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5
19 de febrero de 2020
19 de febrero de 2020
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película de “A todos los chicos de los que me enamoré” resultó en una agradable sorpresa, ante un filme simple pero funcional sobre las relaciones amorosas actuales en los jóvenes, sobre todo por la decadencia de las comedias románticas. Ahora, en su secuela, tenemos una misma intención por parte de los productores, pero que ya no funciona de todo.
La historia nos cuenta la vida de Lara Jean, quien tras reconocer el amor que siente por Peter, deciden salir en una primera cita oficial y comenzar el maravilloso noviazgo. Sin embargo, las inseguridades, la falta de experiencia y la llegada de otro ex amor, pondrán a prueba a la joven y sus sentimientos.
Lo mejor de la película es la moraleja que quiere contar, el mensaje que deja a las y los jóvenes, sobre no tener miedo a equivocarse. Rompe la idea del amor verdadero, del “felices para siempre” y pone sobre la mesa algunos temas que no lo hacían en producciones de este tipo. Es una versión realista (aunque sin dejar de ser sencilla) sobre el amor.
Sin embargo, de manera cinematográfica, tiene algunas conveniencias en el guion para desarrollar la historia y que entre a fuerza la trama. Se siente muy apresurado el conflicto e incluso, el problema se percibe plano. Lo que posiblemente no sea algo “bueno” pero a mi me agrada, es que Lara Jean es su propia antagonista, ella misma se sabotea su vida, sus decisiones (tal y como a muchos en la vida real), pero posiblemente no funcione en la pantalla chica.
Las actuaciones son regulares; no son las mejores de sus carreras y creo que hicieron un mejor trabajo en la anterior producción. La llegada del nuevo personaje ni siquiera logró robar por instantes la trama y pudo haber sido desarrollado de mejor manera.
La cinta es una good feel movie, que tiene intenciones para dar un mensaje más profundo sobre las relaciones amorosas, pero que se queda corta al momento de presentarlo al espectador.
La historia nos cuenta la vida de Lara Jean, quien tras reconocer el amor que siente por Peter, deciden salir en una primera cita oficial y comenzar el maravilloso noviazgo. Sin embargo, las inseguridades, la falta de experiencia y la llegada de otro ex amor, pondrán a prueba a la joven y sus sentimientos.
Lo mejor de la película es la moraleja que quiere contar, el mensaje que deja a las y los jóvenes, sobre no tener miedo a equivocarse. Rompe la idea del amor verdadero, del “felices para siempre” y pone sobre la mesa algunos temas que no lo hacían en producciones de este tipo. Es una versión realista (aunque sin dejar de ser sencilla) sobre el amor.
Sin embargo, de manera cinematográfica, tiene algunas conveniencias en el guion para desarrollar la historia y que entre a fuerza la trama. Se siente muy apresurado el conflicto e incluso, el problema se percibe plano. Lo que posiblemente no sea algo “bueno” pero a mi me agrada, es que Lara Jean es su propia antagonista, ella misma se sabotea su vida, sus decisiones (tal y como a muchos en la vida real), pero posiblemente no funcione en la pantalla chica.
Las actuaciones son regulares; no son las mejores de sus carreras y creo que hicieron un mejor trabajo en la anterior producción. La llegada del nuevo personaje ni siquiera logró robar por instantes la trama y pudo haber sido desarrollado de mejor manera.
La cinta es una good feel movie, que tiene intenciones para dar un mensaje más profundo sobre las relaciones amorosas, pero que se queda corta al momento de presentarlo al espectador.
7
13 de noviembre de 2021
13 de noviembre de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El caso de un equipo de jovencitos que quedaron atrapados en una cueva en Tailandia ocupa el tema y trama principal de este documental estadounidense-tailandés que tuvo estreno en México en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos.
Un documental conmovedor, lleno de momentos desesperantes por la naturaleza del mismo pero a la vez con muchas situaciones de ansiedad, no solo al ver los espacios limitados en los que se manejaban los buzos, sino al contar los días y ver el trabajo que se hizo.
Aunque cuenta con momentos melodramáticos, se aprecia que toquen ligeramente otros tópicos: conflictos internos que hubo, situaciones sociales como religión, moral y ética que se vieron involucrados.
En el aspecto técnico también logra tener sus momentos en cuanto a la fotografía y la música, que suman aun más la tensión y por supuesto, el tono heroico que lleva un material audiovisual como este.
No resulta sorprendente por qué se llevó el Premio del Público en el Festival de Toronto.
Un documental conmovedor, lleno de momentos desesperantes por la naturaleza del mismo pero a la vez con muchas situaciones de ansiedad, no solo al ver los espacios limitados en los que se manejaban los buzos, sino al contar los días y ver el trabajo que se hizo.
Aunque cuenta con momentos melodramáticos, se aprecia que toquen ligeramente otros tópicos: conflictos internos que hubo, situaciones sociales como religión, moral y ética que se vieron involucrados.
En el aspecto técnico también logra tener sus momentos en cuanto a la fotografía y la música, que suman aun más la tensión y por supuesto, el tono heroico que lleva un material audiovisual como este.
