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Críticas ordenadas por utilidad
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5,9
3.404
6
7 de mayo de 2016
7 de mayo de 2016
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Darín es un milico bueno que se abre de la estructura represiva del aparato de la última dictadura militar (la cinta transcurre en 1977) y se refugia en un pueblito del interior de la provincia de Buenos Aires. Allí se encontrará con un comisario malísimo que interpreta un genial Oscar Martínez. Se irán generando una serie de situaciones violentas in crescendo. Violencia de la época, que llega a todas partes, que todo lo ocupa.
Narrada en un marco realista (con varios planos de una preciosura estética destacable) la película va derivando hacia el género western/policial adapatado a nuestras pampas (como ya lo había hecho Caetano en Un oso rojo, aunque en un tiempo más cercano y en conurbania). La música va acompañando y aclimatando cada escena (de forma tal de que no dudemos de nada).
Es lineal, clásica y predecible. Pero a su vez entretenida y vertiginosa cuando se desata. Su principal particularidad reside en relatar las aventuras de un militar bueno (habría que pensar que implica una película como esta en esta etapa)
Un buen producto. La nota, incuestionablemente, es un 6.
Narrada en un marco realista (con varios planos de una preciosura estética destacable) la película va derivando hacia el género western/policial adapatado a nuestras pampas (como ya lo había hecho Caetano en Un oso rojo, aunque en un tiempo más cercano y en conurbania). La música va acompañando y aclimatando cada escena (de forma tal de que no dudemos de nada).
Es lineal, clásica y predecible. Pero a su vez entretenida y vertiginosa cuando se desata. Su principal particularidad reside en relatar las aventuras de un militar bueno (habría que pensar que implica una película como esta en esta etapa)
Un buen producto. La nota, incuestionablemente, es un 6.

5,5
1.099
5
13 de septiembre de 2015
13 de septiembre de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película de terror psicológico acerca de la ambición de triunfar en Hollywood. A esta altura todo un tópico en si mismo. Tiene buenos climas, excelente música y situaciones con diálogos y momentos absurdos bastante interesantes. Parece que va a ser una buena película . Sin embargo en un momento te das cuenta de que los que la hicieron no tienen ni la más remota idea de como resolverla y todo se define del peor modo, como cayendo por un tobogán de estiércol.
Mi nota es un 5.
Mi nota es un 5.

4,9
8.030
6
11 de abril de 2018
11 de abril de 2018
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta es un slasher 100%. Allí no hay nada que no escape a la ortodoxia del género.
Lo que hace de "Terrifier" una cinta que puede merecer la atención de los espectadores es el killer clown. Todos los galardones se los lleva Art, el payaso. La forma en la que se mueve y en la que mata es espeluznante. La contradicción entre sus funambulescos movimientos de mimo y su maníaca adicción por el crimen (sobre todo si se trata de mujeres) genera un escozor único.
La vuelta de tuerca del final que viene a explicar la escena con que abre la historia le pone a la cinta una nota maléfica con la cual levanta muchísimo.
La nota es entonces un 6 porque la película se apoya más en el personaje que cualquier otra cosa.
Lo que hace de "Terrifier" una cinta que puede merecer la atención de los espectadores es el killer clown. Todos los galardones se los lleva Art, el payaso. La forma en la que se mueve y en la que mata es espeluznante. La contradicción entre sus funambulescos movimientos de mimo y su maníaca adicción por el crimen (sobre todo si se trata de mujeres) genera un escozor único.
La vuelta de tuerca del final que viene a explicar la escena con que abre la historia le pone a la cinta una nota maléfica con la cual levanta muchísimo.
La nota es entonces un 6 porque la película se apoya más en el personaje que cualquier otra cosa.
9
16 de enero de 2017
16 de enero de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
I. Las series son el mal de nuestro tiempo. Son el paco de las capas medias (diversificadas, heterogéneas, bla). Como soy parte de esta época y no soy ajeno al pecado, lo único que me queda es consumirlas con responsabilidad. A excepción de Game of Thrones (si digo GoT ya es lenguaje de granjita de recuperación), sólo consumo aquellas que hayan concluido y a su vez obtenido un consenso duro acerca de su buena calidad. Soy selectivo. Me doy con las que me dicen que pegaron bien.
