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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
13 de marzo de 2012
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremendo proyecto el que nos presentaba la cadena AMC en 2010. ‘Rubicon’ se estrenó en Estados Unidos con buenas cifras de audiencia, pero éstas empezaron a caer ya desde la segunda semana de emisión, especialmente en la franja de edad comprendida entre 18 y 49años, la más codiciada en la televisión yanqui (sólo 0.2 de los 1.2 millones de espectadores que reunía la serie). ‘Mad Men’, por ejemplo, no gozaba de enormes audiencias, pero las cifras en la franja de edad 18-49 (0.7 de los 2.2 millones) fueron suficientes para mantenerla en antena.

La serie se centra en un analista de un instituto americano de inteligencia, cuya función es detectar amenazas terroristas internacionales que amenacen a los Estados Unidos. Pero el protagonista Will Travers (James Badge Dale) empezará a sospechar de sus propios superiores debido a un extraño código secreto en un crucigrama y a algunos sucesos que pueden parecer coincidencia, pero de los él sospecha que hay algo más. Uno de los hechos es la muerte de su suegro, que también trabajaba en inteligencia, en extrañas circunstancias.

De este modo, Will, intentará compaginar su trabajo en el instituto con la investigación que emprende por su cuenta para aclarar esas ‘coincidencias’ que parecen conducir a un secreto mayúsculo. Sus propios jefes, debido a su absentismo laboral y extraño comportamiento, empezarán a sospechar de las actividades de Travers y le invitarán en más de una ocasión a abandonar su búsqueda, debido a las consecuencias que pueda acarrear.

La ficción tiene un ritmo pausado y requiere paciencia y atención para ser vista, ya que es una de esas series en las que los detalles importan, y hay que estar despierto para captarlos. Seguramente, éste es uno de los motivos del poco apoyo de los espectadores, ya que estamos acostumbrados a ritmos altos que no nos hagan pensar en exceso y, sobre todo, a la inmediatez: si vemos una serie policíaca queremos ver casos desde el primer episodio, si vemos una serie de humor queremos reírnos desde el primer sketch.

‘Rubicon’ tiene toda la esencia de ser una serie de tres o cuatro temporadas y su temprana cancelación hace que quede incompleta. No ocurre igual que en ‘Lights out’ que, a pesar de su cancelación al acabar la primera temporada, queda completa y como una gran serie de sólo trece episodios.

Cuando acabas de ver la serie queda irremediablemente la sensación de “lo que podría haber sido”. Con un guión intrigante y brillantemente elaborado y uno de los mejores repartos que hayamos visto últimamente en las series made in USA, estamos hablando de una serie de que podría haber marcado época, y que ha quedado en una ficción incompleta que, aún así, merece ser vista. HBO ha tirado adelante series con pobres audiencias confiando en la calidad del producto y AMC no lo ha sabido hacer con un producto que era excelente.
27 de diciembre de 2011
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie estrenada en setiembre del 2011 y que concluyó 3 meses después sin tener asegurada su continuidad. Y es que los datos de audiencia no han acompañado a esta ficción anunciada desde principio de año a bombo y platillo. En otras ocasiones, grandes series como ‘Deadwood’ o ‘Lights out’ han sido objeto de un injusto descuido por parte de los telespectadores, que finalmente las llevó a la cancelación. Pero, en este caso, el pobre seguimiento está merecido dada la previsibilidad y poca calidad de este producto (no olvidemos que venía con el sello Spielberg) del cual tanto esperábamos. ‘Terra Nova’ pudo ser la que lanzara definitivamente el género de la ciencia ficción en el ámbito de las series, pero no se ha quedado en más que un intento fallido al estilo ‘Flashforward’.

Encontramos a la familia Shannon (guapísimos todos) a los que se les concede el privilegio de ir a Terra Nova. La ficción narra cómo los protagonistas se adaptan a su nuevo hogar y cómo resuelven todo tipo de misterios y conjuras que amenazan la colonia. Y es que todo les pasa a ellos: Jim (el padre) es policía, y nada más llegar ya se establece como mano derecha del comandante de la colonia y salvará a la comunidad mediante actos heroicos y arriesgados prácticamente cada capítulo. Elisabeth (la madre) es doctora, y en el segundo día ya parece la directora del hospital. La hija no ha deshecho aún las maletas que ya ha conocido a un apuesto soldado al que todos sabemos que acabará besando tarde o temprano. Y el hijo es llamado a transgredir las normas por una chica a la que acaba de conocer y él, sin dudar un momento, la sigue (-Oye desconocido, ¿te vienes a una zona prohibida fuera de los muros de la colonia? – Acabo de llegar, mi padre es policía y no te conozco, pero te acompaño). Lo malo es que la serie abunda en escenas y pequeñas tramas como ésta, previsibles y absurdas que descolocan y aburren al espectador.

