A pesar de todo el marketing que tuvo esta película, especialmente en Bolivia, creo que el producto deja mucho que desear. Fui al cine con la esperanza de ver algo realmente bueno, pero ya en la sala no veía la hora de que termine el martirio al que nos somete el director, que confunde la originalidad y el atrevimiento con los "clichés" que están de moda en el país.

El estereotipo de una familia aparentemente adinerada y moderna, que vive seguramente en la exclusiva zona sur de La Paz, cuando en realidad está quebrada y sumida en la vanalidad y los vicios de sus miembros (cada uno de ellos viviendo en su burbuja personal), produce exactamente el mismo resultado que el de las películas de siglo pasado, en las que se menospreciaba y discriminaba al campesino originario del altiplano boliviano. Pero el filme no se quedá ahí, sino que además nos muestra a los personajes indígenas como un grupo de bonachones sumisos, que a tiempo de mantener sus tradiciones milenarias, vienen ganando cada vez mayor espacio en la economía del país, bajo amenaza de desplazar a las "clases dominates tradicionales".

Las herramientas a las que apela el director, como los largos planos en que transcurren dialogos sin que se puedan ver los rostros de los personajes, son realmente aburridos y no agregan ningún tipo de valor a la película.

Para mayor abundancia, las tan aplaudidas actuaciones de los nóveles actores que conforman el reparto son patéticas, especialmente las de la madre y sus dos hijos mayores.

En suma, recomiendo invertir el tiempo que dura esta película mirando alguna otra, de las muchas que hay y constituyen verdaderas obras de arte.

Esta película me parece un bodrio intragable.
Las actuaciones son todas pésimas (se salva en algo Leila, pero las demás...).
Los temas que aborda la película (dictadura, religión , espititualidad, búsqueda de Dios, amor, etc.) son tratados de una manera muy superficial, como si bastara con sentarse en posición, cerrar los ojos, callarse y ayunar, para convertirse en una especie de "dios".
El mensaje es muy tibio, y los toques de humor quedan siempre sobrando.
Lo único más o menos rescatable es la música, pero cuando uno lee que ésta fue responsabilidad del gran Pedro Aznar, podría esperarse mucho más.
No veía la hora de que acabe !!!

Una película simple y entretenida. Vale la pena para pasar el rato, divertirse un poco y salir del cine con una sonrisa esperanzadora. La historia es llevadera, aunque peque de rebuscada. Si bien los personajes tienen características interesantes, no dejan de ser bastante improbable que confluyan todos en una misma familia, tan patética como atractiva. Pero bueno, ¿no es acaso el cine para eso?