No soy muy aficionado al cine de pura acción donde lo fuerte del argumento son las cabezas cortadas, los litros de sangre vertidos y los millares de balas disparadas. Tampoco te pido que todas la películas sean filosofía pura, pero alguna historia aunque mínima me parece como básico. Cuando me decidí a verla esperaba encontrar al menos alguna frase o escena con ese toque que tiene el modo de vida oriental, que aunque a veces no lo comparto, está bueno ver otras "miradas". Pero la frutilla de la torta es esa especie de zapateo nipón (estilo tap americano) con el que termina la película y se vienen los títulos que es como para hacerse el hara-kiri.

Para verla de espaldas. Un bostezo eterno. Larga, obvia y sin gracia. ¿ Lo mejor ? Ana Álvarez adivinen porqué.
El resto seguramente ha tenido momentos mejores, un mal rato lo tiene cualquiera, aunque pensandolo bien en algunos se les ha hecho costumbre (Noriega por ejemplo).

Al igual que los compañeros vi este film debido a las buenas críticas de los especialistas. Pero no encontré la poesía y si la hay tiene demasiados versos. Por momentos hay un excesivo histeriqueo que no pensé encontrar en una historia de amor gay, quizás eso sea algo de lo novedoso. Tampoco entendí la estética del color y los cambios de blanco y negro a ese color tan desteñido que por momentos aburre, pero que sin duda son efectivos (a veces hasta de más) para lograr una atmósfera depresiva y melancólica, se podría haber logrado el mismo efecto sin sacrificar tanto la calidad de la imagen. La música definitivamente es horrenda. La historia sin duda deja su moraleja y tiene buenos momentos, pero 30 minutos mas corta, se entendía igual.