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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
12 de abril de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Esta es una película de los que hacen un alto en el camino-en este caso su deplorable y vacía existencia-, o al menos la creencia de ello.
-Esta es una película de los que se toman el fin de semana- más bien algunas horas, sin contar la resaca- para olvidarse de lo que son, de lo que no son, de lo que no pueden ser, de lo que no le gusta ser..
-Es una película, dura; dureza que recae sobre el sentimiento que despertará o despierta en la mayoría de nosotros- me da igual la edad-. Nos sentimos indentificados, no hay más. Y eso es suficiente para que nos retuerza de crudeza hasta las entrañas.

Es una película que debemos ver.

Porque todos hemos sido en algún momento el casado abatido por la vida que sin saber cómo, se ha montado una realidad de la que sólo desea escapar, que se empequeñece en casa, que no tiene una relación conyugal cómo seguro había imaginado, que su papel de padre no sabe cómo afrontarlo - como si alguien supiera cómo hacerlo..-. Y que camina día tras día- o bueno, va en coche- con un eco interno porque no hay nada que pueda deterner el vació tras esos ojos hundidos.
También seguro hemos sido la chica caótica emocionalmente, con una libertad y miedo al compromiso importantes, con un rompecabezas imposible de armar- y porqué no también, de amar-
E incluso hemos sido aquel o aquella con cierta situación economico-laboral que nos permite hacer lo que nos de la gana. para simplemente darnos más cuenta de que el dinero no es todo, un traje no es todo, y sexo vacio no lleva a nada.

Todos suplican amor, todos están perdidos, ninguno quiere la vida que tiene, todos transmiten una desesperanza que a mi personalmente me desgarra, todos hemos sido alguna vez alguno de ellos, e incluso los 3, en distintos momentos de nuestra vida, todos evadimos nuestra frustrante existencia de alguna manera u otra, las drogas sexo y alcohol son un ejemplo.
Pero todos miramos hacia otro lado, creyendo por un momento ignorar nuestro papel y nuestra vida, las responsabilidades y coherencia, dando paso al desenfreno.

¿Podríamos culparles a ellos de elegir esa forma de soportar su realidad, cuando cada persona escapamos de la nuestra de la manera que podemos -o nos dejan-?
1 de enero de 2018 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivir pasa por equivocaciones, excesos y desenfrenos, locuras de adolescentes, caídas estúpidas que se podían haber evitado, errores inútiles, elegir mal, rectificar peor, etc ... Pese a lo obvio que pueda parecer, sacado de cualquier manual barato de autoayuda, la vida es eso y mucho más.

Somos los animales cuyo mayor tiempo de dependencia por parte de nuestros progenitores necesitan. Y según dicen, es debido a ello lo que nos dota, en parte, de la gran complejidad cognitiva que llegaremos a alcanzar. Porque nacemos sin nada y necesitamos de todo/s, aunque por suerte esto va cambiando con el discurrir de los años. Pero como todo: tiene un final. La dependencia física acaba mucho antes que la mental, y es en ese punto donde los padres juegan un papel fundamental. Ser adultos competentes, saludables y estables pasa por haber adquirido en el momento adecuado las nociones básicas de autonomía, autocompetencia, seguridad en sí mismos, la amistad, el amor, la decepción, el dinero, etc.. Si no nos permiten "ser" a nosotros completamente, ¿cómo vamos a conseguir ser independientes?.

Si me han criado entre algodones, pixelando aquello que podría subir considerablemente mi nivel de cortisol, me han puesto el filtro de un mundo en color de rosa, ¿qué clase de adulto seré? Porque vivir no sabiendo que la maldad existe, que el dolor tiene un gran lugar en el mundo, que la confianza es saber que a tu madre no le hace falta espiarte mediante una tablet, que la enfermedad te mata, lo que es el odio... mantiene intacta tu entrañable inocencia,sí, pero te incapacita para enfrentarte al mundo, y en vez de encararlo de frente cuando las cosas se pongan "feas", únicamente te limitaras a huir, mirando hacia otro lado.

Porque en nuestra condición de seres relativamente libres es necesario aprender. Aprender a despedirse, aprender el engaño, aprender qué es la violencia, la sangre, la ira, el estrés. Lidiar con todo ello y seguir adelante. Aprender de los opuestos para saber reconocerlos. ¿Acaso puedo elegir libremente si me han censurado una parte de la realidad? La vida es aprender, crecer es aprender, elegir es aprender; vivir es aprender lo importante y deshechar lo que no, aún a sabiendas que la verdad absoluta no existe.

