Road house pretende ser un remake, pero se queda en el verbo. Si has visto la obra original y después visionas esta otra, parecen dos películas completamente diferentes. Bueno, he dicho películas, pero eso no se ajusta a la realidad. La nueva parece más un videoclip actual, es decir, físicas imposibles, tíos cachas, mucho mamporro y cero guion, no sea que el público tenga que esforzarse en pensar. Pasando por las actuaciones que no se salva ni el protagonista (El responsable del casting se ha lucido) y sobre todo el guión, Road house se queda en la nada, un largometraje completamente desaprovechado como casi cualquier remake actual.

Sí, señor, lo han vuelto a hacer. He aquí una nueva entrega donde hay que mostrar a las machotas muy machotas, lleno de fuegos de artificio y como últimamente con un guion pésimo, unas actrices en el mismo rango, y una dirección que es un esperpento, tanto como la música. Todo al servicio de una agenda clara, en la que no importa el resultado, tan solo más propaganda infame.

Tal vez pueda parecer una comedia al uso, y esto es asi, no tanto porque sea una comedia, sino por lo que es, es decir, una comedia. Pero atendiendo a la direccion del film, y en su primer largo, Wilde simplifica su carrera cinematográfica en un efercicio fútil de subidas y bajadas, haciendo que el crescendo del argumento apenas repercute en la calidad del visionado.
Podría decirse que tanto los actores como la directora, han hecho un ejercicio de su profesión más que correcto, y eso es mucho decir en las comedias que abundan en el panorama actual.
A destacar: la complicidad de los secundarios.
Lo que menos me gustó: los planos secuencia, que no hay.

Y eso es. Eso es todo. La gran tragedia que se masca desde el minuto 2, porque según avanza la trama, empieza a retorcerse la singular atmósfera y la sincronía reverdece del drama en el capítulo 1.
La Chan, el Madden, La Mchugh, todos en armonía hasta el minuto 32 pero el drama aparece ahí, como el viento ondeando por la calle Ávila en la película de Soresman.
Al final solo queda esperar al final y verlo, porque no defrauda aunque le haya puesto un 2.

Llevaba tiempo esperando ver el nuevo metraje de Casal y desde luego que me ha defraudado. El guion, como viene siendo habitual en este escenario escabroso donde nada es lo que parece, es un tanto anticuado, porque se permite el lujo de meter ideas, que no son muy claras, pero que renquean en su conjunto. Tanto es así, que cuando a menudo insiste en estas ideas perturbadoras, el guion tiende a subir un par de peldaños, pero irremediablemente se precipitan al precipicio del que nunca debieron salir.
Es una pena, porque quitando a uno de los actores, el resto se resbalan durante todo el film y podrían haber llegado a cotas más altas si se lo hubieran propuesto, pero creo que decidieron dejarlo para otro día.
En fin, es un film desaprovechado e hiriente, en el que el metraje se hace a veces sibilino y quebradizo, aunque tiene un par o dos de buenos crunch que permiten ver un par de minutos, pero más no.