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Críticas ordenadas por utilidad
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8
15 de febrero de 2011
15 de febrero de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está bien, sigo con el pañuelo a escasos centímetros de mi mano, listo para en cualquier momento secar las lágrimas que todavía ruedan por mis mejillas. No pensaba escribir una crítica tres minutos después de haber visto la película… pero si no lo hago cogeré un cuchillo, llenaré la bañera de agua caliente y me cortaré las venas para dejar de sufrir.
Soy una gran aficionada al cine de Ghibli y, a pesar de saber que me inundaría en un mar de lágrimas, decidí verla. No me arrepiento. Si ustedes deciden verla, tampoco se arrepentirán.
La película se inicia con la imagen en rojos de un chiquito japonés que nos mira fijamente y dice: “el día 21 de septiembre, de 1945, yo morí”, mientras se observa a sí mismo como un cadáver al que le quedan pocos segundos de vida. Porqué es eso lo que es a pesar de seguir respirando: un cadáver.
La historia de Seita y Setsuko, dos hermanos cuyas vidas quedan destrozadas a causa de la Segunda Guerra Mundial, es una de las más crudas y realistas que se han narrado en una pantalla de cine, sin necesidad de tiros, campos de batalla o una sola bandera japonesa.
Y guardando también una porción generosa para los rostros inocentes de una niña pequeña a quién no le importan guerras o desgracias: que solo quiere estar con su hermano.
Dejando de banda la brutal historia, deben mencionarse también la calidad del dibujo y la banda sonora, que nos maneja a su gusto como una marioneta llorona (y le alabo su obra al señor compositor Mamiya).
En definitiva, una obra muy buena en todos los sentidos que recomiendo fuertemente, no tanto tal vez a los enamorados del manga que solo buscan este género (pues la película peca de desgracias una tras otra) sino sobre todo a los incondicionales del melodrama y las historias crudas pero preciosas.
Soy una gran aficionada al cine de Ghibli y, a pesar de saber que me inundaría en un mar de lágrimas, decidí verla. No me arrepiento. Si ustedes deciden verla, tampoco se arrepentirán.
La película se inicia con la imagen en rojos de un chiquito japonés que nos mira fijamente y dice: “el día 21 de septiembre, de 1945, yo morí”, mientras se observa a sí mismo como un cadáver al que le quedan pocos segundos de vida. Porqué es eso lo que es a pesar de seguir respirando: un cadáver.
La historia de Seita y Setsuko, dos hermanos cuyas vidas quedan destrozadas a causa de la Segunda Guerra Mundial, es una de las más crudas y realistas que se han narrado en una pantalla de cine, sin necesidad de tiros, campos de batalla o una sola bandera japonesa.
Y guardando también una porción generosa para los rostros inocentes de una niña pequeña a quién no le importan guerras o desgracias: que solo quiere estar con su hermano.
Dejando de banda la brutal historia, deben mencionarse también la calidad del dibujo y la banda sonora, que nos maneja a su gusto como una marioneta llorona (y le alabo su obra al señor compositor Mamiya).
En definitiva, una obra muy buena en todos los sentidos que recomiendo fuertemente, no tanto tal vez a los enamorados del manga que solo buscan este género (pues la película peca de desgracias una tras otra) sino sobre todo a los incondicionales del melodrama y las historias crudas pero preciosas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Escenas para recordar: la primera, al principio (en el tiempo 2:58 de la película ya estaba llorando), cuando Seita suelta las luciérnagas en su “casa” y, por último, la carita de felicidad de Setsuko al beber el agua mezclada con los restos de caramelo. Inolvidable.

5,3
8.985
4
24 de noviembre de 2010
24 de noviembre de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue una noche, después de la cena, cuando llegué al salón y me di cuenta de que mi familia estaba viendo Jackass, “una peli donde un grupo de idiotas se dan de ostias hasta el carnet de identidad”. Me sentí avergonzada: “hay que ver”, les dije a mis familiares, “¡Cómo podéis estar viendo tal mierda , una apología a la estupidez y la insensatez que no se puede llamar ni siquiera cine-basura!”
Cinco minutos después estaba apalancada en el sofá sujetándome los ijares para que no me explotasen de tanto reír. Por Dios, ¡como me lo pasé de bien!
Eso si, no es cine ni nada que se le parezca, pero si quieres desconectar por un momento tus neuronas, no eres aprensivo y tienes un estómago de hierro, esta es tu “secuencia de escenas imbéciles” que te conviene para jartarte un buen rato de las tonterías de un grupo de locos.
Por este mismo motivo le doy tan baja puntuación; esto no es una película. ¡Pero si respondes a las anteriores cualidades no dejes de verla!
Cinco minutos después estaba apalancada en el sofá sujetándome los ijares para que no me explotasen de tanto reír. Por Dios, ¡como me lo pasé de bien!
