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Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
15 de enero de 2021
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una serie documental sobre la historia del rock en Netflix daba que hablar, de antemano me parecía interesante. De movida hay que reconocer que el trabajo resultante logró ser bastante ambicioso. Tiene el mérito de querer abordar la historia del rock desde una perspectiva Latinoamericana y no tan localista. Y a lo largo de su narración se destaca por encima de todo lo ocurrido en Argentina y México; Colombia, Perú, Chile y Uruguay están como en segunda fila y aun así, por esas cosas de decisiones de la producción, deja afuera a un país importante como Brasil que sin dudas tuvo impacto en la historia del rock con grupos importantes como Os mutantes, Paralamas, Ollodum. Incluso relevantes desde el punto de vista de las mixturas y esos cruces de géneros que tanto han influenciado a bandas como Los Fabulosos Cadillacs, Aterciopelados, Autenticos Decadentes con el advenimiento de esas bases percusivas y sambas que se instalaron hace tiempo.

Pero hay que reconocer algo que le juega muy a favor a este tipo de documentales cuando se trata de pensar la historia del rock. Y ese algo es que por lo general a los rockeros les gusta hablar y contar. Se disfruta escucharlos.
Aparte de opinar sobre música, con frecuencia no le escapan a la oportunidad de sentar posición acerca de temas sociales o mensajes políticos. De esto mismo surgiría el nombre del documental. Porque “rompan todo” (Billy Bond dixit) además de ser una frase con directo anclaje en el imaginario rockero es también una suerte de declaración de principios. Y Netflix lo entendió, el gancho del título hace lo suyo también para que el documental, además de haber sido visto por buena cantidad de publico, haya generado variopintos comentarios y satisfactorios debates.

Es bastante obvio que la figura con más cámara y letra a lo largo de los capítulos es Gustavo Santaolalla. Productor de la serie, culto y sobre todo un gran protagonista en la industria, es quizá el que más veces aparece hablando. De hecho se le critica que el documental parece un trabajo al servicio de su productora y por encargue. Pero también da gusto escuchar opiniones que resultan ser un muy buen hallazgo que aportan dignidad y gracia con sus comentarios. Tenemos el caso de Andrés Calamaro o Pedro Aznar, quien con su sensible inteligencia al analizar el rock primitivo, el impacto de los Beatles y la influencia del grupo Los Shakers nos dice cosas como estas: "yo creo que ellos lo que pudieron hacer es desentrañar la impronta musical que había ahí, decodificar el ADN de eso y replicarlo a la uruguaya". O quizá, con menos intelectualidad pero con mayor gracia, aparece de repente el zorrito Von Quintiero y refiriéndose a Soda nos cuenta: "un día termino de tocar, salgo a la vereda con un trago, y veo dos bichos raros, disfrazados, con los pelos raros, con bombacha de gaucho, y me encaran diciéndome somos de una banda Soda Stereo; yo pensé, olvidate con ese nombre no pueden llegar a ningún lado, un nombre muy raro,muy pop, muy que no combinaba.. y al tiempo yo entro a grabar el segundo disco con la característica de que Soda Stereo es elegido por la Sony como el grupo para sacar al rock argentino de Argentina y hacerla crecer en todo Latinoamérica"

De los cinco episodios el que más me gusta es el primer capítulo, con sus canciones finamente restauradas, su esfuerzo por rescatar ese archivo ya olvidado de una suerte de catálogo perdido frecuentemente por falta de interés o falsamente intrascendentes. Y lo mejor es que aquí suenan muy bien. Por supuesto, hay muchísimos artistas que en la operación de selección quedaron afuera pero honestamente este documental me hizo acceder a otros muchos que ni conocía.

