Tercera entrega dirigida por David Fincher.
La superviviente Ripley cae accidentalmente en Fiorna 161, un muy frío planeta donde tendrá que coexistir en una prisión de máxima seguridad abandonada (y sin armas) junto a 25 reclusos de naturaleza problemática, especialmente siendo la única mujer.

Esta singular ambientación para la saga le otorga un tono único dónde se maneja bien. Las dos pegas que tiene el metraje es que en tramo final se relaja ligeramente y que el xenomorfo cuadrúpedo (producto de su peculiar huésped de origen) está torpemente animado y en algunos momentos luce incomprensiblemente fosforescente.

Aun así, el producto es sólido a pesar de la genérica premisa inicial, esconde un suceso relevante para la saga y tiene algún momento icónico.