Eso si, no es cine ni nada que se le parezca, pero si quieres desconectar por un momento tus neuronas, no eres aprensivo y tienes un estómago de hierro, esta es tu “secuencia de escenas imbéciles” que te conviene para jartarte un buen rato de las tonterías de un grupo de locos.
Por este mismo motivo le doy tan baja puntuación; esto no es una película. ¡Pero si respondes a las anteriores cualidades no dejes de verla!
9
16 de julio de 2011
16 de julio de 2011
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí. Yo la veía en catalán pero… es que nadie habla en El xai Shaun. Un primer punto para esta increíble serie que sorprende, sorprende mucho. A no ser que ya hayas visto cualquier película de Wallace & Gromit o Creature Comforts. Entonces ya esperas encontrarte con un mito en el mundo de la animación en plastilina y la animación en general.
La oveja Shaun es un personaje carismático, ingenioso y divertido cuyas expresiones muchos actores de Hollywood quisieran conseguir frente a la cámara. Los episodios de ésta genial serie no superan los diez minutos, y contienen un concentrado de diversión al más puro estilo british, que nos regala el siempre genial Nick Park.
Pero en esta serie no solo destaca la eminente personalidad de Shaun. También tenemos a un perro ovejero (siempre con su sombrero de lana azul) de un carácter amable… pero cuando tiene que ponerse serio se vuelve un fantástico líder y organizador. Me recuerda mucho a un amable payés un poco cabezón.
También tenemos al dueño del rebaño. Un hombre que está cegato perdido y, en vez de cuidar de sus ovejas, son sus ovejas muchas veces las que cuidan de él.
Los tres malvados cerdos de corral continuo son unos antagonistas que, aunque parezca extraño, no desarrollan su papel de malos ni en la mitad de los capítulos.
Los problemas que tiene el rebaño y la forma ingeniosa que tienen de solucionarlo (liderados siempre por Shaun) son el foco entorno al que gira la serie.
La recomiendo al 100% y, aunque muchos creerán que es para niños en un principio, resulta que incluso los “adultos” la disfrutamos más. ¡No se la pierdan!
La oveja Shaun es un personaje carismático, ingenioso y divertido cuyas expresiones muchos actores de Hollywood quisieran conseguir frente a la cámara. Los episodios de ésta genial serie no superan los diez minutos, y contienen un concentrado de diversión al más puro estilo british, que nos regala el siempre genial Nick Park.
Pero en esta serie no solo destaca la eminente personalidad de Shaun. También tenemos a un perro ovejero (siempre con su sombrero de lana azul) de un carácter amable… pero cuando tiene que ponerse serio se vuelve un fantástico líder y organizador. Me recuerda mucho a un amable payés un poco cabezón.
También tenemos al dueño del rebaño. Un hombre que está cegato perdido y, en vez de cuidar de sus ovejas, son sus ovejas muchas veces las que cuidan de él.
Los tres malvados cerdos de corral continuo son unos antagonistas que, aunque parezca extraño, no desarrollan su papel de malos ni en la mitad de los capítulos.
Los problemas que tiene el rebaño y la forma ingeniosa que tienen de solucionarlo (liderados siempre por Shaun) son el foco entorno al que gira la serie.
La recomiendo al 100% y, aunque muchos creerán que es para niños en un principio, resulta que incluso los “adultos” la disfrutamos más. ¡No se la pierdan!
2 de enero de 2011
2 de enero de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a lo que parece en un principio, para mí esta película tiene mucho más de drama que de comedia. Los tópicos que hacen reír son tan obvios que provocan una simple sonrisa, por lo demás, la película gira en torno a los problemas de tres hombres egocéntricos, juerguistas y ligones que un día se encuentran con una sorpresa en la puerta de su casa.
A partir de aquí llegan los primeros conflictos, tratados de una forma muy real: ¿quién se encarga? ¿El padre biológico que está de viaje? ¿Quién es capaz de renunciar a una vida de placer para cuidar a la mancha pañales? ¿Cómo nos lo montamos?
Y tras esta trama que no tiene casi nada de originalidad un trabajo precioso: escenas frías, escenas prácticamente en sepia… Espacios largos sin diálogo, que muestran como el que fue un arquitecto distinguido mece entre sus brazos a una soñolienta bebé y la mira con ternura.
Pero lo mejor son los violines; esa melodía que acompaña a las mejores escenas de la película que hacen llorar sin motivo aparente (en el spoiler).
A partir de aquí llegan los primeros conflictos, tratados de una forma muy real: ¿quién se encarga? ¿El padre biológico que está de viaje? ¿Quién es capaz de renunciar a una vida de placer para cuidar a la mancha pañales? ¿Cómo nos lo montamos?
