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Críticas 71
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
12 de julio de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi amigo el Gigante.
Cuando Spielberg doge la cámara, el mundo se paraliza, para bien o para mal, para considerar una buena película o para ponerlo a caer de un burro porque E.T. el extraterrestre, no se volverá a parir. Y creo que es normal, una película no es una lassanga, que cambiando un ingrediente has cambiado el plato…… mmmmmm, creo que no es buen ejemplo, hay muchas películas hechas como lasagnas, por encargo.
Bueno, fuera del acerbo culinario, lo último que ha salido de las manos del rey Midas, es Mi amigo el Gigante, una adaptación de un libro de un autor que hacía libros muy bonitos. Vale, pero parece que del todo no le está yendo al tito Steven, al parecer la película no ha gustado todo lo que es de esperar y mira por donde, este carcamal sin más conocimientos que los justos para respirar (viene de serie) y al que Dory tiene que llamar para recordarle cosas, puede tener una explicación, y se basa, (el carcamal) en que la película NO es una película de aventuras, no es una película de pandillas de críos corriendo en post de la diversión y el descubrimiento de un mundo adulto, simplemente, y el título algo dice de ello, va de AMISTAD, va de sentimientos, de sueños, de forjar un vínculo.
Mira tú que tontería lo que se me ocurrió, ya ves, una película magníficamente filmada y realizada, superlativa en efectos especiales, pero de los de verdad, de los que el tito Steven es un mago, un genio, un portento, no de esos de ponerlo todo en un ordenador y que el chisme haga la peli, no, de esos, no, de esos de poner la luz justa, de esos de que te envuelven en un escenario y sientes como corre una brisa detrás de ti cuando se abre una ventana, de esos.
El gigante está bordado, el bueno de Jack está sublime, filmado con la técnica esta de captura de movivmientos y la huérfana, le da el contrapunto, ni yo mismo lo hubiese soñado mejor¡¡¡¡¡.
Cierto que se puede ir un poco de metraje, pero creo que la parte central, aunque lenta, aporta mucho a la historia.
27 de agosto de 2018 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta ocasión, querido amigo, no cabe lugar a ningún tipo de confusión. Alto el fuego sólo puede de ser una cinta donde hay armas de las de hacer pupa, incluso matar a los contrarios o enemigos. Mola, una de tiros despiadados y acción descontrolada, bombas, explosiones, etc. EEEEEEGGGGGG, ERROR. Mi capacidad de asombro para esto de los nombres cada vez se siente más menguada, cada vez es más difícil saber de qué va a ir la cinta.
Ya sé que lo primero que piensa, querido amigo, es que lea la sinopsis, pero no me gusta entrar a la sala condicionado por la indicación que hacen entre sinopsis y trailers, ya que desgraciadamente muchas lo muestran ya todo.
Como le decía antes, este título francés cuya carátula es un hombre (el prota) en una canoa en un río y con la combinación de palabras me daba como resultado imaginativo mío, algo de guerra en África.
Pues sí y no, sí, el protagonista -Georges Lafont- está en África, que la recorre con su inseparable amigo Diofo, al que tuvo bajo sus órdenes en las trincheras de Francia en la Gran Guerra. ¡Ilusionado estaba ya con la idea de ver una de guerra en el cine! Y llegó la conexión entre el título y todo lo que se ve en el póster. Llegó en forma de drama posbélico, drama de quienes no consiguen volver ni enteros ni a trozos. Drama sobre los que sobreviven a la guerra pero nunca se recuperan de las secuelas y sus vivencias, de las veces que han sido llamados por la Parca, sabiendo quienes quedaron allí, sabiendo cuánto dolor arrastran. Así a bote pronto recuerdo un par de títulos que tratan el mismo tema, la difícil vuelta a la “normalidad” –Deber Cumplido y Billy Lynn-, la casi imposible reincorporación a una vida civil donde esos fantasmas le acompañarán de por vida.
Por ello, Georges se fue a África, dejando tras de sí a su hermano Marcel que está totalmente traumatizado y que perdió el habla y las ganas de cualquier relación humana más allá de la estrictamente necesaria. Menos aún.
Al contrario de lo que buscaba, esta vida en África se convertirá en un pozo sin fondo y años después vuelve a Francia. Cargado con un puñado de máscaras tribales, regresa a lo que es su hogar, junto con su madre y su hermano Marcel. Y como decíamos de chicos, “el que se fue a Sevilla, perdió su silla” y Georges se encuentra fuera de sitio, la vida no le ha esperado. Con la ayuda de la terapeuta de su hermano, poco a poco irá encontrando su sitio en la vida.
