Es fin de curso y la residencia universitaria está vacía. Una noche, una compañera de Eileen, llama a su puerta pidiendo ayuda. Ella baja a su habitación y encuentra sangre por todas partes. Había abortado y se estaba desangrando. Ambas están aterradas.

Eileen sale al pasillo, busca el teléfono y llama a un médico. —Piernas en alto y mucho hielo —Corre a por su bici y compra hielo. Cuando vuelve, se lo coloca y limpia toda la sangre. La chica se salva. Afortunadamente.

Si algo me interesa es la capacidad del ser humano para organizarse y hacer cosas. Las Janes fueron unas activistas de Chicago que practicaban abortos ilegales hasta su detención en 1973. Ellas escribieron un capítulo más en la fascinante lucha de las mujeres y nunca se arrepintieron.

Las mujeres abortan. Se puede hacer con seguridad o asumiendo riesgos penales, sociales y de salud, pero las mujeres abortan.