"Joker: Folie à Deux" es la mejor y más fascinante película basada en un personaje de cómic norteamericano jamás realizada. Todd Phillips realiza la mejor secuela posible de la notable primera película. El conocimiento de la primera es un peaje a pagar para entender esta excelente segunda parte. Solo esta condición de partida, así como una fidelidad básica al lore del personaje, anclan esta película al universo DC: por lo demás, estamos ante una apuesta creativa de decicida voluntad artística, realmente sorprendente (por lo demás, la originalidad con la que está tratado el mundo del protagonista deparará no pocos disfrutes a quien al mismo tiempo esté bien familiarizado con los cómics).

Los responsables del filme han querido superar en ambición a la película precedente: y lo han conseguido. Y esto solo es posible gracias a la condición más elemental, pero difícil: no repetir la fórmula, sino avanzar sin miedo en las vetas más prometedoras del proyecto de partida, a la vez que abriendo otras nuevas igualmente innovadoras. Los tramos musicales son el epítome de ello: parte imprescindible del concepto de "Joker Fà2", se integran orgánicamente en el cruel juego entre realidad e ilusión que quiere proponer la obra, una auténtica esquizofrenia filmada, y un descenso a los infiernos en un mosaico de dibujos animados, musical, película carcelaria, drama judicial, pop DC, noir crudo, y un trama llena de sorpresas.. Con un dueto memorable de intérpretes, y detalles exquisitos de sus actuaciones. No solo las secuencias musicales proporcionan algunos de los momentos álgidos del metraje, sino que a lo largo de la película hay estallidos de violencia brutales y secuencias dirigidas en auténticos tours de force que no hace falta ni mencionar en spoiler al espectador avisado. Y como obra original, Joker Fà2 no tiene miedo a no hacer concesiones a la masa de espectadores que quería una repetición formulaica de "Joker I", cuya respuesta no ha podido ser más decepcionante e injusta hacia el producto que, más que ningún otro, quiere romper con los tópicos de la plaga superheroica que afecta al espectador global...

En "Joker: Folie à Deux", Todd Phillips ha creado una película memorable del cine norteamericano. A partir del universo simulácrico de tebeo años 50, ha filmado de forma magistral el simulacro del hombre esquizofrénico del siglo XXI, que, como advierte la película, se adentra cada vez más en un fatalista túnel en el que la música de Sinatra no deja de sonar de forma inquietante: como si ya no quedase otra banda sonora con la que continuar el romántico dueto, como si ya no restase más que, acabado el baile, quedarse a escuchar el vinilo ya puesto, mientras todas las ilusiones se destrozan y sus escombros se precipitan, en soledad sonora, en las grutas del delirio, en los crueles abismos de la realidad...