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Críticas ordenadas por utilidad
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8,3
49.827
6
1 de agosto de 2011
1 de agosto de 2011
122 de 172 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil enfrentarse a esta película después de tanto tiempo, habiendo leído tan buenas críticas y esperando una obra maestra atemporal y que la película colme las enormes expectativas creadas en torno a ella. Así que, en cierto modo, la decepción es algo comprensible.
Pero sinceramente, no esperaba que fuera tan grande. Señores, lo voy a decir bien claro: “Matar a un ruiseñor” me parece una película mediocre. No me funciona ni como alegato contra el racismo ni como narración sobre la infancia de la protagonista, que son las dos bazas en las que se sostiene.
Y creo que el problema está en el guión, y más concretamente en el hecho de querer poner demasiadas cosas al mismo tiempo y no tener la habilidad de desarrollar ninguna convenientemente. En especial, el enfrentamiento de Atticus con el pueblo, los problemas derivados de su decisión de asumir la defensa de Tom hasta las últimas consecuencias y esa supuesta presión a la que se ve sometido y que yo apenas noto. Pero tampoco se queda atrás ese retrato de la infancia tan incompleto, tan poco evocador, que para lo que ocupa en pantalla bien podría haber dado algo más.
En especial a medida que estas dos tramas avanzan es cuando se ven los problemas con más claridad. Particularmente destacable por su poca efectividad me ha parecido el discurso antirracista que se marca Atticus durante el juicio. El contexto está claro y que un abogado en los años 30 lance ese discurso es un hecho de por sí incendiario, pero eso en una película, sin más referencia que el guión, no basta. No percibo la amenaza, ni el juicio mediático, es que está todo tan, tan diluido y poco desarrollado que parece que tengo que llevar los conceptos ya asumidos antes de verla y yo lo siento, pero no puedo pasar por el aro.
Pero sinceramente, no esperaba que fuera tan grande. Señores, lo voy a decir bien claro: “Matar a un ruiseñor” me parece una película mediocre. No me funciona ni como alegato contra el racismo ni como narración sobre la infancia de la protagonista, que son las dos bazas en las que se sostiene.
Y creo que el problema está en el guión, y más concretamente en el hecho de querer poner demasiadas cosas al mismo tiempo y no tener la habilidad de desarrollar ninguna convenientemente. En especial, el enfrentamiento de Atticus con el pueblo, los problemas derivados de su decisión de asumir la defensa de Tom hasta las últimas consecuencias y esa supuesta presión a la que se ve sometido y que yo apenas noto. Pero tampoco se queda atrás ese retrato de la infancia tan incompleto, tan poco evocador, que para lo que ocupa en pantalla bien podría haber dado algo más.
En especial a medida que estas dos tramas avanzan es cuando se ven los problemas con más claridad. Particularmente destacable por su poca efectividad me ha parecido el discurso antirracista que se marca Atticus durante el juicio. El contexto está claro y que un abogado en los años 30 lance ese discurso es un hecho de por sí incendiario, pero eso en una película, sin más referencia que el guión, no basta. No percibo la amenaza, ni el juicio mediático, es que está todo tan, tan diluido y poco desarrollado que parece que tengo que llevar los conceptos ya asumidos antes de verla y yo lo siento, pero no puedo pasar por el aro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Toda la parte del juicio, de hecho, es bastante floja en mi opinión, discurso emotivo incluido que, como ya he comentado, carece de una base argumental lo suficientemente sólida como para llegar a transmitirme algo. Y además, los titubeos y contradicciones de Mayella, ¿que nadie nota en el jurado? Y la teoría revolucionaria sobre la mano izquierda y la mano derecha que al final se queda en agua de borrajas, yo todavía no sé qué diferencia hace que Tom sea zurdo o diestro en la forma de cometer el crimen. Y aquello de si el padre pegaba a la hija o no, yo qué sé... Pero esto es sencillamente el resultado obvio de desarrollarse todo con prisas (¡una hora para llegar al juicio, que se resuelve en veinte minutos!) y no aprovechar el resto del metraje para poner en situación.
