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6,1
2.386
5
16 de enero de 2013
16 de enero de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Howl es un biopic de Allan Ginsberg (interpretado por un más que correcto James Franco) poeta del siglo XX famoso por su poema Howl que fue declarada obscena y llevada a juicio a San Fransisco para ser censurada. La película se centra en la vida del poeta en los momentos iniciales de su vida poética, en la creación del mismo, el juicio que lo quería condenar y una entrevista posterior dando su punto de vista de su visión de la vida y de como funciona todo. Reivindicando su homosexualidad y tratando temas como las drogas con un lenguaje a priori vulgar y obsceno, sin pelos en la lengua, deja verso tras verso su idea de la vida.
Realizada correctamente va mezclando los diferentes momentos cronológicos que marca la vida de Howl y de Allan. Usando el cambio de color para separar lo que es juicio – pasado – poema, poco a poco la película avanza sin contratiempos y aun ritmo constante pero pausado. Las tres, o cuatro, líneas paralelas en el inicio del fil consiguen pasarse el protagonismo de forma adecuada, pero a medida que pasan los minutos, éste cambio continuo resulta ser demasiado metódico y matemático hasta volverse aburrido y previsible.
En lo que sería a cine no me ha aportada nada diferente ni nuevo, nada que merezca ser destacado. Sin embargo, si sabes quién era Allan Ginsberg y te interesa saber un poco más de él, la película puede ser hasta recomendable. En resumen, humilde homenaje a Allan Ginsberg quién, expresándose de forma natural, consiguió hacer abrir los ojos a una generación que iba de capa caída.
5/10
«I very soon realized that nobody was really shocked by anything. [...] People would never really be shocked by an expression of feeling»
Realizada correctamente va mezclando los diferentes momentos cronológicos que marca la vida de Howl y de Allan. Usando el cambio de color para separar lo que es juicio – pasado – poema, poco a poco la película avanza sin contratiempos y aun ritmo constante pero pausado. Las tres, o cuatro, líneas paralelas en el inicio del fil consiguen pasarse el protagonismo de forma adecuada, pero a medida que pasan los minutos, éste cambio continuo resulta ser demasiado metódico y matemático hasta volverse aburrido y previsible.
En lo que sería a cine no me ha aportada nada diferente ni nuevo, nada que merezca ser destacado. Sin embargo, si sabes quién era Allan Ginsberg y te interesa saber un poco más de él, la película puede ser hasta recomendable. En resumen, humilde homenaje a Allan Ginsberg quién, expresándose de forma natural, consiguió hacer abrir los ojos a una generación que iba de capa caída.
5/10
«I very soon realized that nobody was really shocked by anything. [...] People would never really be shocked by an expression of feeling»

7,3
10.620
7
28 de diciembre de 2012
28 de diciembre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión Europa es la película con menos personalidad de Lars von Trier que haya visto, es decir, que carece de este sello inconfundible que lo define. Sin embargo, ésto no quiere decir que no sea una película diferente, porque lo es (un Lars von Trier siempre lo será). Aunque sea del año 1991 la ambientación al 1945 en Alemania, terminada la segunda guerra mundial, es muy buena, no exclusivamente por su montaje, que es muy correcto, pues por la fotografía, más propia de una grabación de la época. Y por supuesto por ser en blanco y negro. No obstante, algunas escenas, o más bien elementos del argumento, son en color; con elementos del argumento me refiero: ya pueden ser elementos concretos de una secuencia, escenas enteras o personajes. Esta ambientación tan bien conseguida termina siendo completada por la hipnótica voz en off de Max von Sydow, que da la atmósfera característica y particular que rodea Europa. Un ambiente pesado, tétrico y triste. Este entorno intenta plagiar el ambiente que se vivía (o que von Trier interpreta) en los años posteriores a la segunda guerra mundial, ya sea en temas políticos como sociales. Este trabajo para escenificar el pasado es será presente más adelante en la forma de hacer cine de Lars, con su dogma particular y su metodología a la antigua que conlleva. Además da pruebas de su talento cinematográfico usando los recursos que tiene a mano, el juego de doble hilo en los planos por ejemplo y la importancia única y exclusiva de cada elemento que sale en escena.
