You must be a loged user to know your affinity with KaloCamilo
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5,9
29.126
7
26 de mayo de 2016
26 de mayo de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisando las críticas breves al inicio, a muchos no les gustó esta última entrega de la saga mutante, que ya cumple 16 años. Alegan que no hay nada nuevo, que las cosas se repitien: los mismos personajes, los mismos conflictos, los mismos problemas con(tra) la humanidad que los excluye y persigue, incluso el mismo despliegue de sus superpoderes ya conocidos. Pero amigos, toda la saga se trata sobre esto mismo, y seguirá tratándose de lo mismo, éste es el tópico. Y esta es justamente la razón por la cual seguirla.
Me declaro un fanático absoluto de la saga X-Men, en especial de las películas iniciadas y recién recuperadas (¡aleluya!) por Bryan Singer, las que vendrían a conformar el "canon" de la historia. No soy un experto en la historia de los comics, por lo tanto no me importa mucho la "fidelidad a la historia original" que defienden los frikis de corazón (como aquellos seguidores obsesivos-compulsivos de las películas del llamado MCU o "Marvel Cinematic Universe"; o quienes empezarán a seguir las películas del universo DC, que supongo se llamará DCU). Me importa más que la historia de esta saga se mantenga fiel a sí misma. Con esto me refiero a lo siguiente: después de ver las batallas grandiosas e incomprensibles de las dos "Avengers", y después de la trama absurda y llena de hoyos de "Batman v. Superman", realmente se agradece que en esta película que nos convoca, los eventos sean narrados de manera tan sencilla, que todo se explica por sí mismo a pesar de la complejidad inicial y la grandiosidad de las peleas. Cosa que ya había ocurrido, de manera magistral, en "Días del Futuro Pasado". Se agradece la fluidez del relato escrito por Simon Kinberg y exhibido por Singer, fluidez que no implica simplicidad, ya que la película es bastante más interesante de lo que dejan ver los trailers.
Y la historia es la siguiente: 10 años después de los eventos del pasado en "Días del Futuro Pasado", llega el año 1983 con los mutantes dispersados por el mundo. Charles Xavier ha iniciado su escuela recientemente y con mucho que hacer. Mystique, elevada al estatus de héroe mutante popular, continúa trabajando sola en las sombras. Magneto está desaparecido. Y en Egipto, se desentierra la bomba, la tensión que vuelve a reunirlos a todos: un poderoso mutante de la Antiguedad, un auténtico dios del Antiguo Egipto, viene a despertar de su largo sueño (¿congelamiento? ¿suspensión del tiempo?), viene a descubrir que el mundo ha sido dominado por las leyes humanas y sus patéticos sistemas que privilegian a los corruptos y los débiles (Zaratustra, ¿eres tú?), y se dispone a revertir el orden mundial, básicamente, a punta de destrucción.
Con lo simplón que parece el argumento, ya visto y vendido por todos lados, lo que se cuenta en el fondo no es tan simple como podría sonar. Aquí no hay superhéroes que son buenos y nobles porque sí, versus supervillanos que quieren destruir el Universo y también porque sí. Lo importante no es sólo el despliegue de poderes (que sí hay, y en grande), sino que la historia conserve su espíritu. Se mantienen las notables presentaciones de personajes "nuevos" y el bien cuidado desarrollo de muchos de ellos (cierto, no recuerdo bien qué se supone que hacían todos los "Jinetes", con la siempre notable excepción de Magneto, cuyo desarrollo siempre es superior, obra y gracia de Michael Fassbender). Se mantienen las motivaciones y la emocionalidad detrás de cada decisión, una emocionalidad que no es exagerada ni ególatra, sino de una sutilieza encantadora. Se mantienen los momentos de ese elegante humor que alivia las tensiones (ojo con la reaparición de Quicksilver, y con las breves intervenciones de Nightcrawler, ¡tan feo y tan tierno!). Se mantiene la sentida contradicción de tener que luchar entre viejos amigos, entre hermanos mutantes, a pesar de que todos quieren lo mismo, pero a través de vías diferentes: o defender la paz, la causa de Xavier, o preparar la guerra, la causa de Magneto, o bien una "tercera vía", que vendría a ser la causa de Mystique.
Los seguidores deben saber que esta película no es superior a "Días del Futuro Pasado", y se ahorrarán la decepción. Más bien, pueden asistir temiendo que sea otra tonta película de súpers, y dejarse sorprender por las sutilezas y el corazón genuinamente humano de los mutantes. Asistimos pues, a otro buen capítulo de la gran historia de los mutantes, historia que no envejece, sino más bien lo contrario.
