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7
16 de octubre de 2011
16 de octubre de 2011
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Cava se convirtió en un director importante para mí el día que Garci, en su maravilloso programa "Qué grande es el cine", emitió "Al servicio de las damas", una de las mejores comedias de la historia del cine y de la screwball comedy en particular para quien escribe estas líneas. Por eso, no dejo la oportunidad de ver películas de su filmografía.
Primrose Path no es una película redonda. De hecho, es bastante desigual, pero tiene momentos memorables localizados en el bar en que trabajan la pareja protagonista (pocas veces ha estado tan bien en un papel la meliflua y poco interesante para mí Ginger Rongers). Son momentos de réplicas rápidas e ingeniosas, de dominio del personaje femenino, de locura cómica y divertida a las que el espectador asiste divertido y asombrado. La mezcla de comedia y drama, porque la película no deja de ser un melodrama, resulta algo inconexa y desconcertante. Aun así, se trata de una película interesante y que no dejaría de recomendar a los seguidores del cine clásico, de la screwball comedy y de La Cava particular.
Primrose Path no es una película redonda. De hecho, es bastante desigual, pero tiene momentos memorables localizados en el bar en que trabajan la pareja protagonista (pocas veces ha estado tan bien en un papel la meliflua y poco interesante para mí Ginger Rongers). Son momentos de réplicas rápidas e ingeniosas, de dominio del personaje femenino, de locura cómica y divertida a las que el espectador asiste divertido y asombrado. La mezcla de comedia y drama, porque la película no deja de ser un melodrama, resulta algo inconexa y desconcertante. Aun así, se trata de una película interesante y que no dejaría de recomendar a los seguidores del cine clásico, de la screwball comedy y de La Cava particular.

7,4
1.688
9
16 de octubre de 2011
16 de octubre de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aun me pregunto por qué grandes películas como esta figuran en el baúl del olvido. Robert Siodmak es conocido por grandes obras como "El abrazo de la muerte" y otras no tan redondas aunque sobradamente conocidas como "La escalera de caracol". Y de Laughton, otro monstruo del cine, no voy a añadir nada más allá de sus poderosas interpretaciones de Enrique VIII, del abogado de "Testigo de cargo" o del capitán Kidd.
Efectivamente, esta peli de Siodmak tiene el espíritu de una cinta de Hitchcock y casi recuerda en algunos momentos a "Falso Culpable". Hasta ahí las semejanzas, después es un espectáculo interpretativo de Laughton, envuelto en una trama que el pobre personaje principal no esperaba. Su personaje es uno de esos ejemplos de evolución psicológica de un personaje y de que hasta que punto una persona puede estropearte la vida.
Reconozco que hasta hace poco no sabía quién era Ella Raines pero después de verla en esta película, será difícil olvidar su potente presencia en algunas películas semidesconocidas del llamado film noir.
La magia de los ambientes siniestros y opresivos del gran Siodmak y las dotes interpretativas de Laughton, esta vez no sobreactuado, nos regalan un clásico del cine negro.
Lo único negativo, el final. No contaré por qué, no me gusta contar los finales de películas.
Efectivamente, esta peli de Siodmak tiene el espíritu de una cinta de Hitchcock y casi recuerda en algunos momentos a "Falso Culpable". Hasta ahí las semejanzas, después es un espectáculo interpretativo de Laughton, envuelto en una trama que el pobre personaje principal no esperaba. Su personaje es uno de esos ejemplos de evolución psicológica de un personaje y de que hasta que punto una persona puede estropearte la vida.
Reconozco que hasta hace poco no sabía quién era Ella Raines pero después de verla en esta película, será difícil olvidar su potente presencia en algunas películas semidesconocidas del llamado film noir.
La magia de los ambientes siniestros y opresivos del gran Siodmak y las dotes interpretativas de Laughton, esta vez no sobreactuado, nos regalan un clásico del cine negro.
Lo único negativo, el final. No contaré por qué, no me gusta contar los finales de películas.

6,4
233
8
9 de noviembre de 2015
9 de noviembre de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los tres tesoros" encarna, en mi opinión, lo mejor del cine japonés clásico de evasión. Por un lado, no falta el argumento central con la historia del príncipe Mikoto que debe luchar contra los enemigos de su reino, mientras que toda una historia de envidias, ansias de poder y rencores se tejen en torno a su padre y al futuro de la corona; por otro, se entretejen historias de la mitología japonesa con una imaginación fabulosa y desbordante.
Especialmente interesantes resultan la historia de la diosa del sol y, sobre todo, el episodio del dragón de las siete cabezas y la espada que custodia en su interior.
Durante el visionado de la película, no paraba de pensar en la fabulosa cinta "El más allá" de Masaki Kobayashi, cuyo único vínculo común es la inclusión de elementos fantáticos, ya que aquella es una película de terror y ésta no. Eso sí, su fantasía e imaginación las enlaza en mi altar cinematográfico, siendo altamente recomendables las dos cintas.
Lo mejor de la película es que, a pesar de sus tres horas de duración, no se hace larga ni pesada en ningún momento. Es puro disfrute, tanto en la historia central del príncipe Mikoto, como en las historias paralelas basadas en la mitología japonesa.
Especialmente interesantes resultan la historia de la diosa del sol y, sobre todo, el episodio del dragón de las siete cabezas y la espada que custodia en su interior.
Durante el visionado de la película, no paraba de pensar en la fabulosa cinta "El más allá" de Masaki Kobayashi, cuyo único vínculo común es la inclusión de elementos fantáticos, ya que aquella es una película de terror y ésta no. Eso sí, su fantasía e imaginación las enlaza en mi altar cinematográfico, siendo altamente recomendables las dos cintas.
Lo mejor de la película es que, a pesar de sus tres horas de duración, no se hace larga ni pesada en ningún momento. Es puro disfrute, tanto en la historia central del príncipe Mikoto, como en las historias paralelas basadas en la mitología japonesa.

