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8,0
70.290
9
29 de marzo de 2010
29 de marzo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El genio de Kubrick nos deleita con todo su potencial cinematográfico en esta obra maestra. Espartaco dura tres horas, pero da igual, pasan volando. Cine en estado puro de la mano de un Stanley que aún nos regalaría grandes títulos de la historia del séptimo arte.
Las actuaciones son estelares: desde un Kirk Douglas en su, seguramente, mejor papel de su vida, pasando por un cartel de secundarios soberbios. Ahí nos ecnontramos a un Peter Ustinov colosal, un Charles Laughton que nos demuestra por qué Billy Wilder dijo de él que era el mejor actor que jamás haya visto, la recientemente fallecida Jean Simmons, que cuaja perfectamente su papel de Varinia, de enamorada de la mirada de Espartaco, de la mirada de toda una película emotiva y preciosa. A destacar también un Laurence Olivier, fuerte, resistente, parece que no le pasan los años ni los trabajos, no se conformaba con interpretar a Hamlet sino que hacía lo propio con el personaje de "mente dictatorial", Craso, y le salió como casi siempre un personaje muy convincente. Y no me olvido de un jovencísimo Tony Curtis, otro valiente de la pantalla, que no le importa en el mismo año meterse en la piel de un saxofonista en una comedia ("Con Faldas a lo loco"), que hacer de Antonino, el criado de Craso y posteriormente, la mano derecha de Espartaco.
Absolutamente imprescindible para cualquier cinéfilo. Espartaco no resulta ni antigua ni sofisticada. Seguro que 8 de cada 10 personas la disfrutan. Simplemente siéntense a contemplarla.
Las actuaciones son estelares: desde un Kirk Douglas en su, seguramente, mejor papel de su vida, pasando por un cartel de secundarios soberbios. Ahí nos ecnontramos a un Peter Ustinov colosal, un Charles Laughton que nos demuestra por qué Billy Wilder dijo de él que era el mejor actor que jamás haya visto, la recientemente fallecida Jean Simmons, que cuaja perfectamente su papel de Varinia, de enamorada de la mirada de Espartaco, de la mirada de toda una película emotiva y preciosa. A destacar también un Laurence Olivier, fuerte, resistente, parece que no le pasan los años ni los trabajos, no se conformaba con interpretar a Hamlet sino que hacía lo propio con el personaje de "mente dictatorial", Craso, y le salió como casi siempre un personaje muy convincente. Y no me olvido de un jovencísimo Tony Curtis, otro valiente de la pantalla, que no le importa en el mismo año meterse en la piel de un saxofonista en una comedia ("Con Faldas a lo loco"), que hacer de Antonino, el criado de Craso y posteriormente, la mano derecha de Espartaco.
Absolutamente imprescindible para cualquier cinéfilo. Espartaco no resulta ni antigua ni sofisticada. Seguro que 8 de cada 10 personas la disfrutan. Simplemente siéntense a contemplarla.

8,3
35.929
8
28 de noviembre de 2009
28 de noviembre de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorable western en todos los sentidos. Se trata de la despedida de una de las parejas que mejor simboliza el cine Ford/Wayne. Todo en "El Hombre que Mató a Liberty Valance" se mueve con total nostalgia. Es como si ya antes de rodar,todos, absolutamente todos (actores, realizadores,productores) supieran que estaban a punto de rodar el último gran clásico. . .
Es el último tiro del Wayne clásico, el Duque, el hombre rudo que causó furor. . .
Mención especial a la interpretación; desde el memorable Ransom Stoddard interpretado por un incombustible James Stewart, hasta el del periodista entrañable, pasando por el de Hallie (Vera Miles) y un efectista y respetuoso Lee Marvin en su papel antagonista.