Me declaro un fanático absoluto de la saga X-Men, en especial de las películas iniciadas y recién recuperadas (¡aleluya!) por Bryan Singer, las que vendrían a conformar el "canon" de la historia. No soy un experto en la historia de los comics, por lo tanto no me importa mucho la "fidelidad a la historia original" que defienden los frikis de corazón (como aquellos seguidores obsesivos-compulsivos de las películas del llamado MCU o "Marvel Cinematic Universe"; o quienes empezarán a seguir las películas del universo DC, que supongo se llamará DCU). Me importa más que la historia de esta saga se mantenga fiel a sí misma. Con esto me refiero a lo siguiente: después de ver las batallas grandiosas e incomprensibles de las dos "Avengers", y después de la trama absurda y llena de hoyos de "Batman v. Superman", realmente se agradece que en esta película que nos convoca, los eventos sean narrados de manera tan sencilla, que todo se explica por sí mismo a pesar de la complejidad inicial y la grandiosidad de las peleas. Cosa que ya había ocurrido, de manera magistral, en "Días del Futuro Pasado". Se agradece la fluidez del relato escrito por Simon Kinberg y exhibido por Singer, fluidez que no implica simplicidad, ya que la película es bastante más interesante de lo que dejan ver los trailers.
Y la historia es la siguiente: 10 años después de los eventos del pasado en "Días del Futuro Pasado", llega el año 1983 con los mutantes dispersados por el mundo. Charles Xavier ha iniciado su escuela recientemente y con mucho que hacer. Mystique, elevada al estatus de héroe mutante popular, continúa trabajando sola en las sombras. Magneto está desaparecido. Y en Egipto, se desentierra la bomba, la tensión que vuelve a reunirlos a todos: un poderoso mutante de la Antiguedad, un auténtico dios del Antiguo Egipto, viene a despertar de su largo sueño (¿congelamiento? ¿suspensión del tiempo?), viene a descubrir que el mundo ha sido dominado por las leyes humanas y sus patéticos sistemas que privilegian a los corruptos y los débiles (Zaratustra, ¿eres tú?), y se dispone a revertir el orden mundial, básicamente, a punta de destrucción.
Con lo simplón que parece el argumento, ya visto y vendido por todos lados, lo que se cuenta en el fondo no es tan simple como podría sonar. Aquí no hay superhéroes que son buenos y nobles porque sí, versus supervillanos que quieren destruir el Universo y también porque sí. Lo importante no es sólo el despliegue de poderes (que sí hay, y en grande), sino que la historia conserve su espíritu. Se mantienen las notables presentaciones de personajes "nuevos" y el bien cuidado desarrollo de muchos de ellos (cierto, no recuerdo bien qué se supone que hacían todos los "Jinetes", con la siempre notable excepción de Magneto, cuyo desarrollo siempre es superior, obra y gracia de Michael Fassbender). Se mantienen las motivaciones y la emocionalidad detrás de cada decisión, una emocionalidad que no es exagerada ni ególatra, sino de una sutilieza encantadora. Se mantienen los momentos de ese elegante humor que alivia las tensiones (ojo con la reaparición de Quicksilver, y con las breves intervenciones de Nightcrawler, ¡tan feo y tan tierno!). Se mantiene la sentida contradicción de tener que luchar entre viejos amigos, entre hermanos mutantes, a pesar de que todos quieren lo mismo, pero a través de vías diferentes: o defender la paz, la causa de Xavier, o preparar la guerra, la causa de Magneto, o bien una "tercera vía", que vendría a ser la causa de Mystique.
Los seguidores deben saber que esta película no es superior a "Días del Futuro Pasado", y se ahorrarán la decepción. Más bien, pueden asistir temiendo que sea otra tonta película de súpers, y dejarse sorprender por las sutilezas y el corazón genuinamente humano de los mutantes. Asistimos pues, a otro buen capítulo de la gran historia de los mutantes, historia que no envejece, sino más bien lo contrario.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1: ¡El Arma X ha escapado! Qué gran momento: inesperado, violento, sanguinario, sin palabras ni imágenes explícitas, corto y preciso. Sólo las dulces manos y el corazón de Jean Grey pueden detener al demonio. "Le he devuelto algo de su pasado", línea sacada casi diractamente de "Primera Generación", en otro hermoso momento en la Escuela, frente a la antena parabólica.
2: La película en general rinde más homenaje a "Primera Generación" que a todas las demás, como en la escena de todos volando en el jet. En casi todos esos momentos actúa Jean Grey. Para que no se diga que es una Mary Sue, que viene a no hacer nada y arreglarlo todo al final.
3: Notable comentario sobre la película que los más jóvenes van a ver al cine: "La tercera parte siempre es la peor". ¡En tu cara, "X Men 3 La Batalla Final"!
4: "¿No te despierta en la noche la idea de que algún día vendrán por ti, y por tus niños...?". El diálogo favorito de todo fan de corazón. Todo el tópico, el conflicto que se reitera en cada episodio, se resume en esas bellas líneas.
2: La película en general rinde más homenaje a "Primera Generación" que a todas las demás, como en la escena de todos volando en el jet. En casi todos esos momentos actúa Jean Grey. Para que no se diga que es una Mary Sue, que viene a no hacer nada y arreglarlo todo al final.
3: Notable comentario sobre la película que los más jóvenes van a ver al cine: "La tercera parte siempre es la peor". ¡En tu cara, "X Men 3 La Batalla Final"!
