Dos sensaciones extremas de 4 personajes, hundidos en la soledad, que llegan a perder el control de si mismos debido a la obsesión de sus sueños. Lo que nos muestra Aronofsky es una propuesta sensorial que se desmarca de la narrativa tradicional, con su estilo visual y su forma de cuestionar, asombrar y cautivar al público; es capaz de hurgar en la psique de los personajes, de la cual la apología de la muerte de los sueños deja de ser un tema indiferente.

Temas controversiales sobre la sociedad son presentados, la riqueza, la aceptación, el reconocimiento, la fama, la soledad, el aislamiento… espejismos de la realidad, que pueden llegar a generar canales de obsesión y adicción.

La atmósfera de la película es aguda y asfixiante, imágenes crudas, exceso de planos cercanos y repetitivos. La pieza clave y el carácter muchas veces es acompañado de la fuerza de la banda sonora, el tema principal acompaña los estados psíquicos y angustiantes de los personajes, que se convierten en imágenes difíciles de olvidar.

“Fuga de Alcatraz” es una lección narrativa, el carisma sobrio de Eastwood hace de las suyas, los gestos cobran una vital importancia que van más allá de las acciones. El personaje central de Frank Morris se presenta sin una descripción clara, que se va definiendo de manera sutil; el espectador, es el último que lo identifica en cada escena, un Morris observador y callado.

La atmosfera y el estilo que surgió de poder rodar la película en los escenarios originales reflejan la descripción detallada del laborioso plan para escaparse de la prisión. Una obra maestra precisa, apasionante e interesante. Don Siegel y Eastwood, dupla fascinante en el cine.

Franceses contando una historia de Hollywood en los años 20’s. Una idea que logró reconstruir un momento clave en la evolución del séptimo arte, la transición del cine mudo al cine sonoro. Una comedia popular, una historia de amor con una trama clásica y contada con chispas de ironía y complicidad. La película logra tocar las fibras sensibles del espectador aún sabiendo que es una mentira, simplemente una película que nos transporta a las dimensiones del amor, la muerte, la aceptación y el cambio, todo a través de la magia del cine.

La magia de percibir una obra de arte sin una sola palabra, todo a través de gestos, de intertítulos, de guiños; una banda sonora que remonta a esos años y al inicio de los musicales, el empleo de cada una de las composiciones, la intensidad de los acordes y los acompañamientos musicales que se presentan hoy en día en las narraciones.

La sensación de búsqueda y la necesidad de encontrar e investigar todo aquello que nos lleve al cine de esa época es constante, es una iniciación para todo aquel que nunca haya visto una película en blanco y negro o, para aquellos que quisieran revivir el cine de esa época.

Toda película tiene una demanda debido al público, la existencia de cualquier película lleva al usuario a ser un responsable directo sobre su producción. Amenábar, nos presenta Tesis como una crítica hacia una sociedad que tiende al morbo, dónde el cinismo del ser humano a rechazar la violencia y las fuertes imágenes en una película snuff, la curiosidad y la culpabilidad llega al límite de convertir al espectador en participe. El argumento de esta película está acompañado del suspense de principio a fin, que logra cautivar al público, que, frente a una exposición continua hacia la sensibilidad y el temor, el espectador desea seguir viendo la película.

Más allá de la critica social, Amenábar nos presenta un trio como reparto principal, del cuál el aspecto más allá de los estereotipos de los protagonistas, cobran vida, lo que permite fundamentar la película y la continua presencia física que es necesaria para relacionar cada personaje. Además de la narración y los planos visuales, la tensión que se crea durante las escenas permite como espectador estar pendiente de cada secuencia. Amenábar, mediante los diálogos entre personajes, genera distracciones frente a quién es el bueno y el malo.

El director plantea mediante el personaje de Ángela, la representación de la hipocresía del ser humano frente a la violencia o el morbo que se puede presentar en la vida real o en cualquier medio digital, como humanos tendemos a obviar la violencia visual como parte de nuestro vivir.

Poder ver, entender y leer esta película, me llevó a comprender el lenguaje artístico de Bergman, aquel que filma a dos personajes frente a frente, que tiene la capacidad de retratar la intercomunicación humana, entendiendo los estados de ánimo de los personajes, cuáles son, cómo se mueven y se desatan, hacia dónde van y cómo se manifiestan.

Creadores de imágenes (Bildmakarna) es una obra teatral para la televisión. La película se desarrolla en una sala de proyección, acompañada de un diálogo cargado de poesía característico de Bergman; impulsada por la interpretación de sus cuatro personajes, el cineasta Victor Sjöström, el director de fotografía, la joven actriz, y la autora ganadora del premio Nobel Selma Lagerlöf. Esta obra cinematográfica se ocupa de las relaciones humanas a través del juego de cámaras; un conflicto generacional, repentino y explosivo. En su desarrollo busca resolver las inseguridades, las confusiones emocionales y filosóficas, se descubre a través de la singularidad de sus personalidades, sus afinidades. Todo este logro de interiorizar los personajes vuelve la película más poderosa y perceptiva.