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5,4
4.257
3
11 de septiembre de 2014
11 de septiembre de 2014
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La joven Chloe Grace Moretz protagoniza "If I Stay", película que abre con una introducción tosca y apresurada de ella, su familia y el chico de quién se enamorará (Jamie Blackley). Y luego viene el accidente, probablemente lo único bien realizado en la cinta. Uno espera que a partir de acá se desarrolle esta idea de la decisión de quedarse o no, pero la película se encierra en los recuerdos de ella con respecto a Jamie Blackley. Y es entonces cuando el desarrollo que podía darse no aparece. Y pasan los minutos y seguimos viendo las idas y vueltas del romance adolescente. Un romance que ciertamente no aporta nada cinematográficamente interesante.
Todas las emociones que una situación así podría dar (*ver en spoiler), no se presentan en ningún momento. Todo queda en un personaje plano y sus aburridos recuerdos sobre su noviazgo. No leí la novela, así que no sé si es tan unidimensional como esta película, pero estoy seguro que un buen director podía sacarle a Chloe Moretz emociones más profundas. Pero R.J. Cutler ni siquiera puede abordar con mínima profundidad las que pretende mostrar. La actriz de Kick-Ass va a tener que aprender elegir proyectos si realmente quiere el título de promesa de Hollywood.
A decir verdad, sí salí decepcionado del cine, no es que esperaba mucho de If I Stay, pero mi nota lo dice todo. No emociona, no engancha, ni siquiera entretiene. Un bodrio que solo atrapará a adolescentes en busca de romances trillados; a los demás, nos hará sufrir los 100 largos minutos que dura la película.
Todas las emociones que una situación así podría dar (*ver en spoiler), no se presentan en ningún momento. Todo queda en un personaje plano y sus aburridos recuerdos sobre su noviazgo. No leí la novela, así que no sé si es tan unidimensional como esta película, pero estoy seguro que un buen director podía sacarle a Chloe Moretz emociones más profundas. Pero R.J. Cutler ni siquiera puede abordar con mínima profundidad las que pretende mostrar. La actriz de Kick-Ass va a tener que aprender elegir proyectos si realmente quiere el título de promesa de Hollywood.
A decir verdad, sí salí decepcionado del cine, no es que esperaba mucho de If I Stay, pero mi nota lo dice todo. No emociona, no engancha, ni siquiera entretiene. Un bodrio que solo atrapará a adolescentes en busca de romances trillados; a los demás, nos hará sufrir los 100 largos minutos que dura la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
* Nos enteramos que sus padres murieron, y luego su hermanito también.

7,2
19.908
8
13 de septiembre de 2023
13 de septiembre de 2023
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta cómo la directora utiliza un muy eficiente drama romántico para hablar de la inmigración y para realizar un excelente estudio de personajes. Dejo mi análisis en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al principio de la película, Na Young niña desea irse de Corea junto a sus padres para cumplir sus sueños y ambiciones. Se la describe como una niña llorona pero sobresaliente en la escuela, es por esto que llora cuando su amigo Hae Sung la supera por primera vez en un examen. Ambos se quieren, pero uno entiende que él siente más por ella que ella por él.
El plano de los caminos separados lo muestra a él yéndose cabizbajo por un camino plano y a ella subiendo unas escaleras, representando los caminos que evidentemente tomarán a partir de entonces.
Doce años después, es él nuevamente el que está desesperado por encontrarla mientras que ella (ahora rebautizada Nora) lo toma como una curiosidad surgida después de una charla con una amiga. El reencuentro es prolongado pero inconsistente puesto que solo se da a través de videollamadas, pero sirve para ver las situaciones de los personajes: ella ya tiene cierta consagración profesional y está viviendo en Nueva York, mientras que él sigue viviendo con sus padres y cursando su carrera.
Es ella nuevamente quien lo rechaza, ante la idea de volver a Seúl que representaría retroceder varios casilleros. Él simplemente no puede viajar a Nueva York, aunque lo desea y planea.
Otros doce años después finalmente Hae Sung se arma de valor y viaja a Estados Unidos. Lo vemos distinto, ahora es realmente un hombre y está en una buena posición económica. La sorpresa es de Nora, quien no puede concebir la idea de progreso en su natal Corea, y esto es importante porque Hae Sung simbólicamente es Corea, así se lo describe ella a su marido, como "very korean".
El tratamiento del guion hacia el marido es dignísimo, las preocupaciones que le surgen son completamente lógicas y sus preguntas a su esposa son sinceras. Ella le dice que no sabe qué siente por su antiguo amigo, pero las cosas cambian luego de una cena en la que Hae Sung, abandonando toda su timidez, reconoce que no puede tenerla porque ve en el marido a una buena persona. Bastan dos miradas de Greta Lee para entender que ahora sí ella está enamorada de él. Pero es demasiado tarde, y en la última escena, cuando espera que Hae Sung actúe, este se va. El llanto del final se espeja con el del principio y propone un inverso: al inicio es ella quien lo deja a él y ahora es él quien finalmente la deja a ella.