4: "¿No te despierta en la noche la idea de que algún día vendrán por ti, y por tus niños...?". El diálogo favorito de todo fan de corazón. Todo el tópico, el conflicto que se reitera en cada episodio, se resume en esas bellas líneas.

5,2
14.181
6
21 de diciembre de 2024
21 de diciembre de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de que todos, absolutamente todos los youtubers que suelo visitar, en español y en inglés, destruyeron esta película (el título de esta crítica lo saqué de Honest Trailers), me pregunté si el único que había disfrutado Joker: Folie a Deux (2024), y más especialmente su inesperado final, había sido yo.
"Siento que todo esto fue una tomadura de pelo", dijo mi pareja cuando la película terminó. Y de inmediato recordé algo que había leído aquí en FilmAffinity sobre la primera Joker (2019). Mientras todo el mensaje de esa obra recaía en el poder nefasto de la discriminación y en nuestros prejuicios sobre la gente, el personaje del enano estaba ahí precisamente para revelarnos a nosotros, los espectadores, nuestros prejuicios sobre la gente; la prueba de ello era que cada vez que aparecía en pantalla o decía algo, inevitablemente alguien se reía en la sala del cine. Creo que incluso el director declaró en algún momento que ésa era justamente la idea: no provocar la risa contra el enano, sino exponerla, desenmascararla, dar la bofetada moral: "¿Crees que la risa de Arthur Fleck es inapropiada? ¿Qué hay con la tuya?". Como dice la frase en inglés, "The joke's on you", la broma recae en ti, se trata de ti, el objeto de la broma eres tú.
Esta suerte de nota al pie, este mensaje entre líneas de la primera entrega, se ha convertido en la premisa central de toda esta segunda parte. Y vaya que es agotador presenciar una película de dos horas que todo el tiempo está muy conscientemente burlándose de ti mientras tú sigues esperando "otra cosa".
¿Qué otra cosa esperabas de un pobre diablo como Arthur Fleck? ¿De verdad crees que un hombre destruido, inestable y totalmente desvalido como él podría dar cara contra alguien como Batman (en cualquiera de sus versiones)? ¿Realmente creías que el alzamiento en Gotham y la ovación hacia él al final de la primera película iba a llevar a ese pobre "¿Arthur qué?" a ser una mente maestra del crimen o un caudillo de la voluntad del pueblo gótico? Entre el niño herido que sólo quería que la gente supiera que existía y aquel psicópata que sólo quería "ver el mundo arder" hay una enorme diferencia, son personajes absolutamente distintos, no tienen prácticamente nada en común y muy seguramente el segundo se comería vivo al primero. ¿Entonces qué película estabas viendo: la que escribió y dirigió Todd Phillips, o la que escribió y dirigió tu fantasía de adolescente marveliano?
Recuerdo que algo parecido ocurrió con Birdman (2014) de Alejandro González Iñárritu, el contraataque filosófico, teatral y de humor negro contra la megaindustria del cine de superhéroes. Pero esa película, ovacionada y premiada por todos lados, todavía conservaba muchísimos elementos de fantasía; o sea, aparecía Birdman efectivamente, en traje completo volando sobre la ciudad y escapando de bombardeos, aunque fuese sólo para burlarse de ellos. Aquí no hay absolutamente nada de acción, salvo en un breve momento que igual no lleva a ninguna parte. La mezcla de géneros, aunque ciertamente muy imperfecta y llena de costados que no calzan entre sí, tampoco sugiere para nada que ésta sea una película de supervillanos: es drama carcelario, es proceso judicial, es un musical evasivo de la realidad, bueno, como todo musical. ¿Dónde iba a entrar el famosísimo Guasón, el Príncipe Payaso del Crimen, en esa mezcla? Aquí, por supuesto que no.
Arriesgada como pocas e incomprendida como ninguna, esta historia, finalmente, nunca se trató de eso que los youtubers y los críticos de cine estaban esperando. Tenemos un tremendo catálogo lleno de franquicias que sí lo tienen. ¡No hacía falta convertir a este Joker en uno de ellos! De hecho, apuesto que si esta segunda entrega se hubiese incorporado al "universo DC", los fans la odiarían tres veces más, incluyéndome. No creo que esta entrega haya "echado por tierra los esfuerzos de la primera", como leí por aquí. Al contrario, creo que era el único final posible para una historia como la que nos introdujeron en la primera. Sobre todo con ese remate de la broma que, en efecto, cayó sobre todos nosotros.
"Siento que todo esto fue una tomadura de pelo", dijo mi pareja cuando la película terminó. Y de inmediato recordé algo que había leído aquí en FilmAffinity sobre la primera Joker (2019). Mientras todo el mensaje de esa obra recaía en el poder nefasto de la discriminación y en nuestros prejuicios sobre la gente, el personaje del enano estaba ahí precisamente para revelarnos a nosotros, los espectadores, nuestros prejuicios sobre la gente; la prueba de ello era que cada vez que aparecía en pantalla o decía algo, inevitablemente alguien se reía en la sala del cine. Creo que incluso el director declaró en algún momento que ésa era justamente la idea: no provocar la risa contra el enano, sino exponerla, desenmascararla, dar la bofetada moral: "¿Crees que la risa de Arthur Fleck es inapropiada? ¿Qué hay con la tuya?". Como dice la frase en inglés, "The joke's on you", la broma recae en ti, se trata de ti, el objeto de la broma eres tú.