Así que Arkangel, quédese en su cajita, que lo que no nos mata nos hace más fuertes. Gracias.
24 de febrero de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
Creamos una vida, ponemos los pilares de nuestra existencia en torno a algo en lo que trabajamos; en el esfuerzo más o menos fructífero está la satisfacción de una vida acorde según lo que creemos. Desarrollamos nuestra carrera profesional con sus más y sus menos, nos enroscamos con alguien con el que la vida se nos hace más fácil, tal vez demasiado anodina en un breve lapso de tiempo. Seguimos construyendo-nos. Junto a otros; frente al espejo cuyo reflejo creemos conocer al ser que tenemos enfrente... Y aún así vivimos ingenuamente pensando que podemos controlar todo. Como si la vida no tuviera un As bajo la manga que te suelta cuando menos te lo esperas, cuando creías que ningún sobresalto era posible en la calmada atalaya desde la que te instalas cuando ya estás de vuelta de casi todo en la vida.. Y eso le pasó a Stephen.

En esta película, el protagonista es el deseo. Ese despertar que parece borrar de un plumazo todo lo que has vivido antes. Que ni valores, ni ética. Eso que te ciega, que no te permite pensar, dormir, comer con tranquilidad.. tu cabeza, tu cuerpo, tu ser, vuela junto a la fuente de ese deseo. Y eso es lo que le sucede al Doctor Fleming; se enciende en los más profundo de su parte más primitiva una llamarada tras ver a la sensual y melancólica Juliette Binoche, Anna. Como punto negativo diría que el comienzo de este enredo parece más propio de una cita Tinder que de algo más real, (visto con los ojos de 30 años después del estreno) no hubiera hecho falta mucho para introducir la relación con algo más de sutileza, porque se devoran con la mirada desde el primer encuentro y a mí me resulta algo forzado. Solo en la primera escena. Luego ya todo fluye de una forma extraordinaria.

En una ocasión el doctor le dice "tienes que ser mía", cuando realmente él es el que está totalmente, perdidamente y locamente entregado a ella. O más bien a lo que despierta ella en él. Qué desgarrador y a la vez erótico resulta ver las imágenes más tórridas, cuando ves esa necesidad de fusión para con el otro, esa danza salvaje que precede a la unión total con quien te atormenta pero te prende de tal manera, que es imposible no acabar quemándose. Ese cierto acercamiento violento en los encuentros sexuales como manifestación de la desesperación que siente él por ser un títere del deseo. Perseguirla, someterte a su fuego, "compartirla" con tu hijo, traicionar tu matrimonio y enturbiar tu vida con la mentira ... Qué difícil es actuar estoicamente cuando un sentimiento así te arrolla por completo.

Por otro lado, el personaje de Anna es demasiado frío, no sé si visto desde un hermetismo consecuencia de las heridas que arrastra, o fruto de ser demasiado calculadora. No termino de entender cuál de las 2 es. Pero esa mirada desde la melancolía, el abandono de la figura del hermano, la primera aparición tan directa hacia el doctor, esa comedida manifestación de afecto como si disfrutara de saberse capaz de controlar ese deseo que siente por Stephen, cuando él esta claro que no puede. Tendría que volver a verla para aclararme un poco.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Triste escena final, un señor, que vive en el pasado de un tiempo mejor. Demasiadas pérdidas y demasiado injustas. Pero vivió algo increíble, y fue un despertar que no todos tiene el privilegio de sentir... aunque solo a él le corresponde preguntarse si valió el precio tan alto que ha pagado.


Esta película la deberían ver todos aquellos entregados al amor, perdidos por el deseo, los que se preguntan hasta dónde te puede llevar meterse en la corriente de la pasión desmedida – Esa que Aristóteles desecharía por no estar en el término de medio, donde se ubica la verdadera virtud-. Pregúntale a Cortázar, él, que dijo que "no elegís el agua que te cala hasta los huesos". O al sucio de Hemingway, que se entregó a cientos de mujeres diciendo alguna vez "me gustas más que el aire que respiro."

Qué fácil la vida desde la parcela que hemos diseñado milimétricamente para cultivar nuestra existencia... pero qué apasionante es sentir una vez en la vida – al menos una sola – que las fuerzas más poderosas del universo te arrastran, juegan contigo, te estampan contra las rocas, se te cuelan por cada poro... con tal de sentir esa viveza. Como si el aire fuera más puro, como si en cada bocanada ensancharas un poco más el alma.

... Quién lo probó, lo sabe...
3 de diciembre de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
La Tabla Periódica de los Elementos debe ser la guía de cabecera para los apasionados de la química. Donde cada uno de sus elementos básicos entrañan una historia asombrosa en cuanto a vida y descubrimiento de sus tantos autores. En este biopic, corto y con demasiados eventos aglutinados no muy acertadamente, una joven llamada Marya Sklodowska proviene de alguna zona entre Rusia, Prusia y Austria en la actual Varsovia. Alguien cuya vida me resulta apabullante por muchos motivos. Ser mujer. Abrirse camino en la ciencia. Transitar el dolor de quedar viuda. La lucha constante por reafirmarse como alguien adelantado a su época. Y lo era. Claro que lo era.