Esta serie documental (además de que me hizo enganchar casi de un tirón los cinco capítulos que dura) es muy dinámica y su edición le añade mucho ritmo. Así como también hay que destacar que a través de sus imágenes posee una muy sutil exhibición del disco de vinilo. Y eso me parece buenísimo. A lo largo de los episodios se ven muchas tapas originales de esos álbumes emblemáticos, visualmente mejorados, reconociendo sin dudas un merecido homenaje a lo que fue este objeto para la historia del rock.
31 de agosto de 2020
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1942 los ejércitos de Hitler conquistaban media Europa y la Holanda de Anna Frank era ocupada por los invasores nazis. No obstante, a pesar de la orgía de crímenes y deportaciones que imponían los tiranos a la población judía (con complicidad de alguna gente local), la adolescente de unos 13 o 14 años oculta en un desván se hacía el tiempo y la voluntad para escribir un diario personal, describiendo detalles de su vida y del entorno acerca de lo que estaba sucediendo.

No hay nada más fuerte que la imagen de Anna Frank para reunir en un solo rostro lo que fue su presencia. Este trabajo documental de la dupla italiana Sabina Fedeli y Anna Migotto tiene como misión divulgar, entre otras cosas, el legado de Ana Frank a través de su objeto más preciado: las palabras de su diario.

En un gran acierto de casting, la actriz Helen Mirren se convierte en la portadora para narrar con gran calidez algunos de los fragmentos del libro. Y lejos de una lectura fría, nos transmite algunos de sus escritos respetuosamente, con el tono de voz justo, degustando las palabras. Cito a continuación uno de ellos, apartándome de los de mayor desconsuelo y optando en cambio por alguno más apropiado de una niña que va asomándose a su adolescencia y experimenta su primer romance con su compañero de cuarto. Se nos lee de su diario, “nuestras cabezas estuvieron pegadas, no puedo describir la sensación que invadió mi cuerpo, me sentía dichosa y creo que él también. Más tarde hay un beso de verdad y yo lo abracé, mi boca se topó con la suya y embriagados nos apretamos una y otra vez hasta nunca acabar”. Respirando hondo, poniendo la acentuación en cada palabra, mirando a cámara, la actriz protagonista de The Queen (2006) nos brinda en este emotivo pasaje un muy buen ejemplo de lo que es saber transmitir al espectador sentimientos y emociones, amor o valentía.

Las historias paralelas se suceden en este documental. Y a la vez imprime una mirada desde la actualidad a la historia, instaurando un imaginario contrapunto de Anna con una adolescente de hoy, la joven Martina Gatti, que va trasladándose en tren por diferentes sitios tras la ruta geográfica (Praga, Paris, Amsterdam) donde se conoce que Anna padeció su éxodo antes de fallecer de tifus en el campo checoslovaco de Bergen Belsen.

“Somos casi de la misma edad podríamos ser amigas? Qué soñabas? Quiero entender. Los últimos días tenías esperanzas?" Se va preguntando Martina Gatti, separándose de la imagen documental clásico para alternar con lo que sería un registro tomado por otro formato de cine, como podría ser el teclado de un celular o Instagram.
Este juego con los valores estéticos de las redes sociales está en alguna forma plenamente justificada con el empleo de palabras altamente simbólicas, precedidos por sucesivos “hashtags” que se va haciendo la joven: #diario, #conocimiento, #fosas comunes, #aniquilación, #valentía, #resistencia, #imaginación. #Legado, “qué linda es la libertad, pronto estaré en tu casa secreta”.
Sin dudas, esta iconicidad estilo Instagram genera un tipo de complicidad muy pegado a lo verídico, al menos entre los adolescentes. Público “centennial” que hoy rondaría la misma edad en que Anna escribió su libro y al que justamente se busca hacerle llegar estas historias de vida.


