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Críticas ordenadas por utilidad
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6
10 de diciembre de 2010
10 de diciembre de 2010
294 de 462 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se deshincha de forma estrepitosa. Y no es que la serie sea una bazofia: es que empieza demasiado bien para acabar con un final de temporada tan simple (hablo de los primeros seis capítulos, los que se suponían que iban a ser los únicos que se rodarían). El caso es que en tan pocos episodios la cosa decae bastante, lo cual se puede deber a dos posibilidades: o bien la serie no daba para tanto como prometía el piloto, o bien se han reservado unos cuantos ases bajo la manga para alargar la serie hasta el infinito como de costumbre.. En cualquier caso, no hay excusas que valgan.
Es cierto que desde el principio se podía intuir que The Walking Dead podría ser el necesario soplo de aire fresco que el género zombi necesitaba en formato de serie. Sin embargo yo creo que los creadores se han equivocado de estrategia.
Había leído por ahí que The Walking Dead iba a centrarse más en los vivos que en los muertos, en el factor humano, en las relaciones sociales llevadas a situaciones extremas. Esto no supondría un problema si no fuera porque el tratamiento de dichas relaciones es en ocasiones muy edulcorado, artificial, grandilocuente e incluso pedante, pretendiendo hacer que todos los personajes tengan la ocasión de soltar alguna perla trascendental aún siendo los más paletos del pueblo, y eso no cuela.
Es una lástima, porque en lo que se refiere exclusivamente a la temática zombi hay muchos aciertos. Por ejemplo, el no ofrecer explicaciones de la epidemia, ya que las explicaciones podrían desvirtuar la trama volviéndola inestable o incluso demasiado absurda, amén de que las causas se vuelven irrelevantes si los recursos narrativos que se disponen se centran en las consecuencias, como es el caso. Por otra parte, muchas escenas se escapan de los convencionalismos habituales (como la muerte de un ser querido, el contagio de un miembro del grupo y demás situaciones conflictivas típicas del género, que en The Walking Dead se suelen tratar correctamente, sin que resulten demasiado ridículas o inverosímiles). El problema es que, siendo éste el mejor recurso de la serie, los creadores se han decidido centrar en aquello que peor saben manejar. Es decir, que finalmente, esos elementos diferenciadores quedan relegados a un segundo plano ensombrecidos por unos personajes un tanto planos y por una especie de idealismo dramático que no acaba de encajar con el ambiente post-apocalíptico de la serie.
Iba a añadir aquello de que "el que mucho abarca poco aprieta" pero no es exactamente ése el problema, sino más bien "el que no sabe lo qué abarcar poco va a apretar"...
Pero dejémoslo en "zapatero a tus zapatos" y pasemos al spoiler.
Es cierto que desde el principio se podía intuir que The Walking Dead podría ser el necesario soplo de aire fresco que el género zombi necesitaba en formato de serie. Sin embargo yo creo que los creadores se han equivocado de estrategia.
Había leído por ahí que The Walking Dead iba a centrarse más en los vivos que en los muertos, en el factor humano, en las relaciones sociales llevadas a situaciones extremas. Esto no supondría un problema si no fuera porque el tratamiento de dichas relaciones es en ocasiones muy edulcorado, artificial, grandilocuente e incluso pedante, pretendiendo hacer que todos los personajes tengan la ocasión de soltar alguna perla trascendental aún siendo los más paletos del pueblo, y eso no cuela.
Es una lástima, porque en lo que se refiere exclusivamente a la temática zombi hay muchos aciertos. Por ejemplo, el no ofrecer explicaciones de la epidemia, ya que las explicaciones podrían desvirtuar la trama volviéndola inestable o incluso demasiado absurda, amén de que las causas se vuelven irrelevantes si los recursos narrativos que se disponen se centran en las consecuencias, como es el caso. Por otra parte, muchas escenas se escapan de los convencionalismos habituales (como la muerte de un ser querido, el contagio de un miembro del grupo y demás situaciones conflictivas típicas del género, que en The Walking Dead se suelen tratar correctamente, sin que resulten demasiado ridículas o inverosímiles). El problema es que, siendo éste el mejor recurso de la serie, los creadores se han decidido centrar en aquello que peor saben manejar. Es decir, que finalmente, esos elementos diferenciadores quedan relegados a un segundo plano ensombrecidos por unos personajes un tanto planos y por una especie de idealismo dramático que no acaba de encajar con el ambiente post-apocalíptico de la serie.