Con Europa, Lars von Trier vuelve a exhibir su idea de pesimismo que tiene hacia la humanidad que tanto lo caracteriza. Con la ambientación ya descrita consigue más de la mitad y con el guión lo completa. Leopold es un americano que va a Alemania para ayudarla a salir de la miseria en la que ha caído por la guerra. Él, al no vivirla, llega con la mente “pura”, no ha sido corrompida por ésta. Cree que los malos han sido vencidos y que las víctimas pueden volver a empezar. Va con fe y con la mejor de las intenciones de actuar como es debido. Sin embargo la guerra aún es reciente. Consigue un trabajo de ferroviario y allí conoce gente de ambos lados. Se entera, a marchas forzadas, que ser neutro no ayuda a nadie, todos lo necesitan (o todos lo manipulan para obtener sus servicios). Leopold intenta mantenerse firme, pero por un lado tiene el amor de Katharina hija de la influyente familia Hartmann dueña de Zentropa la empresa de la red ferroviaria. Leopold de repente se encuentra en medio de una guerra entre los Werwolf y los Aliados cuando creía que la guerra había terminado. La intención de ayuda de nuestro protagonista queda reducida a nada y se ve obligado a darse cuenta que ser neutro es incluso peor que escoger un bando.
Aún con el pesimismo definitorio de Lars ya he dicho que su sello no está bien marcado. En otras películas he visto detalles que lo distinguían positivamente en la forma de hacer cine y en ésta solo he dado con dos y uno de ellos muy justito.
Éste aprovadito es el uso del color dentro del blanco y negro. Ya he dicho que hay elementos del argumento que gozan de color. Todos estos tienen un origen común que ayudan a entender la película. Está bien usado.
El otro detalles es la voz en off de Max von Sydow. Es una voz hipnótica que tiene el papel de narrador. Nos habla desde fuera y nos cuenta lo que vendrá. Es un poder superior dentro de la película. Los hechos que narra siempre van precedidos de una cuenta atrás y cuando ésta termina, ocurre. Es tranquila, pausada, pero con el ritmo perfecto. Nunca demasiado lenta. Durante la cuenta sabes lo que ocurrirá pero aún así lo esperas en tensión. Poco a poco él lo dice y tu lo esperas, no lo puedes cambiar. El narrador mana, él tiene el poder.
La película no está mal. Si eres fan de los films de Lars von Trier mirala, pero no será la favorita ya que no deja esta sensación al final de “he visto algo diferente”, como en otras películas. Es una manera especial de ver cine, lo que quiere decir, es un Lars von Trier.
6,5/10
Con Europa, Lars von Trier vuelve a exhibir su idea de pesimismo que tiene hacia la humanidad que tanto lo caracteriza. Con la ambientación ya descrita consigue más de la mitad y con el guión lo completa. Leopold es un americano que va a Alemania para ayudarla a salir de la miseria en la que ha caído por la guerra. Él, al no vivirla, llega con la mente “pura”, no ha sido corrompida por ésta. Cree que los malos han sido vencidos y que las víctimas pueden volver a empezar. Va con fe y con la mejor de las intenciones de actuar como es debido. Sin embargo la guerra aún es reciente. Consigue un trabajo de ferroviario y allí conoce gente de ambos lados. Se entera, a marchas forzadas, que ser neutro no ayuda a nadie, todos lo necesitan (o todos lo manipulan para obtener sus servicios). Leopold intenta mantenerse firme, pero por un lado tiene el amor de Katharina hija de la influyente familia Hartmann dueña de Zentropa la empresa de la red ferroviaria. Leopold de repente se encuentra en medio de una guerra entre los Werwolf y los Aliados cuando creía que la guerra había terminado. La intención de ayuda de nuestro protagonista queda reducida a nada y se ve obligado a darse cuenta que ser neutro es incluso peor que escoger un bando.
Aún con el pesimismo definitorio de Lars ya he dicho que su sello no está bien marcado. En otras películas he visto detalles que lo distinguían positivamente en la forma de hacer cine y en ésta solo he dado con dos y uno de ellos muy justito.
