A ver, historia de amoríos en este caso del tercer hermanito de la familia rica y aristócrata Bridgerton.
Resumiendo : la vecina a la que nadie quiere por gorda y poco fina, se enamora locamente a saber por qué de su vecino un jovenzuelo bastante tonto y de cara mofletuda. La chica que es rolliza y muy bajita y no hace bonita figura al bailar sino más bien todo lo contrario, es lista, tiene más filo que el cuchillo de cortar de Ferrán Adriá y una vida secreta como agitadora social, ahí tiene algún interés la trama, pero toda su función en la vida no es desarrollar ese talento como podría suponerse, sino casarse con el vecino y procrear. A todas estas el vecino se va de viaje y cuando vuelve está hecho un tíarrón de espanto, con el rostro anguloso los ojos azul pizarra y cuerpazo firme como un dique, y claro ya lo vamos entendiendo más. Lo del amor, digo. Y al parecer tampoco es ya tan tonto. En suma la chica decide hacerse un cambio a ver si liga pero la pobre no sale muy beneficiada porque los trajes esos le siguen quedando como un tiro. Es guapa y parece de porcelana pero la química con el galán no resulta de ninguna de las maneras. Además el proceso de enamoramiento del hombre este tampoco lo vemos, todo se resume en que ella va a un baile y sale corriendo de allí llorando, así hasta tres veces y no sabemos bien por qué al final del cuarto capítulo el guapo está enamorado de ella hasta las trancas , por arte de birlibirloque debe de ser y tienen un encuentro así calentorro en el coche de caballos, que Jane Austen encontraría deleznable y aberrante, con toda seguridad. Hasta aquí puedo contar. Parece un desatino, pero no se fíen, se deja ver una barbaridad.