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6,0
9.480
8
24 de febrero de 2017
24 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El retrato de Jacqueline Kennedy es un lienzo predominantemente oscuro que se deja llevar por los detalles de la trastienda de los cuentos de hadas justo en el peor momento en la vida de la Primera Dama más querida de los Estados Unidos. “Jackie” es una película que aviva el fuego de la controversia pero que nadie puede dudar de su terrible sinceridad.
Transcurrido el atentado de Dallas, Jackie se reúne con un periodista que pretende ahondar en sus sentimientos durante los días posteriores al fatídico acontecimiento. Antes de entrar en materia la ex Primera Dama ya advierte de que no existe una verdad absoluta y nos avisa de que esta será su versión de la historia.
Para conocer la importancia de la figura de Jacqueline Kennedy, ya que no se trata de un biopic, hay que recordar unas cuantas ideas básicas que ya deja entrever la película. Estados Unidos es una república así que hasta la fecha sus jefes de Estado carecían del carisma y la grandeza de los monarcas europeos, salvo alguna excepción como Abraham Lincoln. Solo eran presidentes que iban y venían, cuyos recuerdos no llegaban a sobrevivir al paso del tiempo.
Por su parte, la que fuera Primera Dama se aprovechó de los medios de comunicación para mostrar al mundo su vida idílica, un cuento de hadas con el que se ganó la admiración de las mujeres de la época. Sin embargo, no todo fue un camino de rosas, también tuvo que soportar las críticas constantes por el excesivo gasto público en decoración y fiestas. Pero Jackie entró en la Casa Blanca con la ambición de convertir el edificio en el Palacio de los Estados Unidos. Su labor consistía en representar la magnificencia de la nación y lo hizo con dotes de Reina.
Mientras su marido nos hacía soñar con llegar a la Luna y derribar los muros comunistas; ella nos hacía creer que llevar una vida de ensueño era posible. Entre los dos sembraron en la sociedad la idea de la esperanza en un momento de incertidumbre a causa de la amenaza atómica.
Natalie Portman es Jackie. Se hace con el personaje y lo llega a dominar con total naturalidad. La sonrisa forzada, la emoción contenida, el llanto desgarrador, la sangre del vestido, la cara desencajada tras el disparo… enriquece una interpretación de lo más exigente y muy del gusto de la Academia. Ha obtenido la nominación al Oscar y es su mejor actuación tras su bailarina del “Cisne negro”.
Detrás de los focos se encuentra Pablo Larraín que dirige la orquesta con una dirección muy cercana al documental en la primera parte, un tanto fría, y que espera a los minutos finales para meterse al público en el bolsillo. El director chileno aterriza en Hollywood tras una brillante carrera en su país y con “Jackie” ha dejado una carta de presentación muy interesante. Para muestra de su talento la escena del sonido del disparo, verdaderamente impactante y demuestra una gran maestría en los detalles.
Darren Aronofsky en la producción y un reparto lleno de caras conocidas como Peter Sarsgaard, Billy Crudup, Greta Gerwig y el recientemente fallecido John Hurt. Acompañada por una banda sonora que tilda los tormentos de la protagonista, “Jackie” no es una película fácil, con un guión muy reflexivo llega por momentos a coquetear con el tedio pero termina con el público rindiéndose a sus pies.
"Jackie" y más cine en Butaca Sundance:
https://butacasundance.wordpress.com/2017/02/24/jackiela-reina-de-la-casa-blanca/
Transcurrido el atentado de Dallas, Jackie se reúne con un periodista que pretende ahondar en sus sentimientos durante los días posteriores al fatídico acontecimiento. Antes de entrar en materia la ex Primera Dama ya advierte de que no existe una verdad absoluta y nos avisa de que esta será su versión de la historia.
Para conocer la importancia de la figura de Jacqueline Kennedy, ya que no se trata de un biopic, hay que recordar unas cuantas ideas básicas que ya deja entrever la película. Estados Unidos es una república así que hasta la fecha sus jefes de Estado carecían del carisma y la grandeza de los monarcas europeos, salvo alguna excepción como Abraham Lincoln. Solo eran presidentes que iban y venían, cuyos recuerdos no llegaban a sobrevivir al paso del tiempo.
