La saga con Brosnan había quedado estancada. Parecía que el mítico agente no iba a hacer más que repetirse una y otra vez con distintos ingleses asentados ya en un personaje calcado película tras película. Pero los Broccoli decidieron dar un giro y sorprender al público con un intérprete brusco, tosco y algo irreverente, más parecido a Wayne Rooney que a un elegante británico con licencia para matar.

Si Craig había creado con sus dos predecesoras un Bond totalmente nuevo, Skyfall decide innovar en el argumento, creando una historia mucho más profunda y más propia de película dramática que de lo que realmente es. Ahora bien, con esto no quiero decir que al entrar al cine creas estar viendo Ghost en lugar de a Bond -entre otras cosas, no podemos obviar las constantes referencias a los grandes clásicos que sacan una pequeña sonrisa a todo enamorado de la saga-. Pero el guión, con la acción y adrenalina necesarias, decide dejar algo de lado la historia de espionaje y adentrarse en lo más profundo de las entrañas del agente, penetrando en algo poco visto hasta entonces, su yo más interior, sus sentimientos, su pasado...
Asimismo, M adquiere un papel mucho más relevante. Ya no es únicamente la jefa. Es, como Bond, una persona. Ambos van de la mano en esta entrega y nos conducirán a una historia que ignora tópicos y precedentes y que va en busca de algo nuevo.

El agente predilecto del MI6 continúa dejando huella en sus mujeres y en todo el país por el que pasa. Pero esta vez, en manos de un director que ha vuelto a demostrar -después de una decepcionante Revolutionary Road- lo que es capaz de hacer si pones una cámara en sus manos.
Javier Bardem se encarga de enmarcar a la maldad personificada - con una buena interpretación, aunque no tan magistral como esperaba- y Ralph Fiennes entra en escena para marcar su terreno. Un gran actor en un papel hecho a su medida.

Supongo que no hace mucha falta nombrar los aspectos técnicos, ya que estamos hablando de una película de Bond, y aquí nunca deja nada que desear. Pero sin duda, cabe destacar la fotografía a cargo de Deakins, que aunque ha hecho mejores trabajos -probablemente mereció ser reconocido por la Academia en Valor de ley-, no habíamos visto algo así antes en esta saga.

Parece que Nolan está haciendo escuela.