Al menos esperábamos encontrar una fotografía y unos efectos especiales que nos dejaran boquiabiertos. Pero lo cierto es que tampoco impresionan y el T-Rex que vimos en el ‘93 en ‘Jurassic Park’ resulta más creíble que los saurios que nos encontramos aquí casi 20 años después.

Lo cierto es que el hecho de que Steven Spielberg hubiera apadrinado el proyecto poco nos hacía pensar que la serie llegara a ser tan vulgar. Algunos momentos (pocos) pueden llegar a ser entretenidos, pero en su mayoría aburren. Mejor dejaremos sin comentarios el hecho de que no expliquen nada del cómo o el porqué de estos viajes en el tiempo o que presenten a los ‘sixers’ al estilo ‘Lost’ con ‘los otros’. No sabemos si la serie tendrá segunda temporada o se quedará con los 13 capítulos que ya tiene; a mí, poco me importa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sólo un par de apuntes más que si no los comento, reviento. En el primero explicamos una de las primeras escenas del primer capítulo: vemos a la familia Shannon en su casa, los padres, el hijo, la hija y… ¡Sorpresa! la hija menor. En una sociedad capaz de viajar en el tiempo y con un férreo control policial y donde sólo se pueden tener dos hijos, el matrimonio Shannon ha tenido una tercera hija. Y no se trata de un bebé recién nacido, sino que la cría tiene ya 6 años. 6 años ocultándola a las exhaustivas autoridades. Seguramente se preguntarán cómo lo hacen, pues bien, la serie nos saca de dudas. La policía (que tonta del todo no es) sospecha de la infracción de la familia y acaba encontrando a la niña (no desvelamos nada, todo pasa en los primeros 10 minutos de la serie). Jim es encarcelado y tras dos años a su mujer y a sus dos hijos mayores se les concede el honor del viaje temporal a Terra Nova, con la contrapartida de que ni él ni su hija pequeña no podrán acompañarles. A partir de aquí, los guionistas deciden solucionar el problema por la vía rápida: Jim escapa de una prisión de máxima seguridad con una especie de cúter (no sabemos cómo) y consigue colarse en el no menos vigilado complejo donde los agraciados viajeros en el tiempo esperan su turno en fila como el que espera entrar en el cine. El Sr. Shannon lo consigue. Pero justo cuando queda muy poco para su turno, los policías descubren que es en realidad un intruso, pero un empujón a uno y un codazo en la cara a otro y el protagonista logra zafarse de la estricta seguridad y atravesar el portal a la carrera para reunirse felizmente con su familia en la época de los dinosaurios. Todo esto en los primeros 16 minutos y medio. La verdad es que los guionistas se esforzaron en decepcionarnos desde el principio.

El segundo apunte es una de las ‘marcas Spielberg’ que más podemos reconocer en sus películas y que aparece aquí también. Al afamado director le encantan los críos y esto se nota en muchos de sus trabajos, en los que usa las expresiones infantiles para conmover al espectador utilizando primerísimos planos de los pequeños protagonistas sollozando o con una sonrisa de oreja a oreja. Ejemplos hay muchos: ‘E.T. el extraterrestre’, ‘Indiana Jones y el templo maldito’, ‘Jurassic Park’ o ‘Los Goonies’ son sólo algunos, y en su serie también veremos a la pequeña Joe Shannon mostrar su sonrisa mellada a la cámara (a veces, sin venir a cuento) para buscar esa conexión con el público.
30 de diciembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Generation Kill’ fue ideada por el escritor y guionista David Simon, pero está basada en un libro del periodista Evan Wright, resultado de sus vivencias como corresponsal de guerra, acompañando al primer batallón de Marines de E.E.U.U. en la Guerra de Iraq.

La serie se centra en el personaje real de Evan Wright, reportero asignado a uno de los equipos del primer batallón de marines. Además del periodista (Lee Tergesen), al que veremos en todos líos en los que se meta el equipo con su libreta y su cámara de fotos, destacan por encima de los demás el Jefe de equipo Brad ‘Iceman’ (Alexander Skarsgard) como el marine profesional y capacitado como casi ya no quedan el batallón y al caporal Ray Person (James Ransone, Ziggy Sobotka en ‘The Wire’) que encarna al marine completamente opuesto, mostrándose despreocupado y parlanchín aún en situaciones complicadas. Pero en esta serie no encontramos personajes principales (los tres anteriores aparecen un poco más que el resto, pero no en exceso) ya que interactúan de igual manera una quincena de marines de diferente rango, que nos dan una idea fidedigna de cómo se manejó este pelotón del ejército norteamericano sobre terreno iraquí.