Por su parte, la que fuera Primera Dama se aprovechó de los medios de comunicación para mostrar al mundo su vida idílica, un cuento de hadas con el que se ganó la admiración de las mujeres de la época. Sin embargo, no todo fue un camino de rosas, también tuvo que soportar las críticas constantes por el excesivo gasto público en decoración y fiestas. Pero Jackie entró en la Casa Blanca con la ambición de convertir el edificio en el Palacio de los Estados Unidos. Su labor consistía en representar la magnificencia de la nación y lo hizo con dotes de Reina.
Mientras su marido nos hacía soñar con llegar a la Luna y derribar los muros comunistas; ella nos hacía creer que llevar una vida de ensueño era posible. Entre los dos sembraron en la sociedad la idea de la esperanza en un momento de incertidumbre a causa de la amenaza atómica.
Natalie Portman es Jackie. Se hace con el personaje y lo llega a dominar con total naturalidad. La sonrisa forzada, la emoción contenida, el llanto desgarrador, la sangre del vestido, la cara desencajada tras el disparo… enriquece una interpretación de lo más exigente y muy del gusto de la Academia. Ha obtenido la nominación al Oscar y es su mejor actuación tras su bailarina del “Cisne negro”.
Detrás de los focos se encuentra Pablo Larraín que dirige la orquesta con una dirección muy cercana al documental en la primera parte, un tanto fría, y que espera a los minutos finales para meterse al público en el bolsillo. El director chileno aterriza en Hollywood tras una brillante carrera en su país y con “Jackie” ha dejado una carta de presentación muy interesante. Para muestra de su talento la escena del sonido del disparo, verdaderamente impactante y demuestra una gran maestría en los detalles.
Darren Aronofsky en la producción y un reparto lleno de caras conocidas como Peter Sarsgaard, Billy Crudup, Greta Gerwig y el recientemente fallecido John Hurt. Acompañada por una banda sonora que tilda los tormentos de la protagonista, “Jackie” no es una película fácil, con un guión muy reflexivo llega por momentos a coquetear con el tedio pero termina con el público rindiéndose a sus pies.
"Jackie" y más cine en Butaca Sundance:
https://butacasundance.wordpress.com/2017/02/24/jackiela-reina-de-la-casa-blanca/

6,7
31.878
8
16 de febrero de 2017
16 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los tiempos de la esclavitud terminaron pero todavía hoy muchos niños nacen sin la libertad de ser uno mismo. Ser afroamericano, crecer en un barrio marginal y criarse bajo el manto de una madre drogadicta son factores que condicionan la vida de una persona. El propio dolor es el que condiciona la vida de una persona, ya sea blanca o negra. Y “Moonlight” es puro dolor.
Un camello de buen corazón recoge en la calle a Chiron, un niño que trata de esconderse del acoso escolar. Le dará de comer y actuará como una figura paterna. La película se fragmenta en tres momentos clave en la vida de Chiron: infancia, adolescencia y madurez.
La grandeza de “Moonlight” es que va más allá de los prejuicios. No se trata solo de la dura vida de un afroamericano de los suburbios ni de su orientación sexual ni del acoso escolar. Estos temas aparecen para golpear la vida del chaval dando forma así a la principal cuestión que plantea: la eterna búsqueda de identidad.
Mahershala Ali encarna al camello que da cobijo al crío. Su interpretación, pese a corta, es sensacional. Su aura inunda la vida del chaval y, por ende, toda la película. Un tipo duro pero cariñoso. Que sabe bien lo que es pasarlas canutas. Con él conocerá el dulce aroma de un hogar. Un papel que dista bastante al que nos tiene acostumbrados en “House of Cards” y que le ha valido una nominación al Oscar muy merecida.
El retrato vital del niño que debe hacerse hombre está enmarcado en una fotografía hermosa pero dura. Acompañada de los violentos violines de la banda sonora. Escrita y dirigida magistralmente por Barry Jenkins, “Moonlight” ahonda en el dolor de una persona que sufre callada, que se vuelve mudo, temeroso de alzar la voz no sea que desencadene otra jauría de gritos de su madre. Naomie Harris interpreta a la parte más amarga del chaval. Una actuación descarnada y auténtica de la propia decadencia de las drogas.
“Moonlight” ha recibido 8 nominaciones a los Oscar, incluyendo Mejor Película. Ya se alzó con el Globo de Oro al Mejor Drama imponiéndose a “Manchester frente al mar” y estará en la pelea hasta el final por la preciada estatuilla. Razones no le faltan, su dureza conmueve profundamente porque su drama y su dolor son universales.