Y el final de la obra tampoco me convence. Me parece una forma forzada de unir las dos tramas en una sola. Es decir, ya asumimos que el padre de Mayella está mal de la cabeza y que se la tiene jurada a Atticus, ¿pero aún después de acabar el juicio a su favor? ¿Con Tom ya muerto? Y no sólo eso, es que la paga con los hijos que no le han hecho nada, un tío que durante toda la trama lo máximo que ha tenido los cojones de hacer es escupirle a la cara a Atticus, ¿ahora ataca de repente a los críos para matarles? Pero bueno, ¿alguien me explica lo que pasa aquí? Y eso por no hablar de la aparición providencial de Boo, que sí, lleva años recluido en una habitación, qué casualidad que pase por ahí en ese instante y fíjate, la niña luego le reconoce sin ningún esfuerzo (supongo que su padre luego le explica, pero aún así es un poco chapucero).
En fin. Tiene momentos en los que se nota algo de ese buen hacer que se le atribuye, por ejemplo la primera incursión en casa de Boo me parece que transmite muy bien la tensión y en cierto modo el misterio en torno a este personaje está bien construido (todo para resolverse de una forma tan burda, pero bueno), pero ni de coña es el tono mayoritario. Me parece muy sobrevalorada, y desde luego carente de la fuerza que muchos le ven.
Y el final de la obra tampoco me convence. Me parece una forma forzada de unir las dos tramas en una sola. Es decir, ya asumimos que el padre de Mayella está mal de la cabeza y que se la tiene jurada a Atticus, ¿pero aún después de acabar el juicio a su favor? ¿Con Tom ya muerto? Y no sólo eso, es que la paga con los hijos que no le han hecho nada, un tío que durante toda la trama lo máximo que ha tenido los cojones de hacer es escupirle a la cara a Atticus, ¿ahora ataca de repente a los críos para matarles? Pero bueno, ¿alguien me explica lo que pasa aquí? Y eso por no hablar de la aparición providencial de Boo, que sí, lleva años recluido en una habitación, qué casualidad que pase por ahí en ese instante y fíjate, la niña luego le reconoce sin ningún esfuerzo (supongo que su padre luego le explica, pero aún así es un poco chapucero).
En fin. Tiene momentos en los que se nota algo de ese buen hacer que se le atribuye, por ejemplo la primera incursión en casa de Boo me parece que transmite muy bien la tensión y en cierto modo el misterio en torno a este personaje está bien construido (todo para resolverse de una forma tan burda, pero bueno), pero ni de coña es el tono mayoritario. Me parece muy sobrevalorada, y desde luego carente de la fuerza que muchos le ven.

5,7
31.592
10
19 de enero de 2010
19 de enero de 2010
74 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
La adolescencia es muy jodida. Quieres crecer, dejar atrás las imágenes que te han acompañado durante tu infancia. Experimentar nuevas sensaciones. Hace un año ni siquiera me planteaba volver a ver esta película, que en su día adoré como a muy pocas. ¿Para qué? Formaba parte de una etapa de mi vida ya cerrada, una etapa de la que yo quería prescindir.
Pero un día surgió. La nostalgia se apoderó de mí, y lo que se había convertido en un tema tabú pasó a ser la mayor de mis prioridades. Necesitaba volver a ser niño, y emocionarme de nuevo con las aventuras y las moralejas que marcaron mi infancia. Recordé los clásicos de Disney. Descubrí las obras de Ghibli. Y sin embargo, nunca me planteé ver de nuevo Babe.
Hasta hoy. Supongo que pensaba: "una obra con animales parlantes, seguro que es la típica película que adoras de crío porque no eres consciente de lo cutre que es", y eso me frenaba, porque no quería ver cómo se esfumaba un buen recuerdo al observarlo desde una perspectiva racional.
Craso error. Babe no es solamente un recuerdo, es una película maravillosa. Una fábula enternecedora, que no trata al espectador como un imbécil y plantea dudas y situaciones con una maestría de la que carecen muchas obras en la actualidad. Habla de la libertad, de la tolerancia y del respeto, de la superación; y lo hace a través de imágenes que llegan al alma. Es algo dura en ocasiones, claro, pero lejos de ser un impedimento eso posibilita la creación de una de las moralejas más valiosas y sinceras que ha disfrutado el público infantil.
Pero un día surgió. La nostalgia se apoderó de mí, y lo que se había convertido en un tema tabú pasó a ser la mayor de mis prioridades. Necesitaba volver a ser niño, y emocionarme de nuevo con las aventuras y las moralejas que marcaron mi infancia. Recordé los clásicos de Disney. Descubrí las obras de Ghibli. Y sin embargo, nunca me planteé ver de nuevo Babe.
