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Críticas ordenadas por utilidad
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8,3
35.915
10
28 de febrero de 2006
28 de febrero de 2006
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los mejores westerns de la historia del cine y para mí la mejor película de Ford....que ya es decir. Interpretaciones míticas de Marvin, como el forajido Valance, Wayne, el Tom Doniphon solitario y digno que representa el terrible choque entre el viejo oeste y el nuevo mundo, y Stewart, el hombre de leyes que viene del este civilizado. Vera Miles interpreta a la bella y dulce Hallie. Secundarios inolvidables en esta obra maestra son Edmon O´brien, Lee Van Cleef, o John Carradine.

6,8
12.752
9
15 de diciembre de 2015
15 de diciembre de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gustavete, Carmela, y Paulino, varietés a lo fino. Un trío de artistas de tercera que recorren los pueblos, bailan el Uruguay, recitan a Machado, y cantan los suspiros de una España que se desangra.
Se alza el telón y comienza el último número. Carmela está nerviosa, no puede con la injusticia. Carmela, espontánea, auténtica, impulsiva. Paulino, prudente, interesado, su objetivo es sobrevivir en una maldita guerra que les ha pillado de improviso y ni les va ni les viene. Se alza el telón. Carmela no puede contener su rabia, su indignación. Paulino, pálido como la pared la ve venir desde el principio de la función. Gustavete, con un ridículo bigote pintado, y vestido de ruso comunista, va a recuperar la voz en un grito desgarrado, el grito de un país cainita y fratricida.
Carlos Saura sitúa a sus humildes héroes en la España de 1938, un sorprendente Andrés Pajares, una fogosa Carmen Maura, y un magnífico Gabino Diego. El ejército sublevado va ganando la guerra, los republicanos se quedan sin municiones, sin tanques ni cañones como dice la canción, y los aviones fascistas ensayan en suelo ibérico. Saura apela a la memoria de un tiempo reciente en que daban gato por liebre, las escuelas eran cárceles, las mujeres vestían de negro, y las canciones sonaban a arengas de guerra. Una película sobre la estupefacción, el miedo, el hambre de unos prisioneros empapados, el odio en los ojos de un oficial que come judías, la inutilidad de tanto tiroteo y tanta bomba, de tanta sangre derramada, de tantas cunetas de muerte, de tantos ajustes de cuentas, de tanta vileza.
Envueltos por los tonos grises y rosáceos de un cielo hermoso a pesar de todo, dos hombres errantes, dos titiriteros sin alma siguen su camino por tierras negras de plomo, de hiel y pólvora.
Se alza el telón y comienza el último número. Carmela está nerviosa, no puede con la injusticia. Carmela, espontánea, auténtica, impulsiva. Paulino, prudente, interesado, su objetivo es sobrevivir en una maldita guerra que les ha pillado de improviso y ni les va ni les viene. Se alza el telón. Carmela no puede contener su rabia, su indignación. Paulino, pálido como la pared la ve venir desde el principio de la función. Gustavete, con un ridículo bigote pintado, y vestido de ruso comunista, va a recuperar la voz en un grito desgarrado, el grito de un país cainita y fratricida.
Carlos Saura sitúa a sus humildes héroes en la España de 1938, un sorprendente Andrés Pajares, una fogosa Carmen Maura, y un magnífico Gabino Diego. El ejército sublevado va ganando la guerra, los republicanos se quedan sin municiones, sin tanques ni cañones como dice la canción, y los aviones fascistas ensayan en suelo ibérico. Saura apela a la memoria de un tiempo reciente en que daban gato por liebre, las escuelas eran cárceles, las mujeres vestían de negro, y las canciones sonaban a arengas de guerra. Una película sobre la estupefacción, el miedo, el hambre de unos prisioneros empapados, el odio en los ojos de un oficial que come judías, la inutilidad de tanto tiroteo y tanta bomba, de tanta sangre derramada, de tantas cunetas de muerte, de tantos ajustes de cuentas, de tanta vileza.
Envueltos por los tonos grises y rosáceos de un cielo hermoso a pesar de todo, dos hombres errantes, dos titiriteros sin alma siguen su camino por tierras negras de plomo, de hiel y pólvora.
4 de abril de 2016
4 de abril de 2016
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andrea es una directora de televisión a la que un día le comunican un grave problema de salud. Andrea no cuenta con casi nadie, no puede confiar en un amante indiferente, una madre egocéntrica. Andrea sólo cree en Gary Cooper, Greta Garbo, William Holden, personajes de un mundo más elegante y notable. Andrea se choca de bruces con el destino inesperado, se refugia en los recuerdos de su habitación de la infancia, cuando no tenía que acorazarse y la vida era menos complicada. Su librito de Mujercitas tantas veces leído, su pluma estilográfica con la que respondía las cartas del primer amor, las fotografías de sus ídolos del cine, de su Gary Cooper que está en los cielos.