Esta suerte de nota al pie, este mensaje entre líneas de la primera entrega, se ha convertido en la premisa central de toda esta segunda parte. Y vaya que es agotador presenciar una película de dos horas que todo el tiempo está muy conscientemente burlándose de ti mientras tú sigues esperando "otra cosa".
¿Qué otra cosa esperabas de un pobre diablo como Arthur Fleck? ¿De verdad crees que un hombre destruido, inestable y totalmente desvalido como él podría dar cara contra alguien como Batman (en cualquiera de sus versiones)? ¿Realmente creías que el alzamiento en Gotham y la ovación hacia él al final de la primera película iba a llevar a ese pobre "¿Arthur qué?" a ser una mente maestra del crimen o un caudillo de la voluntad del pueblo gótico? Entre el niño herido que sólo quería que la gente supiera que existía y aquel psicópata que sólo quería "ver el mundo arder" hay una enorme diferencia, son personajes absolutamente distintos, no tienen prácticamente nada en común y muy seguramente el segundo se comería vivo al primero. ¿Entonces qué película estabas viendo: la que escribió y dirigió Todd Phillips, o la que escribió y dirigió tu fantasía de adolescente marveliano?
Recuerdo que algo parecido ocurrió con Birdman (2014) de Alejandro González Iñárritu, el contraataque filosófico, teatral y de humor negro contra la megaindustria del cine de superhéroes. Pero esa película, ovacionada y premiada por todos lados, todavía conservaba muchísimos elementos de fantasía; o sea, aparecía Birdman efectivamente, en traje completo volando sobre la ciudad y escapando de bombardeos, aunque fuese sólo para burlarse de ellos. Aquí no hay absolutamente nada de acción, salvo en un breve momento que igual no lleva a ninguna parte. La mezcla de géneros, aunque ciertamente muy imperfecta y llena de costados que no calzan entre sí, tampoco sugiere para nada que ésta sea una película de supervillanos: es drama carcelario, es proceso judicial, es un musical evasivo de la realidad, bueno, como todo musical. ¿Dónde iba a entrar el famosísimo Guasón, el Príncipe Payaso del Crimen, en esa mezcla? Aquí, por supuesto que no.
Arriesgada como pocas e incomprendida como ninguna, esta historia, finalmente, nunca se trató de eso que los youtubers y los críticos de cine estaban esperando. Tenemos un tremendo catálogo lleno de franquicias que sí lo tienen. ¡No hacía falta convertir a este Joker en uno de ellos! De hecho, apuesto que si esta segunda entrega se hubiese incorporado al "universo DC", los fans la odiarían tres veces más, incluyéndome. No creo que esta entrega haya "echado por tierra los esfuerzos de la primera", como leí por aquí. Al contrario, creo que era el único final posible para una historia como la que nos introdujeron en la primera. Sobre todo con ese remate de la broma que, en efecto, cayó sobre todos nosotros.

7,1
55.887
8
5 de mayo de 2016
5 de mayo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En filosofía de la mente, se habla del curioso caso de "el zombi filosófico". Si existiera un ser vivo físicamente idéntico al humano, con forma humana, rostro y expresividad humana, que no tuviese en realidad una conciencia o una emocionalidad, o siquiera una sensibilidad, pero imitara el comportamiento humano exactamente como si tuviera todo aquello... ¿cuenta como un ser humano? Si un robot es capaz de reír con una broma, llorar con una historia triste, y alejar su mano de un objeto filoso aunque no sienta dolor... ¿cómo hacemos la diferencia?
La pregunta hecha hace tantos años en Blade Runner y replanteada en muchas otras obras del género alcanza sus últimas consecuencias en Ex Machina, película que me compele a escribir mi primera crítica en FA.
El argumento: Caleb, un programador joven, muy inteligente y muy retraído, es invitado a la mansión secreta de Nathan, un programador genio, excéntrico y con mucha agresividad contenida. Ahí se presenta a Caleb el test de Turing, famosa prueba donde una persona debe confirmar si su interlocutor es un humano o un robot solamente dialogando con él. Pero esta vez la prueba es diferente: AVA se presenta ante el impresionado Caleb tal como es: una máquina, la creación más ambiciosa de Nathan, la inteligencia artifical definitiva. Ahora la prueba para Caleb no sólo es confirmar si AVA es plenamente autoconciente (a pesar de lo que ve), sino además contestar la inquisitiva pregunta de Nathan: "no me expliques cómo funciona AVA; dime cómo te hace sentir".
