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Críticas ordenadas por utilidad
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6,8
4.318
1
8 de abril de 2024
8 de abril de 2024
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me van a disculpar los que consideran esto como "película de culto" pero desde el momento en que falla la credibilidad y/o se ve la torpe mano del guionista distorsionándolo todo, la película se cae por sí misma. Salvo que hayas establecido que un personaje es un loco o un deficiente de alguna manera, los personajes deben comportarse según su condición y la psicología que se les ha creado, y de forma coherente e inteligente. Sigo en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para empezar, hay varias incoherencias desde el comienzo, como eso de quedarse sin gasolina y dejar a la chica sola en medio de un túnel enorme y peligroso como si se odiaran, pero luego no era así, o la forma en que luego el asesino somete a la chica dentro de un coche en un lugar atestado de gente, sujetándola y aplicándole cloroformo (o lo que sea) en un pañuelo apretado contra su nariz. Aunque él sea más fuerte, difícilmente podría presionar el pañuelo contra la nariz de ella y, al mismo tiempo, impedir los forcejeos desesperados, las patadas, arañazos, puñetazos y todo lo que cualquier persona haría en una situación desesperada límite como esa, con la fuerza multiplicada que da el terror, y siendo una chica joven y sana de metro setenta y seis de altura, como pone luego en los carteles que el novio va pegando. Pero es más fácil caer en el cliché, visto hasta la saciedad, de que las mujeres apenas tienen la fuerza de un pajarillo, y si corren enseguida pierden un zapato y se caen, etc.
Pero luego viene la incoherencia grande tras la descripción del refinado y repugnante criminal que, vale, puede existir gente así, y existe, pero lo que ya no existe son imbéciles de la talla del otro protagonista, el novio de la desaparecida, que no tiene más que largarse o reducir al asesino e ir a la policía, pues el criminal mismo se le ha presentado al cabo de tres años (otra cosa extremadamente rara de creer), y le ha revelado su nombre y su dirección. ¿Que no tiene pruebas? Claro que las tiene, pues el asesino mismo le ha dado las llaves del coche, además de muchos detalles que luego la policía se encargaría de ir verificando. Y, en último caso, el criminal ya no mantendría su reputación impoluta, sino que constaría que ha sido denunciado por secuestro y asesinato con elementos bastante razonables.
Además, eso de que lo que protege al criminal es la curiosidad del novio por saber el destino de la chica, no vale, es absurdo, puesto que el novio sabe muy bien que la chica está muerta y que el asesino tampoco lo puede dejar escapar a él para que lo denuncie, etc., y que está claro que este asesino es retorcido y está como una puta cabra con toda esa palabrería filosófica cutre de hacer lo inusual para demostrar que nada está predestinado. Si todo está predestinado, lo estaría también el hacer cosas raras, algo así como el cuento de Borges del que tiene una premonición de que la muerte le espera tal día en tal ciudad, y ese día se va a otra ciudad, pero es allí donde la muerte le estaba esperando, o sea, que estaba predestinada hasta la premonición que tuvo.
Entonces, el guionista hace que el novio de la víctima se someta al juego del asesino bebiendo su somnífero, que es igual que aceptar su propia muerte y la definitiva impunidad del otro, lo cual, creo, no haría nadie en este mundo, pues el único consuelo, si hay alguno, es hacer que el asesino sea detenido para que pague y para que no pueda hacer más daño. La sofisticación de esta película, que parece ser que cayó bien a algunos, no es más que un ejercicio de falsedad y un ejemplo de guion malo.
