Entretenimiento sólo aceptable que, en mi opinión, ofrece menos de lo que prometía. Durante la mayor parte del metraje, los terroristas juegan a un juego absurdo con McClaine y la policía, de un modo que resulta muy poco verosímil. Es un juego infantil en el que resultan comprometidas las vidas de cientos de niños y ciudadanos (más o menos honrados). Es un juego que resulta cansado para el sudoroso agente, y también para el espectador que no acepta que le den gato por liebre.

La película, en su conjunto, tiene algo de tobogán, resulta un tanto deslabazada y caprichosa. Se desaprovecha la baza inicial de las diferencias raciales, que podría haber dado más de sí. El resultado es un filme pasable, que se deja ver. Se agradece la ausencia, eso sí, del locutor odioso.

Veo que tiene aquí muy buenas críticas. A mí me aburrió tanto que no me importó verla con doblaje en español latino. Me pareció muy previsible. Temas eternos: la venganza, la opresión por parte de un malvado, la esclavitud. También parece eterno lo del renacer de la saga. Y todo muy subrayado para que nadie se pierda. Y muy Disney.

Se nos presenta una guerra sin muertos. Hay crueldad pero contenida, un poco de cartón piedra. En su parte central, que llega hasta el desenlace, la película se estira, se estanca y se me hace demasiado larga. Uno de los personajes resulta, a mi parecer, excesivamente cómico y desluce el tono épico que se pretende. O sea, que no me conmovió.

No he visto la película entera porque, llegado un momento, no la soportaba más y salté al final. Me parece valiente eso de encerrarse en un despacho y dejar que transcurra de este modo gran parte del metraje. Pero también puede cansar. Y obliga a una serie de piruetas mediante las cuales el guión no avanza exactamente sino que va dando brincos. La verosimilitud también se resiente en algunas partes. El filme no acaba de decidirse entre la acción y la adrenalina, por un lado, y la investigación intrapolicial por el otro. Hay una arritmia derivada del hecho de que el protagonista tiene un ojo en el punto de mira y otro en la pantalla de un ordenador. Curiosa.