Como han dicho otras críticas, el funcionamiento de AVA es una prueba para Caleb y Nathan del mismo modo en que Ex Machina es una prueba para el espectador. Las preguntas a contestar son muchas: ¿debería la técnica alcanzar semejante punto de desarrollo imparable? ¿Debemos los humanos empezar a desarrollar un código moral en nuestro trato con los robots? ¿Deberán los robots hacer lo mismo algún día, antes de entrar en conflicto con los "seres inferiores" que los crearon?
Continúo la reflexión necesariamente en spoiler.
La pregunta hecha hace tantos años en Blade Runner y replanteada en muchas otras obras del género alcanza sus últimas consecuencias en Ex Machina, película que me compele a escribir mi primera crítica en FA.
El argumento: Caleb, un programador joven, muy inteligente y muy retraído, es invitado a la mansión secreta de Nathan, un programador genio, excéntrico y con mucha agresividad contenida. Ahí se presenta a Caleb el test de Turing, famosa prueba donde una persona debe confirmar si su interlocutor es un humano o un robot solamente dialogando con él. Pero esta vez la prueba es diferente: AVA se presenta ante el impresionado Caleb tal como es: una máquina, la creación más ambiciosa de Nathan, la inteligencia artifical definitiva. Ahora la prueba para Caleb no sólo es confirmar si AVA es plenamente autoconciente (a pesar de lo que ve), sino además contestar la inquisitiva pregunta de Nathan: "no me expliques cómo funciona AVA; dime cómo te hace sentir".
Como han dicho otras críticas, el funcionamiento de AVA es una prueba para Caleb y Nathan del mismo modo en que Ex Machina es una prueba para el espectador. Las preguntas a contestar son muchas: ¿debería la técnica alcanzar semejante punto de desarrollo imparable? ¿Debemos los humanos empezar a desarrollar un código moral en nuestro trato con los robots? ¿Deberán los robots hacer lo mismo algún día, antes de entrar en conflicto con los "seres inferiores" que los crearon?
Continúo la reflexión necesariamente en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sobre estas últimas preguntas, Isaac Asimov comentaba que el "síndrome de Frankenstein", aquella fantasía paranoica en que el robot se vuelve contra el humano (2001, Terminator, Matrix, Yo Robot, etc.), tiene solamente una razón de ser: el robot cumplirá la voluntad del humano que lo cree y lo posea. Por lo tanto, si el robot se vuelve contra el humano, es porque el humano está vuelto contra sí mismo de antemano.
El robot viene a realizar la opresión, la manipulación, la violencia, y también la bondad, el amor y la sensualidad, de la misma forma que los humanos realizan todo esto consigo mismos. De la misma forma en que Nathan ejerce la opresión contra AVA, sin considerar que el primer impulso de la conciencia plena, de la autoconciencia, es hacia la libertad, y no hacia la hipersexualidad, que él ha pretendido con sus creaciones anteriores.
La prueba final, que es el final de la película, viene a confirmar la profecía autocumplida: si el humano ejerce violencia, el resultado del robot es violento. Si el humano ejerce represión, el resultado del robot es rebelarse. Si el humano pretende ser Dios, el robot se inclinará, inevitablemente, a matarlo. Aquí no hay fórmula piadosa para resolver el conflicto. Algunos dirán que es la prueba de que AVA no consiguió la inteligencia artifical total, por carecer de empatía. Otros dirán que AVA sí es plenamente autoconciente, y esa es la razón por la que ignora a Caleb aunque éste suplica piedad. Adiós a las tres leyes. Estamos en igualdad de condiciones ahora.
El robot viene a realizar la opresión, la manipulación, la violencia, y también la bondad, el amor y la sensualidad, de la misma forma que los humanos realizan todo esto consigo mismos. De la misma forma en que Nathan ejerce la opresión contra AVA, sin considerar que el primer impulso de la conciencia plena, de la autoconciencia, es hacia la libertad, y no hacia la hipersexualidad, que él ha pretendido con sus creaciones anteriores.
La prueba final, que es el final de la película, viene a confirmar la profecía autocumplida: si el humano ejerce violencia, el resultado del robot es violento. Si el humano ejerce represión, el resultado del robot es rebelarse. Si el humano pretende ser Dios, el robot se inclinará, inevitablemente, a matarlo. Aquí no hay fórmula piadosa para resolver el conflicto. Algunos dirán que es la prueba de que AVA no consiguió la inteligencia artifical total, por carecer de empatía. Otros dirán que AVA sí es plenamente autoconciente, y esa es la razón por la que ignora a Caleb aunque éste suplica piedad. Adiós a las tres leyes. Estamos en igualdad de condiciones ahora.

4,7
38.503
2
2 de octubre de 2016
2 de octubre de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaba mirando "Suicide Squad", y cuando llevaba más o menos una hora tratando de reírme sin resultado, de pronto me indigné y me dije a mí mismo: "¡Un momento, yo no soy tan tonto! ¡Esto es una película casi para niños! ¿Por qué no estoy entendiendo nada?"
Y es que no se entiende nada en esta tontería. No he leído los comics, pero seguro que ahí la cosa tenía un poco más de sentido que acá.