Pero luego viene la incoherencia grande tras la descripción del refinado y repugnante criminal que, vale, puede existir gente así, y existe, pero lo que ya no existe son imbéciles de la talla del otro protagonista, el novio de la desaparecida, que no tiene más que largarse o reducir al asesino e ir a la policía, pues el criminal mismo se le ha presentado al cabo de tres años (otra cosa extremadamente rara de creer), y le ha revelado su nombre y su dirección. ¿Que no tiene pruebas? Claro que las tiene, pues el asesino mismo le ha dado las llaves del coche, además de muchos detalles que luego la policía se encargaría de ir verificando. Y, en último caso, el criminal ya no mantendría su reputación impoluta, sino que constaría que ha sido denunciado por secuestro y asesinato con elementos bastante razonables.
Además, eso de que lo que protege al criminal es la curiosidad del novio por saber el destino de la chica, no vale, es absurdo, puesto que el novio sabe muy bien que la chica está muerta y que el asesino tampoco lo puede dejar escapar a él para que lo denuncie, etc., y que está claro que este asesino es retorcido y está como una puta cabra con toda esa palabrería filosófica cutre de hacer lo inusual para demostrar que nada está predestinado. Si todo está predestinado, lo estaría también el hacer cosas raras, algo así como el cuento de Borges del que tiene una premonición de que la muerte le espera tal día en tal ciudad, y ese día se va a otra ciudad, pero es allí donde la muerte le estaba esperando, o sea, que estaba predestinada hasta la premonición que tuvo.
Entonces, el guionista hace que el novio de la víctima se someta al juego del asesino bebiendo su somnífero, que es igual que aceptar su propia muerte y la definitiva impunidad del otro, lo cual, creo, no haría nadie en este mundo, pues el único consuelo, si hay alguno, es hacer que el asesino sea detenido para que pague y para que no pueda hacer más daño. La sofisticación de esta película, que parece ser que cayó bien a algunos, no es más que un ejercicio de falsedad y un ejemplo de guion malo.
MiniserieDocumental

7,9
3.873
Documental
9
29 de julio de 2015
29 de julio de 2015
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo el mundo tiene que conocer los hechos que ocurrieron, porque encierran grandes enseñanzas para evitar que todo aquel horror vuelva a repetirse jamás en ninguna parte. Hitler era listo, trabajador y constante, porque eso hay que reconocérselo, y se encontró con las condiciones y el momento adecuados para ir imponiéndose. Y lo puso todo al servicio de una desorbitada megalomanía lastrada por horribles prejuicios racistas y otros desvaríos. Sin embargo, no inventó nada. La manía racial, militarista y totalitaria ya estaba desde mucho antes en un influyente y fanático sector de alemanes; léanse "Los 500 millones de la Begun" de Jules Verne, donde el genio de la anticipación describe de forma escalofriante y premonitoria la mentalidad nazi, mucho antes de los nazis, o "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" de Blasco Ibáñez, donde también se ahonda en esa mentalidad anterior a Hitler. Y Hitler no estaba loco; lo había planeado todo. Mientras ocupaba por medio de la "guerra relámpago" a las débiles naciones europeas, pensaba aprovecharse de la indecisión de EE.UU. para engañar a Inglaterra, sola y asustada, o eso creía él, pactando la paz con esa nación "aria" pero "traidora". Entonces sometería a la gigantesca pero débil Rusia (o eso creía él también) y, desde ese momento, tendría los recursos ilimitados para volverse definitivamente contra Inglaterra y EE.UU. Pero resultó que los ingleses eran firmes y sufridos, que Rusia no era débil, y EE.UU. entró en la guerra antes de lo esperado, provocados por Japón. Así que lo que ocurrió es que a Hitler le fallaron los cálculos. Estaban más locos los que le seguían, muchos de los cuales luego fueron ratas que quisieron abandonar el barco que se hundía, diciendo que ellos eran patriotas pero no nazis. Mentira.