Y tras esta trama que no tiene casi nada de originalidad un trabajo precioso: escenas frías, escenas prácticamente en sepia… Espacios largos sin diálogo, que muestran como el que fue un arquitecto distinguido mece entre sus brazos a una soñolienta bebé y la mira con ternura.
Pero lo mejor son los violines; esa melodía que acompaña a las mejores escenas de la película que hacen llorar sin motivo aparente (en el spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me refiero en especial a la escena en la que llegan Pierre y Michel al piso, que ha sido ‘saqueado’ por los matones que buscan la droga. Me siento compartir la angustia de los protagonistas al no encontrar a la niña por ninguna parte, al ver los ojos humedecidos de Pierre llamándola sin encontrar respuesta, y rompo a llorar cada vez que la encuentra y le empieza a dar besitos tiernos mientras los violines siguen sonando.
21 de noviembre de 2010
21 de noviembre de 2010
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía once años cuando fui a ver Harry Potter y la piedra filosofal al cine con mis padres. El final tan esperado está cumpliendo mis expectativas, y apostaría a que la segunda parte será todavía mejor.
Es cierto que, para alguien que no haya leído los libros o tenga bien memorizadas las películas, esta séptima entrega puede ser un caos de personajes, hechizos y persecuciones. Algo que favorece al lector, pues no hay nada mejor que, al ir avanzando la película, descubrir como el director y los actores consigue hacerte recordar la novela hasta, prácticamente, el último detalle. Obviamente no es posible plasmarlo todo, pero el trabajo se ha hecho muy bien.
La película en si carece tal vez de un hilo concreto, que lleva al trío maravilloso a ir dando tumbos de un lado para otro y, que para un espectador inexperto en Harry Potter, puede convertirse en un desorden absoluto de persecuciones. Además, ha madurado tanto que la filmación ya no es apta para niños de diez años, como lo fue la primera entrega, y una película de brujas, magos y fantasía se convierte para un público más adulto, que normalmente se aburre con esta temática.
Pese a todo, la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte supera de lejos todas las anteriores entregas y, llegando al final, se sitúa en el punto más alto. Los diálogos, con algún toque de humor bien conseguido, y las interpretaciones son más o menos buenas (unas más que otras). Es un completo disfrute ver la trama avanzando e ir mirando el reloj para que “Por Dios, que no se acabe, que dure más”. Esto es Hollywood, claro, y por mucho que digan la partición en dos es la simple y gran idea de hacer más dinero. Para muchos, es perfecto, porqué aunque pagaríamos veinte euros por pasarnos seis horas sentados frente a la pantalla, tres horas repartidas en seis meses son mejor.
Es cierto que, para alguien que no haya leído los libros o tenga bien memorizadas las películas, esta séptima entrega puede ser un caos de personajes, hechizos y persecuciones. Algo que favorece al lector, pues no hay nada mejor que, al ir avanzando la película, descubrir como el director y los actores consigue hacerte recordar la novela hasta, prácticamente, el último detalle. Obviamente no es posible plasmarlo todo, pero el trabajo se ha hecho muy bien.
La película en si carece tal vez de un hilo concreto, que lleva al trío maravilloso a ir dando tumbos de un lado para otro y, que para un espectador inexperto en Harry Potter, puede convertirse en un desorden absoluto de persecuciones. Además, ha madurado tanto que la filmación ya no es apta para niños de diez años, como lo fue la primera entrega, y una película de brujas, magos y fantasía se convierte para un público más adulto, que normalmente se aburre con esta temática.
Pese a todo, la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte supera de lejos todas las anteriores entregas y, llegando al final, se sitúa en el punto más alto. Los diálogos, con algún toque de humor bien conseguido, y las interpretaciones son más o menos buenas (unas más que otras). Es un completo disfrute ver la trama avanzando e ir mirando el reloj para que “Por Dios, que no se acabe, que dure más”. Esto es Hollywood, claro, y por mucho que digan la partición en dos es la simple y gran idea de hacer más dinero. Para muchos, es perfecto, porqué aunque pagaríamos veinte euros por pasarnos seis horas sentados frente a la pantalla, tres horas repartidas en seis meses son mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando Dobby muere, evidentemente una se emociona, pues ha pasado desde el segundo libro leyendo sobre el pequeño elfo como un personaje terciario que siempre está allí y nos mantenía recordando que Harry Potter empezó a ser solo un niño cuya única preocupación era que su tío no descubriese que había un elfo en el armario. Pero ¿como han pretendido una muerte totalmente emotiva si desde la segunda película no se mostraba al elfito?
Además, me faltó la despedida con los Dursley, con quienes empezamos la primera película.
Además, me faltó la despedida con los Dursley, con quienes empezamos la primera película.
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