El plano de los caminos separados lo muestra a él yéndose cabizbajo por un camino plano y a ella subiendo unas escaleras, representando los caminos que evidentemente tomarán a partir de entonces.
Doce años después, es él nuevamente el que está desesperado por encontrarla mientras que ella (ahora rebautizada Nora) lo toma como una curiosidad surgida después de una charla con una amiga. El reencuentro es prolongado pero inconsistente puesto que solo se da a través de videollamadas, pero sirve para ver las situaciones de los personajes: ella ya tiene cierta consagración profesional y está viviendo en Nueva York, mientras que él sigue viviendo con sus padres y cursando su carrera.
Es ella nuevamente quien lo rechaza, ante la idea de volver a Seúl que representaría retroceder varios casilleros. Él simplemente no puede viajar a Nueva York, aunque lo desea y planea.
Otros doce años después finalmente Hae Sung se arma de valor y viaja a Estados Unidos. Lo vemos distinto, ahora es realmente un hombre y está en una buena posición económica. La sorpresa es de Nora, quien no puede concebir la idea de progreso en su natal Corea, y esto es importante porque Hae Sung simbólicamente es Corea, así se lo describe ella a su marido, como "very korean".
El tratamiento del guion hacia el marido es dignísimo, las preocupaciones que le surgen son completamente lógicas y sus preguntas a su esposa son sinceras. Ella le dice que no sabe qué siente por su antiguo amigo, pero las cosas cambian luego de una cena en la que Hae Sung, abandonando toda su timidez, reconoce que no puede tenerla porque ve en el marido a una buena persona. Bastan dos miradas de Greta Lee para entender que ahora sí ella está enamorada de él. Pero es demasiado tarde, y en la última escena, cuando espera que Hae Sung actúe, este se va. El llanto del final se espeja con el del principio y propone un inverso: al inicio es ella quien lo deja a él y ahora es él quien finalmente la deja a ella.

6,5
24.882
7
10 de agosto de 2016
10 de agosto de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy fan del cine de terror. Siempre lo he sido y nunca lo he ocultado. De chiquito, cuando todavía íbamos a alquilar películas al videoclub, le insistía a mis viejos para que al menos nos lleváramos una de mi tan amado género. Así, crecí con Chucky, Ghostface, Leatherface y otros.
Pasaron los años y me fui abriendo al cine en general. Fui entendiendo por qué en mi familia se veía mucho Woody Allen. O por qué Hitchcock era considerado el maestro del suspense. Pero, aún así, no podía negar que el "género maldito" era, por mucho, el mayor deleite de mi paladar.
En la actualidad, es común escuchar cosas como "las películas de terror actuales son malísimas". Y no es de extrañar: pareciera ser que todo ya está contado. Y mejor contado. Por eso vemos cosas como The Forest o The Boy, ambas de este 2016, y no nos queda otra que correr y refugiarnos en Halloween, El exorcista o Pesadilla en la calle Elm.
Pero yo estoy convencido de que no es tan así. Creo que hay un nuevo resurgir del terror en los últimos años. Eli Roth, Rob Zombie, Ti West; todos son reconocidos como autores. Y sus películas siempre tienen algo digno de remarcarse. Entre esos autores encontramos a James Wan.
Saw (2004) ya tenía sus formas. Dead Silence (2007), la recuerdo como una película muy menor, pero la tengo que revisitar. Después hizo Insidious (2010), quizá mi favorita. El mundo onírico que plasmaba ahí es combustible de pesadillas. Pero no sería hasta el 2013 cuando llega a los cines su película más conocida: The Conjuring. Fue un éxito de público y crítica, y ya es considerada un clásico. La cinta reivindicaba al cine de fantasmas de los 70s, y se nutría de esos climas mórbidos y claustrofóbicos. En ese mismo año, Wan vuelve a demostrar su talento con la más que dignísima secuela de Insidious. En el 2014 se estrenó el spinoff Annabelle. Se hizo cargo John R. Leonetti. La película no vale nada, a decir verdad.
Pero llegó el 2016 y la secuela directa de El Conjuro se estrena. James Wan otra vez detrás de las cámaras. Y sí, el director malayo lo hizo de nuevo. El guion, firmado por los hermanos Hayes, que ya se habían encargado de la primera, está bastante bien. Tiene sus defectos (sobre todo en la resolución), pero logra un desarrollo de personajes muy digno para este tipo de películas, por ejemplo.
