...para bien y para mal, una película no se sustenta (sólo) de sus interpretaciones. Y es una lástima que la que nos ocupa transcurra por los derroteros por los que transcurre, porque el comienzo es brillante (para bien y para mal, una película no se sustenta sólo por sus interpretaciones y sus comienzos). Nos plantea unos personajes interesantes, un ranchero que lucha por mantener a su mujer e hijos protegidos del empresario abusador, primero, y de su propia miseria, después; y el jefe de una banda que cita (de una forma un poco forzada, quizás sea problema del doblaje) versículos de la Biblia. el detonante de la trama es, cuanto menos, prometedor: una carrera contrarreloj contra el desalmado resto de la banda (que, cómo no, son malos muy malos).

Y a partir de ahí, todo es cuesta abajo. Los personajes se desdibujan (sobre todo el del jefe de la banda), la historia cae en el vicio de las muertes cuentagotas (como en REC, con el lastre evidente), aunque para ello se tenga que contradecir su propia lógica interna, y la espiral de despropósitos llega a su culmen en el final (una de las partes más importantes de cualquier película, aunque para bien y para mal...), cuando cualquier intento de considerarlo un western serio se ve recompensado por escenas absurdas que inducen más a la risa que al drama (amén de los fallos de guión, que los tiene, y muchos, y gordos).

En resumen, no entiendo la puntuación tan alta que tiene la película, no entiendo las opiniones de los críticos y no entiendo que la haya terminado de ver cuando en un primer intento sabía lo que me venía encima.