Hasta hoy. Supongo que pensaba: "una obra con animales parlantes, seguro que es la típica película que adoras de crío porque no eres consciente de lo cutre que es", y eso me frenaba, porque no quería ver cómo se esfumaba un buen recuerdo al observarlo desde una perspectiva racional.
Craso error. Babe no es solamente un recuerdo, es una película maravillosa. Una fábula enternecedora, que no trata al espectador como un imbécil y plantea dudas y situaciones con una maestría de la que carecen muchas obras en la actualidad. Habla de la libertad, de la tolerancia y del respeto, de la superación; y lo hace a través de imágenes que llegan al alma. Es algo dura en ocasiones, claro, pero lejos de ser un impedimento eso posibilita la creación de una de las moralejas más valiosas y sinceras que ha disfrutado el público infantil.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y la fórmula ha funcionado, otra vez. La escena del robo del despertador me ha vuelto a poner los pelos de punta. He vuelto a emocionarme con la partida de la madre de Babe, con la de los cachorros de Fly, con el pato que no quiere ser pato, con el entrañable baile del granjero. He vuelto a mirar con la perplejidad del viejo Arthur, la inocencia de Babe o la ternura de Fly, y he deseado con todas mis fuerzas que esta hermosa historia no fuera ficción. ¿Y qué decir del final? Oyendo las risas del público, sólo un pensamiento rondaba mi cabeza: "¡Dales una lección, Babe!". Y así ha ocurrido. La sorpresa, la ovación final. Otra vez me ha contagiado de felicidad. Y, con lágrimas en los ojos, me he rendido, de nuevo.
He vuelto a ser niño.
He vuelto a ser niño.

7,6
789
Animación
10
22 de diciembre de 2010
22 de diciembre de 2010
67 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una muy agradable sorpresa me he llevado con esta secuela de la exitosa serie anime "La melancolía de Suzumiya Haruhi". Una película que en esta ocasión se centra más en una historia de ciencia-ficción con toques dramáticos, pero no olvida sus puntazos humorísticos que aparecen de tanto en tanto y sin avisar.
El único problema que yo le vería a la hora de recomendarla es que requiere sí o sí haber visto la serie original; no sólo porque los personajes sean básicamente los mismos sino porque los sucesos nos remiten constantemente a ella, y tanto para seguir el hilo como para no tragarse spoilers es necesario tener fresca la serie original.
A quien se aventure a verla le advierto también que esta película no trata de Haruhi sino de Kyon. O más exactamente, de cómo concibe él todo lo que le ocurrió desde que llegó Haruhi a su vida.
Y ya pasando a la calidad de la obra en sí, tal vez el dato más significativo es su duración: en 2 horas y 41 minutos da tiempo a muchas cosas, a emocionarse, a desconectar, a desear que termine todo de una vez... Pero no es el caso de "La desaparición de Suzumiya Haruhi", que de principio a fin logra enganchar con una trama que se complica cada vez más, y las respuestas empiezan a aparecer con la fluidez suficiente como para mantener enganchado al espectador. Como he dicho, el protagonista es Kyon (en la serie también lo era), y aquí se realiza un retrato de él inmejorable, desarrollando puntos sobre su relación con el resto de los miembros de la Brigada SOS.
Para compensar está el papel también protagonista de Nagato, desde una perspectiva que se centra menos en su omnipotencia científica y más en sus sentimientos reprimidos... no comento más por ahora, porque hay que verlo.
A nivel técnico, la música acompaña, pero sobre todo el dibujo y la animación son de diez. Con un uso de luces y sombras fascinante, una ambientación sobrecogedora y un diseño de personajes que sigue con exactitud el de la serie original, unos fondos trabajadísimos y movimientos en todo momento fluidos en los que la animación por ordenador funciona a la perfección. Sólo en dos momentos parece ralentizado y artificial, un primer plano y un plano aéreo, pero en el resto el nivel es de órdago. Para quedarse con la boca abierta.
La narración de Kyon, como en la serie, proporciona dinamismo a lo que se ve en pantalla, contrastando siempre lo que se ve con su punto de vista. En esta ocasión sus monólogos interiores, de efecto humorístico normalmente, sirven para retratar su desesperación, su perplejidad ante un mundo que cambia de la noche a la mañana, sin olvidar, eso sí, el toque irónico que suele acompañarle y que ayuda a mantener un cierto tono divertido que le viene muy bien a una obra que de otro modo podría quedar demasiado solemne, cosa que la serie no es en absoluto.