Lo que más se le puede criticar a la película es el abuso de clichés (algo que también ponderaba en la primera parte) y la costumbre de pegar unas subidas de volumen que pueden resultar simplonas. Películas como The Witch e It Follows (quizá las mejores de lo que vamos de siglo) son puramente atmosféricas y evitan esto. Pero que el árbol no tape el bosque. Esto se trata de James Wan. Si la hacía cualquier otro director la película no funciona. Desde el manejo de los tiempos hasta la puesta. Cómo aprovecha los espacios, cómo busca lugares peligrosos, cómo mueve la cámara para desarrollar el suspenso. Cómo dirige a los actores. Bravo por Vera Farmiga, siempre brillante, y aplausos a Madison Wolfe, gran sorpresa.
Celebro este cine. Pago entrada y salgo feliz. Ojalá Wan viva muchos años y siga dándonos grandes películas de terror.
Pasaron los años y me fui abriendo al cine en general. Fui entendiendo por qué en mi familia se veía mucho Woody Allen. O por qué Hitchcock era considerado el maestro del suspense. Pero, aún así, no podía negar que el "género maldito" era, por mucho, el mayor deleite de mi paladar.
En la actualidad, es común escuchar cosas como "las películas de terror actuales son malísimas". Y no es de extrañar: pareciera ser que todo ya está contado. Y mejor contado. Por eso vemos cosas como The Forest o The Boy, ambas de este 2016, y no nos queda otra que correr y refugiarnos en Halloween, El exorcista o Pesadilla en la calle Elm.
Pero yo estoy convencido de que no es tan así. Creo que hay un nuevo resurgir del terror en los últimos años. Eli Roth, Rob Zombie, Ti West; todos son reconocidos como autores. Y sus películas siempre tienen algo digno de remarcarse. Entre esos autores encontramos a James Wan.
Saw (2004) ya tenía sus formas. Dead Silence (2007), la recuerdo como una película muy menor, pero la tengo que revisitar. Después hizo Insidious (2010), quizá mi favorita. El mundo onírico que plasmaba ahí es combustible de pesadillas. Pero no sería hasta el 2013 cuando llega a los cines su película más conocida: The Conjuring. Fue un éxito de público y crítica, y ya es considerada un clásico. La cinta reivindicaba al cine de fantasmas de los 70s, y se nutría de esos climas mórbidos y claustrofóbicos. En ese mismo año, Wan vuelve a demostrar su talento con la más que dignísima secuela de Insidious. En el 2014 se estrenó el spinoff Annabelle. Se hizo cargo John R. Leonetti. La película no vale nada, a decir verdad.
Pero llegó el 2016 y la secuela directa de El Conjuro se estrena. James Wan otra vez detrás de las cámaras. Y sí, el director malayo lo hizo de nuevo. El guion, firmado por los hermanos Hayes, que ya se habían encargado de la primera, está bastante bien. Tiene sus defectos (sobre todo en la resolución), pero logra un desarrollo de personajes muy digno para este tipo de películas, por ejemplo.
Lo que más se le puede criticar a la película es el abuso de clichés (algo que también ponderaba en la primera parte) y la costumbre de pegar unas subidas de volumen que pueden resultar simplonas. Películas como The Witch e It Follows (quizá las mejores de lo que vamos de siglo) son puramente atmosféricas y evitan esto. Pero que el árbol no tape el bosque. Esto se trata de James Wan. Si la hacía cualquier otro director la película no funciona. Desde el manejo de los tiempos hasta la puesta. Cómo aprovecha los espacios, cómo busca lugares peligrosos, cómo mueve la cámara para desarrollar el suspenso. Cómo dirige a los actores. Bravo por Vera Farmiga, siempre brillante, y aplausos a Madison Wolfe, gran sorpresa.
Celebro este cine. Pago entrada y salgo feliz. Ojalá Wan viva muchos años y siga dándonos grandes películas de terror.

3,5
2.293
2
17 de mayo de 2014
17 de mayo de 2014
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vampire Academy es otra película para adolescentes sobre vampiros, pero probablemente una de las peores.
Lo de vampiros es discutible, porque acá tenemos a unos tipos que hacen magia más que otra cosa.
El guion es pésimo, da pena. Todas las situaciones "interesantes" que el relato intenta conseguir, se ven opacadas por diálogos mediocres. Y es que, realmente, el 70% de los díalogos de esta película son de lo peor que he visto. Los personajes, puff, empecemos por la prota, insoportable, que es la que se lleva casi todos los peores diálogos. Después está la princesa, que tiene importancia para la prota pero no hace nada destacable en toda la película. Luego vienen un par de tipos que están ahí con el único fin de atraer adolescentes. Alimentan los "conflictos" amorosos de los protagonistas, que no hacen nada más que restarle interés al filme. El resto de los personajes son de lo más irrelevantes y sobran totalmente.