La mujer joven, sola, desnuda ante el espejo, habla con su cuerpo traicionero, con su vientre que ahora le falla. ¿Te vas a morir?. Andrea, sola ante el peligro como el sheriff de High Noon se mantiene serena y no cuenta con nadie. Su fortaleza frágil y valiente no necesita a nadie, demasiado exigente para que le decepcionen. Su éxito profesional no sirve de gran ayuda en una situación tan crítica. Todo se tambalea, un día cualquiera un médico le comunica que un supuesto embarazo se ha convertido en un tumor maligno que hay que intervenir en un quirófano.
Cuando el despertar amargo no borra la realidad todo se tiñe de gris, a pesar de la mañana luminosa, a pesar de la mirada inocente de un niño en el parque. El viaje en soledad hacia la clínica se alarga más de la cuenta, el semáforo en rojo, la carretera difusa y el corazón en un puño cuando el retrovisor te devuelve una mirada llena de miedo. La soledad y el desamparo de un pasillo interminable, las luces frías de un hospital, las voces desconocidas, los ruidos metálicos, y el rostro afable de un Gary Cooper que la mira con amor desde arriba y la anestesia al fin.
La mujer joven, sola, desnuda ante el espejo, habla con su cuerpo traicionero, con su vientre que ahora le falla. ¿Te vas a morir?. Andrea, sola ante el peligro como el sheriff de High Noon se mantiene serena y no cuenta con nadie. Su fortaleza frágil y valiente no necesita a nadie, demasiado exigente para que le decepcionen. Su éxito profesional no sirve de gran ayuda en una situación tan crítica. Todo se tambalea, un día cualquiera un médico le comunica que un supuesto embarazo se ha convertido en un tumor maligno que hay que intervenir en un quirófano.
Cuando el despertar amargo no borra la realidad todo se tiñe de gris, a pesar de la mañana luminosa, a pesar de la mirada inocente de un niño en el parque. El viaje en soledad hacia la clínica se alarga más de la cuenta, el semáforo en rojo, la carretera difusa y el corazón en un puño cuando el retrovisor te devuelve una mirada llena de miedo. La soledad y el desamparo de un pasillo interminable, las luces frías de un hospital, las voces desconocidas, los ruidos metálicos, y el rostro afable de un Gary Cooper que la mira con amor desde arriba y la anestesia al fin.

7,2
9.552
9
18 de marzo de 2023
18 de marzo de 2023
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de cruzar el charco rumbo a Hollywood, Wim Wenders adaptó con brillantez el tercer libro de los que dedicó Patricia Highsmith a Tom Ripley. Este amigo americano tiene hechuras de cowboy, Dennis Hopper pasea su sombrero por un Hamburgo gris, portuario y frío. La otra cara de la moneda, Zimmerman – Bruno Ganz- sabe que tiene los días contados, el honrado hasta entonces dueño de una tienda de marcos atisba la oportunidad de dejar una importante cantidad de dinero a su familia, se trata de un encargo, es el juego de Ripley, un marchante de arte de ojos penetrantes. Aún habrá otro otro tipo llamado Minot – Gérard Blain-. Dos extraños de pronto en su apacible existencia. Zimmerman debe aprender a matar.
El vínculo cada vez más estrecho entre el ciudadano alemán y el forastero americano desconcierta a la esposa – Lisa Kreuzer-, un recelo comprensible ante las extrañas apariciones de un vaquero con Polaroid. El padre de familia rompe uno de sus marcos en un gesto furioso, está asustado, no es un asesino, sencillamente no sabe controlar el maremágnum en que se ha metido. El espectador va sintiendo esa misma inquietud e intenta atar cabos.
Zimmerman mira a los ojos a su víctima en el metro de París, un asesino a sueldo en su primer trabajo. Nicholas Ray, Sam Fuller, Jean Eustache, y otros cineastas irán haciendo acto de presencia a lo largo del film. Ray también estaba gravemente enfermo, pero de verdad, estremece con sus ademanes de galápago pintor, un muerto en vida confinado. Ripley hace creer al mundo que el pintor ya está muerto para que sus cuadros sean más valiosos.
Los acontecimientos se desglosan en un montaje hábil, la excelente forma de rodar de Wenders y su colaborador Robby Müller , los trávelins, los picados, los planos fluyen con dinamismo. La banda sonora de Jürgen Knieper recuerda el suspense del Bernard Herrman de Psicosis o Con la muerte en los talones en las escenas de los crímenes, perfectamente hiladas.
El vínculo cada vez más estrecho entre el ciudadano alemán y el forastero americano desconcierta a la esposa – Lisa Kreuzer-, un recelo comprensible ante las extrañas apariciones de un vaquero con Polaroid. El padre de familia rompe uno de sus marcos en un gesto furioso, está asustado, no es un asesino, sencillamente no sabe controlar el maremágnum en que se ha metido. El espectador va sintiendo esa misma inquietud e intenta atar cabos.
Zimmerman mira a los ojos a su víctima en el metro de París, un asesino a sueldo en su primer trabajo. Nicholas Ray, Sam Fuller, Jean Eustache, y otros cineastas irán haciendo acto de presencia a lo largo del film. Ray también estaba gravemente enfermo, pero de verdad, estremece con sus ademanes de galápago pintor, un muerto en vida confinado. Ripley hace creer al mundo que el pintor ya está muerto para que sus cuadros sean más valiosos.
