Corta. Se ha quedado corta en casi todos los sentidos. El cine no es teatro, al adaptarse una obra debe adaptarse con todo lo que ello significa. Con media hora más de cinta pudo haber sido un peliculón pero siendo tan breve me ha dejado la misma sensación que un trailer muy bueno: ganas de ver la película entera, salvo que en este caso entran ganas de ver la obra de teatro. Aun así merece la pena por dos cosas: risas aseguradas y una interpretación buenísima, sobre todo femenina.

Para todos aquellos que amamos el cine de Julio Medem esta película se nos ofrece como un regalo que simplemente debemos sentarnos a disfrutar. No hay mucho que contar, dos mujeres, una habitación y la noche más corta de año. Gracias a la brevedad temporal se puede masticar y saborear cada momento de una relación que parecemos vivir a tiempo real, observando por una pequeña mirilla como las dos protagonistas se desnudan en cuerpo y alma la una para la otra. Ambas luchan entre la realidad y la fantasía, los deseos y las obligaciones y se permiten por una noche hacer caso únicamente a sus impulsos. No hay una trama complicada que se enrede ni ningún elemento que perturbe la belleza a la que nos exponemos, permitiéndonos gozar una expresión limpia, completa y extremadamente valiente de pasión y amor que se va desarrollando ante el ahogo que supone una cuenta atrás.

Respecto al director, en todas sus películas se vive una atmósfera diferente y maravillosa que podemos disfrutar solo a medias, ya que el argumento y la urgencia para contar mucho en poco tiempo se impone. En esta película sin embargo se da todo el tiempo del mundo para disfrutar visualmente cada mínimo detalle, algo que deseaba poder contemplar desde que vi su primera película. Las actrices se abren completamente y nos hacen ver en todo momento una compenetración impecable, haciéndonos cómplices de una historia que nos creemos completamente y que hacen real a nuestros ojos. Aconsejo totalmente verla en el cine, sentarse y disfrutar.

Comedia con humor fresco y diferente. Desde el primer minuto llama la atención por su originalidad, mostrando que la risa no está relacionada con el dinero invertido. Acostumbrados al boom de las comedias románticas donde la risa se mezcla con el empalago o las comedias machistas donde la gracia está en la rubia tonta pechugona y el gordo baboso, esta comedia da un soplo de aire fresco a nuestros pulmones cada vez mas negros. Fuerte aplauso para director y actores.

Tras un largo periodo de duda preguntándome si se trata de una comedia extraña, aun no tengo la respuesta. Estamos hablando de una película donde alienígenas con una inteligencia superior se hacinan en guetos controlados por militares estadounidenses machotes y negros africanos malos. Los unos son tan machotes y los otros son tan malos que son capaces de entender el lenguaje de los alienígenas pero no de hablarlo de manera que las conversaciones resultan la mar de interesantes. Esa sería en esencia la sinopsis de esta película donde el guión se limita a mencionar todos los insultos posibles y repetirlos una y otra vez. Mención a parte merece el papel de la mujer en la película, que aparece en dos ocasiones: como prostituta interplanetaria y como mujer llorica del protagonista. El resto son hombres de acción que disparan, insultan, gritan, controlan robots, machacan carne y se llenan de sangre.
Finalizo con dos citas de la película que creo que la definen:
-Me pone matarte (Soldado a un alienígena)
-No hablará. Es un tipo duro. (Soldado hablando de un alienígena)