La dirección de este señor Waters solo está ahí para remarcar las pésimas actuaciones. Nada más, la cámara no tiene ningún propósito artístico, aunque tampoco es que lo esperaba.
Lo mejor: cierto misterio que no se termina de formar bien y luego se desvanece.
Lo peor: el guion, los diálogos, las actuaciones, lo últimos 30 minutos.
Lo de vampiros es discutible, porque acá tenemos a unos tipos que hacen magia más que otra cosa.
El guion es pésimo, da pena. Todas las situaciones "interesantes" que el relato intenta conseguir, se ven opacadas por diálogos mediocres. Y es que, realmente, el 70% de los díalogos de esta película son de lo peor que he visto. Los personajes, puff, empecemos por la prota, insoportable, que es la que se lleva casi todos los peores diálogos. Después está la princesa, que tiene importancia para la prota pero no hace nada destacable en toda la película. Luego vienen un par de tipos que están ahí con el único fin de atraer adolescentes. Alimentan los "conflictos" amorosos de los protagonistas, que no hacen nada más que restarle interés al filme. El resto de los personajes son de lo más irrelevantes y sobran totalmente.
La dirección de este señor Waters solo está ahí para remarcar las pésimas actuaciones. Nada más, la cámara no tiene ningún propósito artístico, aunque tampoco es que lo esperaba.
Lo mejor: cierto misterio que no se termina de formar bien y luego se desvanece.
Lo peor: el guion, los diálogos, las actuaciones, lo últimos 30 minutos.

5,6
41.455
4
3 de agosto de 2014
3 de agosto de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo cómo este bodrio tuvo tan buena recepción en esta página. Reconozco no ser un gran fan del universo de Marvel, pero otras películas como "Iron Man 2", "Hulk" o "Thor", siendo simplemente aceptables, son mejores que esta cosa.
El guion no solo comete el error de arrancar sin ningún tipo de enganche, sino que también es bastante penoso. Thor y el personaje de Natalie Portman no hacen nada mínimamente interesante. Y cuando el héroe no atrapa, uno espera que el villano de turno sea mínimamente bueno. Otra decepción: éste también es totalmente plano y unidimensional, y el conflicto dramático que otorga es aburrido, poco arriesgado y ya muy visto. El interés romántico entre los dos protagonistas que existía en la del 2011, acá tampoco aparece en ningún momento. Ni siquiera Loki, siendo lo mejor de la cinta, logra salvar esto.
Los actores parecen bastante perdidos entre tanto caos de efectos especiales. Natalie Portman y Tom Hiddleston cumplen, sin más.
Este Alan Taylor demuestra bastante torpeza, sobre todo al momento de filmar conversaciones. Las escenas de acción son de lo menos atractivas, mal llevadas y mal concluidas. Lo peor es el humor que quiere meter en cada escena, casi todo por parte de la pobre Kat Dennings, que lleva un personaje inolvidable por lo irrelevante y lo patético. El 80% de los diálogos absurdos los carga ella. Es más una típica comedia estadounidense que una cinta de acción y aventuras. Y la fotografía tampoco ayuda mucho.
Si la saga de Marvel fuera una serie, este sería el típico capítulo de transición y relleno. No aporta ni suma nada. Olvidable.
El guion no solo comete el error de arrancar sin ningún tipo de enganche, sino que también es bastante penoso. Thor y el personaje de Natalie Portman no hacen nada mínimamente interesante. Y cuando el héroe no atrapa, uno espera que el villano de turno sea mínimamente bueno. Otra decepción: éste también es totalmente plano y unidimensional, y el conflicto dramático que otorga es aburrido, poco arriesgado y ya muy visto. El interés romántico entre los dos protagonistas que existía en la del 2011, acá tampoco aparece en ningún momento. Ni siquiera Loki, siendo lo mejor de la cinta, logra salvar esto.
Los actores parecen bastante perdidos entre tanto caos de efectos especiales. Natalie Portman y Tom Hiddleston cumplen, sin más.
Este Alan Taylor demuestra bastante torpeza, sobre todo al momento de filmar conversaciones. Las escenas de acción son de lo menos atractivas, mal llevadas y mal concluidas. Lo peor es el humor que quiere meter en cada escena, casi todo por parte de la pobre Kat Dennings, que lleva un personaje inolvidable por lo irrelevante y lo patético. El 80% de los diálogos absurdos los carga ella. Es más una típica comedia estadounidense que una cinta de acción y aventuras. Y la fotografía tampoco ayuda mucho.
Si la saga de Marvel fuera una serie, este sería el típico capítulo de transición y relleno. No aporta ni suma nada. Olvidable.
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