Éste aprovadito es el uso del color dentro del blanco y negro. Ya he dicho que hay elementos del argumento que gozan de color. Todos estos tienen un origen común que ayudan a entender la película. Está bien usado.
El otro detalles es la voz en off de Max von Sydow. Es una voz hipnótica que tiene el papel de narrador. Nos habla desde fuera y nos cuenta lo que vendrá. Es un poder superior dentro de la película. Los hechos que narra siempre van precedidos de una cuenta atrás y cuando ésta termina, ocurre. Es tranquila, pausada, pero con el ritmo perfecto. Nunca demasiado lenta. Durante la cuenta sabes lo que ocurrirá pero aún así lo esperas en tensión. Poco a poco él lo dice y tu lo esperas, no lo puedes cambiar. El narrador mana, él tiene el poder.
La película no está mal. Si eres fan de los films de Lars von Trier mirala, pero no será la favorita ya que no deja esta sensación al final de “he visto algo diferente”, como en otras películas. Es una manera especial de ver cine, lo que quiere decir, es un Lars von Trier.
6,5/10

6,7
10.445
9
6 de mayo de 2012
6 de mayo de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues porqué me gusta el fútbol, por eso he puntuado tan bien esta película. Ahora se entiende, ¿no?
Ya lo sé que no es una gran película, que es normalita. Me he fijado que no hay nada que destaque por encima del resto, ningún movimiento de cámara, ninguna iluminación, ninguna actuación, pero sí una cosa, una que resalta y que es la que yo he captado y me ha gustado. La idea de poder aplicar el fútbol a la vida real y como ya os he dicho que a mi me gusta el fútbol, me gusta esta película.
Es que además, yo ni soy del Manchester, pero que salga Cantona me encanta. Mirad que os digo y es que yo ni le he visto jugar, no me acuerdo. Solo lo conozco de nombre. Pero en esta película me ha hecho ver que era un ídolo en su equipo. Y es que viendo los goles, las jugadas, las asistencias... si son buenas, me da igual el color del equipo que las haga (siempre que tenga color). Me alegran más el día.
Sí, es una película sencilla, el argumento pues está bien. Un padre que tiene problemas de familia, está estancado. Así que un día se va a la habitación de su hijo mayor y le coge un poco de marihuana para liarse un porro. Y mientras está colocado tiene alucinaciones con Eric Cantona, su ídolo de toda la vida. Él le intenta redirigir la vida dándole lecciones con las experiencias que le ha dado el fútbol.
Ya habréis visto que no os hable de ningún director, ni ningún actor que destaque, ni ninguna escena que me haya impactado. Pero la volvería a ver sin problemas y yo ésto lo valoro muy positivamente. Que quiera volverla a ver y que no me importe nada hacerlo.
A ver, ya os he contado un poco de qué va, si la queréis ver perfecto, pero creo que os tiene que gustar el fútbol para que os guste la película.
Ya lo sé que no es una gran película, que es normalita. Me he fijado que no hay nada que destaque por encima del resto, ningún movimiento de cámara, ninguna iluminación, ninguna actuación, pero sí una cosa, una que resalta y que es la que yo he captado y me ha gustado. La idea de poder aplicar el fútbol a la vida real y como ya os he dicho que a mi me gusta el fútbol, me gusta esta película.
Es que además, yo ni soy del Manchester, pero que salga Cantona me encanta. Mirad que os digo y es que yo ni le he visto jugar, no me acuerdo. Solo lo conozco de nombre. Pero en esta película me ha hecho ver que era un ídolo en su equipo. Y es que viendo los goles, las jugadas, las asistencias... si son buenas, me da igual el color del equipo que las haga (siempre que tenga color). Me alegran más el día.
Sí, es una película sencilla, el argumento pues está bien. Un padre que tiene problemas de familia, está estancado. Así que un día se va a la habitación de su hijo mayor y le coge un poco de marihuana para liarse un porro. Y mientras está colocado tiene alucinaciones con Eric Cantona, su ídolo de toda la vida. Él le intenta redirigir la vida dándole lecciones con las experiencias que le ha dado el fútbol.
