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4
26 de septiembre de 2010
26 de septiembre de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de un comienzo prometedor, y más de una escena simpática, lo cierto es que el conjunto final de la película no acaba de cuajar: a la aventura le falta acción, a la comedia le falta humor. Tiene momentos buenos (especialmente los referidos a la momia), pero la historia se acaba desdibujando a causa de unos personajes que entran y salen de la acción sin acabar de definir su papel en la historia. Por otra parte, la protagonista, Louise Bourgoin, aparece sobreactuada y no acaba de resultar ni tan simpática ni tan fascinante como se esfuerza en representar... a pesar de que, a priori, contaba con todos los puntos a su favor para lograr ambas cosas. En cuanto a los efectos especiales, a pesar de que en general funcionan y se ven con agrado, hay momentos en que recuerdan a los animatronics de las películas clásicas. Una película fallida e irregular, pero que no molesta y que brinda cierto entretenimiento... aunque es inevitable echar de menos todo lo que podría haber dado de sí.

5,8
2.358
7
17 de octubre de 2010
17 de octubre de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema del cine de Aranoa es que siempre ha sido visto desde una perspectiva exclusivamente social. A veces da la impresión de que se espera de él un cine similar al de Ken Loach, pero lo cierto es que su estilo es muy diferente. En esta película Aranoa vuelve a decantarse por una historia más que improbable (en su desarrollo y resolución, más que en su punto de partida) para tratar temas como la inmigración, las relaciones humanas, las decisiones vitales... Y es en la visión personal del director y guionista donde están sus defectos y sus virtudes.
La protagonista vuelve a desplegar la emoción que ya dejó traslucir en otros trabajos cinematográficos como "La teta asustada". No es difícil sentir simpatía por esta mujer callada, superada por su situación personal, contradictoria y confusa. Atrapada por una decisión tomada en un momento de desesperación, sigue adelante a pesar de su conciencia. Y es en ella donde residen los mejores momentos de la película, porque su interpretación transmite sinceridad.
Por otra parte, la película está lastrada por algunos puntos muertos en su desarrollo, y sobre todo por una conclusión que es, cuanto menos, chocante y, en cierto sentido, parece al mismo tiempo traicionar algunos aspectos de la película. En algún momento entre el desarrollo y el final de la película se han perdido los engranajes que hacen encajar los dos momentos. Las poéticas reflexiones sobre la vida, las emociones y los deseos se topan con unas motivaciones quizás en exceso materialistas, que contradicen la visión idealizada de las personas que transmite la película y que viene siendo habitual en el cine del director.
En todo caso, es una película interesante a pesar de sus defectos, porque, aunque el punto de vista pueda resultar, en ocasiones, poco realista, también hay verdad en las situaciones, en las imágenes. Y la interpretación de Magaly Solier es el hilo conductor que consigue suavizar las aristas más irregulares de la película.
La protagonista vuelve a desplegar la emoción que ya dejó traslucir en otros trabajos cinematográficos como "La teta asustada". No es difícil sentir simpatía por esta mujer callada, superada por su situación personal, contradictoria y confusa. Atrapada por una decisión tomada en un momento de desesperación, sigue adelante a pesar de su conciencia. Y es en ella donde residen los mejores momentos de la película, porque su interpretación transmite sinceridad.
Por otra parte, la película está lastrada por algunos puntos muertos en su desarrollo, y sobre todo por una conclusión que es, cuanto menos, chocante y, en cierto sentido, parece al mismo tiempo traicionar algunos aspectos de la película. En algún momento entre el desarrollo y el final de la película se han perdido los engranajes que hacen encajar los dos momentos. Las poéticas reflexiones sobre la vida, las emociones y los deseos se topan con unas motivaciones quizás en exceso materialistas, que contradicen la visión idealizada de las personas que transmite la película y que viene siendo habitual en el cine del director.
En todo caso, es una película interesante a pesar de sus defectos, porque, aunque el punto de vista pueda resultar, en ocasiones, poco realista, también hay verdad en las situaciones, en las imágenes. Y la interpretación de Magaly Solier es el hilo conductor que consigue suavizar las aristas más irregulares de la película.