Sigo en spoiler, con algunas alusiones tanto al argumento de la película en sí como a los puntos de la serie en los que se basa.
El único problema que yo le vería a la hora de recomendarla es que requiere sí o sí haber visto la serie original; no sólo porque los personajes sean básicamente los mismos sino porque los sucesos nos remiten constantemente a ella, y tanto para seguir el hilo como para no tragarse spoilers es necesario tener fresca la serie original.
A quien se aventure a verla le advierto también que esta película no trata de Haruhi sino de Kyon. O más exactamente, de cómo concibe él todo lo que le ocurrió desde que llegó Haruhi a su vida.
Y ya pasando a la calidad de la obra en sí, tal vez el dato más significativo es su duración: en 2 horas y 41 minutos da tiempo a muchas cosas, a emocionarse, a desconectar, a desear que termine todo de una vez... Pero no es el caso de "La desaparición de Suzumiya Haruhi", que de principio a fin logra enganchar con una trama que se complica cada vez más, y las respuestas empiezan a aparecer con la fluidez suficiente como para mantener enganchado al espectador. Como he dicho, el protagonista es Kyon (en la serie también lo era), y aquí se realiza un retrato de él inmejorable, desarrollando puntos sobre su relación con el resto de los miembros de la Brigada SOS.
Para compensar está el papel también protagonista de Nagato, desde una perspectiva que se centra menos en su omnipotencia científica y más en sus sentimientos reprimidos... no comento más por ahora, porque hay que verlo.
A nivel técnico, la música acompaña, pero sobre todo el dibujo y la animación son de diez. Con un uso de luces y sombras fascinante, una ambientación sobrecogedora y un diseño de personajes que sigue con exactitud el de la serie original, unos fondos trabajadísimos y movimientos en todo momento fluidos en los que la animación por ordenador funciona a la perfección. Sólo en dos momentos parece ralentizado y artificial, un primer plano y un plano aéreo, pero en el resto el nivel es de órdago. Para quedarse con la boca abierta.
La narración de Kyon, como en la serie, proporciona dinamismo a lo que se ve en pantalla, contrastando siempre lo que se ve con su punto de vista. En esta ocasión sus monólogos interiores, de efecto humorístico normalmente, sirven para retratar su desesperación, su perplejidad ante un mundo que cambia de la noche a la mañana, sin olvidar, eso sí, el toque irónico que suele acompañarle y que ayuda a mantener un cierto tono divertido que le viene muy bien a una obra que de otro modo podría quedar demasiado solemne, cosa que la serie no es en absoluto.
Sigo en spoiler, con algunas alusiones tanto al argumento de la película en sí como a los puntos de la serie en los que se basa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Con los "sentimientos reprimidos" de Nagato no me refiero a esa historia medio romántica que nos meten al principio entre ella y Kyon, sino a la presión a la que se ve sometida y que aguanta por ser "su misión". Uno de los puntos tal vez más acertados que se pueden extraer de la experiencia (negativa para la mayoría de fans) de "Agosto infinito" en la segunda temporada es precisamente esa humanización del personaje, el hecho de que empiece a ver como una carga la responsabilidad para la que fue destinada. En cierto modo "La desaparición de Suzumiya Haruhi" es una continuación de esta idea, de cómo su desmotivación conduce al "fallo". La película, además, se esfuerza en darle una identidad, en profundizar en sus emociones (tan humanas como el resto, a pesar de las apariencias), en contraste con ese papel frío que desarrolla durante la mayor parte de la serie.
Y por otro lado está el papel de Kyon. Creo que el mayor conflicto que se plantea el personaje desde que conoce a Haruhi es su papel dentro del grupo, si realmente ha sido elegido por algún motivo en concreto para pertenecer a la Brigada SOS, si la casualidad de sentarse delante de ella fue lo que provocó toda esa cadena de acontecimientos... en resumen, se siente desubicado, el único chico normal en una situación completamente irreal que siente que le viene grande. A lo largo de la serie se va viendo que él también tiene algo que decir en la historia, pero en muchos casos todo se reduce a pulsar el botón correcto en la situación adecuada. La película lleva este conflicto al extremo al hacerle preguntarse qué sería mejor, si volver a una situación que pueda racionalizar, que no se le escape de las manos; o por otro lado mantener esa sucesión de absurdo y cosas raras en su vida. Y elige lo segundo, ¿por qué?