Ya habréis visto que no os hable de ningún director, ni ningún actor que destaque, ni ninguna escena que me haya impactado. Pero la volvería a ver sin problemas y yo ésto lo valoro muy positivamente. Que quiera volverla a ver y que no me importe nada hacerlo.
A ver, ya os he contado un poco de qué va, si la queréis ver perfecto, pero creo que os tiene que gustar el fútbol para que os guste la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un detalle y es que aparte del Manchester United, solo otro equipo es nombrado y dos veces. Este equipo es el Barça, son las semifinales del 2008.

6,9
11.374
9
30 de diciembre de 2012
30 de diciembre de 2012
Sé el primero en valorar esta crítica
Si nunca nadie tiene que diseñar mi vida por favor que lo haga Aki Kaurismäki. Quiero vivir a Le Havre! Es un sueño. Qué mundo: los colores, la gente, el amor que se respira, la magia... todo. Sin lugar a dudas el deseo de muchos. Y es que Le Havre consiste en darnos una lección de hermandad, es un descanso de la curda realidad que nos permite refugiarnos en el corazón de la honradez humana. Si con esta película no aprendes nada es que ya has perdido la esperanza (o no es de tu estilo). El director finlandés deja el territorio nórdico para filmar a Francia dejando a casa nada más que nada ya que en el equipaje lleva toda su personalidad lapona que lo caracteriza.
Le Havre empieza con la presentación de Marcel Marx, que por quiénes no lo conozcan es un hombre sencillo que intenta ganarse la vida limpiando zapatos. Con el juego de las primeras impresiones, al inicio puedes pensar por su mirada que te da un poco de lástima y que únicamente intenta lo mejor, sin embargo con el primer diálogo ya te das cuenta que es un hombre encantador y un personaje que se toma la vida con una filosofía muy personal. Con humildad y la mejor de las intenciones se mueve por Le Havre en busca de tranquilidad y de lo mínimo para vivir, lo que decimos como una vida bohémica. Marcel vive a un barrio proletariado, conocido por todos y con la fama de ser un poco pillo. Entre los vecinos conocemos a Yvette, la panadera; Chang su compañero de trabajo y Claire, la dueña del bar que nuestro protagonista frecuenta cuando tiene tiempo libre. Aún así, conociendo tanta gente, cuando Marcel llega a casa no está solo, siempre les espera su mujer Arletty, que es extranjera (si nos ponemos en contexto deducimos que es finlandesa). Entre ellos hay un amor incondicional. Si nunca hay que poner un ejemplo de amor en un matrimonio, éste es el idóneo. A Marcel más de una vez le dice que no se merece a una mujer como ella sin embargo cuando la situación lo requiere él está a la altura y da muestras de infinita gratitud.
No obstante, un día al puerto de Le Havre llega un contenedor de un barco de carga con una veintena de personas dentro provenientes del Gabón. En medio de la policía uno de los inmigrantes, un niño, consigue huir. Marcel termina cruzándose con él y decide ayudarlo. Sin embargo, la policía está buscando al niño y el encargado de hacerlo es el oficial Monet, un personaje característico y muy bien ideado, como todos los que aparecen. Entre Monet y Marcel se origina una discusión fría a lo largo de los 90 minutos, cada uno con la intención de conseguir lo que él cree correcto. Respecto a Idrissa, el chico inmigrante, lo que quiere es llegar a Londres, lo que no sabe es que se encuentra a Le Havre un mundo lleno de honradez creado por Aki Kaurismäki.