Iba a añadir aquello de que "el que mucho abarca poco aprieta" pero no es exactamente ése el problema, sino más bien "el que no sabe lo qué abarcar poco va a apretar"...
Pero dejémoslo en "zapatero a tus zapatos" y pasemos al spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE
DÍA 1
Desperté así de pronto y resulta que soy un vivo entre miles de muertos. El entorno es muy hostil pero nadie me explica nada, ni siquiera el tipo éste que es medio francotirador. Estoy con un poli que es muy bueno y ya se puede intuir por dónde van a ir los tiros (desde luego a la mujer zombi del francotirador no le vamos a disparar, no vaya a ser... porque el poli bueno es una bellísima persona).
DÍA 2
Hoy ya me empiezo a resquemar entre tantos zombis. Apareció el niño asiático colega de Indiana Jones y un hombre malísimo que se portó demasiado mal y al que acabamos esposado a una tubería en la azotea de un edificio al lado de una caja de herramientas... mmmm, no sé yo cómo acabará eso, ¿eh?
DÍA 3 (Pasión de Gavilanes)
El poli bueno es demasiado bueno pero es amigo del poli malo que está destinado a caernos mal porque se cepilla a la mujer del poli bueno que no es capaz de no tirarse a nadie aún pensando que su marido había muerto hace una semana y estando rodeada de zombis. Lo raro es que la pareja sólo tenga un hijo, que por cierto pretende ser tan mono que da náuseas.
Por lo demás.... blablablablabla...
DÍA 4 (Too Fast Too Furious)
Apareció el hermano chungo del tío chungo de la azotea y hay que ir a salvarlo porque el poli bueno no para de susurrarle a la gente lo que está bien y lo que es justo y lo que se debe hacer para servir al bien común y restablecer el orden humano en el caos zombi. Eso sí, los susurros no funcionan con la mafia latina del San Andreas… al menos no funcionaron hasta que apareció la abuela del jefe. Menos mal, el poli bueno casi fracasa en su intento de ser el poli más mejor del mundo.
En la azotea sólo hay una mano cortada… ¡y yo no me lo esperaba!
Ah, y aparecen zombis al final… yo pensaba que se habían marchado todos de picnic.
DÍA 5
La cosa parecía prometer, pero no, hoy volvimos al blablablablabla, aunque entre siesta y siesta pude ver a una hermana con la cabeza perforada, a un hombre infectado dejado atrás y un poli bueno llorando su pérdida. Por lo menos algo mínimamente interesante.
El francotirador y el manco siguen sin aparecer... y me da a mí que mañana tampoco vendrán...
El poli bueno sigue llorando… qué bueno es…
DÍA 6
Llegamos a un refugio con voz en off incorporada en el que nos acogió un doctor que parecía ser la última esperanza de la humanidad pero que al final resultó ser un pesimista que nos anunció el fin de los días y puso en marcha el mecanismo de autodestrucción. Menos mal que el poli bueno pudo convencerle a susurros de que al menos nos dejara marchar a nosotros. Pues bien, que se piren todos, yo prefiero quedarme, porque estoy triste, sólo tengo contrato para una temporada y estoy cansado de tanto susurro y tanta tontería. Eso sí, poli bueno, antes de despedirme te voy a susurrar yo a ti algo al oído de vital importancia para la próxima temporada.
Pero no se lo digas a nadie, que se queden todos con la intriga:
Yo panso.
DÍA 1
Desperté así de pronto y resulta que soy un vivo entre miles de muertos. El entorno es muy hostil pero nadie me explica nada, ni siquiera el tipo éste que es medio francotirador. Estoy con un poli que es muy bueno y ya se puede intuir por dónde van a ir los tiros (desde luego a la mujer zombi del francotirador no le vamos a disparar, no vaya a ser... porque el poli bueno es una bellísima persona).
