Si quieres ver una película con buena música y sobre música, no te la recomiendo. Para mi gusto, no hay ni una melodía medianamente pasable en toda la película.

En mi opinión, la música aquí no es más que una herramienta para contar otra historia. Una historia de la diferencia de mundos en que viven las personas, y cómo desde una óptica "normal" no puedes entender el mundo de una persona con enfermedad mental. Y cómo, si no lo respetas, puedes quebrar la frágil harmonía que puedan haber conseguido en su vida.

No es una película para ver en cualquier momento, de cualquier manera... Si se hace así, puede decepcionar mucho porque es muy muy sencilla y muy muy lenta.
Es una película de sentimientos nobles y muy simpless, de tradición, de nostalgia... que hay que sentarse a ver con ganas, sin distracciones, aislado, dispuesto a disfrutar de una fotografía y una música muy buenas, y dispuesto a empatizar con la pobre viejecilla, y a comprender por qué, dentro de su sencilla vida, es tan importante "el camino a casa".

Lo peor de la película son los actores. Mal Jessica, muy mal Nicolas, y horrible Julianne... En el guión, se han esforzado tanto para no tener fallos en el tema de los 2 minutos que, además de no conseguirlo, se han olvidado del resto de las historias de la peli. Los efectos especiales son malos malísimos. Para el final han querido ser tan originales que dan ganas de inflar a collejas a quién se le ocurrió.
Aburrida no es del todo, por eso pongo un 4, aunque quizás no se lo merece.

La fotografía y la ambientación son espectaculares, y teniendo en cuenta que se hizo hace más de 30 años, no niego que en su día pudo ser un peliculón. Pero vista ahora, hay que admitir que es bastante peñazo en algunos momentos, con muchas ideas "occidentales" demasiado rancias ya, y con detalles demasiado poco serios.

Muy agradable de ver, se pasa un muy buen rato. Le pondría un 7 o un 8 si no fuera por algunos detalles de la historia que no parecen demasiado bien pensados, y sobre todo, si se hubieran esforzado un poco en hablar un poco parecido (aunque sólo fuese un poquito) a como verdaderamente habla la gente de la cuenca minera asturiana (un minero de 60-70 años jamás diría que se va "de putas", siempre irá "de putes", por ejemplo)