Emmanuel Courcol (Mademoiselle) escribe y dirige este trama con tintes históricos ya que un abuelo suyo luchó en la Gran Guerra, por lo que en su infancia tuvo acceso directo a la historia. Está protagonizado, entre otros, por Romain Duris (Todo el dinero del mundo), Céline Sallette (El hombre del corazón de hierro), Grégory Gadebois (Normandía al desnudo) y Julie-Marie Parmentier (Los visitantes la lían: ¡En la Revolución Francesa!).

Una buena historia que se alarga demasiado en su metraje, con retazos de “El Cazador” y una fotografía que firma Tom Stern, el operador principal de Clint Eastwood.
Es un viaje al interior de un alma atormentada, el alma de un zombi que no encuentra redención en ningún momento, no encuentra tranquilidad en ningún sitio, no encuentra esa paz que dejó en las colinas de Verdún con tantas almas que allí quedaron. Debe ser muy duro estar muerto en vida, perder la ilusión por seguir adelante, sentirse culpable de haber vuelto, atormentado a diario por estar vivo.
LO MEJOR: El análisis que hace sobre los traumas de la guerra.
LO PEOR: pondría en su haber el hecho de ser alargada, pausada, haciendo que pierda el interés por momentos.
4 de febrero de 2016
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como pueden intuir, haciendo un homenaje a un pasaje importante de nuestra historia reciente, el sólo título ya hace un spoiler de los de libro, de los que no dejan lugar a dudas, En este título, al Enfant Terrible ni está ni se le espera y llegado a este un punto donde me darán más palos que a una estera, pero me van a perdonar, pero no sólo es más de lo mismo, (que ya estaría bien), sino que baja varios peldaños en cuanto a guión (flojo y previsible a mi cortísimo entender) y una película, que a trozos ya he visto otras muchas veces y sin tanta parafernalia ni rasgaduras de vestimentas. Es floja y punto.
puedo entender el atrevimiento de rodar en un formato olvidado, por mor de dar profundidad sin necesidad de utilizar el 3D, para que queden en el campo de visión muchos detalles, pero de ahí a considerar una obra maestra, hay un mundo, el del guión, por ejemplo.
No sorprende en ningún momento, no hay ningún giro argumental y encima, hay muy pocos muertos,
Pudiera ser que todos los guiños que se hace a sí mismo, sea la necesidad imperiosa de copiarse compulsivamente?
Todo lo que en DJANGO DESENCADENADO daba verosimilitud, agrandaba los personajes, los hacía reales y creíbles aquí ridiculiza a los personajes, copiando incluso uno de ellos.
Lo dicho, para ver una del oeste.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En una época donde el sólo hecho de sobrevivir ya era un lujo y una osadía, ¿todos los personajes de la película saben leer? Poco creíble.
23 de octubre de 2018 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No les voy a contar lo difíciles que se han vuelto últimamente las relaciones personales, y si ya hablamos de relaciones entre parejas, la cosa empieza a ponerse peliaguda, muy peliaguda por no decir casi que mejor pasar de puntillas por el tema.
Y como dice mi amigo y compañero el Zir, hombre de refranes, algo poco amable era, que no recuerdo para su bien. Pero siempre son sabios y si a estos refranes castellanos les ponemos un toque oriental como si fuese un proverbio chino, les daríamos una importancia mucho más relevante como esa cultura milenaria que tanto nos deslumbra. Y a saber, uno de esos dichos populares pudiera ser “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.
Y en estos tiempos que corren, donde las relaciones de amor parecen nacidas ya con fecha de caducidad cual yogur de oferta, encontrar el amor verdadero y para toda una vida, es un lujo asiático, es una verdadera alegría ver a parejas amigas envejecer pacientemente.
Pues una de estas parejas podría estar formada por Javier y María. Javier es un tipo un tanto peculiar y reservado, es un cerebrito que está convencido de poder construir una máquina para viajar en el tiempo y que curiosamente nos la muestra en el inicio de la cinta con aspecto de una máquina de esas de tomar bronceados. Poco más les quiero contar de este producto que hurga en la vida resquebrajada por la cotidianeidad de Javier y María con un Javier absorto en su trabajo como científico. Ha decidido utilizar ese invento suyo para reescribir un último día con el amor de su vida, María, y revivir con ella el día en el que la conoció en un Búho (esos autobuses que recorren las zonas de esparcimiento y diversión de los jóvenes) para intentar que María vuelva a ser esa mujer alegre, pizpireta y divertida que fue años atrás de la que se enamoró perdidamente y de la que volverá a sentir lo mismo que ese primer día.
