Durante años, Ciudadano Kane fue considerada la mejor película de mundo. Los encuadres, los espacios, el uso de la luz y de las sombras. Todo eso vale para esta película. Pero al tratarse de una película policiaca, esta es un testimonio de cuales eran los métodos policiales hace 70 años. La carencia de los métodos actuales concedía a los representantes de la ley de un poder y autoridad que ahora resultan asombrosos, por no decir incomprensibles. Incluso la narración de los acontecimientos está hecha de una manera tan condensada que no tiene nada que ver con la forma de narrar que se utiliza ahora. Es, sin duda, una película para ver y analizar por los amantes del arte cinematográfico.

Narra o pretende narrar las conversaciones de los dos papas en la transferencia del papado de Benedicto XVI a Francisco. Anthony Hopkins y Jonathan Pryce son, respectivamente, los interpretes elegidos. Y solo por verlos, merece la pena ver la película, amen de algún dato biográfico del Papa argentino. Imposible elegir a uno frente al otro. De no haber sido interpretada por ellos, no creo que hubiese llegado al final. Es difícilmente imaginable tal grado de bondad, mesura y comedimiento entre dos personajes tan poderosos.

Es indiscutiblemente de Sorrentino, completamente bien hecha, aunque con una narración menos figurativa que en las películas anteriores. Es menos “barroca”. Sin embargo, los acontecimientos que narra son tan aplicables al principio de la vida de tantas personas que el interés que despierta no se corresponde con la duración de la película.

No me gustó cuando se estrenó y no me ha gustado ahora. Esta bien hecha y bien interpretada (la interpretación de Robert de Niro es muy buena )pero el personaje no aporta nada. Un sujeto desequilibrado que solo piensa en la eliminación de los demás como medio de sentirse bien consigo mismo. Todos los demás personajes del mismo tenor normal. Las calles nocturnas y sus personajes habituales como telón de fondo, un baño de sangre con todos sus detalles. Todo sórdido. No tiene ningún interés para mí. Solo es desagradable.

Basada en sentimientos reales, los sublima hasta la estupidez de pretender que con ser bueno tú luz transforma en bueno todo lo que ilumina. La he vuelto ver porque la ha puesto TVE. Y me he acordado de su primera versión “La familia Trap” que vi entre los 5 y los 9 años, en el colegio de monjas al que iba entonces. Recuerdo la primera escena (lo era?) en la que la monja protagonista bajaba “a todo trapo” deslizándose por la barandilla de la escalera. Fue reñida, por supuesto, pero a mi me encantó su naturalidad. El recuerdo de todo lo demás se borró, aunque se que era agradable. Cuando, de adolescente, ví “Sonrisas y lágrimas” supe que era un remake (aunque entonces no conocía la palabra) y me pareció lo mismo que decían las críticas de aquel entonces (que creo que son las que figuran en “Filmaffinity”. Pero vista desde ahora, 2024, resulta de una mojigatería insoportable. Los niños no éramos tan imbéciles, aunque necesitásemos fingirlo para sobrevivir a unos adultos sometidos a una estrechez de miras y autoritarismo que pretendían perdurar a través de sus hijos. Podría comentar más detalles, (como la de una madre superiora que ha vivido toda su vida aislada del mundo en un convento pero que tiene una sabiduría de sabio curtido por la vida social) pero parece innecesario para aquellos que opinen como yo.