"El Hombre que mató a Liberty Valance" es la explosión final de un John Ford que volvió a superarse a sí mismo. Casi todas las críticas que he leído por aquí coinciden en que este film alimenta la leyenda tanto del mejor director de western que la historia nos ha dado, como del hombre que nació para hacer de tipo duro en el género, y yo estoy totalmente de acuerdo.
Imprescindible para todo aquél cinéfilo. Morir sin verla es un auténtico pecado.
Es el último tiro del Wayne clásico, el Duque, el hombre rudo que causó furor. . .
Mención especial a la interpretación; desde el memorable Ransom Stoddard interpretado por un incombustible James Stewart, hasta el del periodista entrañable, pasando por el de Hallie (Vera Miles) y un efectista y respetuoso Lee Marvin en su papel antagonista.
"El Hombre que mató a Liberty Valance" es la explosión final de un John Ford que volvió a superarse a sí mismo. Casi todas las críticas que he leído por aquí coinciden en que este film alimenta la leyenda tanto del mejor director de western que la historia nos ha dado, como del hombre que nació para hacer de tipo duro en el género, y yo estoy totalmente de acuerdo.
Imprescindible para todo aquél cinéfilo. Morir sin verla es un auténtico pecado.
1 de septiembre de 2010
1 de septiembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me encantó desde el momento en que empecé a verla. Además de poseer un enorme entretenimiento es un film didáctico, con moraleja. Y esto lo digo porque te enseña a reírte de ti mismo y a reírte de esta vida.
Allen vuelve a dar un paso más para adentrarnos en una sátira de la Rusia zarista de principios de siglo XIX. El genio neoyorkino demuestra una vez más todo su talento creativo, y nos pone sus ingredientes preferidos, esto es: Diane Keaton y unos diálogos inteligentes llenos de riqueza léxica y de un humor descomunal.
La forma de presentar a los personajes combinando descripción y acción es brutal. Para Allen el mundo que nos rodea es de risa, y más si se trata de guerras entre dos bandos, en este caso los franceses comandados por Napoleón y los rusos. Diane Keaton mantiene su línea, está bien, como en todas las cintas de Allen, y el resto de reparto configuran una entretenidísima obra de un genio que a mediados de los 70 había alcanzado casi su total madurez.
Allen vuelve a dar un paso más para adentrarnos en una sátira de la Rusia zarista de principios de siglo XIX. El genio neoyorkino demuestra una vez más todo su talento creativo, y nos pone sus ingredientes preferidos, esto es: Diane Keaton y unos diálogos inteligentes llenos de riqueza léxica y de un humor descomunal.
La forma de presentar a los personajes combinando descripción y acción es brutal. Para Allen el mundo que nos rodea es de risa, y más si se trata de guerras entre dos bandos, en este caso los franceses comandados por Napoleón y los rusos. Diane Keaton mantiene su línea, está bien, como en todas las cintas de Allen, y el resto de reparto configuran una entretenidísima obra de un genio que a mediados de los 70 había alcanzado casi su total madurez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El baile final con la muerte resume que en esta vida nadie es imprescindible (ni siquiera Napoleón) y que la mejor actitud para encarar esta vida es, sin lugar a dudas, tomarse a cachondeo este precioso regalo que la naturaleza nos ha concedido: La vida.

7,7
26.133
9
25 de junio de 2010
25 de junio de 2010
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película conforma una de las obras maestras de Fellini, un Fellini que en este momento se encuentra en su mejor estado de forma. La película dura más de dos horas y media, pero da igual, podría durar 4 horas: pasa volando.
He de reconocer (creo que es de importancia remarcarlo para esta crítica) que mi vocación siempre ha sido ser periodista, y más concretamente, parecerme mucho al protagonista de esta hermosa película. Por tanto disfruto a cada escena que pasa de ver la magia y el misterio que posee esta profesión llamada Periodismo.
Desde la perspectiva del periodista Marcello (Mastroianni), nos encontramos ante un sinfín de subtramas y personajes, que son un reflejo de un verdadero periodista de la Roma glamourosa de aquéllos años dinámicos, chillones, juguetones. . .