El motivo de la decisión de Kyon no es más que la idea más básica que se pueda encontrar: la sensación de pertenencia a un grupo. Ante esa perspectiva, recuperar la normalidad se le antoja anodino, carente de emociones. Es, además, el hecho de haberse acostumbrado a ese estilo de vida, a caminar todos los días hacia el club para encontrar situaciones que rebasan las barreras de la lógica. De haberse encariñado con Haruhi, Nagato, Asahina y Koizumi; de haberles hecho formar parte de su propio sistema. Llegado a este punto, no puede renunciar a ellos.
Y además ese final funciona doblemente porque le otorga un rol de extrema importancia en todo lo que sucede. Básicamente le da la responsabilidad última de que todo exista y se mantenga, le proporciona por fin un motivo por el que está ahí, más allá de la casualidad de haber estado en el lugar y momento adecuados el día que todo empezó.
En resumen, "La desaparición de Suzumiya Haruhi" es una obra narrativamente redonda y de una calidad técnica envidiable, que no sólo no desmerece para nada a la serie original sino que llega a superarla en algunos aspectos. Una inmejorable secuela, y una grandísima película de animación.
Y por otro lado está el papel de Kyon. Creo que el mayor conflicto que se plantea el personaje desde que conoce a Haruhi es su papel dentro del grupo, si realmente ha sido elegido por algún motivo en concreto para pertenecer a la Brigada SOS, si la casualidad de sentarse delante de ella fue lo que provocó toda esa cadena de acontecimientos... en resumen, se siente desubicado, el único chico normal en una situación completamente irreal que siente que le viene grande. A lo largo de la serie se va viendo que él también tiene algo que decir en la historia, pero en muchos casos todo se reduce a pulsar el botón correcto en la situación adecuada. La película lleva este conflicto al extremo al hacerle preguntarse qué sería mejor, si volver a una situación que pueda racionalizar, que no se le escape de las manos; o por otro lado mantener esa sucesión de absurdo y cosas raras en su vida. Y elige lo segundo, ¿por qué?
El motivo de la decisión de Kyon no es más que la idea más básica que se pueda encontrar: la sensación de pertenencia a un grupo. Ante esa perspectiva, recuperar la normalidad se le antoja anodino, carente de emociones. Es, además, el hecho de haberse acostumbrado a ese estilo de vida, a caminar todos los días hacia el club para encontrar situaciones que rebasan las barreras de la lógica. De haberse encariñado con Haruhi, Nagato, Asahina y Koizumi; de haberles hecho formar parte de su propio sistema. Llegado a este punto, no puede renunciar a ellos.
Y además ese final funciona doblemente porque le otorga un rol de extrema importancia en todo lo que sucede. Básicamente le da la responsabilidad última de que todo exista y se mantenga, le proporciona por fin un motivo por el que está ahí, más allá de la casualidad de haber estado en el lugar y momento adecuados el día que todo empezó.
En resumen, "La desaparición de Suzumiya Haruhi" es una obra narrativamente redonda y de una calidad técnica envidiable, que no sólo no desmerece para nada a la serie original sino que llega a superarla en algunos aspectos. Una inmejorable secuela, y una grandísima película de animación.

7,3
49.107
9
30 de marzo de 2010
30 de marzo de 2010
65 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez estoy exagerando con el título, porque ni es la película definitiva ni es la única que actualmente conserva esas cualidades (Pixar y Ghibli lo demuestran casi cada año). La cuestión es que me ha sorprendido, sobre todo viniendo de un estudio que cada vez me llamaba menos la atención.
"Cómo entrenar a tu dragón" está llena de clichés narrativos, como ya se ha comentado, pero no menos cierto es que se necesita tener algo de inteligencia y buen gusto para integrarlos en un argumento y sacar de ello un entretenimiento que sea capaz de emocionar y mantener pegado a la pantalla. Esta película lo consigue con una trama en la que prácticamente todo está bien entendido: el conflicto con el padre, el entrenamiento del dragón e incluso la pequeña historia de amor. No cuenta nada nuevo, pero se toma en serio y mantiene en vilo.
El diseño de los personajes es bastante bueno y las caracterizaciones son bastante simples, pero convincentes. Especialmente la de Hipo, el protagonista. Sus escenas con "Desdentao" (un bicho adorable) son de lo mejor de la película. En el aspecto técnico también cumple con creces, convirtiéndose en uno de los mejores usos del 3D que he visto; las escenas de acción por ejemplo son espectaculares.