II. Ayer concluí "Mad Men". Sí, ya sé. Terminó en el 2014, mucho tiempo. Es un tópico envejecido.
Sólo se puede evitar el ridículo cuando se habla en simultáneo a la emisión original de la serie, en tiempo real. Y lo que es peor, sólo en estos momentos se puede hablar bien de una serie. Con el paso de los minutos y las semanas posteriores a la finalización de una serie "nadie la votó". Todos los que la comentaban eufóricos con sus amigos, en la oficina o dónde sea, empiezan primero a ningunearla un poco para finalmente denostarla, hablar de sobrevaloración, etc. Recuerden sino el caso arquetípico de "Lost": pasó de ser una genialidad revolucionaria para terminar siendo objeto de burla y desprecio. Jack Shepard debutó con un pibe. Ya nadie recuerda a Jack Shepard. Ya no se puede hablar de "Mad Men" y menos postear algo.
III. Somos ahora la Patria Spoilera. Spoilear es peor que reprimir con la montada a las Madres de Plaza de Mayo (bah, ni eso es ya considerado tan malo). En materia de series, ya no sólo no somos libres de analizar ni comentar nada que no esté sucediendo ahora mismo, sino que además tampoco podemos comentar el contenido de nada porque puede que estemos "spoileando". Hay que avisar antes. Así que aviso. Diálogo, consenso, República.
II. Ayer concluí "Mad Men". Sí, ya sé. Terminó en el 2014, mucho tiempo. Es un tópico envejecido.
Sólo se puede evitar el ridículo cuando se habla en simultáneo a la emisión original de la serie, en tiempo real. Y lo que es peor, sólo en estos momentos se puede hablar bien de una serie. Con el paso de los minutos y las semanas posteriores a la finalización de una serie "nadie la votó". Todos los que la comentaban eufóricos con sus amigos, en la oficina o dónde sea, empiezan primero a ningunearla un poco para finalmente denostarla, hablar de sobrevaloración, etc. Recuerden sino el caso arquetípico de "Lost": pasó de ser una genialidad revolucionaria para terminar siendo objeto de burla y desprecio. Jack Shepard debutó con un pibe. Ya nadie recuerda a Jack Shepard. Ya no se puede hablar de "Mad Men" y menos postear algo.
III. Somos ahora la Patria Spoilera. Spoilear es peor que reprimir con la montada a las Madres de Plaza de Mayo (bah, ni eso es ya considerado tan malo). En materia de series, ya no sólo no somos libres de analizar ni comentar nada que no esté sucediendo ahora mismo, sino que además tampoco podemos comentar el contenido de nada porque puede que estemos "spoileando". Hay que avisar antes. Así que aviso. Diálogo, consenso, República.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
IV. No importa el desarrollo de una serie. Todo se resume a su último capítulo. El último de "Mad Men" es malo. La serie es buena. No importa, todo lo que se dirá es "Estuvo bien, pero el final...". Es la dictadura del fetiche por los finales. Debe decirse también que es un fetiche que nadie votó pero que tiene legitimidad. Es obvio que los finales son importantes. Se pueden insertar aquí muchas metáforas sexuales.
V. Último. Donald Draper es una ficción real. Es el capitalismo. Una maqueta del sistema. Va matando todo lo que toca pero todos quieren tocarlo, así que a chuparla. Minga que se va a suicidar. Debería pero el sistema no se suicida. La presentación de la serie no es el hombre cayendo desde la ventana de un edificio, es el hombre sentado en el sillón, fumando su cigarrillo, creo que tomando un whisky también (no tengo ganas de corroborarlo). Las modas pasan, las tecnologías avanzan y Draper siempre luce igual, se adapta pero luce igual. Hasta Sterling que también es engranaje (todos son engranaje) se deja el bigote.