Einstein, Darwin, Newton, Copérnico, Da Vinci... Genios a los que el momento en el que nacieron se les quedaba pequeño. Mundos que hicieron más memorables tras su aportación infinita y los logros que regalaron a la humanidad. Esta película muestra muchos temas, muchas aristas. Pero especialmente aquel que muestra la inconformidad de lo establecido. La superioridad intelectual de quien está comprometida con su don y cree en su causa, aunque el mundo entero te dilapide por ramera – según el juicio popular del París de principios del S. XX-, vaya.

Esta es una película demasiado corta, ya que trata de contar demasiado, pero no por ello se deben desperdiciar sus aportes. En unos primeros momentos muestra a Marie, soltera, reacia a desarrollar su mundo personal y volcada en la ciencia. Es cuando conoce a Pierre, donde surgirá un amor entre unas mentes privilegiadas, uno de los binomios que mejor nos ha regalado este siglo pasado en el ámbito de la ciencia. Sin detenerse demasiado, se entrevén las desigualdades por ser mujer. Las negativas del mundo a ayudar a unos científicos a buscar ciertos elementos, porque claro, no olvidemos que sin recursos no investigas nada. Y así la ciencia no avanza. Muy gracioso el crowdfunding de la época.

Una vez los resultados se empiezan a ver, los autores reciben premios (solo el varón claro, que las mujeres no van a recibir la llamada desde Suecia). El dilema de patentar o no, el problema de seguir necesitando fondos para ir más allá, se suman también los problemas graves. Los riesgos para la salud que supone estar manipulando gratuitamente cosas que contaminan. Y es que si Marie hubiera sabido esto, no hubiera ido con ampollas de radio en los bolsillos como si de un Tamagotchi se tratara, ni Pierre se lo estuviera pegando a la muñeca. La cual desintegró por completo. Este es el mensaje que más me llega de todos: lo atrevida que es la ignorancia. Pese a que eran 2 genios, pecaron de ingenuos, "jugar" con algo que no sabes el alcance que tiene. Hacer chocolate, pasta de dientes, trajes (no veas con los emprendedores de la época) de radio, qué fatalidad.. Y eso, enlaza a la perfección con los breves flashes a diferentes momentos de aplicaciones de esto. Desde la bomba en Hiroshima lanzada por el "Enola Gay", al primer niño que recibe radioterapia para atacar procesos tumorales, una exhibición del lanzamiento de una bomba atómica en Nevada como si de un partido de fútbol se tratara, hasta en 1986 en Chernobyl y lo que todos sabemos que pasó por ahí.


Cuando alguien regala algo, cede todo, hasta aquellos usos que no contemplaste y de los que mentes perversas se aprovechan para modular el mundo a su antojo. No es broma. La química puede destrozar el mundo. No es ningún juego. Pero también suceden aplicaciones benévolas. Y es que la Unidad de Radiografía Móvil que apareció en la 1ª Guerra Mundial cambió muchas vidas. Pero claro chica, no te puedes exponer a ello cada día alegremente porque te fríe el cuerpo.

Para aquellos que les apasione la ciencia y crean en ella como progreso de la vida, esta es una película encantadora. Emocionante. Nadie debe permanecer inmune ante tal descubrimiento, al que sus autores les llevó a la muerte. Hace unos años no podíamos saber cómo éramos por dentro. Hoy en día tenemos imágenes de todo tipo. Después de tantos años sigue sin existir una cura contra el cáncer. Pero se puede atacar. Se puede mermar y arrinconar, dividir y combatir. El radio arrasa por donde pasa; se lleva lo malo y también lo bueno. Pero eso es más que nada. La ciencia son pasos pequeños y eso siempre será emocionante. Gracias.

Marie Curie fue una eminencia, recibió 2 premios Nobel, desde la Física y la Química por su aportación al mundo del Radio y el Polonio (en honor a su nación), dio clase en La Sorbonne, un prodigio atormentado desde sus primeros años, una vida llena de dificultades. Encontró al amor de su vida y murió. Tuvieron 2 hijas, Irene y Eve, donde la mayor siguió sus pasos. Su vida, su muerte, su legado son increíbles. Para tener una visión más redonda de la película recomiendo leer su biografía, o simplemente el libro de Rosa Montero "La ridícula idea de no volver a verte", que desarrolla más aspectos de su vida, como el desazón tras la muerte de su marido. Después de morir, en 1995 decidieron trasladarla junto a Pierre al Panteón de París, donde descansan otros adelantados a su época. Siendo la primera mujer en entrar en ese lugar sagrado. Un lugar que hace justicia, a unas vidas entregadas al progreso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Sin destripar demasiado, las escenas tras la muerte de Pierre y el pueblo juzgándola por liarse con otro. Toda esa acusación sangrante de la época - que tampoco hemos avanzado mucho en 100 años-. La tristeza y pérdida de ilusión cuando su marido se va, que hasta va a casa de la espiritista a ver si invoca a Pierre en un arrebato desesperado de necesidad de cobijo de parte de su amor.