Es cierto que no termina de librarse de toda la tontería humorística (que el doblaje acentúa más y peor) y que le sobran algunas escenas y personajes (básicamente los niños graciosetes), pero en este caso logra sobreponerse con bastante estilo y ofrecer una historia interesante de principio a fin, que deja una buena moraleja para el público infantil. Para mí, de lo mejor que se ha estrenado últimamente.
"Cómo entrenar a tu dragón" está llena de clichés narrativos, como ya se ha comentado, pero no menos cierto es que se necesita tener algo de inteligencia y buen gusto para integrarlos en un argumento y sacar de ello un entretenimiento que sea capaz de emocionar y mantener pegado a la pantalla. Esta película lo consigue con una trama en la que prácticamente todo está bien entendido: el conflicto con el padre, el entrenamiento del dragón e incluso la pequeña historia de amor. No cuenta nada nuevo, pero se toma en serio y mantiene en vilo.
El diseño de los personajes es bastante bueno y las caracterizaciones son bastante simples, pero convincentes. Especialmente la de Hipo, el protagonista. Sus escenas con "Desdentao" (un bicho adorable) son de lo mejor de la película. En el aspecto técnico también cumple con creces, convirtiéndose en uno de los mejores usos del 3D que he visto; las escenas de acción por ejemplo son espectaculares.
Es cierto que no termina de librarse de toda la tontería humorística (que el doblaje acentúa más y peor) y que le sobran algunas escenas y personajes (básicamente los niños graciosetes), pero en este caso logra sobreponerse con bastante estilo y ofrecer una historia interesante de principio a fin, que deja una buena moraleja para el público infantil. Para mí, de lo mejor que se ha estrenado últimamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena final en la que vemos que el protagonista tiene una pierna amputada es no sólo valiente como bien han comentado, sino tremendamente emotiva y uno de los ejemplos de que a veces los límites que ponemos a las películas para que se ajusten a un público de determinada edad son demasiado difusos. La obra no pierde su espíritu infantil a pesar de que el héroe sufra secuelas físicas de por vida, y culmina con una bonita imagen de amistad, con "Desdentao" ayudándole a caminar.
9
26 de abril de 2011
26 de abril de 2011
61 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Mahou Shoujo Madoka Magika" está llamada a convertirse en la serie anime del año. Ya cuenta con una importante legión de fans y no me sorprendería que acabara logrando la popularidad que "Death note" o "La melancolía de Suzumiya Haruhi" obtuvieron en su día.
Si leemos la sinopsis que hay en la ficha de FilmAffinity, lo más normal es que concluyamos que ya hemos visto esta serie mil veces. Una chica normal que un buen día recibe poderes mágicos con los que podrá combatir a seres malvados y luchar por la justicia. Pero lo que hace especial a este anime es que retuerce todos los tópicos y la imaginería del género, ofreciendo algo nuevo y sorprendente. En ese sentido, hay que destacar que, al contrario de lo que uno esperaría, "Madoka Magika" se ha vendido como un seinen. Para quien no lo sepa, seinen es un género demográfico que alude a los animes destinados a un público adulto, preferentemente masculino. Y el desarrollo no tiene nada que ver con el de un magical girl al uso... comento más sobre esto en spoiler, no quisiera arruinar a nadie la experiencia.
El único fallo grave que yo le achacaría es precisamente que al proporcionar un desarrollo tan sorprendente se anteponen en muchos casos los sucesos a los personajes, y de hecho en la serie hay un par de eventos traumáticos que no tienen toda la fuerza que deberían porque no se trabajan las relaciones entre personajes durante el tiempo suficiente. La escasa duración de la serie (12 episodios) no permite lograr algo redondo en este sentido.
Sobre el dibujo y la animación, hay que decir que visualmente esta serie es única. Es cierto que los diseños de los personajes humanos son muy tópicos, pero no lo son los escenarios futuristas, repletos de construcciones estrambóticas, ni los mundos paralelos en los que se alojan las brujas, constituidos por miles de formas que, como trozos de papel, se agrupan formando algo parecido a un collage en el que caben desde elefantes verdes y rosas hasta palabras mecanografiadas. Asimismo, las brujas se componen de decenas de esas formas, creando estructuras más cercanas a la pintura abstracta que a un monstruo de carne y hueso. También es destacable la forma en la que actúan, ya que no pueden atravesar la barrera del mundo real; con lo que manipulan la mente de las personas a través de su mundo paralelo, incitándoles al suicidio.