DÍA 2
Hoy ya me empiezo a resquemar entre tantos zombis. Apareció el niño asiático colega de Indiana Jones y un hombre malísimo que se portó demasiado mal y al que acabamos esposado a una tubería en la azotea de un edificio al lado de una caja de herramientas... mmmm, no sé yo cómo acabará eso, ¿eh?
DÍA 3 (Pasión de Gavilanes)
El poli bueno es demasiado bueno pero es amigo del poli malo que está destinado a caernos mal porque se cepilla a la mujer del poli bueno que no es capaz de no tirarse a nadie aún pensando que su marido había muerto hace una semana y estando rodeada de zombis. Lo raro es que la pareja sólo tenga un hijo, que por cierto pretende ser tan mono que da náuseas.
Por lo demás.... blablablablabla...
DÍA 4 (Too Fast Too Furious)
Apareció el hermano chungo del tío chungo de la azotea y hay que ir a salvarlo porque el poli bueno no para de susurrarle a la gente lo que está bien y lo que es justo y lo que se debe hacer para servir al bien común y restablecer el orden humano en el caos zombi. Eso sí, los susurros no funcionan con la mafia latina del San Andreas… al menos no funcionaron hasta que apareció la abuela del jefe. Menos mal, el poli bueno casi fracasa en su intento de ser el poli más mejor del mundo.
En la azotea sólo hay una mano cortada… ¡y yo no me lo esperaba!
Ah, y aparecen zombis al final… yo pensaba que se habían marchado todos de picnic.
DÍA 5
La cosa parecía prometer, pero no, hoy volvimos al blablablablabla, aunque entre siesta y siesta pude ver a una hermana con la cabeza perforada, a un hombre infectado dejado atrás y un poli bueno llorando su pérdida. Por lo menos algo mínimamente interesante.
El francotirador y el manco siguen sin aparecer... y me da a mí que mañana tampoco vendrán...
El poli bueno sigue llorando… qué bueno es…
DÍA 6
Llegamos a un refugio con voz en off incorporada en el que nos acogió un doctor que parecía ser la última esperanza de la humanidad pero que al final resultó ser un pesimista que nos anunció el fin de los días y puso en marcha el mecanismo de autodestrucción. Menos mal que el poli bueno pudo convencerle a susurros de que al menos nos dejara marchar a nosotros. Pues bien, que se piren todos, yo prefiero quedarme, porque estoy triste, sólo tengo contrato para una temporada y estoy cansado de tanto susurro y tanta tontería. Eso sí, poli bueno, antes de despedirme te voy a susurrar yo a ti algo al oído de vital importancia para la próxima temporada.
Pero no se lo digas a nadie, que se queden todos con la intriga:
Yo panso.
9
5 de diciembre de 2010
5 de diciembre de 2010
131 de 140 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en "Une histoire vertébrale" Jérémy Clapin se centraba sobre un hombre diferente que buscaba encajar en su entorno, en "Skhizein" se narra la historia de un hombre normal que se ve desplazado de su entorno como consecuencia de algo más espeluznante: el haberse desplazado de sí mismo.
En "Skhizein" el tema es más existencialista y el planteamiento es más profundo que en "Une histoire vertébrale". El tono es más oscuro en contraposición con el del sutilmente humorístico y esperanzador trabajo anterior, la narrativa brilla permanentemente al prescindir de excesivas explicaciones o juicios que rompan con el alegórico desarrollo de la trama. La animación está logradísima y la música complementa a la perfección a la grisácea y lúgubre atmósfera que se nos brinda, acorde con la temática, pudiendo llegar el conjunto a poner los pelos de punta en los momentos finales.
Brillante.
En "Skhizein" el tema es más existencialista y el planteamiento es más profundo que en "Une histoire vertébrale". El tono es más oscuro en contraposición con el del sutilmente humorístico y esperanzador trabajo anterior, la narrativa brilla permanentemente al prescindir de excesivas explicaciones o juicios que rompan con el alegórico desarrollo de la trama. La animación está logradísima y la música complementa a la perfección a la grisácea y lúgubre atmósfera que se nos brinda, acorde con la temática, pudiendo llegar el conjunto a poner los pelos de punta en los momentos finales.
Brillante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dicen que sólo una persona de cada cien es alcanzada alguna vez por un meteorito.