Es importante agregar que el documental se enriquece con el aporte de los testimonios de un grupo de mujeres sobrevivientes de los campos de concentración que nos relatan sus experiencias, como también con la exhibición a cámara del mismísimo diario gracias a la labor de divulgación de los miembros de fundación Anna Frank de Basilea y con una cámara atenta que se detiene para contemplar importantes museos europeos conmemorativos de la Shoah.
Para culminar debo decir que tengo la impresión que las historias que aquí se narran han sido de mi interés durante mucho tiempo, de ahí que no dude mucho a la hora de realizar en forma escrita una devolución, mi devolución.
5 de agosto de 2019
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin vueltas. Guarisove, los olvidados (1995) es uno de mis cortos favoritos. Inspirado en un tema por momentos penoso, como ser las vivencias de los soldados en la Guerra de Malvinas, posee sin embargo un sentido del humor muy singular. Filmada en una cantera en la Provincia de Buenos Aires, tal como aparece en los créditos finales, te hace sentir como si realmente estuvieras en los fríos territorios desérticos de las islas australes.

Es un cortometraje en donde la sobresaliente actuación de un casi debutante Claudio Rizzi, protagoniza a un soldado "colimba, canchero, argento y medio capanga" de aspecto mayor a esos chicos de la guerra y que a la vez resulta sumamente gracioso. "Asi que guarisove, guarisove las pelotas, quién te pensás que sos vos John Lennon...", le responde a un Kelper que le cuenta a él y a su compañia de soldados rasos abandonados por sus mandos que "war is over" y la guerra terminó.

La locura de la postguerra es retratada en un corto que es a la vez una serie de viñetas de un estado de situación de cierto sector del ejército argentino del fin de la dictadura. "Y esa chaqueta?, me la dejo nuestro capitán cuando se fue corriendo", responde un personaje.

Un trabajo audiovisual un tanto controversial que incluso generó algunos rechazos principalmente de ciertos veteranos de Malvinas que lo consideran como una burla o falta de respeto al heroísmo de los ex combatientes. Aún así tuvo en su momento una formidable acogida por parte de la crítica que lo consideró como uno de los mejores exponentes del llamado nuevo cine argentino dentro del ciclo "Historias breves 1" (1995, varios autores)

Para quien esto escribe, el final con la maravillosa canción de Sui generis "Botas locas" resume el tono, el mensaje y la frescura de este entretenidísimo corto acerca de uno de los capítulos tristes e irresueltos de la historia Argentina.
8 de septiembre de 2018
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que otra gente, al fin pude ver Perdida por Nétflix. De la misma manera que muchas películas argentinas, este film de Alejandro Montiel también tuvo su paso fugaz por las salas de cine y muchos no pudimos verla. Pero al ser incluida hace poco tiempo dentro del menú de la plataforma virtual mas popular del momento, la suerte de esta película en cuanto llegada al publico ha cambiado rotundamente. Tal vez por haber participado en un casting relacionado con esta película, me detuve a prestar atención a los créditos finales para tomar algo de conciencia de la cantidad de gente involucrada en este tipo de emprendimiento cinematográfico. Multiplicidad de oficios que conllevan para su realización, nuevos actores, músicos, publicistas, el aporte de distintos municipios y la posibilidad de integrar diferentes paisajes de nuestra geografía al servicio de esto que es cine en estado puro.


La historia esta basada en una novela de la periodista Florencia Etcheves. En ella se narra la búsqueda unos años mas tarde de una adolescente que desapareció durante un viaje de estudios por la Patagonia Argentina luego de conocer a un muchacho con el cual tuvo un encuentro tal vez romántico. Quien emprende esa búsqueda es una mujer policía que en su momento fue compañera de la chica desaparecida y mejor amiga.

Este rico material que bien puede estar inspirado en sucesos tomados de la vida real, tales como algún capitulo del tipo de Cámara del crimen o también de alguna de esas estupendas series nórdicas con misteriosos asesinatos, ambiguos detectives y maravillosos entornos naturales, en el caso de Perdida esta mas bien tratado como un thriller policial. En una elección de guión de sus productores, direccionaron la película sobre todo para el lucimiento personal de la actriz protagonista que es Luisana Lopilato y muchas acciones de pelea cuerpo a cuerpo entre hombres y mujeres, vidrios que estallan reiteradamente por doquier, chorros de sangre y violencia física.