Del argumento, sólo hay que ver la forma en la que las chicas (sí, en plural, y esto es importante) obtienen su poder. Se presenta un gato extraterrestre que las elige por su potencial, y les ofrece un contrato a priori interesante: tendrán la oportunidad de convertirse en chicas mágicas a cambio de pedir un deseo que les será concedido. A partir de ese momento, estarán ligadas a una Gema del Alma y deberán combatir a las brujas con sus poderes mágicos, obteniendo energía de aquellas a las que derroten al conseguir las Semillas del Sufrimiento que dejan tras su muerte. Todo son ventajas, ¿no?
Diseccionemos pues.
Si leemos la sinopsis que hay en la ficha de FilmAffinity, lo más normal es que concluyamos que ya hemos visto esta serie mil veces. Una chica normal que un buen día recibe poderes mágicos con los que podrá combatir a seres malvados y luchar por la justicia. Pero lo que hace especial a este anime es que retuerce todos los tópicos y la imaginería del género, ofreciendo algo nuevo y sorprendente. En ese sentido, hay que destacar que, al contrario de lo que uno esperaría, "Madoka Magika" se ha vendido como un seinen. Para quien no lo sepa, seinen es un género demográfico que alude a los animes destinados a un público adulto, preferentemente masculino. Y el desarrollo no tiene nada que ver con el de un magical girl al uso... comento más sobre esto en spoiler, no quisiera arruinar a nadie la experiencia.
El único fallo grave que yo le achacaría es precisamente que al proporcionar un desarrollo tan sorprendente se anteponen en muchos casos los sucesos a los personajes, y de hecho en la serie hay un par de eventos traumáticos que no tienen toda la fuerza que deberían porque no se trabajan las relaciones entre personajes durante el tiempo suficiente. La escasa duración de la serie (12 episodios) no permite lograr algo redondo en este sentido.
Sobre el dibujo y la animación, hay que decir que visualmente esta serie es única. Es cierto que los diseños de los personajes humanos son muy tópicos, pero no lo son los escenarios futuristas, repletos de construcciones estrambóticas, ni los mundos paralelos en los que se alojan las brujas, constituidos por miles de formas que, como trozos de papel, se agrupan formando algo parecido a un collage en el que caben desde elefantes verdes y rosas hasta palabras mecanografiadas. Asimismo, las brujas se componen de decenas de esas formas, creando estructuras más cercanas a la pintura abstracta que a un monstruo de carne y hueso. También es destacable la forma en la que actúan, ya que no pueden atravesar la barrera del mundo real; con lo que manipulan la mente de las personas a través de su mundo paralelo, incitándoles al suicidio.
Del argumento, sólo hay que ver la forma en la que las chicas (sí, en plural, y esto es importante) obtienen su poder. Se presenta un gato extraterrestre que las elige por su potencial, y les ofrece un contrato a priori interesante: tendrán la oportunidad de convertirse en chicas mágicas a cambio de pedir un deseo que les será concedido. A partir de ese momento, estarán ligadas a una Gema del Alma y deberán combatir a las brujas con sus poderes mágicos, obteniendo energía de aquellas a las que derroten al conseguir las Semillas del Sufrimiento que dejan tras su muerte. Todo son ventajas, ¿no?
Diseccionemos pues.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No es tan agradable el trato cuando se descubre que es irreversible. De hecho, ésa es la trampa principal a la que se someten las chicas. La única forma de revertir el hechizo es romper la Gema, y eso conducirá a su propia muerte. Así, más que designadas, puede decirse que están condenadas a combatir a las brujas durante toda la eternidad, ya que deberán mantener la Gema recargada. En ese sentido, descubrimos más tarde que, una vez disipada toda su energía, ésta se transformará en una Semilla del Sufrimiento, la chica morirá y de ella nacerá una nueva bruja.
También es interesante analizar la idea del deseo. Kyubey, el gato extraterrestre, ofrece esta oportunidad como si fuera algo maravilloso, sin informar de las consecuencias. El hecho de que sólo se pueda pedir uno ya es de por sí una trampa psicológica que frena las aspiraciones de las protagonistas durante buena parte de la trama, pero además, éstos tendrán efectos imprevisibles, tanto en ellas mismas como en quienes les rodean. Así, Sayaka pide devolver la movilidad a los dedos de su amigo para que toque el violín... y esta decisión, accidentalmente, les distancia de manea irreversible.