NO estamos muy acostumbrados por estos lares a tener este tipo de cintas que utilizan los viajes para desarrollar una historia, las llamadas road movies que utiliza un drama romántico con toques sutiles de ciencia ficción y de la que hace un uso tan fugaz que olvido totalmente una historia de cienca ficción para centrar mi atención en una historia, cualquiera, de cómo va evolucionando las relaciones personales mientras suena de fondo música de Mecano.
Clave pudiera ser que el guión muestra una historia mil veces conocida y no por ello, reparada.
Debut en el largometraje de los premiados cortometristas César Esteban y José Esteban Alenda que trabajan sobre un libreto propio. Sus protagonistas son María León (El autor, La Voz Dormida) y Javier Rey (Fariña, Velvet).
28 de agosto de 2018 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de reconocer que algo hay detrás de la toma de decisiones que no nos acaba de gustar. Miedo patológico al error, pánico enfermizo al fracaso y sobre todo, al juicio popular. Escuchar las palabras “te has equivocado” o “ya te lo dije” suele ser la más penosa de las puñaladas que podemos recibir. El error aunque sea inherente a nuestra propia existencia, no casa bien con la educación recibida. Estamos educados para triunfar, nadie se acuerda del segundo.
A lo largo de mi dilatada trayectoria (totalmente errática, ya lo digo yo, jajaja) me he ido topando con padres que fuerzan a sus hijos a algo, que ni les gusta ni han pedido. Padres que proyectan sus frustraciones que pretenden que sus hijos alcancen las cotas que ellos, por propia ineptitud no han conseguido, les recuerdo sin ir más lejos a Tonya Harding de la que hablamos hace unas semanas. Y del fracaso ya ni hablamos. Y se lo dice un tipo que cuando va a comprar una camisa (les juro queridos amigos que para eso soy un auténtico desastre, siempre pongo al retortero a tres o cuatro dependientas de la sección “vestir a Elefantes” y alrededores de unos conocidísimos Centros Comerciales muy importantes pero de los que no les diré el nombre por eso de la Ley de publicidad y porque no abonan royalties, joé¡¡¡¡, pero sé que ya lo suponen vds., jejejeje, son vds. Mucho más listos que yo) suele salir o bien con lo que no le convence o bien cargado como una quinceañera con la creditcard de su padre.
Todo este ladrillazo que les acabo de pegar a modo de introducción, poco tiene que ver con el film que nos ocupa, bueno algo. No es una película como pudiera ser I, Tonya por ejemplo, que desprende mucho mal rollo con los padres. Para nada, es una comedia francesa muy blanquita, muy amable que en ningún momento pudiera generar algo de tensión. Ni lo pretende.
Juliette es una madurita que el tema de las decisiones, incluso las triviales, lo lleva bastante mal, es totalmente incapaz de tomar una decisión sobre cualquier cosa. Así que incluso a los 40, todavía pide a su padre y a sus dos mejores amigas que elijan todo por ella. Después de casi cargarse a su último novio por no saber si churras o merinas, y tras una bonita depresión, decide cambiar totalmente de registro y su vida da un cambio radical cuando conoce al encantador Paul y intrépido Etienné. Esa locura aparentemente, le ha dado resultado. Ahora habrá que ver cómo se desenvuelve en un terreno minado en el que no está acostumbrada a moverse.
Me he acordado de repente de la infumable “la del karma” -como quiera que se llame- que tocando aproximadamente el mismo palo, es diametralmente opuesta a lo que aquí nos cuenta el autor.
Adaptación cinematográfica de la novela escrita por el propio director Eric Lavaine (Vuelta a casa de mi madre) e interpretada por Alexandra Lamy (Jamais le premier soir), Arnaud Ducret (Les ex), Jamie Bamber (Money), Anne Marivin (Chez nous), Sabrina Ouazani (Ouvert la nuit), Lionnel Astier (Le fantôme de Canterville) y Jérôme Commandeur (Babysitting 2) como más destacados.
Es una comedia romántica francesa, evidentemente no hay la maldad inherente a los vecinos, ya saben una comedia blanca y que con una simpleza quizás exagerada, hace que se vea con facilidad y puedan Vds. pasar una agradable tarde en las butacas de su cine preferido. Seguramente esa naturalidad con la que está planteada sea eje principal de que no quede como una pastelada más.

Lo mejor: Relato simple y directo, sin recovecos que nos pretendan impresionar.
Lo peor: Que hayan rodado el inicio de la película en los jardines de casa sin que me hayan pedido permiso. No estaban como me gustaría que los hubieran visto.
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