Más críticas sobre pelis en Butaca Sundance:
https://butacasundance.wordpress.com/2017/02/16/moonlightse-un-hombre-pero-se-tu-mismo/
Un camello de buen corazón recoge en la calle a Chiron, un niño que trata de esconderse del acoso escolar. Le dará de comer y actuará como una figura paterna. La película se fragmenta en tres momentos clave en la vida de Chiron: infancia, adolescencia y madurez.
La grandeza de “Moonlight” es que va más allá de los prejuicios. No se trata solo de la dura vida de un afroamericano de los suburbios ni de su orientación sexual ni del acoso escolar. Estos temas aparecen para golpear la vida del chaval dando forma así a la principal cuestión que plantea: la eterna búsqueda de identidad.
Mahershala Ali encarna al camello que da cobijo al crío. Su interpretación, pese a corta, es sensacional. Su aura inunda la vida del chaval y, por ende, toda la película. Un tipo duro pero cariñoso. Que sabe bien lo que es pasarlas canutas. Con él conocerá el dulce aroma de un hogar. Un papel que dista bastante al que nos tiene acostumbrados en “House of Cards” y que le ha valido una nominación al Oscar muy merecida.
El retrato vital del niño que debe hacerse hombre está enmarcado en una fotografía hermosa pero dura. Acompañada de los violentos violines de la banda sonora. Escrita y dirigida magistralmente por Barry Jenkins, “Moonlight” ahonda en el dolor de una persona que sufre callada, que se vuelve mudo, temeroso de alzar la voz no sea que desencadene otra jauría de gritos de su madre. Naomie Harris interpreta a la parte más amarga del chaval. Una actuación descarnada y auténtica de la propia decadencia de las drogas.
“Moonlight” ha recibido 8 nominaciones a los Oscar, incluyendo Mejor Película. Ya se alzó con el Globo de Oro al Mejor Drama imponiéndose a “Manchester frente al mar” y estará en la pelea hasta el final por la preciada estatuilla. Razones no le faltan, su dureza conmueve profundamente porque su drama y su dolor son universales.
Más críticas sobre pelis en Butaca Sundance:
https://butacasundance.wordpress.com/2017/02/16/moonlightse-un-hombre-pero-se-tu-mismo/

6,3
30.040
9
5 de octubre de 2017
5 de octubre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Madre!’ es una película que la amas o la odias pero que no te dejará indiferente. Yo salí entusiasmado del cine. Y no es para menos. Darren Aronofsky nos abre las puertas de su casa para invitarnos a emprender un viaje a través de la Historia de la Humanidad. Así es de gigantesca su metáfora.
La primerísima sinopsis oficial decía algo así: Un escritor y su mujer (Javier Bardem y Jennifer Lawrence) se van a vivir al campo, lejos del mundanal ruido, en busca de inspiración para su próximo libro. Sus vidas son tranquilas hasta que un misterioso hombre llama a la puerta. Desde ese momento, se desencadenará una serie de acontecimientos que harán que toda la sociedad se presente ante la puerta de su casa. Como ya os estaréis imaginando, esta última frase no tiene ningún sentido hasta que no se encienden las luces de la sala.
Pero no vayamos tan rápido. La película arranca desde la soledad de la mujer. El director nos sitúa bajo su punto de vista y ya no nos separaremos de ella. Solo sabremos lo que ella sepa, vea y sienta. Lo que resulta una perspectiva muy interesante de la historia. Caminaremos detrás de ella por toda la casa y veremos sus reacciones a cada paso. Reacciones a determinados sucesos que van ocurriendo, comentarios sin importancia, miradas lascivas, la envidia de Michelle Pfeiffer, la insistencia masculina, el constante ninguneo, humillaciones… y, sobre todo, micromachismos. Que si, como espectadores, nos colocan desde el punto de vista de ella pues ya no parecen tan ‘micro’.
En el centro de ese microcosmos está Jennifer Lawrence. Estamos ante una de sus mejores actuaciones y probablemente sea la más difícil de su carrera. La primera mitad de la película está llena de primeros planos de su rostro respondiendo a todo lo que vive dentro de la casa. La cámara tan cerca de la cara capta los diferentes matices de cada una de sus expresiones. No se dedica a poner el mismo careto de incredulidad para cualquier situación sino que siempre es diferente porque cada momento es distinto. Jennifer Lawrence está sensacional.