Es una desgracia que a uno le caiga un meteorito encima. Y, cuando uno es víctima de una desgracia semejante, cuando se recibe un duro golpe como ese, es normal que uno se desmorone y se sienta ausente, vacío y distante... es normal quere estar solo. Porque al menos en casa uno es capaz de organizarse y sobrellevarlo, pero aún así se rechazarán las visitas: uno se negará a recibir a su madre, y cuando escuche sus mensajes del contestador su voz se antojará lejana, como si uno la escuchara desde el otro lado de la pared... justo igual que sucede en las sesiones con el psicólogo... ese incompetente psicólogo que es evidente que no puede ayudarte, pues ningunea tu problema como si fuese un asteroide cuando es evidente que eso es algo totalmente diferente a un meteorito de verdad.
Uno no rinde en el trabajo. Los compañeros pasan cerca de uno como si uno no estuviera allí, y es inevitable sentirse inferior a ellos. Incluso estando en el ascensor uno se siente distante de los que te acompañan. Y cuando por fin se llega a casa la oscuridad se vuelve la mejor compañía, como si uno estuviera bajo el suelo y todo lo demás le sobrepasase.
Claro, es posible que uno pretenda superar todo esto y volver a su sitio, pero eso podría no hacer otra cosa que empeorar la situación. Y entonces uno tiene que esconderse, desmoralizarse bajo su propio miedo a ser golpeado por más meteoritos. Y uno se acaba preguntando si se estará volviendo realmente loco, y se acabará preguntando en qué medida le habrá afectado todo ese asunto.
Pero en el fondo...
¿Qué importa saber cuántos centímetros te has desplazado?
Es una desgracia que a uno le caiga un meteorito encima. Y, cuando uno es víctima de una desgracia semejante, cuando se recibe un duro golpe como ese, es normal que uno se desmorone y se sienta ausente, vacío y distante... es normal quere estar solo. Porque al menos en casa uno es capaz de organizarse y sobrellevarlo, pero aún así se rechazarán las visitas: uno se negará a recibir a su madre, y cuando escuche sus mensajes del contestador su voz se antojará lejana, como si uno la escuchara desde el otro lado de la pared... justo igual que sucede en las sesiones con el psicólogo... ese incompetente psicólogo que es evidente que no puede ayudarte, pues ningunea tu problema como si fuese un asteroide cuando es evidente que eso es algo totalmente diferente a un meteorito de verdad.
Uno no rinde en el trabajo. Los compañeros pasan cerca de uno como si uno no estuviera allí, y es inevitable sentirse inferior a ellos. Incluso estando en el ascensor uno se siente distante de los que te acompañan. Y cuando por fin se llega a casa la oscuridad se vuelve la mejor compañía, como si uno estuviera bajo el suelo y todo lo demás le sobrepasase.
Claro, es posible que uno pretenda superar todo esto y volver a su sitio, pero eso podría no hacer otra cosa que empeorar la situación. Y entonces uno tiene que esconderse, desmoralizarse bajo su propio miedo a ser golpeado por más meteoritos. Y uno se acaba preguntando si se estará volviendo realmente loco, y se acabará preguntando en qué medida le habrá afectado todo ese asunto.
Pero en el fondo...
¿Qué importa saber cuántos centímetros te has desplazado?

6,5
27.691
4
12 de enero de 2013
12 de enero de 2013
143 de 194 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si estás harto de los inesperados giros de thrillers comerciales, si no te gusta que los guionistas te tomen por tonto con sus recursos engañosos, o si simplemente quieres adivinar cuál es la trampa de la película antes de que ésta termine para sorprender a tus compañeros... ¡no busques más! ¡Ésta es tu asignatura! Pero cuidado: una vez descubierto el truco, ya no hay vuelta atrás. Si aún así tienes ganas de aprender, empecemos pues con la teoría.
TEMA 1 – INTRODUCCIÓN AL ARTIFICIO
En ocasiones es más fácil de lo que parece saber si lo que vamos a presenciar es un puzle inventado por el guionista en el que las únicas piezas importantes son el enigma, los giros y la resolución. Si la película tiene una presentación más bien escueta (o inexistente), no se le da importancia al contexto y la trama se detona en pocos minutos, entonces ya podemos intuir cuál es la prioridad del guionista: empezar a jugar con nosotros cuanto antes.
