No pude evitar fijarme en que los coreanos andan todos muy parecidos, sino poneos un video del líder supremo de Corea del Norte Kim Jon-un.

A veces me sentía en "Seven" y con esto no quiero decir que no tenga su propia esencia, al contrario, brilla por si sola y además muy marcada.

Os acordáis de la isla mínima y el choque generacional entre los dos policías que investigan el caso, aquí se ve lo mismo, y comparten ese mal de la policía bajo dictaduras, la ley de la fuerza y cabezas de turco, que paguen el marrón.

No paraba de pensar en Harvey Keitel y en que se merece una mejor despedida.

La película tiene algo de prisa en sus dos horas de duración. A medio camino entre una famosísima película de mafiosos y un director que se ha pasado toda la vida haciendo pelis de mafiosos.

Dicho esto, entretenida y conseguida no es para nada indigesta, solo le falta un poco de chispa que consigue a veces con alguna escena de violencia.

La primera parte de la película me crea unas expectativas que nunca se vieron saciadas en el segundo tramo.
Me gusta mucho Ryan Gosling, Harrison Ford desaprovechado.
Menos filosofía menos profundidad.
Iba para un 8 y bajé a un 6.