La serie al completo, de hecho, insiste mucho en esa idea del equilibrio de fuerzas. No tanto del bien contra el mal a nivel general, sino en la teoría de que cada decisión genera una respuesta equivalente en el sentido opuesto. Así, un deseo bienintencionado acarreará a la larga una desgracia de fuerza idéntica. Y de la misma manera se concibe la maldición de las Gemas: cuanto mayor sea el poder que contengan, más poderosa será la Semilla en la que degenerarán. Así, las chicas mágicas más fuertes se convertirán en las brujas más temibles.
Por último, el hecho de que haya varias chicas con poderes es bastante significativo. Al contrario de lo que cabría esperar, no se las elige por su bondad infinita o sus deseos de justicia, sino por una fuente de poder que detecta Kyubey. Esto tiene dos consecuencias: por un lado, no se puede asegurar que combatan a las brujas por una fe ciega en la justicia; por otro, al haber varias y competir por el mismo recurso (las Semillas) se darán enfrentamientos entre ellas. Lo cual da lugar a una situación bastante paradójica: los enemigos más terribles no son las brujas, sino las propias chicas al tratar de alcanzar un mismo objetivo.
Es sintomático que la chica protagonista (Madoka) no reciba sus poderes hasta el último episodio. Normalmente, en uno o dos capítulos ya estaría equipada, pero aquí las brutales e irreversibles consecuencias le frenan una y otra vez. Además, como se descubre más tarde, Madoka esconde un potencial inmenso que supera al de todas las otras chicas, pero esto significa que tendrá también la capacidad de crear un monstruo más horrible que cualquier otro. Por ese motivo, Homura trata de evitar que firme el contrato a toda costa, ya que las consecuencias serían devastadoras tanto para el mundo como para la misma Madoka.
También es interesante analizar la idea del deseo. Kyubey, el gato extraterrestre, ofrece esta oportunidad como si fuera algo maravilloso, sin informar de las consecuencias. El hecho de que sólo se pueda pedir uno ya es de por sí una trampa psicológica que frena las aspiraciones de las protagonistas durante buena parte de la trama, pero además, éstos tendrán efectos imprevisibles, tanto en ellas mismas como en quienes les rodean. Así, Sayaka pide devolver la movilidad a los dedos de su amigo para que toque el violín... y esta decisión, accidentalmente, les distancia de manea irreversible.
La serie al completo, de hecho, insiste mucho en esa idea del equilibrio de fuerzas. No tanto del bien contra el mal a nivel general, sino en la teoría de que cada decisión genera una respuesta equivalente en el sentido opuesto. Así, un deseo bienintencionado acarreará a la larga una desgracia de fuerza idéntica. Y de la misma manera se concibe la maldición de las Gemas: cuanto mayor sea el poder que contengan, más poderosa será la Semilla en la que degenerarán. Así, las chicas mágicas más fuertes se convertirán en las brujas más temibles.
Por último, el hecho de que haya varias chicas con poderes es bastante significativo. Al contrario de lo que cabría esperar, no se las elige por su bondad infinita o sus deseos de justicia, sino por una fuente de poder que detecta Kyubey. Esto tiene dos consecuencias: por un lado, no se puede asegurar que combatan a las brujas por una fe ciega en la justicia; por otro, al haber varias y competir por el mismo recurso (las Semillas) se darán enfrentamientos entre ellas. Lo cual da lugar a una situación bastante paradójica: los enemigos más terribles no son las brujas, sino las propias chicas al tratar de alcanzar un mismo objetivo.
Es sintomático que la chica protagonista (Madoka) no reciba sus poderes hasta el último episodio. Normalmente, en uno o dos capítulos ya estaría equipada, pero aquí las brutales e irreversibles consecuencias le frenan una y otra vez. Además, como se descubre más tarde, Madoka esconde un potencial inmenso que supera al de todas las otras chicas, pero esto significa que tendrá también la capacidad de crear un monstruo más horrible que cualquier otro. Por ese motivo, Homura trata de evitar que firme el contrato a toda costa, ya que las consecuencias serían devastadoras tanto para el mundo como para la misma Madoka.
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