La película va de venganza, no de amor. El amor es un tropiezo inesperado y del que hay que deshacerse. Las pocas criticas que he leído aquí parece que no entienden esto o esperaban otra cosa.

Trata de la morbosa e innombrable verdad (o no) de que las mujeres prefieren la fruta prohibida, lo revolucionario. Algunos aquí se echan las manos a la cabeza pero el cine español lleva haciendo lo mismo desde hace 50 años ya; pervirtiendo a la monja, enseñándole a la malvada fascista los placeres del desgreñado, a la esposa los secretos del engaño. Pero como la película es polaca pues aquí nos echamos las manos a la cabeza, por un motivo ulterior que voy a dejar en el aire, como hacen ellos (los otros críticos).

El guion es coherente, los personajes son creíbles y sus arcos varían lo justo para lo que la historia quiere contar. Hoy en día conseguir esto es excelencia. Recomendada.

Bueno pues lo que parecía ser un guion relativamente innovador rápidamente se transforma en activismo, como siempre, de la forma más anti climática y absurda posible. Y como siempre en la misma dirección, la fácil, la que atrae a más ovejas. Riesgo cero.

Me voy (y os voy) a ahorrar todo el trasfondo y el lore que esta serie se pasa por el sobaco. Otros compañeros ya lo han hecho muy bien y ha quedado bastante claro por donde la serie hace aguas técnicamente.

Os voy a hablar de un grupo de guionistas que quieren sentirse personamente revindicados, de su activismo político y de como su insuperable ego, más propio de un Hitler o un Kim Jong-un, permean en cada fibra de este... producto para darle ese olor a tinte de pelo azul.

Esta serie no habla de J.R.R Tolkien ni de su obra, no habla de la Tierra Media ni de la gente que la habita, nunca fué esa la intención. Esta serie habla de activistas políticos con el visto bueno dado para escribir sobre sus problemas de primer-mundistas, para hablar de ellos mismos. Si quitas todo el CGI, todos los diálogos repetitivos y sin sustancia que recuerdan a un perro lamiéndose sus propios huevos, si quitas todos los juegos de cámara y encuadres robados directamente de El señor de los anillos de Peter Jackson... si quitas todo esto puedes ver realmente el trasfondo y el mensaje que esta cosa quiere enviar. Un sinsentido de principio a fin que a cualquier fan de Tolkien (no los "influencers" que contrataron para darle bombo a la serie) le debe haber sentado como una patada en la boca.
No os confundáis, si alguien os dice que esta serie le ha gustado, esa persona no es fan de Tolkien, no conoce su obra y jamas lo haría, bajo ninguna circunstancia. Probablemente no haya cogido un libro en su vida ya que estamos.

Los críticos "profesionales" deberían avergonzarse, si es que acaso les queda un mínimo de respeto por ellos mismos, de ver en lo que se han convertido. No hay forma humana de justificar este fracaso. Excepto el dinero claro.

Tras semanas de destruir la rueda del ratón buscando algo interesante que consumir en el hiperactivo mundo de productos sin sustancia en que se ha convertido Netflix, finalmente y bajo recomendación de un ahora ex-amigo (es bromita aun le quiero, pero es un poco tonto) decidí darle una oportunidad a esta serie. Tengo que decir que venía de ver antes Midnight Mass, del mismo director/escritor y su querida esposa, con la que tiene algun tipo de fetiche en el que no quiero entrar por mi salud mental. Así pues, las expectativas no estaban muy altas.

Alucino pepinillos como la gente se vuelve loca con un concepto tan trillado como este, y en el formato en el que te lo vende. Osea, el señor Flanagan te suelta un 2X=4 y te pide que despejes la X, y la gente como borregos se sienten superinteligentes por despejar la X, y le hacen ovaciones y lo tachan de genio, del nuevo Hitchcock nada menos.
Este señor es de los que abre el MS-DOS, escribe /DIR y se siente un hacker total, capaz de entrar en la CIA y robar códigos nucleares. Y los que lo aplauden, en fin...para que haya ricos tiene que haber tontos supongo.

"La película linda con todos los géneros: el cine de acción, el thriller, el espionaje, el bélico, el cine político (...) 'Sicario' es otra de esas películas sobre el aquí y ahora que explican nuestro mundo y te obligan a tomar partido."

Esta es solo una de muchas críticas profesionales (por decir algo) con las que se encuentra un humilde servidor tras ver la película. Una obra descarnada, extremadamente crítica y que ha sido engendrada y producida en Hollywood, ese lugar donde se consume el 15% de toda la droga que se consume en Estados Unidos. Nótese que digo Hollywood, no Los Ángeles ni California. Ya ni siquiera como demarcación estatal o barrio. Me refiero a Hollywood como concepto, como idea, como empresa, como conjunto de personas que producen entretenimiento. Me refiero a ese 1% de la población que controla el 90% del dinero del país.

Esta es otra de esas grandes odas a la hipocresía occidental. Su papel dentro de su propia película es el de esa pobre mujer que va a lavar dinero al banco.