarraldo tiene más de epopeya, Cobra Verde navega un poco a la deriva en ese sentido, de modo que se puede hablar de dos tramos completamente distintos: el inicio e introducción de Cobra Verde y de cómo entra al negocio del esclavismo y posteriormente su periplo africano.
Y en esta segunda parte radica lo más importante y mejor de la película. Recurriendo a secuencias que rallan la irrealidad Herzog retrata una cultura y costumbres africanas de manera que mantiene al espectador siempre desubicado sin saber realmente si toda esa gente está sencillamente entregándose a sus peculiares ritos que resultan harto exóticos, o si es que están tremenda y jodidamente locos. Y es que Bossa Ahadee, el rey del territorio africano donde Cobra Verde se instala, ya es presentado previamente en la película como un rey "siniestro y demente". Y, como podría corroborar el rey arbusto, esto es totalmente cierto.
Kinski está soberbio, como siempre, en su papel; al borde de la locura llegado un determinado punto, al espectador le es transmitida con una fuerza colosal esa desesperación resignada que aún así no puede consumir su tremenda fuerza de voluntad. El final es de un lirismo ciertamente bello.
Como tema que trasciende a la película está siempre, de manera omnipresente, la esclavitud, mostrada aquí de una manera bastante cruda, sin recurrir a sentimentalismos Spielbergianos sino más bien todo lo contrario: asusta la manera en que los negros son tratados con total y absoluto desdén, como meras mercancías. En este punto está muy logrado el mensaje, pero hace aguas cuando por medio de los personajes trata de verbalizar una suerte de moraleja al respecto, que resulta demasiado "pegoste".
Con todo, una película valiente, cruda, que por momentos podría pertenecer al universo de David Lynch; Cobra Verde resulta una película infravalorada de Herzog-Kinski; pero esto sólo es así por el tremendo peso específico de sus hermanas Fitzcarraldo y Aguirre, la cólera de Dios. Estoy convencido de que si no existieran esas (odiosas =D ) comparaciones, Cobra Verde sería una película mucho más celebrada.
Muy interesante.
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