En este documental Boyero se retrata así mismo como un drogadicto, alcohólico, putero y vago... Según sus palabras, su única aspiración en la vida era hacer nada. Según muestra el documental, gracias a contactos y suerte, consiguió ganarse la vida explotando su mejor virtud. Según el documental, prácticamente no pisó la escuela de cine porque vivía de juerga continúa, pero aun así opinaba lo que le parecía de las creaciones y esfuerzo de los demás, llegando a amedrentar con sus críticas a productores y actores. En definitiva, hizo de su rechazo generalizado su mejor virtud, y los demás se lo compraron, como quien compra un Picasso pintado por un mono.

Le pongo un 1 para que se sienta como en casa.

Después de 5 minutos tuve que quitarla de lo infumable que era. Protagonistas chulos, yendo de sobraos, y 100% seguros de que digan lo que digan no les van a disparar, enfrentándose con unos enemigos feos, bajitos y estúpidos, que estando a metros de distancia con armas apuntándoles, esperan a que se les acerquen los buenos para matarlos, uno por uno, con un cuchillo. De verdad todavía siguen haciendo estos bodrios? No tengo cuerpo para tanta tontería. Ritchie, avísame cuando hagas algo serio, una cosa es hacer flipadas y otra reírse de los espectadores. Un poco de nivel por favor.

La película mejoraría espontáneamente si dejaran de decir que es un remake de la gran película "Big Bad Wolves", lo que copia lo hace muy mal. También copia mal algo de otra gran película llamada "Prisoners". La mayor parte no copiada deja que desear. Esta vez, sorprendentemente, a Javier Gutiérrez le ha venido grande el papel, empieza bien pero luego pierde credibilidad. Sin embargo, Adriana Ugarte empieza mal con una secuencia estúpida y luego va mejorando. A Fernando Tejero le ponen para dar un toque cómico que la película no necesita, lo peor es que calca el papel de La Que Se Avecina, lo que va en detrimento de la película y de él como actor. Rubén Ochandiano algo flojo al principio y mejora bastante en la última parte de la película. Antonio Dechent actúa como si pasara por ahí, y el resto del reparto bastante básico, al estilo de una serie española.

Mi consejo es que la veas sin tener en mente ninguna otra película, las comparaciones son odiosas. Película muy mejorable pero entretiene, que ya es bastante.

Alejandro de la Iglesia podría estar firmando peliculón tras peliculón, pero nada, el señor se ha empeñado en hacer películas con inicios magníficos y finales penosos. Alguien le ha debido decir que eso mola porque es como su firma y que le recordarán por eso, pero la verdad es que no mola nada y cada vez que veo una película suya me pregunto si no tendrá a alguien a su lado con dos luces que le aconseje bien. Un director con un potencial tan enorme y cada vez más a la deriva. Debería recordar que hasta la mejor cena se estropea con un mal postre y viceversa, sobre todo para la gran parte del público que juzga una película por sus minutos finales.

Desde el minuto uno se ve que la cosa va mal. Qué necesidad de tomar trabajos bien hechos para hacer un remake basura. No se puede ni comparar con la de 1979 porque son dos películas muy distintas, han mal copiado un par de escenas y todo lo demás no transmite absolutamente nada. Las dos películas tienen la misma historia pero esta es como un vampiro, sin alma.

Parece que está hecha con prisas, las escenas saltan precipitadamente una detrás de otra, y en varias ocasiones sin coherencia. No hay la más mínima profundidad en los personajes, no tienen carisma, la chica protagonista sobre actúa demasiado. Todo transcurre a mucha velocidad como si estuvieran deseando terminar la película cuanto antes. No me extraña que haya estado en el cajón durante varios años antes de estrenarla, por mí la podían haber dejado ahí.