5,6
3.106
6
3 de diciembre de 2010
3 de diciembre de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Retomando el título de Hardy que subyace en la película, se trata de una historia situada en el campo, donde, a falta de mejores diversiones, el interés se centra en las celebridades locales. La película es simpática y se desarrolla con facilidad, y tiene apuntes de mordacidad (qué despiadada podría haber sido la crítica a los escritores y sus frágiles egos, como parecía apuntarse al comienzo), pero no pasa de ahí. Se ve con agrado, pero precisamente porque no está mal hecha y tiene un punto de partida atractivo, no deja de recordar lo que pudo haber sido y no fue. Como buena película inglesa, no carece de ironía y de cierta autocrítica, y Stephen Frears es un director lo bastante eficaz como para ofrecer un resultado decente. Quizás su intención era precisamente hacer una comedia ligera, pero teniendo en cuenta que partía de un material gráfico / literario (que confieso que no he tenido ocasión de leer) es posible que aspirase a mucho más. Uno de los personajes más originales lo constituye el interpretado por Jessica Barden: esa grupie quinceañera que se revela como el "deus ex machina" de la historia... si bien a veces es un tanto cargante en su histeria juvenil, lo cierto es que contribuye a romper con la imagen idílica que ofrece el pueblo.
El principal fallo de la película es no sacar el suficiente partido al personaje de Tamara Drewe. Creo que hubiese sido mucho más interesante asistir a sus años de adolescencia (que se nos ofrecen en escasos flashbacks o a través de terceras personas) y que todo adoptase un tono mucho más mordaz e incisivo. En ese sentido, es posible que la historia de "Plástica fantastática" fuese más intensa y corrosiva que la de "Tamara Drewe", y quizá no quedaría la sensación de que se nos ha escamoteado el punto de vista de la que debería ser la auténtica protagonista de la película, a menudo perdida en un reparto coral que tira de la historia en distintas direcciones. Por lo demás, insisto en que la película es amena y divertida, consigue entretener y mostrar una parte de la acidez y del aburrimiento que se oculta tras el ideal bucólico de las granjas, los pasteles y las comidas al aire libre.
El principal fallo de la película es no sacar el suficiente partido al personaje de Tamara Drewe. Creo que hubiese sido mucho más interesante asistir a sus años de adolescencia (que se nos ofrecen en escasos flashbacks o a través de terceras personas) y que todo adoptase un tono mucho más mordaz e incisivo. En ese sentido, es posible que la historia de "Plástica fantastática" fuese más intensa y corrosiva que la de "Tamara Drewe", y quizá no quedaría la sensación de que se nos ha escamoteado el punto de vista de la que debería ser la auténtica protagonista de la película, a menudo perdida en un reparto coral que tira de la historia en distintas direcciones. Por lo demás, insisto en que la película es amena y divertida, consigue entretener y mostrar una parte de la acidez y del aburrimiento que se oculta tras el ideal bucólico de las granjas, los pasteles y las comidas al aire libre.

5,7
35.797
6
26 de octubre de 2010
26 de octubre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de Robert Rodríguez son inconfundibles. Y lo son, más que por sus aciertos, por sus defectos. Hay en ellas una clara influencia de su amigo de videoclub, Quentin Tarantino: el gusto por la violencia gratuita y espectacular, la visión humorística de situaciones extremas... sin embargo, a Rodríguez le falta el toque de talento de Tarantino: su violencia es más guiñolesca, su gracia es menos aguda, su puesta en escena es más chapucera.