TEMA 2 – NO CONFIAR EN NADIE
Si, además de no presentar la situación y no dar importancia al contexto, tampoco se le da profundidad a los personajes ni quedan claras sus motivaciones, podemos confirmar que no sólo no nos debemos fiar del guionista, sino tampoco de los propios personajes. La actitud de los protagonistas queda a merced de los giros y trampas del guión, y por eso no se puede dar tanto trasfondo y tantas pistas al espectador a las primeras de cambio.
TEMA 3 – DESCARTAR HIPÓTESIS
También debemos tener en cuenta que el espectador no es el único con quien se pretende jugar: el protagonista también debe ser sorprendido, porque el protagonista es aún más ingenuo si cabe que el propio espectador. Es por eso que el protagonista nunca debe ni siquiera intuir lo que está pasando hasta el último momento. Es decir, si en alguna secuencia del segundo acto (o incluso tercero) el prota tiene alguna hipótesis de lo que está pasando, ésta queda automáticamente descartada. Porque si esa hipótesis fuese cierta al final... ¿dónde quedaría la sorpesa?
TEMA 4 – LO REDUNDANTE
Por una razón similar, todo a lo que el guionista parece darle importancia, en realidad está de más. Si en la historia se enfatiza algo, incluso de manera redundante, lo más probable es que eso sea una maniobra de distracción para desviar la atención de lo que está pasando realmente.
TEMA 5 – LO SUTIL
Del mismo modo, todo lo que parece estar de más, en realidad seguramente tenga más importancia de la que aparenta. Es decir, mucho cuidado si de pronto en mitad de la historia se le presta atención, por mínima que sea, a algo que antes era o parecía irrelevante. Por muy estúpido que parezca, ese pequeño detalle puede que sea perfecto para el montaje final de los flashbacks molones en los que se revive la historia mientras se explica el engaño y el espectador sorprendido dice "OOOOOH".
TEMA 6 – LECCIÓN FINAL
Si aún a pesar de todo no eres capaz de descubrir cuál es el engaño, recuerda la premisa más importante en cualquier tipo de guion con trampa:
“La explicación más probable seguramente sea la más improbable”.
Y ya está. Da igual lo absurdo que sea el final y que haga aguas por todas partes si lo analizas con calma. El caso es que esto debería bastar para acabar de desentrañar la trama y sentirte realizado. Pero, tal y como avisé al principio de la clase, una vez descubierto el truco, ya no hay vuelta atrás. Y una vez descubierto el truco... ¿qué es lo que queda? ¿Cuál es el precio por haberte pasado de listo? ¿Merecerá la pena el resto de la película? Tal vez habría sido mejor haberse dejado llevar y haberse dejado sorprender sin haberle dado muchas vueltas, ¿no? Pero ahora nunca lo sabremos, y eso sí que es un enigma inquietante.
TEMA 1 – INTRODUCCIÓN AL ARTIFICIO
En ocasiones es más fácil de lo que parece saber si lo que vamos a presenciar es un puzle inventado por el guionista en el que las únicas piezas importantes son el enigma, los giros y la resolución. Si la película tiene una presentación más bien escueta (o inexistente), no se le da importancia al contexto y la trama se detona en pocos minutos, entonces ya podemos intuir cuál es la prioridad del guionista: empezar a jugar con nosotros cuanto antes.
TEMA 2 – NO CONFIAR EN NADIE
Si, además de no presentar la situación y no dar importancia al contexto, tampoco se le da profundidad a los personajes ni quedan claras sus motivaciones, podemos confirmar que no sólo no nos debemos fiar del guionista, sino tampoco de los propios personajes. La actitud de los protagonistas queda a merced de los giros y trampas del guión, y por eso no se puede dar tanto trasfondo y tantas pistas al espectador a las primeras de cambio.
TEMA 3 – DESCARTAR HIPÓTESIS
También debemos tener en cuenta que el espectador no es el único con quien se pretende jugar: el protagonista también debe ser sorprendido, porque el protagonista es aún más ingenuo si cabe que el propio espectador. Es por eso que el protagonista nunca debe ni siquiera intuir lo que está pasando hasta el último momento. Es decir, si en alguna secuencia del segundo acto (o incluso tercero) el prota tiene alguna hipótesis de lo que está pasando, ésta queda automáticamente descartada. Porque si esa hipótesis fuese cierta al final... ¿dónde quedaría la sorpesa?