No resulta sorprendente por qué se llevó el Premio del Público en el Festival de Toronto.
8
13 de enero de 2018
13 de enero de 2018
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se ha estrenado en Latinoamérica la serie británica “The End of the f***ing world”, que narra la aventura de James y Alyssa, dos jóvenes extraños; el primero cree que es un psicópata y se interesa por asesinar a Alysse, mientras ella, es desinteresada y busca encontrarse a sí misma. Juntos se embarcarán en una confusa y caótica aventura de carretera.
El guion es inteligente, una forma de expresar los sentimientos de los adolescentes, todo ello con el tono de comedia negra, con momentos que hacen reflexionar no solo sobre el sentir de los jóvenes sino también temas como el suicidio, el sistema económico o la culpabilidad de las acciones y sus causantes.
La actuación de Alex y Jessica son extraordinarias, llevan sus personajes con total credibilidad, los cuales tienen un bien desarrollada evolución a pesar de ser solo 8 episodios de 20 minutos cada uno. Por parte de los personajes secundarios, no son desaprovechados y dan fuerza al hilo argumental.
La banda sonora me parece muy buena y disfrutable, con temas musicales de los 60s y 70s, haciendo uso de lo retro, algo cada vez más común en las producciones cinematográficas y televisivas. La fotografía tiene sus momentos, hay tomas donde se nota el tiempo dado para su composición visual, haciendo uso de la simetría, el fondo y las tomas panorámicas.
“The End of the F***ing World” es una serie que sin duda debe ser vista, es inteligente, entretenida, un romance adolescente atípico y un road trip divertido.
El guion es inteligente, una forma de expresar los sentimientos de los adolescentes, todo ello con el tono de comedia negra, con momentos que hacen reflexionar no solo sobre el sentir de los jóvenes sino también temas como el suicidio, el sistema económico o la culpabilidad de las acciones y sus causantes.
La actuación de Alex y Jessica son extraordinarias, llevan sus personajes con total credibilidad, los cuales tienen un bien desarrollada evolución a pesar de ser solo 8 episodios de 20 minutos cada uno. Por parte de los personajes secundarios, no son desaprovechados y dan fuerza al hilo argumental.
La banda sonora me parece muy buena y disfrutable, con temas musicales de los 60s y 70s, haciendo uso de lo retro, algo cada vez más común en las producciones cinematográficas y televisivas. La fotografía tiene sus momentos, hay tomas donde se nota el tiempo dado para su composición visual, haciendo uso de la simetría, el fondo y las tomas panorámicas.
“The End of the F***ing World” es una serie que sin duda debe ser vista, es inteligente, entretenida, un romance adolescente atípico y un road trip divertido.
8
8 de mayo de 2022
8 de mayo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entra en escena Joaquin Phoenix, su voz pregunta a un cúmulo de niños, «¿qué piensan sobre el futuro?», a partir de ahí se desarrolla en paralelo, una serie de preguntas, a manera de documental y una historia de ficción, muy relacionada con el tema que se investiga: la vida vista desde la niñez.
Lo primero que me saltó a la vista, claramente es el uso del blanco y negro; no le encontré a primera instancia la razón de su uso, pero es una decisión artística que me pareció acertada, porque permite apreciar matices en un mundo que parece estar en blanco y negro.
La historia ficcional, en la que Phoenix interpreta a un periodista radial y debe cuidar a su sobrino, me parece muy sencilla y disfrutable para el público. Y ese es un gran acierto para la productora; A24 suele tener cintas que buscan salir de lo cotidiano, pero esta película hace lo cotidiano algo más profundo dentro de la sencillez. Me atrevo a asegurar que es la cinta que más risa ha dado y ha enternecido al público. Sin duda llegó al corazón de muchas personas que le dieron oportunidad.
Por otro lado, en la parte documentalista, me encanta que se haya mezclado bien las respuestas que iban dando las niñas, niños y jóvenes, de distintas ciudades del país. No siempre se les da voz, ellos mismos dicen, los adultos creen que siempre tienen la razón y hay múltiples problemas sociales que se tienen que atender desde la niñez, en la juventud y para ellos mismos.
La actuación de Phoenix es de las más agradables y naturales que he visto de su filmografía; hay muchos momentos disfrutables y la química que tiene con Woody Norman, quien demuestra tener una buena calidad actoral para su edad. Ambos en pantalla, entregan una de las mejores químicas del año pasado. Cuando surgen entre ambos, preguntas para responderse, es donde todo se eleva al máximo.
C’mon, C’mon es sin duda una de las películas infravaloradas del 2021, con grandes actuaciones, un tema relevante y poco tocado en los círculos políticos que rodean la industria de cine en Hollywood.
Lo primero que me saltó a la vista, claramente es el uso del blanco y negro; no le encontré a primera instancia la razón de su uso, pero es una decisión artística que me pareció acertada, porque permite apreciar matices en un mundo que parece estar en blanco y negro.