Que un grupo de personajes sean descritos como supervillanos dementes, es diferente a decir decir que la historia sea una supervillana demencia. Los pasos que todos dan son bastante erráticos, no queda muy claro nada, por qué sí, por qué no, por qué a veces sí y a veces no. ¿Cómo es que un supuesto psicópata logra encontrar una motivación para completar una misión encargada por el Gobierno? "Ah, es que la jefa es todavía más mala, por eso hay que hacerle caso"... ¿Y nada más que eso? ¡Qué absurdo!
Y digo "supuesto psicópata" porque en comparación con los cientos de villanos que hemos visto ya tantas veces en estos pocos años de películas basadas en comics, la lista de los más buscados por Batman, que deberían causarte una mezcla sublime de humor y terror, son como una pandilla de adolescentes enojados, y poco más que eso. No sé qué interpretación podría decirse realmente notable; si la idea era mostrar villanos dementes que se alinean para encontrar su redención, entonces creo que todos actúan mal.
Si la idea, por otro lado, es mostrar a estos púberes malotes en misión "suicida", entonces Will Smith y Margot Robbie sí que sobresalen. El problema es que sobresalen demasiado, sus historias son las únicas que realmente se narran a cabalidad, y usan demasiado tiempo presentándose. Si tienes a un grupo de personajes, cada quien con sus superpoderes, no se puede cometer ese error en desmedro de los demás. O todos, o nadie. Ya se ha demostrado que puedes comprender toda la complejidad y motivaciones de un "súper" en pocos minutos (véase "Capitán América Civil War", o bien toda la saga "X Men"). Aquí pasa lo contrario: una hora completa de introducción, y de todos modos no sabes qué pasa por la cabeza de estos tipos... (Sp. 1).
En fin, cada vez me convenzo más de que los súperheroes, y los supervillanos en este caso, son lisa y llanamente, no más que unos sujetos medio perdidos que todo lo resuelven a los golpes, disparos y explosiones. Y yo que creía en el asunto de "un gran poder conlleva una gran responsabilidad", ya saben, que lo superheroico es una metáfora de la lucha que todas las personas hemos de dar contra nuestros propios demonios, que los súpers son una inspiración para hacer frente a la injusticia y a la violencia que abunda en nuestra sociedad enferma de poder y corrupción. Fantasías de un nostálgico nada más, ¡más colores, más fuego y menos complejidad, éso es lo que vende!
Y es que no se entiende nada en esta tontería. No he leído los comics, pero seguro que ahí la cosa tenía un poco más de sentido que acá.
Que un grupo de personajes sean descritos como supervillanos dementes, es diferente a decir decir que la historia sea una supervillana demencia. Los pasos que todos dan son bastante erráticos, no queda muy claro nada, por qué sí, por qué no, por qué a veces sí y a veces no. ¿Cómo es que un supuesto psicópata logra encontrar una motivación para completar una misión encargada por el Gobierno? "Ah, es que la jefa es todavía más mala, por eso hay que hacerle caso"... ¿Y nada más que eso? ¡Qué absurdo!
Y digo "supuesto psicópata" porque en comparación con los cientos de villanos que hemos visto ya tantas veces en estos pocos años de películas basadas en comics, la lista de los más buscados por Batman, que deberían causarte una mezcla sublime de humor y terror, son como una pandilla de adolescentes enojados, y poco más que eso. No sé qué interpretación podría decirse realmente notable; si la idea era mostrar villanos dementes que se alinean para encontrar su redención, entonces creo que todos actúan mal.
Si la idea, por otro lado, es mostrar a estos púberes malotes en misión "suicida", entonces Will Smith y Margot Robbie sí que sobresalen. El problema es que sobresalen demasiado, sus historias son las únicas que realmente se narran a cabalidad, y usan demasiado tiempo presentándose. Si tienes a un grupo de personajes, cada quien con sus superpoderes, no se puede cometer ese error en desmedro de los demás. O todos, o nadie. Ya se ha demostrado que puedes comprender toda la complejidad y motivaciones de un "súper" en pocos minutos (véase "Capitán América Civil War", o bien toda la saga "X Men"). Aquí pasa lo contrario: una hora completa de introducción, y de todos modos no sabes qué pasa por la cabeza de estos tipos... (Sp. 1).
En fin, cada vez me convenzo más de que los súperheroes, y los supervillanos en este caso, son lisa y llanamente, no más que unos sujetos medio perdidos que todo lo resuelven a los golpes, disparos y explosiones. Y yo que creía en el asunto de "un gran poder conlleva una gran responsabilidad", ya saben, que lo superheroico es una metáfora de la lucha que todas las personas hemos de dar contra nuestros propios demonios, que los súpers son una inspiración para hacer frente a la injusticia y a la violencia que abunda en nuestra sociedad enferma de poder y corrupción. Fantasías de un nostálgico nada más, ¡más colores, más fuego y menos complejidad, éso es lo que vende!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo único salvable, creo yo, es lo que pasa con Diablo, el latino en llamas. Ése personaje es muy diferente a todos los demás, creo yo. El Diablo es realmente el único que siente culpa, o genuina ira, o que muestra un patrón de inacción al comienzo, y una gran carga de acción después, basado en un código relativamente claro. Sólo él, nadie más. Cuando da ese grito desgarrador diciendo "¡Nada va a cambiar lo que hice!", y se lanza a la carga dispuesto a sacrificarse por ello, ahí fue donde pensé "¿Ven que sí se puede presentar y cerrar con un personaje, ordenadamente, en pocos minutos?". No me sirvió de nada ver el trasero de Harley Quinn tanto tiempo, igual no sentí nada por ella. Para ver culos mejor veo una porno.
