Un Javier Bardem nada creible e incómodo en su papel , una Natalie Portman doblemente impresionante, un Stellan Skarsgard como un Goya renovado, distinto, brillante. Estos son los ingredientes, unidos a una magnífica dirección de Forman, de una película que resulta imcompleta y a veces con falta de ritmo pero que refleja muy bien las miserias de la Inquisición y la repercusión de las obras de Francisco de Goya, tan importante para la historia. Por cierto, me quedo la Portman, con diferencia.

Almodóvar consigue con esta historia llena de sentimientos "volver" a su cine más tradicional, en la que nos muestra que lo tradicional, pueblerino y cotidiano no es tan monótono y simple como muchas veces llegamos a pensar. Las historias más sorprendentes y maravillosas jamás contadas, vienen de donde nunca creemos que pueden estar: del corazón de lo urbano(o periférico) y cercano.

Detras de la apariencia de cada persona hay un mundo desde luego.

Hay que ser realista. Aunque las comparaciones sean odiosas y creeyeramos que Nolan había demostrado ya todo, no es así. Probablemente lo haya hecho en todos sus aspectos positivos como director, los cuales en cierta manera están presentes en este film pero de una manera repetitiva,ya vista, incluso aburrida. 'El truco final' por entrar, entra hasta en el universo de los supuesto finales inesperados, lo cual crea que durante el metraje, poquito a poco, vaya perdiendo fuerza para llegar a un final que para nada es sorprendente si la lentitud del film te ha dejado ir atando cabos sueltos y haciendo nudos los cuales son malos, tramposos, débiles...