Lo mejor que puedo decir de esta película son dos cosas: primero que hacía tiempo que una película no se me hacía tan corta (lo cual es bueno) y lo segundo es eso de cuánto se puede hacer con tan poco. Lo peor que puedo decir de ella es nada. 12:08 al este de Bucarest es una mezcla de humor, realismo, ironía, reflexión y crítica; todo ello batido, cocinado y presentado con la verdadera esencia del cine, el guión y la interpretación.

Interesante y original película de animación con un formato diferente a la vez que sencillo. Se trata de un buen ejemplo de la condición humana que muestra que todos tenemos corazón, seamos buenos o malos, pero también un demonio dentro.

Sarah Polley da una visión del alzheimer inspirada en el amor, el cariño y la ternura. La factura es impecable, el trabajo de Julie Christie y Gordon Pinsent excelente, pero quizás peca creando una visión demasiado agradable para mostrar una situación tan dura y tormentosa.

El interés de la película radica en dos aspectos. El primero de ellos está en la conexión que se produce entre los dos personajes protagonistas: ambos conectan por sus respectivos tormentos y sentimientos de culpa, pero se necesitan, se apoyan y se comprenden en su camino hacia la paz interior. El otro es el sentido de la estética, sin embargo, esto es una constante en el cine oriental. El mayor pero del film está en su ritmo pausado, no obstante, es posible que el ritmo sea el más adecuado para el desarrollo de la historia.

Si tuviese que resumir en una o pocas palabras mi opinión sobre la película, diría que es interesante, pero lenta.

Llama la atención que esta película esté catalogada de comedia, de ahí el título de mi crítica. "El baño del Papa" muestra la triste situación del Uruguay que está lejos de Montevideo. Melo es una población donde la gente vive "o sobrevive" en condiciones infrahumanas, tanto es así que la visita del pontífice se convierte en un verdadero "clavo ardiendo". Llena de diálogos cargados de ironía y humor inteligente, la película es un buen reflejo del comportamiento de las personas ante la desesperación, de la unidad familiar, de la idea de la autoestima y, sobre todo, de la solidez de los principios en unas circunstancias que dan pie a todo lo opuesto.