5
4 de noviembre de 2023
4 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Exorcista: Creyentes" tiene un arranque brutal. Lleno de referencias a su insuperable predecesora, eso era de esperarse (y quien se sorprenda o le parezca que está mal, ha estado viviendo bajo una piedra los últimos 20 años). Pero la principal de esas referencias es la mano de la dirección. Casi transcurre una hora antes de escuchar las primeras notas musicales. Todo lo anterior se nutre del suspenso del ambiente, los silencios de las habitaciones vacías, las esperas de las familias por sus hijas, las escenas silenciosas cortadas por el ruido de una calle, y viceversa. Te pone realmente nervioso ver a ese grupo de personajes viviendo sus vidas de forma tan calmada y civilizada, incluso ante los eventos iniciales, cuando sabes que esto es "El Exorcista" y que en cualquier minuto todo empezará a degradarse de la forma más terrorífica...
Y todo se degrada, sí, y de forma bastante fea para las pobres niñas. El problema es que lo terrorífico, nunca llega. Siguen siendo escenas de suspenso, intercaladas con gritos, caras deformadas y saturación. Pero no terror. La tragedia de las nuevas víctimas del demonio no te revuelve el estómago como lo hacía la historia de Regan. Hay mucho más de lo espectacular, pero en sacrificio de lo perturbador. Con menos efectos visuales, algunos incluso muy artesanales, "El Exorcista" se sentía mucho más orgánica; parecía que podías sentir el frío de la habitación y hasta oler el famoso vómito verde... en "Creyentes" no. No hay vapor saliendo de la respiración, no hay rastros de sangre o degradación del cuerpo, y si los hay son casi nada. La censura hollywoodense terminó por arrancarle lo verdaderamente perturbador de la original: sentir que la poseída estaba en tu propia habitación, al lado tuyo, a punto de morderte. Los "Creyentes" están demasiado lejos del espectador. Presentan sus problemas, incluso los sobre-explican (no con diálogos tontos, lo que se agradece, sino con su insistente cotidianeidad), pero no te acercan a ellos como personajes humanos, llenos de llagas por dentro y por fuera, sufrientes ante lo extraordinario. Si cuentas una historia del Exorcista y no presentas eso, o lo haces sólo de pasada y no en profundidad para "no molestar a la productora", estás equivocado de película.
Imagino que aquí quisieron no sólo homenajear a la original en su estilo narrativo, sino también presentar una historia con variables nuevas, para no repetir exactamente la película anterior, por supuesto. La propuesta de exorcismo de esta Exorcista (o "estos Exorcistas", para ser exactos) es, de hecho, bastante interesante... o lo hubiera sido, si el guión hubiese sido pensado un poquito mejor. En la segunda mitad de la historia, parece que todos los personajes se vuelven totalmente erráticos. Pero no porque tengan miedo o no puedan pensar con claridad, sino porque simplemente sus decisiones están mal escritas. Aquí es donde se pierde la última herramienta de la película original: la coherencia interna y la tremenda humanidad de los desvalidos personajes. Los protagonistas anteriores eran heroicos no por su "bondad", sino por su desesperación. Pero estos Creyentes... otra vez Hollywood nos mete personajes que son "pesados pero buenitos", y son buenitos "porque sí", o en este caso "porque Dios me preparó para esto". Y la resolución de la historia sale mal por esa razón. Una idea interesante, con un guión mal hecho.
Y todo se degrada, sí, y de forma bastante fea para las pobres niñas. El problema es que lo terrorífico, nunca llega. Siguen siendo escenas de suspenso, intercaladas con gritos, caras deformadas y saturación. Pero no terror. La tragedia de las nuevas víctimas del demonio no te revuelve el estómago como lo hacía la historia de Regan. Hay mucho más de lo espectacular, pero en sacrificio de lo perturbador. Con menos efectos visuales, algunos incluso muy artesanales, "El Exorcista" se sentía mucho más orgánica; parecía que podías sentir el frío de la habitación y hasta oler el famoso vómito verde... en "Creyentes" no. No hay vapor saliendo de la respiración, no hay rastros de sangre o degradación del cuerpo, y si los hay son casi nada. La censura hollywoodense terminó por arrancarle lo verdaderamente perturbador de la original: sentir que la poseída estaba en tu propia habitación, al lado tuyo, a punto de morderte. Los "Creyentes" están demasiado lejos del espectador. Presentan sus problemas, incluso los sobre-explican (no con diálogos tontos, lo que se agradece, sino con su insistente cotidianeidad), pero no te acercan a ellos como personajes humanos, llenos de llagas por dentro y por fuera, sufrientes ante lo extraordinario. Si cuentas una historia del Exorcista y no presentas eso, o lo haces sólo de pasada y no en profundidad para "no molestar a la productora", estás equivocado de película.