Y aquí viene la pregunta de ¿Qué es Le Havre? Le Havre es el centro de la bondad humana, un país de compasión sin fronteras ni remordimientos. Le Havre es vivir la vida, pero de manera sencilla. El director lapón consigue crear toda una atmósfera pacífica y relajante empezando por un detalle tan simple como la construcción visual. Y de los simple que es que se trata de los colores, llenos de vida y personalidad. Ya pueden ser detalles insignificantes, como las junturas de una barandilla a la pared, como los más notables, las paredes del interior de la vivienda de Marcel. Y no, no te cruzarás con el cuadro de un iniciado al “photoshop” que el único resultado que obtiene es una fotografía máximamente saturada, sino el trabajo de un experto. Es que hasta el agua del muelle es turquesa. Y siguiendo con la estética visual continuamos con los planos. Cada uno de ellos con significado propio, sin excepción; y llenos de detalles. Son encuadres de la vida cotidiana que ayudan a dar tono a la película, a recrearse. Especialmente los planos de conversa, diferentes a lo que estamos acostumbrados son muy frontales; los personajes hablan entre ellos pero al mismo tiempo te miran más de lo habitual permitiéndote entrar a Le Havre con ellos, a compartirlo. No obstante, en el estilo de alguno de los diálogos hay detalles que se me cuelan, ya que no hablan en un tono totalmente natural, hay veces que parece teatro y yo creo que es esta mezcla en el estilo de conversa lo que ayuda a construir el ambiente que es Le Havre. Y muy importante el juego de silencios. No hacen falta diálogos para saber qué se están diciendo. De hecho, los silencios son más útiles para saber qué sienten los personajes: las miradas, los gestos... Una representación muy humana de lo que significa la vida.
No obstante, la atmósfera no sólo es lo que entra por la vista sino también la reacción que ésto provoca en nosotros. Cada personaje que aparece no da una impresión de lo más simpática. A Le Havre lo que cuenta son los sentimientos que el director nos intenta transmitir. Se puede respirar simpatía general, amor mutuo, solidaridad y hermandad. Quedas empapado de todo ésto y únicamente puedes resignarte a sonreír inocentemente mientras disfrutas de lo que ves. Sin embargo, hemos dicho que la policía busca al chico y es entonces cuando se presenta Monet, diferente a los habitantes de Le Havre pero, en parte, obligadamente, ya que él es policía, pero al mismo tiempo es igual a ellos. Es un personaje curioso. No te cae mal, ya que a Le Havre nadie te cae mal. Sabes que desde un principio no lleva malas intenciones, hace su trabajo y lo dejas hacer. Es que hasta la representación del “personaje malo” en esta película queda reducido a un hombre que podrías definirlo como alguien con falta de amor. Y es que Monet confirma que todos los personajes te caen bien.
=== No hay Spoilers más abajo hasta el aviso parecido a éste (falta de espacio) ===
Le Havre empieza con la presentación de Marcel Marx, que por quiénes no lo conozcan es un hombre sencillo que intenta ganarse la vida limpiando zapatos. Con el juego de las primeras impresiones, al inicio puedes pensar por su mirada que te da un poco de lástima y que únicamente intenta lo mejor, sin embargo con el primer diálogo ya te das cuenta que es un hombre encantador y un personaje que se toma la vida con una filosofía muy personal. Con humildad y la mejor de las intenciones se mueve por Le Havre en busca de tranquilidad y de lo mínimo para vivir, lo que decimos como una vida bohémica. Marcel vive a un barrio proletariado, conocido por todos y con la fama de ser un poco pillo. Entre los vecinos conocemos a Yvette, la panadera; Chang su compañero de trabajo y Claire, la dueña del bar que nuestro protagonista frecuenta cuando tiene tiempo libre. Aún así, conociendo tanta gente, cuando Marcel llega a casa no está solo, siempre les espera su mujer Arletty, que es extranjera (si nos ponemos en contexto deducimos que es finlandesa). Entre ellos hay un amor incondicional. Si nunca hay que poner un ejemplo de amor en un matrimonio, éste es el idóneo. A Marcel más de una vez le dice que no se merece a una mujer como ella sin embargo cuando la situación lo requiere él está a la altura y da muestras de infinita gratitud.