Los acontecimientos se desglosan en un montaje hábil, la excelente forma de rodar de Wenders y su colaborador Robby Müller , los trávelins, los picados, los planos fluyen con dinamismo. La banda sonora de Jürgen Knieper recuerda el suspense del Bernard Herrman de Psicosis o Con la muerte en los talones en las escenas de los crímenes, perfectamente hiladas.

7,2
1.316
9
22 de mayo de 2021
22 de mayo de 2021
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La bestia debe morir, el hombre muere también; sí, ambos deben morir. Eclesiastés, 3, 19.
La muerte súbita de un hijo en edad temprana es uno de los golpes más duros que la vida puede asestar. Si eres un hombre viudo, con posibles, lo que sobra es tiempo y paciencia, desde el día en que su hijo fue atropellado por alguien que se dio a la fuga, Charles dedicará su existencia a elucubrar hipótesis, a buscar una aguja que nunca se esconderá en un pajar, encontrar al responsable que se llevó por delante lo que más quería, y matarlo. A Charles le han cambiado los esquemas. Buscar la aleta abollada del coche en todos los talleres de las inmediaciones, tarea de locos, ni la policía se plantea ir peinando la zona sin ton si son, sin pruebas ni evidencias. Y de pronto, una concidencia, un charco de barro, y un lugareño del pueblo dando pistas, hablan sobre una actriz de televisión conocida cuyo coche quedó atascado en el mismo sitio que el de Charles, que iba acompañada por un hombre zafio y malencarado. Poco a poco se irá deshaciendo la maraña,. Charles solo piensa en la venganza, aplicará su propia justicia, la Ley del Talión
En Muerte de un Ciclista (Juan A Bardem) la pareja que atropella a la víctima huye del lugar sin prestar auxilio, Accidente sin Huella se inicia con un montaje alterno, un niño con un impermeable amarillo vuelve de pasear por la playa, un coche avanza, oimos el ruido del motor, los canturreos del chico, sabemos que en breves momentos va a ocurrir algo, se masca la tragedia.
Personajes enfrentados a situaciones límite, un padre obsesionado – un contenido y sutil Michel Duchaussoy- , una actriz de televisión con poca estabilidad emocional – Caroline Cellier- y un cuñado bruto, sin modales, sin compasión (gran trabajo de Jean Yanne).
En su época de madurez, en la que realiza en poco tiempo títulos tan valiosos como Al anochecer, Las Ciervas , La mujer infiel o El Carnicero. Chabrol disecciona las miserias de la familia burguesa, la mezquindad de un patriarca déspota, sin empatía, el rencor del hijo hacia el padre vejador, la última palabra de un tipo con cara de buena persona, escritor de libros infantiles, que quiere matar.
Porqué los hombres al final morimos como las bestias, nuestros destinos son los mismos. El hombre y la bestia deben morir, así está escrito.
La muerte súbita de un hijo en edad temprana es uno de los golpes más duros que la vida puede asestar. Si eres un hombre viudo, con posibles, lo que sobra es tiempo y paciencia, desde el día en que su hijo fue atropellado por alguien que se dio a la fuga, Charles dedicará su existencia a elucubrar hipótesis, a buscar una aguja que nunca se esconderá en un pajar, encontrar al responsable que se llevó por delante lo que más quería, y matarlo. A Charles le han cambiado los esquemas. Buscar la aleta abollada del coche en todos los talleres de las inmediaciones, tarea de locos, ni la policía se plantea ir peinando la zona sin ton si son, sin pruebas ni evidencias. Y de pronto, una concidencia, un charco de barro, y un lugareño del pueblo dando pistas, hablan sobre una actriz de televisión conocida cuyo coche quedó atascado en el mismo sitio que el de Charles, que iba acompañada por un hombre zafio y malencarado. Poco a poco se irá deshaciendo la maraña,. Charles solo piensa en la venganza, aplicará su propia justicia, la Ley del Talión
En Muerte de un Ciclista (Juan A Bardem) la pareja que atropella a la víctima huye del lugar sin prestar auxilio, Accidente sin Huella se inicia con un montaje alterno, un niño con un impermeable amarillo vuelve de pasear por la playa, un coche avanza, oimos el ruido del motor, los canturreos del chico, sabemos que en breves momentos va a ocurrir algo, se masca la tragedia.
Personajes enfrentados a situaciones límite, un padre obsesionado – un contenido y sutil Michel Duchaussoy- , una actriz de televisión con poca estabilidad emocional – Caroline Cellier- y un cuñado bruto, sin modales, sin compasión (gran trabajo de Jean Yanne).
En su época de madurez, en la que realiza en poco tiempo títulos tan valiosos como Al anochecer, Las Ciervas , La mujer infiel o El Carnicero. Chabrol disecciona las miserias de la familia burguesa, la mezquindad de un patriarca déspota, sin empatía, el rencor del hijo hacia el padre vejador, la última palabra de un tipo con cara de buena persona, escritor de libros infantiles, que quiere matar.
Porqué los hombres al final morimos como las bestias, nuestros destinos son los mismos. El hombre y la bestia deben morir, así está escrito.
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