El punto fuerte de la producción es que nos narra la guerra tal y como es, en este caso, como la reportó el periodista Wright, y no la que nos llega por los medios de comunicación. Vemos en primera persona ‘la otra cara de la guerra’, las dudas y miedos de los soldados o las penurias e injusticias cometidas contra la población civil. También la tensión y el estrés psicológico que padecen los soldados que están allí con el objetivo de combatir, pero que pasan la mayor parte del tiempo cavando hoyos, que servirán como letrinas o camas, escribiendo reportes oficiales sobre todo tipo de acciones y situaciones, cuando no son enviados a pequeñas misiones de reconocimiento carentes de sentido. Esto queda perfectamente reflejado cuando dos equipos del batallón, que van con todoterrenos, son enviados a despejar un puente que es el único acceso a una ciudad y el reportero le pregunta a Ray porqué no envían a los tanques por si el camino está minado o hay una emboscada preparada: “-¡Por eso nos mandan a nosotros, tío! No van a arriesgar un tanque de 5 millones de dólares cuando pueden enviar a un Hunvee de mierda-”.

También cuestiona el sentido de la Guerra de Iraq de mano de los propios marines, cuando algunos de ellos dudan de si su presencia es necesaria y si la misión que debe llevar a cabo el ejército de E.E.U.U., llamada ‘Libertad iraquí’, realmente mejora las condiciones de vida de la población autóctona.

‘Generation kill’ es una serie que bebe también del documental para imprimir más realismo a la trama y darnos la impresión a los espectadores que la guerra fue tal como la vemos en estos geniales siete capítulos. No se pierdan esta nueva visión que nos relata principalmente lo inútil que ha resultado ser uno de los conflictos más recientes de la humanidad.
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Spoilers. Es una serie con escenas y comentarios geniales:
El capitán Brad ‘Iceman’, dado que prácticamente no han entrado en combate y debido a las estúpidas misiones que deben hacer, le comenta a uno de sus subordinados: -“No somos guerreros, somos operadores semi-cualificados aquí.”-
Cuando acaba uno de los pocos enfrentamientos que tienen con el enemigo, el comandante del pelotón registra a uno de los abatidos y recoge su pasaporte. En él parece que el muerto era un estudiante de 26 años de edad originario de Siria, pero el dato que más inquieta al comandante es que llegó a Iraq días después de la llegada de las tropas estadounidenses. La razón de su llegada también está escrita en el pasaporte: “Yihad”. Aquí el comandante se da cuenta que son ellos, el ejército americano, los que han provocado a toda esa gente a venir a la guerra.
También el capitán Brad empezará a poner en duda la credibilidad de la invasión cuando, en un control de carretera que establece el pelotón, una mujer le dice: -“Gracias soldado, gracias por permitirnos utilizar nuestra carretera en nuestro propio país. ¿Porqué estáis aquí?”- El capitán le contesta que están aquí para ayudarles. -“Yo vengo de Bagdad. Es una ciudad preciosa y ustedes la están bombardeando. ¿Es para mejorar mi calidad de vida?”-
22 de diciembre de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta ficción se estrenó en el año 2004 de la mano HBO y, aunque no cosechó grandes audiencias (más bien todo lo contrario), sus tres temporadas han hecho de Deadwood, sin lugar a dudas, una de las mejores series de la década.

La serie se sitúa en el año 1876 en un campamento formado por una calle principal embarrada, cuatro casas y un par de saloons (taberna y prostíbulo a la vez) y un cementerio que pronto albergará algún nombre ilustre. Todo esto al pie de las ‘Black Hills’, donde el oro espera ser arrancado de las entrañas de la tierra. En la época en la que nos situamos, Deadwood no pertenece legalmente a ningún estado norteamericano, se encuentra en un vacío de poder y soberanía que ha aprovechado un tabernero local para hacerse amo y señor del campamento y controlar todo lo que sucede dentro de ‘su’ frontera.

Pero aparecerán nuevos personajes que tratarán de arrebatarle su dominio, al menos parcialmente. A muchos de ellos los subordinará, con algunos pactará y sólo uno llegará a enfrentarse a él. Podemos decir que esta es la trama principal de la ficción, cómo actuamos los hombres cuando no existe la ley y lo único que vale es la ley del más fuerte. ‘Deadwood’ es sinónimo de lucha por la supervivencia y todos los personajes se mueven con este fin. ¿Y quién triunfará en esta selva de madera y lodo? Aquél que reúna fuerza y astucia a partes iguales y, sobretodo, el que sepa cuando utilizar una y cuando utilizar la otra.