"Machete" fue un tráiler falso genial (de hecho, lo mejor de ese despropósito de "Planet Terror"). Desarrollado como película, ha tenido un resultado desigual, algo habitual en los trabajos de su director. Sin embargo, en este caso se nota la presencia de una mano amiga en las labores de dirección, logrando así ciertos momentos de lucidez en esta diversión de machetazos salvajes. Los apuntes irónicos sobre los emigrantes mexicanos son notables (el personaje de Robert De Niro, con claras reminiscencias a un conocido personaje público, es impagable), y dotan a la película de un hilo conductor más coherente que en otros trabajos de Rodríguez, que, cuando se mete en el apogeo de las escenas de acción, pierde el sentido de la orientación y de la dirección. Entretenida, con una violencia brutal pero decididamente falsa y paródica, tiene en la poderosa presencia de Danny Trejo su mejor baza. Nadie como él podría encarnar a un personaje como este federal tallado a cuchillo y duro e inexpresivo como el pedernal. Menos convincente resulta Jessica Alba como agente de Inmigración e improbable conquista amorosa de Machete. La película es divertida en sus excesos y en su capacidad para burlarse de sí misma y de sus tópicos; además, consigue mantener ese tono de cachondeo, entre la ironía y la bufonada, durante la mayor parte del metraje. Incluso Steven Seagal resulta hilarante en este contexto. Sin embargo, no deja de ser una película para pasar el rato y que recurre con alegría a los tics de dirección habituales en Robert Rodríguez. Y aunque no hay nada peor que un director que se toma demasiado en serio a sí mismo, tampoco está de más que sea consciente de hacia dónde va la película. Mucha sangre, algunas interpretaciones más que mejorables, cierto abuso de escenas que el director ya había rodado en otros trabajos y altibajos en el desarrollo de la historia (especialmente para recrearse en la violencia, donde es evidente que Rodríguez se lo pasa pipa), son los puntos flacos de una historia que prometía más de lo que da y que se desarrolla a poca altura, pero que resulta más entretenida y convincente de lo que cabría esperar con los antecedentes de ambos directores.
"Machete" fue un tráiler falso genial (de hecho, lo mejor de ese despropósito de "Planet Terror"). Desarrollado como película, ha tenido un resultado desigual, algo habitual en los trabajos de su director. Sin embargo, en este caso se nota la presencia de una mano amiga en las labores de dirección, logrando así ciertos momentos de lucidez en esta diversión de machetazos salvajes. Los apuntes irónicos sobre los emigrantes mexicanos son notables (el personaje de Robert De Niro, con claras reminiscencias a un conocido personaje público, es impagable), y dotan a la película de un hilo conductor más coherente que en otros trabajos de Rodríguez, que, cuando se mete en el apogeo de las escenas de acción, pierde el sentido de la orientación y de la dirección. Entretenida, con una violencia brutal pero decididamente falsa y paródica, tiene en la poderosa presencia de Danny Trejo su mejor baza. Nadie como él podría encarnar a un personaje como este federal tallado a cuchillo y duro e inexpresivo como el pedernal. Menos convincente resulta Jessica Alba como agente de Inmigración e improbable conquista amorosa de Machete. La película es divertida en sus excesos y en su capacidad para burlarse de sí misma y de sus tópicos; además, consigue mantener ese tono de cachondeo, entre la ironía y la bufonada, durante la mayor parte del metraje. Incluso Steven Seagal resulta hilarante en este contexto. Sin embargo, no deja de ser una película para pasar el rato y que recurre con alegría a los tics de dirección habituales en Robert Rodríguez. Y aunque no hay nada peor que un director que se toma demasiado en serio a sí mismo, tampoco está de más que sea consciente de hacia dónde va la película. Mucha sangre, algunas interpretaciones más que mejorables, cierto abuso de escenas que el director ya había rodado en otros trabajos y altibajos en el desarrollo de la historia (especialmente para recrearse en la violencia, donde es evidente que Rodríguez se lo pasa pipa), son los puntos flacos de una historia que prometía más de lo que da y que se desarrolla a poca altura, pero que resulta más entretenida y convincente de lo que cabría esperar con los antecedentes de ambos directores.

5,5
3.096
2
26 de septiembre de 2010
26 de septiembre de 2010
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es necesario separar bien dos aspectos en esta película: el baile y la historia. Las escenas de baile están bien, las coreografías son atractivas, y ni siquiera necesitaban el frívolo (y carísimo) truco de James Cameron, el 3D, para resultar interesantes o, incluso, brillantes en algunos momentos. Pero la historia es plana y ridícula, repetitiva y con unos diálogos que dan vergüenza ajena. La enésima historia de superación personal, rivalidades y personajes de un maniqueísmo absoluto. ¿Quién puede distinguir este producto de "Honey", "Street Dance", la última versión de "Fama"...? Está claro que, según el cine, el camino a los sueños es siempre el mismo, a juzgar por cómo se repite una y otra vez en las últimas películas sobre este tema. Lo más curioso es que dentro de esta última versión de batallas de baile existía el germen de una historia que sí podría resultar interesante: el documental de las vidas de los personajes y sus historias personales. De ahí sí que podría haber salido algo sincero en manos de un director y un guionista que pusieran algo de alma: justamente lo que necesita una película que intente reflejar la pasión por el arte y la vida vivida a través de él.
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