Javier Bardem juega a la anarquía con el espectador tanto como lo hace con su esposa en la pantalla. La figura de Bardem en la película es tan grande que siempre se advierte su presencia aunque no aparezca en el plano. El magnífico reparto se completa con Ed Harris, Michelle Pfeiffer (la echaba de menos), Domhnall Gleeson (y su hermano Brian) y Kristen Wiig que pasaba por allí.
Quién, desde luego, es de otro planeta es Darren Aronofsky. Dice que escribió el guión del tirón en menos de una semana. El guión es sólido, sin fisuras, y juega a la exageración hasta que exagera lo exagerado para transmitir una idea tan potente como el amor que siente el corazón de una madre. La historia roza la locura y el total esperpento pero el director no pierde de vista lo que verdaderamente quiere decir. La metáfora culmina cuando todo el peso de la sociedad recae sobre los hombros de la mujer.
Una película rica en matices, muy tensa, intrigante al más puro estilo del thriller psicológico. El juego del Ego y la Musa y el del proceso creativo. Terminé gratamente sorprendido. Uno nunca llega a imaginar cómo de una historia tan sencilla se pueda concluir con una metáfora tan abrumadoramente grande. Son por películas así por las que merece la pena ir al cine. Bravo Darren.
Más reseñas en Giro de Guion https://girodeguion.com/2017/10/05/madrela-mujer-en-primer-plano/
La primerísima sinopsis oficial decía algo así: Un escritor y su mujer (Javier Bardem y Jennifer Lawrence) se van a vivir al campo, lejos del mundanal ruido, en busca de inspiración para su próximo libro. Sus vidas son tranquilas hasta que un misterioso hombre llama a la puerta. Desde ese momento, se desencadenará una serie de acontecimientos que harán que toda la sociedad se presente ante la puerta de su casa. Como ya os estaréis imaginando, esta última frase no tiene ningún sentido hasta que no se encienden las luces de la sala.
Pero no vayamos tan rápido. La película arranca desde la soledad de la mujer. El director nos sitúa bajo su punto de vista y ya no nos separaremos de ella. Solo sabremos lo que ella sepa, vea y sienta. Lo que resulta una perspectiva muy interesante de la historia. Caminaremos detrás de ella por toda la casa y veremos sus reacciones a cada paso. Reacciones a determinados sucesos que van ocurriendo, comentarios sin importancia, miradas lascivas, la envidia de Michelle Pfeiffer, la insistencia masculina, el constante ninguneo, humillaciones… y, sobre todo, micromachismos. Que si, como espectadores, nos colocan desde el punto de vista de ella pues ya no parecen tan ‘micro’.
En el centro de ese microcosmos está Jennifer Lawrence. Estamos ante una de sus mejores actuaciones y probablemente sea la más difícil de su carrera. La primera mitad de la película está llena de primeros planos de su rostro respondiendo a todo lo que vive dentro de la casa. La cámara tan cerca de la cara capta los diferentes matices de cada una de sus expresiones. No se dedica a poner el mismo careto de incredulidad para cualquier situación sino que siempre es diferente porque cada momento es distinto. Jennifer Lawrence está sensacional.
Javier Bardem juega a la anarquía con el espectador tanto como lo hace con su esposa en la pantalla. La figura de Bardem en la película es tan grande que siempre se advierte su presencia aunque no aparezca en el plano. El magnífico reparto se completa con Ed Harris, Michelle Pfeiffer (la echaba de menos), Domhnall Gleeson (y su hermano Brian) y Kristen Wiig que pasaba por allí.
Quién, desde luego, es de otro planeta es Darren Aronofsky. Dice que escribió el guión del tirón en menos de una semana. El guión es sólido, sin fisuras, y juega a la exageración hasta que exagera lo exagerado para transmitir una idea tan potente como el amor que siente el corazón de una madre. La historia roza la locura y el total esperpento pero el director no pierde de vista lo que verdaderamente quiere decir. La metáfora culmina cuando todo el peso de la sociedad recae sobre los hombros de la mujer.
Una película rica en matices, muy tensa, intrigante al más puro estilo del thriller psicológico. El juego del Ego y la Musa y el del proceso creativo. Terminé gratamente sorprendido. Uno nunca llega a imaginar cómo de una historia tan sencilla se pueda concluir con una metáfora tan abrumadoramente grande. Son por películas así por las que merece la pena ir al cine. Bravo Darren.