VI. El socialismo real fracasó. Pero "Mad Men" nos muestra que es falso aquello de que solo en el comunismo el hombre debe trabajar a destajo y sacrificar incluso sus domingos, como el Che, para ser el hombre nuevo. En "Mad Men" trabajan a toda hora, a todo momento, sábados, domingos, a la madrugada, en Navidad, cuando sea. De hecho todo se traslada a la oficina: comer, dormir, garchar, emborracharse, ser padres. La diferencia es que en vez de alienarse en nombre del paraíso socialista, los personajes de "Mad Men" se alienan en nombre del billete y del éxito (en realidad son lo mismo). El hombre nuevo es el que se hace millonario. Tenía razón Adam Smith. Es el egoísmo del verdulero el que hace triunfar a la economía, no el Estado (que igual debería desaparecer según Marx, aunque sabemos que eso es una macana enorme).
VII. Último en serio. Es una serie feminista. El futuro son Peggy y Joanie. Pero para eso hay que abortar, abandonar a los hijos, prostituirse. Aún así parece que la cosa saldría mejor con ellas que con ellos. Megan puede andar bien. Betty está condenada a desaparecer.
Draper vuelve del retiro espiritual, no se arrepiente de nada y hace el comercial de Coca Cola. Pero esto último es obvio. No digo nada.
V. Último. Donald Draper es una ficción real. Es el capitalismo. Una maqueta del sistema. Va matando todo lo que toca pero todos quieren tocarlo, así que a chuparla. Minga que se va a suicidar. Debería pero el sistema no se suicida. La presentación de la serie no es el hombre cayendo desde la ventana de un edificio, es el hombre sentado en el sillón, fumando su cigarrillo, creo que tomando un whisky también (no tengo ganas de corroborarlo). Las modas pasan, las tecnologías avanzan y Draper siempre luce igual, se adapta pero luce igual. Hasta Sterling que también es engranaje (todos son engranaje) se deja el bigote.
VI. El socialismo real fracasó. Pero "Mad Men" nos muestra que es falso aquello de que solo en el comunismo el hombre debe trabajar a destajo y sacrificar incluso sus domingos, como el Che, para ser el hombre nuevo. En "Mad Men" trabajan a toda hora, a todo momento, sábados, domingos, a la madrugada, en Navidad, cuando sea. De hecho todo se traslada a la oficina: comer, dormir, garchar, emborracharse, ser padres. La diferencia es que en vez de alienarse en nombre del paraíso socialista, los personajes de "Mad Men" se alienan en nombre del billete y del éxito (en realidad son lo mismo). El hombre nuevo es el que se hace millonario. Tenía razón Adam Smith. Es el egoísmo del verdulero el que hace triunfar a la economía, no el Estado (que igual debería desaparecer según Marx, aunque sabemos que eso es una macana enorme).
VII. Último en serio. Es una serie feminista. El futuro son Peggy y Joanie. Pero para eso hay que abortar, abandonar a los hijos, prostituirse. Aún así parece que la cosa saldría mejor con ellas que con ellos. Megan puede andar bien. Betty está condenada a desaparecer.
Draper vuelve del retiro espiritual, no se arrepiente de nada y hace el comercial de Coca Cola. Pero esto último es obvio. No digo nada.

5,6
6.222
8
17 de julio de 2022
17 de julio de 2022
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mundo decadente, distópico y post-humanista. El dolor ha desaparecido y los bisturíes tecnológicos causan placer sexual. Algunos seres generan nuevos órganos que son como tumores a los que se tatúa como objetos de una performance en oscuros teatros. Maquinarias exo-esqueléticas, con brazos como tentáculos o tripas permiten sobrellevar los rastros que del dolor se presentan en el sueño o mejoran la digestión en un mundo de alimentos cancerígenos. El estado minarquista es un puñado de oficinas derruidas, infiltradas por la corporación y todo lo que parece quedar del poder estatal: la cartera de orden y seguridad con sus agentes infiltrados para cercenar las desviaciones. Un Cristo que deglute plástico es asesinado por su madre y en ese cadáver reside la posibilidad de una nueva era, una en la que los órganos pueden deglutir la perversión de la materia industrial, vislumbrando un futuro en el que lo anti-natural devenga natural.
Cronenberg vuelve a sus grandes temas.
La nota es un 7, quizás un 8.
Cronenberg vuelve a sus grandes temas.
La nota es un 7, quizás un 8.
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