La historia ficcional, en la que Phoenix interpreta a un periodista radial y debe cuidar a su sobrino, me parece muy sencilla y disfrutable para el público. Y ese es un gran acierto para la productora; A24 suele tener cintas que buscan salir de lo cotidiano, pero esta película hace lo cotidiano algo más profundo dentro de la sencillez. Me atrevo a asegurar que es la cinta que más risa ha dado y ha enternecido al público. Sin duda llegó al corazón de muchas personas que le dieron oportunidad.
Por otro lado, en la parte documentalista, me encanta que se haya mezclado bien las respuestas que iban dando las niñas, niños y jóvenes, de distintas ciudades del país. No siempre se les da voz, ellos mismos dicen, los adultos creen que siempre tienen la razón y hay múltiples problemas sociales que se tienen que atender desde la niñez, en la juventud y para ellos mismos.
La actuación de Phoenix es de las más agradables y naturales que he visto de su filmografía; hay muchos momentos disfrutables y la química que tiene con Woody Norman, quien demuestra tener una buena calidad actoral para su edad. Ambos en pantalla, entregan una de las mejores químicas del año pasado. Cuando surgen entre ambos, preguntas para responderse, es donde todo se eleva al máximo.
C’mon, C’mon es sin duda una de las películas infravaloradas del 2021, con grandes actuaciones, un tema relevante y poco tocado en los círculos políticos que rodean la industria de cine en Hollywood.

5,4
8.381
7
9 de agosto de 2019
9 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de desastres naturales y animales depredadores que ponen en riesgo la vida de los humanos hay infinidad, algunas son una vil basura cinematográfica («Crocodile», «Lake Placid») o bien, clásicos memorables («Tiburón», «The Birds»).
«Infierno en la Tormenta» («Crawl», en su título original) tiene bastantes aciertos que permiten ser una verdadera sorpresa veraniega que gustará a varios y alzará los pies del espectador en cada momento. La historia nos sitúa en Florida, justo en el momento en el que un huracán categoría 5 atravesará la península. En eso, Haley recibe la llamada de su hermana, quien le comenta que su padre no responde los mensajes y no sabe de su paradero. Por lo que decide ir hasta la casa de su infancia para buscarlo. Sin embargo, no espera que un cocodrilo se encargará de poner en riesgo su vida y la de algunos habitantes del lugar.
Lo que mejor funciona en la película y logra destacar de muchas otras es el tiempo que tarda para generar no solo la empatía con los personajes, sino la atmósfera equilibrada que llevará no solo una vez la tensión a lo alto, sino bastantes veces. Es como una montaña rusa de emociones que no terminan hasta que los créditos inician.
La fotografía y los efectos visuales, en este caso de la mano, son increíbles, desde el diseño de los animales, como la tormenta misma, generan un espacio cerrado que generará claustrofobia a más de uno. Sumado a ello, las actuaciones de Scodelario y Barry Pepper, son decentes y justas para lo que el guion pide.
Y respecto al guion, ese es el principal defecto del filme, no es malo, solamente es algo simple y no busca generar una mayor profundidad en su historia, en sus personajes y termina siendo un rescate en medio de un huracán. Por momentos incluso rompe sus propias reglas, pero la fórmula funciona.
«Infierno bajo la tormenta» es una película necesaria de ver si eres fan de este tipo de cintas que nos recuerdan a los 90s, pero con la grandiosa tonalidad de acción, terror y suspenso. Una opción bastante entretenida que ver en estas vacaciones.
«Infierno en la Tormenta» («Crawl», en su título original) tiene bastantes aciertos que permiten ser una verdadera sorpresa veraniega que gustará a varios y alzará los pies del espectador en cada momento. La historia nos sitúa en Florida, justo en el momento en el que un huracán categoría 5 atravesará la península. En eso, Haley recibe la llamada de su hermana, quien le comenta que su padre no responde los mensajes y no sabe de su paradero. Por lo que decide ir hasta la casa de su infancia para buscarlo. Sin embargo, no espera que un cocodrilo se encargará de poner en riesgo su vida y la de algunos habitantes del lugar.
Lo que mejor funciona en la película y logra destacar de muchas otras es el tiempo que tarda para generar no solo la empatía con los personajes, sino la atmósfera equilibrada que llevará no solo una vez la tensión a lo alto, sino bastantes veces. Es como una montaña rusa de emociones que no terminan hasta que los créditos inician.
La fotografía y los efectos visuales, en este caso de la mano, son increíbles, desde el diseño de los animales, como la tormenta misma, generan un espacio cerrado que generará claustrofobia a más de uno. Sumado a ello, las actuaciones de Scodelario y Barry Pepper, son decentes y justas para lo que el guion pide.
Y respecto al guion, ese es el principal defecto del filme, no es malo, solamente es algo simple y no busca generar una mayor profundidad en su historia, en sus personajes y termina siendo un rescate en medio de un huracán. Por momentos incluso rompe sus propias reglas, pero la fórmula funciona.
«Infierno bajo la tormenta» es una película necesaria de ver si eres fan de este tipo de cintas que nos recuerdan a los 90s, pero con la grandiosa tonalidad de acción, terror y suspenso. Una opción bastante entretenida que ver en estas vacaciones.
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