No obstante, un día al puerto de Le Havre llega un contenedor de un barco de carga con una veintena de personas dentro provenientes del Gabón. En medio de la policía uno de los inmigrantes, un niño, consigue huir. Marcel termina cruzándose con él y decide ayudarlo. Sin embargo, la policía está buscando al niño y el encargado de hacerlo es el oficial Monet, un personaje característico y muy bien ideado, como todos los que aparecen. Entre Monet y Marcel se origina una discusión fría a lo largo de los 90 minutos, cada uno con la intención de conseguir lo que él cree correcto. Respecto a Idrissa, el chico inmigrante, lo que quiere es llegar a Londres, lo que no sabe es que se encuentra a Le Havre un mundo lleno de honradez creado por Aki Kaurismäki.
Y aquí viene la pregunta de ¿Qué es Le Havre? Le Havre es el centro de la bondad humana, un país de compasión sin fronteras ni remordimientos. Le Havre es vivir la vida, pero de manera sencilla. El director lapón consigue crear toda una atmósfera pacífica y relajante empezando por un detalle tan simple como la construcción visual. Y de los simple que es que se trata de los colores, llenos de vida y personalidad. Ya pueden ser detalles insignificantes, como las junturas de una barandilla a la pared, como los más notables, las paredes del interior de la vivienda de Marcel. Y no, no te cruzarás con el cuadro de un iniciado al “photoshop” que el único resultado que obtiene es una fotografía máximamente saturada, sino el trabajo de un experto. Es que hasta el agua del muelle es turquesa. Y siguiendo con la estética visual continuamos con los planos. Cada uno de ellos con significado propio, sin excepción; y llenos de detalles. Son encuadres de la vida cotidiana que ayudan a dar tono a la película, a recrearse. Especialmente los planos de conversa, diferentes a lo que estamos acostumbrados son muy frontales; los personajes hablan entre ellos pero al mismo tiempo te miran más de lo habitual permitiéndote entrar a Le Havre con ellos, a compartirlo. No obstante, en el estilo de alguno de los diálogos hay detalles que se me cuelan, ya que no hablan en un tono totalmente natural, hay veces que parece teatro y yo creo que es esta mezcla en el estilo de conversa lo que ayuda a construir el ambiente que es Le Havre. Y muy importante el juego de silencios. No hacen falta diálogos para saber qué se están diciendo. De hecho, los silencios son más útiles para saber qué sienten los personajes: las miradas, los gestos... Una representación muy humana de lo que significa la vida.
No obstante, la atmósfera no sólo es lo que entra por la vista sino también la reacción que ésto provoca en nosotros. Cada personaje que aparece no da una impresión de lo más simpática. A Le Havre lo que cuenta son los sentimientos que el director nos intenta transmitir. Se puede respirar simpatía general, amor mutuo, solidaridad y hermandad. Quedas empapado de todo ésto y únicamente puedes resignarte a sonreír inocentemente mientras disfrutas de lo que ves. Sin embargo, hemos dicho que la policía busca al chico y es entonces cuando se presenta Monet, diferente a los habitantes de Le Havre pero, en parte, obligadamente, ya que él es policía, pero al mismo tiempo es igual a ellos. Es un personaje curioso. No te cae mal, ya que a Le Havre nadie te cae mal. Sabes que desde un principio no lleva malas intenciones, hace su trabajo y lo dejas hacer. Es que hasta la representación del “personaje malo” en esta película queda reducido a un hombre que podrías definirlo como alguien con falta de amor. Y es que Monet confirma que todos los personajes te caen bien.
