Empieza muy bien y poco a poco se va diluyendo hasta quedar en nada. Algunos personajes son prometedores, como el de la mujer policía, pero se quedan en eso, en una promesa. Creo que se pierde en ese intento de parodiar las películas de detectives de la época. Se aturulla hasta el punto de aburrir.

En definitiva, película algo tostón para ver mientras intentas echarte una siesta.

Crítica feroz al mundo del cambio físico de las mujeres a través de las operaciones de estética. Cambio impuesto por los hombres, todo sea dicho de paso. Patada a esa vanidad desquiciada del ser humano.

Recurre al gore, en la parte final de la película, para causar mayor impacto y lo hace bien. Es un repaso, a base de bofetadas, al género humano y en especial al masculino encarnado en el personaje de Dennis Quaid.

Son dos horas largas que se pasan rápido. Me gusta también el humor negro que tiene la película. Es una película valiente. La última parte, la más gore, hará que muchas personas no quieran verla, pero creo que es necesaria esa brutalidad escénica.

Muy bien hechas todas las escenas con efectos especiales y un diez al maquillaje.

Te puedes ver la serie de un tirón. Tiene puntos muy buenos y en general es muy entretenida.

Lo mejor el protagonista Guillermo Francella. Lo hace divinamente, aunque el resto de actores no desmerecen en absoluto.

Aunque la serie tiene un punto amargo pues, siendo el protagonista una persona mala, una persona que hace lo que tiene que hacer para conseguir lo que quiere sin evaluar las posibles consecuencias de sus actos, al final sale triunfador, lo que nos da una mala visión de la vida.

Los dos primeros tercios de la película me parecen casi perfectos. Luego, en el último tercio, se hace algo pesada.

Muy bien el director al saber expresar los sentimientos de la protagonista sobre la vida y respecto al amor. El guion me parece cojonudo.

Se notan rasgos de Woody Allen en la película, por lo menos al principio de la primera relación sentimental.

Siempre me ha encantado la manera de contar las cosas y de expresar los sentimientos que tienen los franceses. Ésta es una película en la que no pasa nada o casi nada y, sin embargo se cuentan muchas cosas.

Es una película con un diálogo inteligente e incesante salvo, y no por casualidad, en las primeras escenas y las últimas, que te hace pensar y que demuestra lo adelantados que están los franceses en las relaciones sentimentales en cuanto a tolerancia y comprensión. Me imagino estas mismas escenas en manos de un director americano o italiano de hoy en día y no soy capaz de concebir la película. Me vienen a la mente películas como Un hombre y una mujer, Lola o La mujer infiel, por poner tres ejemplos, de películas imposibles de ver en cualquier otro país.

En definitiva, otra maravilla de película de Rohmer a quien debo en gran parte (sin olvidar a Truffaut, Varda, Chabrol o Godard) un amor incondicional hacia el cine, hacia el buen cine y, en particular hacia el cine francés, el cine que te conmueve y te hace pensar.