Aún recuerdo la carátula de la cinta del videoclub: "El dentista. Tu dolor es su placer", toda una invitación al alquiler de una película que no ofrece nada del otro mundo.
El gore está dosificado de manera muy justita, y lo único destacable son los primeros planos de los dientes siendo taladrados de manera indiscriminada. Sólo da un poco de mal rollo en esos momentos. El resto de la película es bastante despreciable, no aporta nada original.

Una pena, porque podrían haber aprovechado el dolor psicológico de las imágenes para hacer algo medianamente decente.

Para empezar, comentar lo peor de la película: el descontrol del volumen en las escenas de sustos. Me he pasado todo el tiempo subiendo y bajando el volumen durante toda su duración. Da más susto la música que el susto en sí mismo.

La película no está mal, pero no aporta nada nuevo. No es un film de miedo, sino de sustos. Personajes con comportamientos muy poco creíbles y roles demasiado estereotipados.

Cuando eres un niño no valoras las cosas y no tienes conciencia de tus hechos como cuando ya eres mayor.
Es una historia triste que muestra cómo dos niños Afganos tienen una gran amistad antes que el país fuera destrozado por los talibanes.

La película no hace más que encadenar sustos en escenas completamente predecibles. Si te pilla con ganas igual disfrutas de alguno de ellos, pero el mismo desarrollo te avisa de que van a aparecer de un momento a otro, y no te pillan por sorpresa.

Un film muy típico y estereotipado.

Para un fan de Almodóvar puede que esta película se salga un poco de lo que está acostumbrado a ver, aunque los personajes siguen teniendo mucha profundidad, como suele ser habitual en el director manchego.

Con continuos flashbacks nos va dosificando la historia de amor con sus giros violentos, sin mostrarnos todos los detalles nunca, hasta el final.