Una obra imprescindible para todo aquél que quiera saber un poco más de este mundo llamado cine, para todo aquél que quiera ver por qué se le llama genio a Federico Fellini. La introducción de tramas, de personajes, los escenarios, los travellings oportunísimos que nos regala la cámara y las escenas que quedan grabadas en la retina de nuestros museos personales del séptimo arte, convierten a "La Dolce Vita" en un caramelo que vas degustando con gran placer.
Y más aún, si en el plasma se cuela una tal Anita Ekberg, una mujer de las que ya no creo que queden muchas, una mujer que es la pureza y belleza en persona, un auténtico misterio de mujer tal como refleja la pregunta de Marcello en la Fontana di Trevi ¿De dónde vienes Sylvia?.
Anita Ekberg sólo sale media hora, pero es la media hora más sensual que cualquier película del séptimo arte jamás te pueda mostrar.
Cuando se junta la creatividad de Fellini, la elegancia de Mastroianni, la belleza de Ekberg y la música de Rota, sabes que no te van a fallar, sabes que tienes en tus manos una obra maestra.
He de reconocer (creo que es de importancia remarcarlo para esta crítica) que mi vocación siempre ha sido ser periodista, y más concretamente, parecerme mucho al protagonista de esta hermosa película. Por tanto disfruto a cada escena que pasa de ver la magia y el misterio que posee esta profesión llamada Periodismo.
Desde la perspectiva del periodista Marcello (Mastroianni), nos encontramos ante un sinfín de subtramas y personajes, que son un reflejo de un verdadero periodista de la Roma glamourosa de aquéllos años dinámicos, chillones, juguetones. . .
Una obra imprescindible para todo aquél que quiera saber un poco más de este mundo llamado cine, para todo aquél que quiera ver por qué se le llama genio a Federico Fellini. La introducción de tramas, de personajes, los escenarios, los travellings oportunísimos que nos regala la cámara y las escenas que quedan grabadas en la retina de nuestros museos personales del séptimo arte, convierten a "La Dolce Vita" en un caramelo que vas degustando con gran placer.
Y más aún, si en el plasma se cuela una tal Anita Ekberg, una mujer de las que ya no creo que queden muchas, una mujer que es la pureza y belleza en persona, un auténtico misterio de mujer tal como refleja la pregunta de Marcello en la Fontana di Trevi ¿De dónde vienes Sylvia?.
Anita Ekberg sólo sale media hora, pero es la media hora más sensual que cualquier película del séptimo arte jamás te pueda mostrar.
Cuando se junta la creatividad de Fellini, la elegancia de Mastroianni, la belleza de Ekberg y la música de Rota, sabes que no te van a fallar, sabes que tienes en tus manos una obra maestra.

8,2
31.993
8
4 de septiembre de 2009
4 de septiembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lo que repito a mis amigos casi cada día "vayamos por ahí a hacer ocio puro". Esta cinta es un ejemplo de ese ocio que siempre gusta, que nunca muere y todo porque tiene todos los ingredientes necesarios y en su justa medida, para todos amantes de ese ocio al que tanto me remito; una receta hecha a la perfección. Paul Newman, quién si no, Paul, o lo que es lo mismo, Dios hecho actor, que pese a su juventud ya demuestra su insultante calidad interpretativa en medio de unos compañeros de reparto que dejan el listón interpretativo altísimo. Seguramente "The Hustler" se encuentre entre las 10 mejores películas en cuánto a calidad interpretativa dle reparto (destacar al inconmensurable e injustamente olvidado George C.Scott) . Me quedo con dos cosas de "El Buscavidas", el papel de Paul, perfecto, en estado de ocio puro durante las dos horas de film, y el silencio tan "ruidoso" en las partidas infinitas entre Felson y el Gordo de Minnessotta; ese taco golpeando las bolas. . . ESTO ES CINE!
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