Imagino que aquí quisieron no sólo homenajear a la original en su estilo narrativo, sino también presentar una historia con variables nuevas, para no repetir exactamente la película anterior, por supuesto. La propuesta de exorcismo de esta Exorcista (o "estos Exorcistas", para ser exactos) es, de hecho, bastante interesante... o lo hubiera sido, si el guión hubiese sido pensado un poquito mejor. En la segunda mitad de la historia, parece que todos los personajes se vuelven totalmente erráticos. Pero no porque tengan miedo o no puedan pensar con claridad, sino porque simplemente sus decisiones están mal escritas. Aquí es donde se pierde la última herramienta de la película original: la coherencia interna y la tremenda humanidad de los desvalidos personajes. Los protagonistas anteriores eran heroicos no por su "bondad", sino por su desesperación. Pero estos Creyentes... otra vez Hollywood nos mete personajes que son "pesados pero buenitos", y son buenitos "porque sí", o en este caso "porque Dios me preparó para esto". Y la resolución de la historia sale mal por esa razón. Una idea interesante, con un guión mal hecho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El mejor personaje de todos, además de las niñas, era el de la escritora. Consagrada como personaje (y como actriz, grande Ellen Burstyn), con el peso de saberlo todo, absolutamente todo sobre exorcismos de todas las culturas y épocas, a costa de perder el rastro de su propia hija como sacrificio por su conocimiento... ¿y parte a enfrentarse a una niña poseída ella sola? ¿En serio? ¿Con todo lo que sabe de exorcismos, simplemente "se le olvidó" que nunca se debe enfrentar a un demonio estando sola? ¿Y con qué propósito? ¿Sólo para que le sacaran los ojos? ¿Y para qué ocurrió eso, cuál fue el significado o el valor último de esa mutilación? ¿Llegar a "sentir la conexión" de las niñas que perfectamente podría sentir con sus ojos intactos? ¿Dejarla encerrada en una habitación hasta que termina la película? ¿Al personaje más importante de todos? Es que simplemente no tiene sentido...
Incluso ella misma explica el sentido profundo de los exorcismos (sin seguirlo ella misma, claro), en un monólogo que incluso después de esa mala escena tuvo algo muy emotivo: que los rituales religiosos no sólo reafirman la fe en un Dios, sino la fe entre las personas. Que eso es lo que hace poderosa a la fe, que por eso los exorcismos funcionan, porque las personas se unen entre sí, y pueden afrontar los males más terribles cuando permanecen unidas. Si eso fuese verdad, si esta hermosa idea hubiese sido respetada en el guión, la resolución hubiera sido ésta: el único exorcista "legal" de esta película, el cura cobarde, no sólo hubiese vencido su temor, sino que se hubiese vuelto el más poderoso, el único capaz de detener a los demonios y efectivamente exorcizarlos con el soporte y la fe combinada de todos los demás, el verdadero Exorcista. ¿Qué pasa con él? Acaba muerto en 60 segundos. ¿Cómo? Toca a las niñas directamente con sus manos y ellas le dan vuelta la cabeza. ¿Por qué lo hizo? Porque sí. Incluso el padre Merrin, experto absoluto en exorcismos, mantenía una prudente distancia de su endemoniada...
Y así, por poner sólo dos ejemplos, es cómo esta película insiste en presentar buenas ideas y terminarlas mal.
Incluso ella misma explica el sentido profundo de los exorcismos (sin seguirlo ella misma, claro), en un monólogo que incluso después de esa mala escena tuvo algo muy emotivo: que los rituales religiosos no sólo reafirman la fe en un Dios, sino la fe entre las personas. Que eso es lo que hace poderosa a la fe, que por eso los exorcismos funcionan, porque las personas se unen entre sí, y pueden afrontar los males más terribles cuando permanecen unidas. Si eso fuese verdad, si esta hermosa idea hubiese sido respetada en el guión, la resolución hubiera sido ésta: el único exorcista "legal" de esta película, el cura cobarde, no sólo hubiese vencido su temor, sino que se hubiese vuelto el más poderoso, el único capaz de detener a los demonios y efectivamente exorcizarlos con el soporte y la fe combinada de todos los demás, el verdadero Exorcista. ¿Qué pasa con él? Acaba muerto en 60 segundos. ¿Cómo? Toca a las niñas directamente con sus manos y ellas le dan vuelta la cabeza. ¿Por qué lo hizo? Porque sí. Incluso el padre Merrin, experto absoluto en exorcismos, mantenía una prudente distancia de su endemoniada...
Y así, por poner sólo dos ejemplos, es cómo esta película insiste en presentar buenas ideas y terminarlas mal.
Más sobre KaloCamilo
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here