TEMA 4 – LO REDUNDANTE
Por una razón similar, todo a lo que el guionista parece darle importancia, en realidad está de más. Si en la historia se enfatiza algo, incluso de manera redundante, lo más probable es que eso sea una maniobra de distracción para desviar la atención de lo que está pasando realmente.
TEMA 5 – LO SUTIL
Del mismo modo, todo lo que parece estar de más, en realidad seguramente tenga más importancia de la que aparenta. Es decir, mucho cuidado si de pronto en mitad de la historia se le presta atención, por mínima que sea, a algo que antes era o parecía irrelevante. Por muy estúpido que parezca, ese pequeño detalle puede que sea perfecto para el montaje final de los flashbacks molones en los que se revive la historia mientras se explica el engaño y el espectador sorprendido dice "OOOOOH".
TEMA 6 – LECCIÓN FINAL
Si aún a pesar de todo no eres capaz de descubrir cuál es el engaño, recuerda la premisa más importante en cualquier tipo de guion con trampa:
“La explicación más probable seguramente sea la más improbable”.
Y ya está. Da igual lo absurdo que sea el final y que haga aguas por todas partes si lo analizas con calma. El caso es que esto debería bastar para acabar de desentrañar la trama y sentirte realizado. Pero, tal y como avisé al principio de la clase, una vez descubierto el truco, ya no hay vuelta atrás. Y una vez descubierto el truco... ¿qué es lo que queda? ¿Cuál es el precio por haberte pasado de listo? ¿Merecerá la pena el resto de la película? Tal vez habría sido mejor haberse dejado llevar y haberse dejado sorprender sin haberle dado muchas vueltas, ¿no? Pero ahora nunca lo sabremos, y eso sí que es un enigma inquietante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
PRÁCTICA 1 – INTRODUCCIÓN AL ARTIFICIO
Los críticos ensalzan el comienzo de El Cuerpo cuando para mí es el acto más chapucero y precipitado de la película. El hecho de que en menos de diez minutos la historia esté completamente detonada es el mejor reflejo de las prisas que tiene Oriol Paulo de poner en marcha su puzzle y empezar a jugar con el espectador.
PRÁCTICA 2 – NO CONFIAR EN NADIE
La idea de no querer profundizar en los personajes tiene sentido si lo que prima es la sorpresa y, por lo tanto, es necesario mantener en secreto las motivaciones de cada individuo. En este caso, Carla, la chica pelirroja, a priori parece una mujer florero puesta al servicio de la típica subtrama de amor. Se puede llegar a pensar que está desdibujada simplemente por pereza, pero si te pones un poco paranoico no es difícil llegar a la conclusión de que si apenas te hablan de ella es porque hay alguna motivación oscura detrás.
PRÁCTICA 3 – DESCARTAR HIPÓTESIS
Invirtiendo lo anterior, si al personaje de Belén Rueda se le pretende dar tanto trasfondo, es posible que en realidad no tenga tanta relevancia en la resolución y que su papel simplemente consista en una permanente cortina de humo. Por otra parte, centrándonos en el tema, si el protagonista, Hugo Silva, en algún momento piensa que es su mujer la que le está haciendo una jugarreta, automáticamente esa opción queda descartada por lo mencionado en la teoría: si esa fuese la explicación final, ya no resultaría tan sorprendente al haber sido anticipada (ni tan siquiera apoyada por la aparición de un supuesto cómplice inesperado).
PRÁCTICA 4 – LO REDUNDANTE
De la misma forma, si se enfatiza la idea de que Belén Rueda esté cadáver, lo más seguro es que no esté cadáver ni que sea un fantasma ni que el protagonista se esté volviendo loco, por mucho que se intente colar el tono de terror psicológico con calzador a golpe de efecto.
Por la misma razón, cuando el protagonista, tras haber confesado, empieza a preguntar por Carla sin parar, insistiendo que ella está en peligro (de forma exagerada y bastante inverosímil, por muy absurdamente enamorado que esté el muchacho), la cosa empieza a rechinar demasiado.