En el libro de Rosa, todo tiene más sentimiento, pues ella también perdió a su marido. Eso dota a esta corta novela de una crudeza que te parte en 2. Te ayuda a entender el dolor de Marie, a través del suyo propio. Que hasta podría ser el tuyo. Dejo aquí el inicio del libro, para los que se animen a saber más de esta triste historia...

"El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de lo que te acongoja estás de suerte: eso significa que no es tan importante. Porque cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la palabra. Es probable que reconozcas lo que digo; quizá lo hayas experimentado porque el sufrimiento es algo muy común. Hablo de ese dolor que es tan grande que ni siquiera parece que te nace de dentro, sino que es como si hubieras sido sepultada por un alud. Y así estás. Tan enterrada bajo esas pedregosas toneladas de pena que no puedes ni hablar. Estás segura de que nadie va a oírte."

Y es que Marie Curie quedó sumida en el silencio cuando perdió a su amor.
6 de noviembre de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Si obviamos el acento andaluz de algunos personajes que parece hecho por una IA - ahora que está tan de moda-. Queda un largometraje bastante emotivo, al menos para los que somos de lágrima exigente y coraza difícil de saltar, pero que cuando empezamos no paramos. De llorar, digo. Gran parte de culpa es por la banda sonora junto a esos paisajes.

Qué bonitas las tierras bañadas por el imponente sol de verano, dorando las cepas y esperando a desnudar la vid en el momento justo para que ese caldo nos llene los sentidos y de paso nos ponga un poco tontorrones - qué jartá de empinar el codo-. Empolvarse hasta las rodillas de pasear por el campo y doblar el lomo, anhelando la fiesta del año, en el patio del patrón; a ronear se aprende. Y benditos bailes.

Ahora ya en serio: dejando de lado consideraciones morales y tópicos, como que tu mejor amigo - antiguo colega de farras de la urbe- se lie con la mujer de tu vida. Que hagas y dispongas como buen capataz en todo y en todos, hasta con la hermana pequeña, porque el noviete de juventud es un "mal partido". Por cierto, un aplauso para el suegro que huele lo que se cuece en el corazón de su hija.

Dejando de lado todo ese atrezo mejor o peor ubicado y/o justificado, se gesta entre viñedos un amor que no todos tienen la suerte de vivir. Ese amor que sin buscarlo se va posando en cada parte de tu ser, brota por cada poro de tu cuerpo en cada transpiración hasta dejarte sin aire. Ese amor en el que solo respiras si es con ella/él. ¿Y cómo dejarlo escapar?, ¿ y cómo salir indemne de eso? Pues naturalmente que no se puede, ay...

La medida del tiempo es subjetiva, no es lo mismo un minuto con el ser amado, que 6 meses sin él. O toda una vida... Todo lo que venga después de esa experiencia más allá de lo terrenal, se mide con desazón, y por supuesto con una vara de medida muy poco a la altura de lo que le precedió algún día. Porque bien sea en lo alto de un faro, en la playa de noche, en medio de un chaparrón veraniego, en la camioneta o en las largas hectáreas de viñedos, su amor formará parte de tí. Para siempre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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De lo peor de no estar junto a ese "faro" de tu vida, no es no encontrar a alguien igual. Ni siquiera sentir que has podido experimentar el culmen de la porción de tarta de amor que te ha tocado en esta vida. Y ya después poco te toca. No. Lo peor es la pena por hacerle daño. Es la culpa por haberla mandado a la bodega que luego el desconsolado novio destrozaría en un venazo pirómano. Me quedo con esa frase que le dice el secuaz al señorito arquitecto, muy acertada, muy cruda. Muy desgarradora. No hay peor culpa que cargar con el daño que le has hecho a quien quieres.


Aunque ninguno de los 3 murió ese 15 de septiembre, les esperaría una vida consumidos por el dolor. El rencor. La culpabilidad. Se perderían en esa oscuridad, quizá. Y no volverían a levantar una copa de vino, bailar en la feria de Jeré, o sonreír levemente, sin que el monstruo del desasosiego asomara cerca de ellos... y es que amar , no debería de doler.

Ojalá fuera suficiente. Ojalá fuera diferente. Ojalá fuera tan fácil.
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