23 de agosto de 2015
23 de agosto de 2015
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿A qué viene hablar de una película de hace 30 años que seguro que nadie recuerda? Porque acabo de revisitarla en una vieja copia VHS grabada de un cutre pase televisivo de la época, que es la única forma de verla, y ratifico la opinión que me hice de que es una ágil, entretenida y bien hecha comedia que creo que no tuvo éxito ni gustó a la crítica. Cuando poco después, verdaderas naderías, esas sí, llevaban a masas a llenar los cines, esta buena comedia pasó sin pena ni gloria y se hundió en el olvido. Esto habla de lo inseguro e impredecible que es este mundo del cine. Este film es de los raros (no recuerdo ahora si hay otro) en que trabajan juntos Paco Rabal y Fernando Fernán-Gómez y, además, el director Miguel Hermoso trajo a Rod Taylor, magnífico actor de acción en su juventud, pero también de comedia y de lo que haga falta, como tiene demostrado. Se ve que esta película la hizo con ganas y realizó un buen trabajo. Pues ya está: tenía que decirlo y nos harían un favor si la editaran en DVD con su calidad original.

6,2
17.519
3
19 de enero de 2017
19 de enero de 2017
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El comienzo es muy interesante y atrapa enseguida la atención, contribuyendo a ello la presencia del excelente actor Brian Cox. Pero el guión va acumulando hechos de gran suspense pero demasiado inexplicables, por lo que desemboca pronto en el recurso fácil de lo sobrenatural, y, a partir de ahí, cae en lo vulgar con la técnica de los “sustos”, de las luces que se apagan, etc.
Lo difícil es hacer, por ejemplo, como los irrepetibles relatos de Sherlock Holmes de Conan Doyle: presentar hechos extraños e inextricables que hechizan la atención del lector, para luego desenredarlos de forma lógica llevados de la mano de un protagonista genial, y provocar que el lector diga “Claro, ahora se entiende todo, y qué sencillo; ¿cómo no se me había ocurrido a mí?”
Pero en el momento en que entra lo sobrenatural, cualquier cosa se explica de la forma más simple sin que el autor tenga que romperse la cabeza. Es lo más fácil, y el resto lo rellenas con sustos, luces que se apagan, golpes y toda la parafernalia de tonterías habituales.
Por tanto, este film, tras un muy buen comienzo, y a pesar de tener una cierta atmósfera, acaba dejando una pobre impresión.
Lo difícil es hacer, por ejemplo, como los irrepetibles relatos de Sherlock Holmes de Conan Doyle: presentar hechos extraños e inextricables que hechizan la atención del lector, para luego desenredarlos de forma lógica llevados de la mano de un protagonista genial, y provocar que el lector diga “Claro, ahora se entiende todo, y qué sencillo; ¿cómo no se me había ocurrido a mí?”
Pero en el momento en que entra lo sobrenatural, cualquier cosa se explica de la forma más simple sin que el autor tenga que romperse la cabeza. Es lo más fácil, y el resto lo rellenas con sustos, luces que se apagan, golpes y toda la parafernalia de tonterías habituales.
Por tanto, este film, tras un muy buen comienzo, y a pesar de tener una cierta atmósfera, acaba dejando una pobre impresión.
7
14 de octubre de 2018
14 de octubre de 2018
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hutton fue un buen director de películas de acción bien hechas y que ofrecen un digno y agradable entretenimiento, pero se muestra diferente en este buen film policíaco, drama maduro en toda regla donde se ofrece una meditación de carácter tristemente negativo sobre el sistema policial y médico. El sistema es muy deficiente, a los puestos de mando suelen ascender los verdaderos bichos, deja grandes resquicios para la incompetencia, la mediocridad y la indiferencia de los que sólo van a cubrir con mínimo esfuerzo su mediocre expediente personal, y si hay algo bueno se debe sólo a algún individuo con conciencia y que, además, tiene que luchar con las numerosas trabas del sistema y el entorno, que sólo invitan a la desidia, para poder ejercer aquello para lo que, en teoría, y sólo en teoría, está ahí. Muy buen trabajo de los actores, encabezados por Sinatra, en aquel momento con la edad adecuada para el papel.
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