7,0
1.479
9
16 de octubre de 2011
16 de octubre de 2011
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fritz Lang es uno de los directores más interesantes del cine negro y del cine, en general, por supuesto. "El hombre atrapado" pasa por ser una película bastante desconocida y, por eso, sorprende su alta calidad cinematográfica.
No es sólo un ajuste de cuentas de Lang con el régimen nazi sino la historia de una excelente persecución o, como reza la publicidad del filme, la historia de un cazador que se convierte en presa. El cazador es George Sanders y la presa Walter Pidgeon, por ahí están la chica, maravillosa y guapísima Joan Bennet (una prostituta con un magnífico corazón) y el siniestro John Carradine, para ayudarle y perseguirle mútuamente.
El glorioso blanco y negro combinado con la oscuridad de la brumosa Inglaterra nos regalan una fascinante película de suspense y persecución que está a la altura de otros clásicos de Lang.
Y como el cine es contraste y diversión, esta película tiene un glorioso inicio, un soldado inglés tiene en el punto de mira de su escopeta al mísmisimo Adolf Hilter y un ridículo final que no voy a contar (casi dos minutos que sobran después del brillante duelo entre cazador y presa).
A pesar de su ridículo final, no creo que se estropee el resultado de una fascinante historia de espías y persecuciones. No me gustan las tijeras en el cine pero una en ese epílogo final, mejoraría notablemente esta excelente película.
No es sólo un ajuste de cuentas de Lang con el régimen nazi sino la historia de una excelente persecución o, como reza la publicidad del filme, la historia de un cazador que se convierte en presa. El cazador es George Sanders y la presa Walter Pidgeon, por ahí están la chica, maravillosa y guapísima Joan Bennet (una prostituta con un magnífico corazón) y el siniestro John Carradine, para ayudarle y perseguirle mútuamente.
El glorioso blanco y negro combinado con la oscuridad de la brumosa Inglaterra nos regalan una fascinante película de suspense y persecución que está a la altura de otros clásicos de Lang.
Y como el cine es contraste y diversión, esta película tiene un glorioso inicio, un soldado inglés tiene en el punto de mira de su escopeta al mísmisimo Adolf Hilter y un ridículo final que no voy a contar (casi dos minutos que sobran después del brillante duelo entre cazador y presa).
A pesar de su ridículo final, no creo que se estropee el resultado de una fascinante historia de espías y persecuciones. No me gustan las tijeras en el cine pero una en ese epílogo final, mejoraría notablemente esta excelente película.

6,8
1.430
8
30 de diciembre de 2011
30 de diciembre de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante mi aprecio y amor por el cine británico. No obstante, esto no influye para considerar "El largo viernes santo" como una de las mejores pelis de gansters de la historia del cine. No tiene la espectacularidad de los gansters de Coppola y Scorsese, ni el glamour de James Cagney, Humphrey Bogart y Edward G. Robinson sino que entronca con el ganster vulgar de baja estofa que se considera un Dios al estilo de Los Soprano. ¿Importa todo esto para disfrutar de este enorme film? En absoluto.
Bob Hoskins es un mafioso que se ha hecho con un nombre pero, de pronto, parece que su imperio se desmorona. Saber quién busca la ruina de este ganster es la baza con la que el director juega con el espectador durante su desarrollo pero no es la única. Mckenzie sabe diseñar con mano maestra la sordidez y la dureza de ese mundo de mafiosos en el que los políticos también entran en juego (nada que no sea verdad ni pasado de moda, por cierto) con sus maniobras de especulación urbanística. Y, sin embargo, a pesar de lo despreciable que es el personaje principal, no podemos dejar de sentir algo de pena por ese tipo tan indefenso dentro de su inmenso poder.
A destacar, ¡cómo no!, la excelente interpretación de la genial Helen Mirren y el corto pero jugoso papel de Pierce Brosnan, quizás nunca estuvo tan creíble como en las dos películas que hizo a las órdenes de Mckenzie.
Y destacar ese final, que no voy a desvelar, con el juego de plano-contraplano entre el halcón y la presa.
Bob Hoskins es un mafioso que se ha hecho con un nombre pero, de pronto, parece que su imperio se desmorona. Saber quién busca la ruina de este ganster es la baza con la que el director juega con el espectador durante su desarrollo pero no es la única. Mckenzie sabe diseñar con mano maestra la sordidez y la dureza de ese mundo de mafiosos en el que los políticos también entran en juego (nada que no sea verdad ni pasado de moda, por cierto) con sus maniobras de especulación urbanística. Y, sin embargo, a pesar de lo despreciable que es el personaje principal, no podemos dejar de sentir algo de pena por ese tipo tan indefenso dentro de su inmenso poder.
A destacar, ¡cómo no!, la excelente interpretación de la genial Helen Mirren y el corto pero jugoso papel de Pierce Brosnan, quizás nunca estuvo tan creíble como en las dos películas que hizo a las órdenes de Mckenzie.
Y destacar ese final, que no voy a desvelar, con el juego de plano-contraplano entre el halcón y la presa.
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