PRÁCTICA 5 – LO SUTIL
Llegados a ese punto, es fácil pensar que la pelirroja está metida en el ajo. Pero, por lo comentado en el punto 2, algo no cuadra, ¿por qué iba a estar ella metida en el ajo? ¿Cuál es su motivación? La última pieza siempre es la más sutil. Si pensamos un momento en el flashback de Coronado, ¿a qué viene introducirlo de repente en mitad de la película? No era para dar profundidad al personaje, puesto que en las primeras lecciones ya aprendimos que eso es irrelevante. Si lo único importante para Oriol Paulo es el puzzle y la sorpresa, ¿qué aporta esa secuencia en realidad?
PRÁCTICA 6 – LECCIÓN FINAL
Es cuestión de atar cabos y el resto va rodado. Y si no, lo dicho: ¿cuál es la explicación más improbable? Pues ahí la tienes: una arriesgada resolución que si te pones a analizar no resulta más que una maquiavélica absurdez demasiado rebuscada para el gusto de cualquiera. Pero oye, al menos ha sido sorprendente, ¿verdad? O tal vez no tanto.
Los críticos ensalzan el comienzo de El Cuerpo cuando para mí es el acto más chapucero y precipitado de la película. El hecho de que en menos de diez minutos la historia esté completamente detonada es el mejor reflejo de las prisas que tiene Oriol Paulo de poner en marcha su puzzle y empezar a jugar con el espectador.
PRÁCTICA 2 – NO CONFIAR EN NADIE
La idea de no querer profundizar en los personajes tiene sentido si lo que prima es la sorpresa y, por lo tanto, es necesario mantener en secreto las motivaciones de cada individuo. En este caso, Carla, la chica pelirroja, a priori parece una mujer florero puesta al servicio de la típica subtrama de amor. Se puede llegar a pensar que está desdibujada simplemente por pereza, pero si te pones un poco paranoico no es difícil llegar a la conclusión de que si apenas te hablan de ella es porque hay alguna motivación oscura detrás.
PRÁCTICA 3 – DESCARTAR HIPÓTESIS
Invirtiendo lo anterior, si al personaje de Belén Rueda se le pretende dar tanto trasfondo, es posible que en realidad no tenga tanta relevancia en la resolución y que su papel simplemente consista en una permanente cortina de humo. Por otra parte, centrándonos en el tema, si el protagonista, Hugo Silva, en algún momento piensa que es su mujer la que le está haciendo una jugarreta, automáticamente esa opción queda descartada por lo mencionado en la teoría: si esa fuese la explicación final, ya no resultaría tan sorprendente al haber sido anticipada (ni tan siquiera apoyada por la aparición de un supuesto cómplice inesperado).
PRÁCTICA 4 – LO REDUNDANTE
De la misma forma, si se enfatiza la idea de que Belén Rueda esté cadáver, lo más seguro es que no esté cadáver ni que sea un fantasma ni que el protagonista se esté volviendo loco, por mucho que se intente colar el tono de terror psicológico con calzador a golpe de efecto.
Por la misma razón, cuando el protagonista, tras haber confesado, empieza a preguntar por Carla sin parar, insistiendo que ella está en peligro (de forma exagerada y bastante inverosímil, por muy absurdamente enamorado que esté el muchacho), la cosa empieza a rechinar demasiado.
PRÁCTICA 5 – LO SUTIL
Llegados a ese punto, es fácil pensar que la pelirroja está metida en el ajo. Pero, por lo comentado en el punto 2, algo no cuadra, ¿por qué iba a estar ella metida en el ajo? ¿Cuál es su motivación? La última pieza siempre es la más sutil. Si pensamos un momento en el flashback de Coronado, ¿a qué viene introducirlo de repente en mitad de la película? No era para dar profundidad al personaje, puesto que en las primeras lecciones ya aprendimos que eso es irrelevante. Si lo único importante para Oriol Paulo es el puzzle y la sorpresa, ¿qué aporta esa secuencia en realidad?