Más reseñas en Giro de Guion https://girodeguion.com/2017/10/05/madrela-mujer-en-primer-plano/

6,4
14.762
7
21 de septiembre de 2016
21 de septiembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo es posible que dos jóvenes de la calle se hayan hecho con un contrato del Pentágono de trescientos millones de dólares? Sobre esa premisa se asienta “Juego de armas”, una película que aúna la comedia y la crítica, algo así como el hijo bastardo de “El lobo de Wall Street” y “La gran apuesta”.
Basada en una historia real. Dos jóvenes norteamericanos hacen sus pinitos en la industria armamentística aprovechándose de las grietas del Sistema. Como si tal cosa, van ascendiendo en el negocio hasta aspirar a conseguir el “contrato afgano”, el de los trescientos millones de dólares.
Una película que va a gustar a todo el mundo. Los detractores de la guerra tendrán otro caso que denunciar y para los defensores de las armas será otro motivo para sacar pecho. “Juego de armas” comienza con una pequeña crítica: la guerra es un negocio. Nada nuevo bajo el horizonte pero engancha con un estilo un poco gamberro. A partir de ahí se desarrolla una comedia juvenil con un ascenso meteórico aliñada con dinero, armas y drogas.
Lo que trata de denunciar es que mientras el chavalito de Arkansas es llamado a filas para luchar en una guerra al otro lado del mundo en nombre del patriotismo, la libertad, la seguridad y la defensa del estilo de vida norteamericano; hay otros que sacan tajada equipando a los soldados de fusiles de asalto y cascos. Mientras unos ven patriotismo, otros ven dinero.
Todd Phillips (“Resacón en Las Vegas”) dirige y coescribe el guión que ha sido barnizado con una capa comercial de buenrollismo que lo hace muy fácil de digerir. Llega a rayar el surrealismo y el absurdo hasta la llegada de un final tan sorprendente como sutil que otorga la coherencia al relato. Donde aporta además la otra gran crítica que te deja clavado en la butaca.
Protagonizado por ese monstruo de la comedia que se ha convertido Jonah Hill, ahora más grande que nunca (por sus kilitos de más), y por Miles Teller que le da la réplica como el buen chaval que admira el desparpajo de su amigo. La única que desentona es Ana de Armas que se desentiende completamente de las necesidades de su personaje y se limita a salir guapérrima. Todo lo contrario que Bradley Cooper que aparece con un pequeño papel pero su rostro le da el equilibrio perfecto a su personaje.
“Juego de armas” se envasa dentro de esas comedias ligeras de las que te hacen reír de cosas, como la guerra, que en la vida real no tienen gracia y que por dentro esconde una buena crítica al Sistema y al Gobierno de Estados Unidos.
https://butacasundance.wordpress.com/2016/09/21/juego-de-armasjamas-una-critica-habia-sentado-tan-bien/
Basada en una historia real. Dos jóvenes norteamericanos hacen sus pinitos en la industria armamentística aprovechándose de las grietas del Sistema. Como si tal cosa, van ascendiendo en el negocio hasta aspirar a conseguir el “contrato afgano”, el de los trescientos millones de dólares.
Una película que va a gustar a todo el mundo. Los detractores de la guerra tendrán otro caso que denunciar y para los defensores de las armas será otro motivo para sacar pecho. “Juego de armas” comienza con una pequeña crítica: la guerra es un negocio. Nada nuevo bajo el horizonte pero engancha con un estilo un poco gamberro. A partir de ahí se desarrolla una comedia juvenil con un ascenso meteórico aliñada con dinero, armas y drogas.
Lo que trata de denunciar es que mientras el chavalito de Arkansas es llamado a filas para luchar en una guerra al otro lado del mundo en nombre del patriotismo, la libertad, la seguridad y la defensa del estilo de vida norteamericano; hay otros que sacan tajada equipando a los soldados de fusiles de asalto y cascos. Mientras unos ven patriotismo, otros ven dinero.
Todd Phillips (“Resacón en Las Vegas”) dirige y coescribe el guión que ha sido barnizado con una capa comercial de buenrollismo que lo hace muy fácil de digerir. Llega a rayar el surrealismo y el absurdo hasta la llegada de un final tan sorprendente como sutil que otorga la coherencia al relato. Donde aporta además la otra gran crítica que te deja clavado en la butaca.
Protagonizado por ese monstruo de la comedia que se ha convertido Jonah Hill, ahora más grande que nunca (por sus kilitos de más), y por Miles Teller que le da la réplica como el buen chaval que admira el desparpajo de su amigo. La única que desentona es Ana de Armas que se desentiende completamente de las necesidades de su personaje y se limita a salir guapérrima. Todo lo contrario que Bradley Cooper que aparece con un pequeño papel pero su rostro le da el equilibrio perfecto a su personaje.