Este personaje que todo lo controla es el dueño del Gem Saloon, llamado Al Swearengen, una suerte de Tony Soprano del oeste al que acabas cogiendo cariño (como ocurre con el mafioso de New Jersey) con el paso de los capítulos, a pesar de sus dudosas acciones. Está interpretado de manera magistral por un Ian McShane que llena cada una de las escenas en las que aparece que, por suerte, son abundantes.

Cabe destacar a otros personajes principales, como el hombre de justicia incorruptible Seth Bullock (gran Timothy Oliphant con ese caminar tipo western), el doctor Cochran (Brad Dourif) que aparece siempre que alguien tiene una indisposición o ha recibido un tiro o el fiel Charlie Utter (Daiton Callie), a quién todos nos gustaría tener como amigo y compañero. Por el lado femenino destacan la refinada Alma Garret (Molly Parker) y Trixie (Paula Malcomson), una de las empleadas del Gem Saloon, pero destaca especialmente Robin Weigert en el papel de la malhablada Jane, de la que nunca sabes si recibirás una sarta de insultos o palabras amables: dependerá de la cantidad de whisky que corra por sus venas. Lo dicho: podrán encontrar series que les agraden más o menos, con mejores y peores guiones o bandas sonoras, pero el elenco de personajes principales y secundarios que componen ‘Deadwood’ es verdaderamente insuperable.

Continua sin spoiler
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Otros puntos fuertes de este drama son su ambientación y su rigor histórico. La reconstrucción del poblado con todo detalle guarda la máxima fidelidad posible con el pueblo original. Y es que el pueblo de Deadwood existió y por la recreación hecha podemos pensar que el desarrollo del campamento en aquellos años seguramente fue tal y como lo vemos a lo largo de las tres temporadas. Además, la trama se nutre de personajes reales que potencian el mosaico histórico que es en sí la serie: ilustres como Wild Bill Hickock, Wyatt Earp o Calamity Jane que tienen sus propios largometrajes o los propios Bullock (quién fuera amigo del presidente T. Roosevelt), Swearengen o Utter. Todo ello hace que ‘Deadwood’ sea una ventana al pasado y una lección de historia mejor que cualquier libro.

Por todo lo comentado, estamos ante una de las mejores series de los últimos lustros, recomendada desde aquí fervientemente. Con un poquito de paciencia ‘Deadwood’ se revelará en todo su esplendor, mostrando cada uno de los aspectos que la hacen tan brillante. De nuevo, ¡larga vida a HBO!
24 de enero de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una mini-serie estrenada en 2006 y que consta únicamente de seis capítulos, de unos 45 minutos aproximadamente. Pero en su corta duración tiene tiempo suficiente para contarnos una historia original y entretenida y lo hace, sobretodo, de manera directa, ya que no dispone de tiempo para andarse por las ramas.

La habitación perdida’ es una serie de ciencia-ficción con una idea y un planteamiento realmente originales: la habitación número 10 de un motel abandonado y solitario en Nuevo México es mágica debido a un “Incidente” que la hizo desaparecer de la faz de la tierra junto con los objetos que había en su interior. Cada uno de estos elementos, de la vida cotidiana (se pueden ver los títulos de cada capítulo: la llave, el reloj, el peine…), ha cobrado un poder especial. Los pocos que conocen este suceso y la existencia de los objetos lucharán por hacerse con ellos.

Es aquí donde aparecerá nuestro protagonista, el detective Joe Miller (Peter Krause), descubriendo por casualidad una llave que es capaz de abrir cualquier perta pero siempre con un mismo destino: la habitación de un motel. Por accidente, la hija de Miller queda atrapada en la habitación del motel y, a partir de aquí, la trama se centra en la búsqueda de otros objetos mágicos que le ayuden a encontrar la habitación y a su hija, con la ayuda de Jennifer Bloom (Julianna Margulies), que pertenece a una misteriosa organización llamada “Legión”.

Los actores principales, sin llegar a ser meritorios de Oscar, hacen un buen trabajo. Peter Krause (al que vimos más que correcto en ‘A dos metros bajo tierra’) hace cumple su rol de protagonista, interpretando a un policía normal que sólo quiere salvar a su hija, dejando de lado el prototipo de policía de acción de otras series o pelis norteamericanas. Aquí aciertan. El papel de Margulies es algo más previsible, es la mujer que acompañará y dará su apoyo incondicional (a pesar de acabar de conocerse) al protagonista. Destacan en sus papeles Kevin Pollak, que también está inmerso en la búsqueda de objetos, y el enigmático Dennis Christopher.

Con todo esto, podemos afirmar que ‘La habitación perdida’ es una producción planteada con ingenio que cumple con creces con su objetivo principal: entretener al espectador. Si bien es cierto que un punto más de novela negra o psicológica le hubiera sentado bien a la historia, y la poca profundidad es lo que hace que esta mini-serie se quede en buena y no acabe siendo notable.
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