PRÁCTICA 6 – LECCIÓN FINAL
Es cuestión de atar cabos y el resto va rodado. Y si no, lo dicho: ¿cuál es la explicación más improbable? Pues ahí la tienes: una arriesgada resolución que si te pones a analizar no resulta más que una maquiavélica absurdez demasiado rebuscada para el gusto de cualquiera. Pero oye, al menos ha sido sorprendente, ¿verdad? O tal vez no tanto.

4,8
15.111
3
15 de junio de 2022
15 de junio de 2022
74 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película original de Spielberg abría con una presentación del velocirraptor tensa y terrorífica pero sutil, sin mostrarnos a la criatura en ningún momento más allá de algún fugaz plano detalle. Y a partir de ahí se va construyendo poco a poco esa expectación hasta que, finalmente, el letal velocirraptor aparece. En el minuto 100 de película. Casi al final. Y llevas ya una hora cagándote encima sin haberlos visto nunca.
En Jurassic World Dominion los velocirraptores son una mascota a la que amar con el poder de la Fuerza.
En Jurassic World Dominion los velocirraptores son una mascota a la que amar con el poder de la Fuerza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De verdad que he vuelto a ver la original y a su lado ésta parece un chiste.
Un chiste sin puta gracia.
Un chiste sin puta gracia.
MediometrajeDocumental

2,7
604
Documental, Intervenciones de: DeVeren Brookwalter, Willard Maas
1
24 de diciembre de 2010
24 de diciembre de 2010
72 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cine experimental? Espero que la moza que se metió el pene de ese señor en la boca se haya divertido experimentando con él (si es que la moza en cuestión no era el propio señor Warhol, claro).
Se dice que del arte conceptual lo importante es el concepto. Pues en este caso la cosa pintaba bien, ya que el concepto de “chupada de pene” siempre resulta interesante. ¡Pero el señor Warhol hizo todo rematadamente mal!
Primero, no es lo mismo el concepto de “felación” que el concepto de “cara de felación”. Llegados a este punto, si lo que quería el señor Warhol era ponerme cachondo, a mí me ha ofendido su forma de proceder.
Segundo, el guión es confuso, el montaje es enmarañado, los diálogos son pedantes, la banda sonora está completamente fuera de lugar y el reparto es todo un desacierto (el protagonista sobreactúa la mayor parte del tiempo y no me gusta su forzada y dramática expresión). Además, el planteamiento es tremendamente machista: aún sabiendo que el mérito de una felación es exclusivamente de la mujer, no se le dedica a ella ni un mísero plano. Y por si fuera poco el fulano no le avisa en el momento del clímax... y para colmo luego se fuma un pitillo muy tranquilo mientras ella le hace un sándwich… ¡y no le dice que la quiere! Eso no se puede consentir. Por lo menos podía haberle dado las gracias, o haberle dicho un “has estado de puta madre, cariño”. Pero no, eso no era posible porque el señor Warhol resultó ser un intelectual de los que ya no quedan.
Pues me parece fatal.
La próxima vez te lo haces tú solo.
Se dice que del arte conceptual lo importante es el concepto. Pues en este caso la cosa pintaba bien, ya que el concepto de “chupada de pene” siempre resulta interesante. ¡Pero el señor Warhol hizo todo rematadamente mal!
Primero, no es lo mismo el concepto de “felación” que el concepto de “cara de felación”. Llegados a este punto, si lo que quería el señor Warhol era ponerme cachondo, a mí me ha ofendido su forma de proceder.
Segundo, el guión es confuso, el montaje es enmarañado, los diálogos son pedantes, la banda sonora está completamente fuera de lugar y el reparto es todo un desacierto (el protagonista sobreactúa la mayor parte del tiempo y no me gusta su forzada y dramática expresión). Además, el planteamiento es tremendamente machista: aún sabiendo que el mérito de una felación es exclusivamente de la mujer, no se le dedica a ella ni un mísero plano. Y por si fuera poco el fulano no le avisa en el momento del clímax... y para colmo luego se fuma un pitillo muy tranquilo mientras ella le hace un sándwich… ¡y no le dice que la quiere! Eso no se puede consentir. Por lo menos podía haberle dado las gracias, o haberle dicho un “has estado de puta madre, cariño”. Pero no, eso no era posible porque el señor Warhol resultó ser un intelectual de los que ya no quedan.
Pues me parece fatal.
La próxima vez te lo haces tú solo.
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