=== No hay Spoilers más abajo hasta el aviso parecido a éste (falta de espacio) ===
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero ¿Cómo se vive a Le Havre? Pues diría que la única manera de hacerlo aprovechando todo lo que el director te da es con el estilo de vida que lleva Marcel Marx. Viviendo del mínimo pero necesario. Rodeado de amigos y de gente que lo quiere, sin excesos ni caprichos. Vivir a Le Havre significa abrir el armario y encontrar sólo una americana, siendo la que necesitas. Trabajar de limpiabotas quiere decir tener que comer una tortilla de un solo huevo con un vaso de vino, no teniendo más hambre. Ayudar la gente que te cruzas a Le Havre significa tener que ir a otras ciudades y dormir a la calle sentado, sabiendo que haces todo lo que puedes. Llevar una vida bohémica a Le Havre quiere decir que cuando llegas a casa cansado del trabajo, te espera tu mujer con la cena hecha y un disco de vinilo sonando. La película nos ayuda a abrir los ojos y a apreciar más lo que se tiene, ya que si Marcel Marx con lo poco que tiene es capaz de ir con el optimismo por delante de todo, ¿Por qué no nosotros? Y es en este punto dónde yo encuentro esta lección de hermandad y honradez que nos manda el director lapón con esta película. Consigue que afrontemos la vida con un poco más de optimismo ya que no tienes que leerla enfocándolo en un estilo de vida que no vamos a poder llegar por culpa de los otros, sino como una forma de vida que va bien adoptar para sentirte a gusto contigo mismo. Una vez veas Le Havre espero que entiendas porqué “Je veux vivre à Le Havre”.
=============== Ahora sí, SPOLERS! ===============
De esta película no nos olvidaremos nunca de escenas tan divertidas como la de Marcel Marx en la prisión de Cannes quejándose que es el hermano albino del abuelo de Idrissa. Como tampoco olvidaremos el enternecedor final con Monet al cargo y su liberación de papel obligado de malo. I como premonición irónica de lo que es la película:
“Il n'y a donc pas d'espoir? (No hay esperanzas?)
Il y a souvent miracles. (A veces hay milagros.)
Pas dans mon quartier..." (No en mi barrio.)
=============== Ahora sí, SPOLERS! ===============
De esta película no nos olvidaremos nunca de escenas tan divertidas como la de Marcel Marx en la prisión de Cannes quejándose que es el hermano albino del abuelo de Idrissa. Como tampoco olvidaremos el enternecedor final con Monet al cargo y su liberación de papel obligado de malo. I como premonición irónica de lo que es la película:
“Il n'y a donc pas d'espoir? (No hay esperanzas?)
Il y a souvent miracles. (A veces hay milagros.)
Pas dans mon quartier..." (No en mi barrio.)
6
25 de diciembre de 2011
25 de diciembre de 2011
Sé el primero en valorar esta crítica
A casa por navidad es una película un poco triste. El ambiente es de nochebuena, silencioso, oscuro, frío... Los diálogos son sencillos, la atmósfera tranquila. Las historias son simples, ocurren sin complicaciones y sencillamente la película se limita en enseñárnoslas de forma simultánea, sin que estén ligadas entre ellas. No nos muestra la cara alegre de estas festividades, todo lo contrario, creo que nos quiere enseñar como la gente con más problemas, la visa más difícil, intenta estar con los suyos para disfrutar de unos momentos de alegría. A casa por navidad, algunos llegan sin saberlo, otros sin que nadie lo sepa, hasta algunos solo pueden intentarlo.
Es cinema de autor i tienes que saber qué vas a ver para poder apreciarlo. Un punto de vista inocente, diferente, nuevo de ver la navidad al norte, en medio de la oscuridad.
Es cinema de autor i tienes que saber qué vas a ver para poder apreciarlo. Un punto de vista inocente, diferente, nuevo de ver la navidad al norte, en medio de la oscuridad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia que más me ha gustado ha sido la del nacimiento aunque sea muy previsible i fácil de conmover. Con un final evidente, pero yo diría que necesario, encontrándose las auroras boreales, un espectáculo natural que gusta a todos. La historia del francotirador (sí sí, sale un francotirador) la encuentro innecesaria, ya que abre la película de un modo raro, no vuelves a saber nada hasta el final (lo puedes intuir a media película de quién se trata), y no aporta nada en la relación de esas personas. Creo que el director quería hacer más de lo necesario en una película tan simple. Finalmente, la historia del vagabundo (futbolista) que intenta volver a casa y no puede. Quiere volver y además lo esperan, pero no como a un reencuentro sino como una última oportunidad que tienen para estar juntos. Juntamente con la del nacimiento, la mejor historia, muy triste pero. El padre como lo prepara todo, esperando el momento, no sabes qué está haciendo hasta que sabes que no servirá para nada y finalmente él y su mujer esperando... Demasiado triste.
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