Si bien el mismo desarrollo del film nos entrega varias referencias de lo que motiva a la detective protagonista a investigar acerca del esclarecimiento del crimen de su amiga de la adolescencia, nos sigue quedando para mi gusto una certera sensación que al relato le falta algo de emoción como para identificar más al espectador con la gravedad de lo que se esta contando.
Quizá hubiese faltado que la película aborde un poco mas en profundidad el universo de ese personaje desaparecido que se llamaba Cornelia, sus vivencias como adolescente durante su estadía en la Patagonia, su relación con las compañeras de viaje u otros aspectos dejados de lado como la falta de protección de los tutores que debían protegerla, o hasta saber algo mas quien era ese chico que se lo vio por única y ultima vez. De hecho, poco sabemos de quien es esa chica llamada Cornelia para identificar más al espectador con su desaparición.
Afortunadamente hay que destacar que el film nos ofrece una buena adaptación de una novela con un tema social potente, una oportuna captación de diferentes espacios de nuestra fotogénica Patagonia al servicio del relato, una suma de imágenes muy bellas y prolijamente filmadas donde la presencia del color suma interés y, por supuesto, mucho de los elementos que hacen disfrutar de un género policial bastante recurrente y entretenido en la exitosa plataforma Netflix.

Bienvenido entonces este cine de genero, con castings para nuevos actores, con desarrollo de nuestra industria cultural, para interesantes puesta en escena de novelas con temas vigentes contemporáneas y para integrar paisajes de nuestro país con el mismo gusto con lo que lo hacen exitosamente otras producciones europeas.
Adiós Sui Géneris
Concierto
Argentina1976
6,6
102
Documental, Intervenciones de: Charly García, Nito Mestre
8
7 de febrero de 2020
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sea bienvenido a lo único que hay en fílmico acerca de las actuaciones en vivo del Sui Generis de los 70. Mérito no menor para la realización de un registro audiovisual en tiempos que no existía ni el vhs, el dvd ni youtube y una película sobre un grupo de rock argentino era una absoluta rareza. De hecho, cuando deseamos ver Sui generis en vivo siempre hemos recurrido al Adios... Ya sea en las trasnoches de los cines o a las ediciones en video que aparecieron más tarde.

Y el Adios además de su enorme peso propio como concierto de despedida de uno de los grupos míticos y más amados de la historia del rock nacional tiene tambien su valor cinematográfico. Se pueden ver pasajes de fusión entre historia del cine con el insert de imágenes bailando de Fred Astaire mientras se escucha uno de los virtuosos solos de piano de charly en "Un hada y un cisne", más específicamente del fragmento de "Posludio" aquel maravilloso instrumental del disco "Vida" (1972). Como así también unas escenas de un charly y Nito actuando disfrazados al estilo Lon Chaney o simulando un banquete tipo "La gran comilona" mientras se oye Mr Jones. Todo cabe a lo que es su fiesta de despedida.

Si bien el set list del recital apunto marcadamente a presentar los nuevos temas del grupo, también tuvieron lugar algunos de sus himnos como "rasguña a las piedras", "Natalio Ruiz", "aprendizaje" o "canción para mi muerte". Y es allí donde la cámara del director logra captar (solo en parte) algo tan importante como lo fue el registro visual del público. Enfocando, por ejemplo, la mirada atenta y tarareando esos versos que se apropiaron y aman esos adolescentes o que aplauden frases como "las heridas son del oficial". Sin olvidar aquellos que resisten afuera la cola por la segunda función en medio del frio para hacer su ingreso al Luna Park y compartir su ceremonia.

Adios sui generis no va a resultar nunca la mejor pelicula filmada sobre rock o el mejor documental sobre un concierto. Sí es en cambio lo que afirma una de las pibas entrevistadas mientras espera ansiosa afuera del Luna el comienzo del recital: "un testimonio".
Lo fue, lo es, lo será siempre.
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