“Juego de armas” se envasa dentro de esas comedias ligeras de las que te hacen reír de cosas, como la guerra, que en la vida real no tienen gracia y que por dentro esconde una buena crítica al Sistema y al Gobierno de Estados Unidos.
https://butacasundance.wordpress.com/2016/09/21/juego-de-armasjamas-una-critica-habia-sentado-tan-bien/
6
26 de septiembre de 2017
26 de septiembre de 2017
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Los mejores efectos especiales del momento, el ritmo adrenalínico y un toque gamberro son las bazas con las que cuenta ‘Kingsman: El círculo de oro’. Para disfrutar con peleas imposibles, explosiones a raudales y robots de fantasía.
La película comienza con la destrucción de toda base de operaciones de los Kingsman en Londres así que Eggsy (Taron Egerton) y su hombre del pinganillo (Mark Strong) se ven pidiendo ayuda a sus primos del otro lado del charco, los Stateman de Estados Unidos. Deberán unir fuerzas para detener los malvados planes de villana muy peculiar.
En esta segunda parte el director Matthew Vaughn centra sus esfuerzos en las piruetas de cámara relegando el propio guión a un mero pretexto. No hay nada que reprocharle porque las escenas de acción bien valen su peso en oro. Pero parece que se haya desentendido de su antecesora para hacer una película totalmente distinta. Ha cambiado el tono, el ritmo y, sobre todo, la elegancia. Básicamente el alma de la primera.
Para mantener el nivel de estilo bien alto parece que han llamado a los más molones del momento: Channing Tatum (‘Infiltrados en clase’), Pedro Pascal (‘Narcos’), Colin Firth (no tenía por qué estar) y Jeff Bridges. A parte de los ya consabidos Taron Egerton y Mark Strong se suman además Julianne Moore y Halle Berry. Demasiadas caras conocidas que entran y salen de la función sin dejar un verdadero calado en la trama desaprovechando unos personajes, a priori, tan atractivos.
Los efectos especiales son espectaculares y a la vanguardia del cine actual. Sin duda, lo mejor. Pero te dejará un sabor agridulce si buscas algo de peso en la historia. Se hace un poco larga debido a un guión artificial que incluso llega a coquetear con el discurso prodrogas. Se disfruta bastante pero, comparada con la primera, se sale del cine con la sensación de ver una peli intranscendente.
Más reseñas en Giro de Guión: https://girodeguion.com/2017/09/26/kingsman-el-circulo-de-orogamberros-con-clase/
La película comienza con la destrucción de toda base de operaciones de los Kingsman en Londres así que Eggsy (Taron Egerton) y su hombre del pinganillo (Mark Strong) se ven pidiendo ayuda a sus primos del otro lado del charco, los Stateman de Estados Unidos. Deberán unir fuerzas para detener los malvados planes de villana muy peculiar.
En esta segunda parte el director Matthew Vaughn centra sus esfuerzos en las piruetas de cámara relegando el propio guión a un mero pretexto. No hay nada que reprocharle porque las escenas de acción bien valen su peso en oro. Pero parece que se haya desentendido de su antecesora para hacer una película totalmente distinta. Ha cambiado el tono, el ritmo y, sobre todo, la elegancia. Básicamente el alma de la primera.
Para mantener el nivel de estilo bien alto parece que han llamado a los más molones del momento: Channing Tatum (‘Infiltrados en clase’), Pedro Pascal (‘Narcos’), Colin Firth (no tenía por qué estar) y Jeff Bridges. A parte de los ya consabidos Taron Egerton y Mark Strong se suman además Julianne Moore y Halle Berry. Demasiadas caras conocidas que entran y salen de la función sin dejar un verdadero calado en la trama desaprovechando unos personajes, a priori, tan atractivos.
Los efectos especiales son espectaculares y a la vanguardia del cine actual. Sin duda, lo mejor. Pero te dejará un sabor agridulce si buscas algo de peso en la historia. Se hace un poco larga debido a un guión artificial que incluso llega a coquetear con el discurso prodrogas. Se disfruta bastante pero, comparada con la primera, se sale del cine con la sensación de ver una peli intranscendente.
Más reseñas en Giro de Guión: https://girodeguion.com/2017/09/26/kingsman-el-circulo-de-orogamberros-con-clase/
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